MIEL SALADA

"Cuando el sexo y el amor no siempre van de la mano"

Por

Fabiola Grandchester & Lady Josie

En exclusiva para el Yahoo Group

Ángeles Rebeldes de Terry Grandchester ART-G


Terryfic para público adulto y de amplio criterio

Capítulo I

Por Lady Josie

"En todo lo concerniente al sexo, cada uno debería actuar según sus propias preferencias"

- Comenzamos a grabar la última escena...

El aviso fue dado. En una fracción de segundo, todo el personal contratado para la filmación se ubico en sus puestos. Los reflectores fueron encendidos iluminando en el centro de estudio una mesa bellamente decorada, lista para ofrecer la mejor de las veladas.

Un hombre corrió a encender las velas colocadas estratégicamente para dar un aire de intimidad al lugar. Las luces de los reflectores fueron bajadas en intensidad, convirtiendo el lugar en el escenario perfecto para el encuentro sexual que en un minuto comenzaría.

Una mujer morena entro al sitio, enfundada en un abrigo de piel de imitación. Ella se dirigió hacia la puerta.

- 1... 2... 3... Escena 348 – se escucho el sonido de la pizarra al cerrarse.

Todos los presentes se quedaron cayados.

El llamado del timbre fue lo primero que se escucho... silencio... la puerta se abre y la imagen de un hombre, ancho de espaldas, vestido con un traje oscuro hizo su aparición, recostado de forma perezosa sobre el marco de la puerta.

- Pensé que no ibas a venir – la voz de la actriz se escucho como una invitación a lo que sucedería después.

- ¿Y perderme de tu maravilloso cuerpo...? ¿Por quién me tomas...? – el hombre entro, tomando a la mujer de la cintura y atrayéndola ferozmente hacia su cuerpo.

- Veo que estás excitado – respondió la morena contra los labios masculinos que clamaban su miel.

- Te demostraré que no soy el marica que todos creen – hablo el hombre apartándose de la chica en un solo movimiento.

- Entonces convénceme que eres todo un garañón – exclamó la chica, dejando caer su pesado abrigo sobre el costoso tapete oriental. Su cuerpo desnudo se irguió en su esplendor ante el escrutinio de la mirada masculina.

- Por supuesto que lo haré – proclamó él, cerrando de un portazo la puerta.

La anfitriona gritó de júbilo al sentir como las manos del hombre se apoderaron de sus senos, consiguiendo inmediatamente la reacción de los pezones.

- Pero no aquí... lo que he de hacerte deberá ser en un lugar muy especial – agacho la mirada y se apoderó de uno de los pezones. Jalándolo con los dientes y lambiéndolo al mismo tiempo, mientras que su otra mano pellizcaba el otro pezón.

- En la mesa... sobre la mesa... – exigió ella, levantando una de sus piernas y enroscándola en el cuerpo masculino.

Él le toco el centro de su femineidad, aprovechando la posición ventajosa que la mujer le ofrecía.

- Entonces será sobre la mesa – apuntó él, colocando las manos sobre las nalgas desnudas de la mujer y llevándola en vilo sobre el escenario, hasta dejarla sobre la mesa. Con un movimiento certero, quitó todos los cubiertos que esta contenía, tirándolos al suelo y haciéndolos añicos. Excepto los candelabros con las velas encendidas.

En un segundo, el hombre se quito la chaqueta y permitió que la mujer le desabotonara la camisa, mientras él no dejaba de acariciar el sexo ardiente de su pareja sexual.

Gemidos de placer salieron de la garganta femenina en el preciso momento que él hombre introdujo dos dedos en su apertura.

- ¡Estas mojada! – exclamó de forma triunfal.

- Porque tú eres el único que tienes el poder de poner mi cuerpo así – le dijo, al tiempo que le desabrochaba el pantalón.

El miembro viril fue revelado ante todos los presentes. Actriz y equipo técnico. No se escuchaba ningún sonido, con excepción de aquellos que la pareja creaba, en su loca carrera por la satisfacción mutua.

En un instante, observó como la mujer se pone de cuclillas y alcanza el pene con sus labios. Rodeándolo, chupándolo, succionándolo al mismo tiempo que el pene no pierde su erección. Aprisionando el miembro con sus manos y boca, permitiendo que la piel se deslice por el glande.

Por vez primera, me siento incómodo por estar observando aquello. En realidad no soy voyeurista, ni acostumbro a ver películas pornográficas, ni mucho menos estar en un set presenciando una escena de carnal sexo, pero la razón que me llevo a estar ahí estaba relacionada con un nuevo proyecto que mi querido amigo Marcus Hathaway tenía entre manos.

Como dice el famoso refrán "La curiosidad mató al gato" y como gato, aquí estoy, Terry Grandchester uno de los actores serios más reconocidos en HOLLYWOOD, escondido en el área más oscura del estudio. En espera de que mi amigo termine de filmar su última "obra maestra".

Recargado sobre la pared, observo como el actor eyacula sobre el rostro de la mujer y una exclamación de placer invade el estudio.

Cierro los ojos, para que esa imagen no se grabe en mi subconsciente. Estando así, mi sentido del oído se hace más agudo. Escucho la voz de mi amigo, que da por terminada la filmación. Escucho la voz de los actores, que piden toallitas húmedas para limpiarse el semen derramado. Escucho los comentarios que hacen las personas del equipo, satisfechos de que el acto sexual quedara grabado en una sola toma.

Y después silencio, con excepción del personal que comienza a guardar el equipo de filmación.

De forma despectiva, tiro la colilla de cigarro que se apago en mi mano. Demasiado absorto me encontraba observando la grabación, que me olvide por completo de ella. Después, arreglándome la chaqueta, comienzo a caminar en dirección a la oficina de Marcus, con las manos metidas en los bolsillos del pantalón.

