primer capítulo

Candy White a sus 21 años, graduada en ST. Thomas University con honores, se recibía en ingeniería empresarial.

Candy estaba feliz, ese dia tan especial la acompañaban su madre Pauna, su hermano Tomy y su novio Anthony Brown.

Pauna era una mujer muy bella, tuvo a Candy a sus 20 años, se enamoró perdidamente de un apuesto hombre mayor que ella, por un tiempo vivió con ella, aunque el salía muy seguido de viaje, ella nunca sospecho de él, pero cuando quedó embarazada, ella se enteró que él era un hombre casado, con familia y que tenía dos hijos. Ella desapareció para siempre de la vida de él, por lo cuál Candy no tenía el apellido paterno.

El decano de tan distinguida Universidad, le acababa de ofrecer una plaza de trabajo en una importante empresa de Nueva York, él le explicó que cuando le propusieron tal oferta, en la primera que pensó era en ella.

no se que decirle ingeniero, sabe muy bien que hace años no he salido de Miami. le decia un poco indecisa. - es más no tengo donde llegar ahí.

por eso no te preocupes, la oferta viene con alojamiento, las oportunidades como esta no podemos dejarlas escapar. silencio. - prometeme que te lo pensaras.- diciendo esto se dispuso a retirarse.

buenas tardes Pauna, te felicitó, tienes unos hijos excelentes, Tomy nos vemos en septiembre, cuida a estas dos hermosas chicas.- diciendo esto se despidió.

Al parecer Candy, siempre le acompañaba la suerte, en la infancia de ella por una amiga de su mamá se ganó una beca completa en el mejor colegio de Londres, gran parte de su niñez la paso ahí, hasta que varios años después, le llegó un aviso a su madre que Candy sólo tenía media beca y que tenía que cubrir con el resto, razón por lo que tuvo que abandonar el colegio.

Cuando candicce se incorporó de bachiller en el liceo que su madre con esfuerzo le pagaba. recibió la noticia que la aceptaban en la mejor universidad de Florida con la beca completa. Y a hora que recién terminaba de recibirse le ofrecían un buen trabajo.
Al parecer Candy white siempre ha tenido un ángel guardián.

- Candy, te vas para Nueva York.- le decia su novio. - a pesar de que te diga lo que me parece, siempre vas hacer lo que tu quieras ¿no ?

- no se Anthony, no me gusta la idea de dejar a mi madre y a Tom , y además esta nuestra boda, los preparativos no les puedo dejar con todo lo que conlleva.

- no te preocupes amor, me duele tener que separarnos, pero sabes tanto como yo que una oportunidad así, no se te volverá a presentar. - le decia su novio, dándole todo su apoyo.

Después del gran baile que se les hacía en honor a todos los recién graduados, el evento término muy entrada la madrugada, el móvil de Candy ya tenía varios sms de su madre, a pesar que los fines de semanas sus hijos salían, ella no se acostumbraba que llegarán a tales horas, aún sabiendo que eran buenos chicos, ella hasta que sus hijos no llegarán no se dormía.

Al día siguiente, Candy hablo con su familia, acerca del trabajo ofrecido, la madre con lágrimas en los ojos la animo aceptar el trabajo, sabía que su hija era una excelente e inteligente chica y aprovecharía tal oportunidad, ellos a pesar de ser de medios acomodados, a sus hijos no pudo ofrecerles todo lo que ella hubiera querido darles.

- Candy ve, acepta el trabajo, por nosotros no te preocupes, te vamos extrañar mucho, pero tú tienes que seguir tu camino mi reyna.- le dijo esto abrazando a su hija, Tom se les unió al abrazo.

- si, hermanita no te lo pienses, no sabes cuantos darían lo que fuera por esa oportunidad.

Y asi fue, Candy White se mudó a Nueva York, para su sorpresa, el departamento que ocuparía, estaba ubicado en una de las céntricas calles, frente al Central Park, si la fachada del edificio la impacto, cuando el portero del lujoso condominio, la acompañó hasta la puerta del departamento, ayudándole con su equipaje, se quedó sin habla.

-gracias, ha sido usted muy amable. -despidió al joven Leonard.

-lo que se le ofrezca, nos puede llamar por el telefonillo. - se retiró el joven conserje.

-guuuuuuaaaa... esto es hermoso, hola... mamá ya he llegado no te vas a creer, este departamento es una maravilla y al parecer no vive nadie más, es enorme. - le contaba con entusiasmo a su madre.

