JAG HQ, 2056 ZULU
-Toc, toc, dijo Mac anunciándose mientras se apoyaba en el marco de la puerta de la oficina de Sturgis.
-¡Mac! Adelante, te esperaba, -saludó al levantar la cabeza.
-¿En serio? Vi tu post-it sobre mi escritorio y decidí averiguar por mis propios medios qué te traes entre manos.
-¿Asustada? -preguntó con un brillo pícaro en la mirada.
-Jamás, -contestó levantando la barbilla.
-¿Segura? -indagó
-Sí... -dudó un par de segundos antes de agregar: -Quizá un poco nerviosa.
-Me pregunto por qué, -comentó irónico.
-Lo sabes, Stur. Pero se supone que él no, ¿verdad? -su tono se volvió inseguro.
-Puede ser...
-Sturgis... -amenazó sentándose frente a él.
-Vale, no he dicho nada. Pero de todos modos sé que tiene sus sospechas.
-Bien, entonces... al punto. ¿Cuál es tu plan?
-Acorralarlo.
-¿Qué dices? ¿Piensas sacarle una confesión?
-Lo haré de alguna forma. Lo conozco lo suficiente como para saber que ante cierta pregunta en ciertas circunstancias dirá toda la verdad.
-¿Cómo lo sabes? Yo aún no logro entenderlo.
-Es fácil, marine. Sólo tienes que observarlo. Te darías cuenta al instante.
Mac bajó la mirada y se mordió el labio inferior mientras cerraba los ojos.
-No lo observaste, ¿o sí? -acusó enarcando una ceja.
Mac se levantó y corrió a cerrar la puerta.
-Mac, contéstame. ¿Lo observaste?
-Observé a quien no debía.
-Mientes.
-¡No! -se defendió.
-¿No era que los problemas personales no afectaban tu trabajo?
-Es que... ya no es un problema...
-Mac... Déjame analizar la situación: nosotros estamos llevando la acusación en un juicio.
-Sí.
-Harm está defendiendo al acusado, el sargento Baker.
-Correcto.
-Se suponía que nosotros observaríamos al sargento para encontrar la forma de sacarle una confesión.
-Exacto.
-Pero tú observabas a otro... ¿A quien yo pienso?
-Precisamente.
-Pero dices que ya no es un problema...
-Afirmativo.
-¿Lo han hablado?
-No.
-Mientes.
-Más o menos.
-Se han reconciliado, entonces, -afirmó, más que preguntar.
-No aún.
-¿Aún? ¿Es que alguna vez lo harán?
-Al menos esa es mi esperanza.
-Mac, no hablamos de esperanzas. Quiero hechos.
-El hecho aquí, Stur, es que no estás siendo objetivo.
-¿Objetivo? ¿Qué tiene que ver eso?
-Creí que eras su amigo, no un ingenuo compinche.
-Soy su amigo.
-Pero no lo has notado.
-¿Notar qué? -estaba completamente perdido.
-¡Vamos, Stur! ¡Es demasiado sobresaliente!
-¿Qué? ¿Su expediente?
-No, tonto.
-¿Acaso se ha vuelto puntual?
-Ni cerca.
-¿Es... lo que yo pienso? -interrogó abriendo los ojos como platos y haciendo un significativo gesto sobre su panza.
-Correcto, -sonrió triunfante.
-¿Cuánto?
-Seis kilos y medio.
-¿Cómo lo sabes?
-Tengo contactos.
-Habla, -ordenó amenazador.
-Lo supe por mí misma. Estaba gordito.
-Mucha pasta...
-Sí. Y en su agenda había anotado más rutina física de la que acostumbra.
-Mac, eso es caer bajo. ¿Leíste su agenda?
-Sólo lo necesario.
-¿Cuál de todas?
-La que tiene sobre su mesa de noche.
-¿Estuviste en su habitación.
-Sólo lo necesario, -declaró con aire de Webb (léase "eso es clasificado, no sabrás más).
-Sé específica, -ordenó al tiempo que vio cómo su amigo se aproximaba a la puerta y Mac se levantaba para irse.
-Sólo obsérvalo y te darás cuenta.
Harm abrió la puerta en ese momente y Mac salió casi rozándolo. Luego le depositó un breve beso en la mejilla, dejándolo hipnotizado y boquiabierto.
-Stur, ¿de qué hablaban? -inquirió en cuanto Mac estuvo a una buena distancia.
-Del caso... ¿por?
-Cada vez que habla contigo se la nota diferente.
-Y cuando ella cena contigo se los nota diferentes a ambos.
-¿Tanto así?
-Créelo, viejo... ¿Han hablado?
-No aún.
-¿Aún? ¿Es que alguna vez lo harán?
-Tengo mis esperanzas en la salida de mañana.
-¿Cenarán?
-No. Vamos a correr juntos.
-¿Correr? Vaya cita.
-No lo has notado, entonces.
-¿El qué?
Harm infló sus mejillas y Sturgis lo miró incrédulo.
-¿Ella? ¿De veras? ¿Cuánto?
-Seis kilos y medio. Estaba en su agenda. Correré con ella para que no se sienta sola.
-Sí, claro, por supuesto...
FIN