Mi caminar es pesado, desganado. Por fortuna no me encuentro con ninguna persona. Eso me parece fenomenal. No me gustaría ver en los tabloides del día siguiente el titular "TERRY GRANDCHESTER SORPRENDIDO EN UN ESTUDIO DONDE GRABAN PELICULAS PORNOGRÁFICAS". Eso, seguramente, dañaría mi carrera de actor serio, por la que he luchado durante los 33 años que llevo de vida.

Continúo caminando por el largo pasillo, mientras mi mente sigue trabajando para descubrir cuál es la loca idea de Marcus. Cuando llegó ante su puerta, derrotado reconozco que no se me ocurrió nada sorprendente, aun conociendo como actúa la mente de mi amigo.

Abro la puerta sin llamar. No tiene caso hacerlo, existe tanta familiaridad con él, que está me indica que no tendré problema alguno.

Descubro a mi amigo observando unos papeles y al levantar la vista una enorme sonrisa de bienvenida ilumina su rostro.

- Pero hombre ¿a qué hora llegaste...? ¿Viste la filmación? – las preguntas fueron bombardeadas al tiempo que nuestras manos se estrechan.

- Solo el final – comentó con voz divertida.

- ¿Qué te pareció? – con un gesto de la mano, me invita a tomar asiento.

- ¿Qué te puedo decir... que aun no sepas?

La risa divertida de él llena la oficina.

- Tienes razón, tienes razón – y se dirige al pequeño bar que adorna una esquina del lugar - ¿Lo de siempre? – me pregunta.

Asiento con la cabeza, al tiempo que mis ojos vagan por el lugar, deteniéndose lo suficiente en cada afiche promocional de películas pornográficas que estaban colgados en las paredes blancas. Un color demasiado virginal para un sitió dónde el negoció era vender sexo.

Recibo mi bebida y espero a que Marcus tome asiento detrás del escritorio. Él se reclina y toma un sorbo de su copa antes de comenzar a hablar.

- Veo que mi propuesta cumplió su cometido – me dice entrecerrando los ojos color avellana.

- Digamos que es como una espina clavada en mi curiosidad – respondo después de dar un largo trago a mi bebida.

Él me observa en espera de otro comentario que haga, pero yo como una persona calculadora permanezco callado.

- Conozco el brillo en tu mirada y esta me dice que no hablaras hasta que escuches mi proposición con pelos y señales.

- Así es – mis manos juegan con la copa.

- Tengo un nuevo proyecto en ciernes... – comenzó – Claro, es muy diferente a lo que acabas de ver...

- ¿Y? ¿Vine hasta aquí para escuchar que al fin te has convertido en un productor de películas serias? – preguntó sin ocultar el tono de broma que emplee.

- Tanto así, no... El sexo vende y yo voy a seguir vendiéndolo.

- ¿Entonces? – me inclinó hacia el escritorio, sin comprender cuál es el motivo por el que estoy allí.

- Mi nuevo proyecto es un documental sobre el sexo... – y una sonrisa de triunfo aparece en su boca al darse cuenta que tiene toda mi atención – Pero esta vez es muy... muy... diferente de lo que acabas de ver.

- Para serte sincero... no sé en qué momento me perdí en esta conversación – tomó otro trago de mi bebida.

- Hablo de un documental en el que exploré cómo ve cada cultura el acto del amor – sus ojos brillaban de la emoción.

- ¿Y? ¿Qué tengo que ver en todo esto?

- Y el capitulo cumbre será cuando abordemos a la cultura hindú y el Kama Sutra.

Claramente él ignoró mi pregunta y eso me lleno de inquietud.

- ¿Qué tengo que ver en todo esto? – vuelvo a preguntar haciendo valer mi posición.

- ¡Qué he pensado precisamente en ti como el modelo idóneo para la película!

- ¡Qué! – exclamó en un grito ahogado, sin ocultar mi asombro. Terminó el resto de mi bebida, nervioso.

- Sí, mira...

Y él comienza a decirme de todos sus planes y por raro que pareciera mi interés se va acrecentando, hasta el punto que me veo respondiéndole que sí. Qué aceptaba participar en ella, con la condición de que todo el equipo de filmación firmará un contrato de completa confidencialidad, porque si salía a la luz que estaba participando en aquel proyecto, los paparazzis se volverían locos persiguiéndolo y acosándome al extremo de querer fotografiar en exclusiva escenas de la película.

- ¿Y ya tienes tu musa inspiradora? – pregunté emocionado y excitado a la vez. Estaba claro que mi pareja en la filmación no sería ninguna actriz porno, sencillamente porque no iba con el concepto que Marcus Hathaway desea manejar.

- En eso estoy. Busco a mi Vivien Leigh – hizo mención al gran casting a nivel mundial que se realizo en la segunda década de los años 30's para buscar a la protagonista de la que sería la película más importante a nivel mundial "Lo que el viento se llevo".

- Pues querido amigo, te deseo todo el éxito del mundo... No será fácil encontrar a la damisela con aire virginal que esté dispuesta a desnudarse frente a las cámaras.

- Eso, querido amigo Grandchester está por verse.

Continuará:


Este capítulo fue escrito por Lady Jossie, el próximo será por mí, relatado con la voz de Candy.

Gracias por sus comentarios. Este fic es para público adulto y de AMPLIO criterio. No deseamos ofender a nadie presentando a estos personajes en una manera tan distinta a lo usual; sólo queremos divertirnos escribiendo; y, si nos es posible, entregarles algo de calidad; esperamos así sea.

Un abrazo,

Fabiola Grandchester