Candy se había percatado que no compartiría con nadie el departamento por que las tres habitaciones tenian las puertas abiertas y ella las inspeccionó cada una, eligiendo la que daba la vista hacia el parque.

El lunes muy temprano, se dirigió al lujoso edificio, donde a partir de ese dia trabajaría.

Candy, se vistió con un traje gris oscuro de tres piezas, con una blusa de seda color beige, se recogió todo su revelde cabello en una alta coleta, algúnos ricitos se le escapaba por su nuca. Se la veía muy linda, le causaba gracias, llamar la atención de las personas en su alrededor, ya estaba acostumbrada, ella sabía de la belleza que poseía, por algo había sido reyna del liceo. Al contrario de lo que podían pensar los demás a simple vista, Candy era muy humilde y bien centrada a su edad, con un intelectual mayor que lo normal.

Cuando llegó a la puerta, el guardia corrió abrirle, ella se identificó enseguida le dieron pase y le informaron en que piso la esperaban.

mientras no muy lejos de ahí, se llevaba una fuerte discusión.

- Susana, recuerda la cita que tienes con el ginecólogo - le decia a su esposa, que ni siquiera parecía que lo oía, sólo tenía horas que había llegado de un viaje con sus amigas, completamente ebria.

- Terrencce déjame en paz quieres, vete no hagas tanto escándalo, ya iré la cita es a las 12 tengo tiempo, déjame descansar, asi que tranquilizate.

Terry no quiso discutir con su esposa, sentía un poco de tristeza ya eran un par de años que intentaban tener hijos, pero al parecer la naturaleza no estaba tanto a la labor, él lo deseaba fervientemente.

Lo que el castaño, no sabía, que su estirada mujer no tenía en sus planes ser madre, ella era una mujer bella y no se le pasaba por su cabecita poner en riesgo su físico y con complicidad del ginecólogo lo tenía engañado.

Cuando Terry llegó a la oficina, encontró alboroto entre sus compañeros, en especial sus amigos Archie y Stear se peleaban quien invitaría primero a la nueva administrativa.

-nooo... Stear, te recuerdo que tu tienes esposa e hijos, así que mejor ni lo pienses Paty te colgaria jajaja... . Archie se burlaba de su hermano.

- que es tanto alboroto y ¿ con quién?no debería salir Stear.

- hay hermano, Es que tu no la has visto aún, es la mujer más hermosa que mis ojos vieran, y desde hoy empieza a trabajar en la compañía, en el área administrativa. - decia Archie muy entusiasmado.

- y tu me hablas de responsabilidades, que yo recuerde en tres meses te casas con tu queridísima novia Annie .- le decia con burla Stear.

- los desconozco, acaso no recuerdan el pacto, aventuras en la oficina ¡no! de tantas mujeres que hay esperó que no se involucren con nadie de aquí. - le dijo seriamente Terry.

-ya quiero ver tu cara cuando la veas, y veremos si piensas igual. - le decia su galante amigo.

Terry, sólo se sonrió y se marchó hacia su oficina, pero le quedó la curiosidad de conocer a la señorita que pelearan los hermanos Cornwell.

Llegó la hora del almuerzo los tres amigos esperaban el ascensor, cuando un olor muy fino a rosas les impregno sus olfatos.

Al castaño, ese olor lo transportó a su niñez, se negó voltear para mirar, donde veían embobados sus amigos

Archie le dio un codazo al castaño, haciéndolo volver a la realidad. y la miro en el preciso momento que ella lo miraba a él.

El mundo desapareció para los dos, Candy se sintió desfallecer, Terry sintió que el piso desaparecía en sus pies, sus corazones se aceleraron en una loca carrera.

¿tuuuu...? se dijieron en unísono, no daban crédito, lo que sus ojos veían,

Candy, tanto tiempo pecosa, no me digas que tu eres la nueva. la voz profunda y grave de él, le acarició lod oídos de ella.

-Terry Granchester, nunca pensé volverte a ver, que grata sorpresa. Y de hecho sí.. hoy es mi primer día aquí . - le decia ella tratando de desimular el nerviosismo que sentía por la presencia de su viejo amigo.

Los amigos al notar la tensión de los dos, comprendieron que lo mejor sería dejarlos solos, al llegar al vestíbulo los cinco, con pretextos se fueron los hermanos dejando al castaño con la despampanante rubia.

- pecosa, bueno ya no tanto donde están que has hecho con ellas. - quiso bromear el castaño, para quitar la tensión que sentía en el aire.

- que gracioso Terrence, así que tu trabajas aquí- pregunto la rubia.

- ¿Terrencce ? .- le dijo levantando su ceja derecha. - ya no soy Terry, yo preferiría que me llames sólo Terry. -

yo yo... mejor que no, ya no somos los niños de años atrás. -

- ¿por que no me llamaste Candy? , por mucho tiempo espere tu llamada.

- Era lo mejor, y es más cuando al fin me animé hacerlo se me extravió la tarjeta que esa vez me diste, según pude notar a tu novia no le hizo gracia y no quería causarte problemas.

*******INICIO DE FLASH BACK ******

Candy estudiaba en el colegio San pablo en Londres, llegó al internado a muy corta edad a sus cinco años era una niña muy linda con su peculiar peinado, de dos coletas, a los siete se llevaba muy bien con un castaño compañero de ella, este siempre la defendía de sus compañeros que le querían hacer daño, hasta los diez eran inseparables, los dos juntos hacian locuras en el colegio, él le ayudaba con las tareas a ella y a la vez ella a él, todas las niñas la envidiaban por tener la atención del niño más guapo del colegio.

Ni Candy, ni Terrencce entendieron que fue lo que pasó, cuando ella tenía12 años tuvo que abandonar el colegio, los dos sufrieron mucho por la cruel separación, tenian un año de ser enamorados, los dulces besos de él, Candy nunca los olvido, su sabor a fresas por más que ella tuviera algúnos enamorados en su adolescencia ella jamás encontró su dulce sabor.

Ella regresó Miami, su madre sólo le dijo, que no podía costear el internado y que tenía que estudiar en el colegio de su localidad. motivo por lo que no lo volvio a ver, hasta tres años después, recién cumplido sus 15 años, salía del liceo donde estudiaba, cuando casi fue atropellada por un lujoso convertible rojo, ella alzó la vista y cuando se topó con los hermosos safiros.

-CANDY - dijo el, ella lo leyó en sus labios.

-TERRY -igualmente lo nombró

casi cae al suelo por la impresión, unas carpetas que llevaba en sus manos cayeron desperdigados por el asfalto, él enseguida bajo de su auto ayudarla en medio del alboroto de sus amigos, los dos no podían apartar la mirada del uno al otro, los dos estaban muy nerviosos, el saco una tarjeta de presentación y se lo dio a ella y casi le rogó que lo llamará.

- ¿me llamaras? pecosa, estás tan linda no has cambiado nada, le dio un beso en la mejilla y se despidió, ya que lo llamaban a gritos y sus amigos no dejaban de chifliar Fuifui...

-Terryyyy... lo llamaba en gritos su al aparecer novia.

-está bien, te llamaré, Adiós Terry me a gustado mucho verte.

Eliza que era la novia de Terry le hizo un escándalo por que se percató que él le entregará su número a esa chica.

-nooo... Eliza tranquilizate, sabes que no me gustan tus numeritos, no es lo que piensas, sólo le di el número de mis padres por si necesitará algo, no ves que casi la atropelló, no podía marcharme así sin más.

estas seguro, no se yo, pero me parece que tu la conocías, dio esa impresión. los demas también malmetian para hacerla rabiar sabían lo celosa que era.

****** FIN FLASH BACK ******

-No... Candy no sabes lo feliz que me hubieras hecho si me hubieras llamado.

bueno, ya no hablemos del pasado, dime cuánto tiempo llevas trabajando aquí, que casualidad no crees. ella le hablaba evitando mirarlo, como ella acostumbraba mirar a los ojos cuando hablaba con alguien.

-Si... que hermosa casualidad, yo empecé a trabajar aquí desde que llegue de Londres, mi padre es socio del consorcio.

- no me digas, ósea que la. "G " es de los Granchester y la "A" ¿?. - preguntó la curiosa de Candy.

- la "A " es de los Andley. - al escuchar ese apellido se le revolvió el estómago a la rubia, no supo porque, pero no le dio importancia.

- ven, vamos te invitó a comer y me cuentas de tu vida pecosa no sabes lo feliz, que me haces volverte a encontrar y sin pensárselo la abrazo.

CONTINÚARA ...