Fue un día estereotipado, habitual y uniforme, palabras que no existían en su diccionario personal ni en su vida misma, realmente. Estaba aburrido, ya habían recorrido más de medio día sin ningún resultado. Decidido, busco con la mirada entre los coloridos cabellos de sus inconscientes compañeros hasta que encontró a lo lejos una cabellera castaña caminando lejos de el
Sonrió malicioso. Algo que siempre le divertía, y le causaba una terrible jaqueca luego de soltar unas buenas carcajadas, era asustar a su compañera castaña. May siempre ponía caras graciosas cuando se asustaba. Decidido se acerco sigilosamente a su objetivo, milagro fuera para alguien tan ruidoso como lo era él.
Se acerco lo suficiente sin ser detectado. May caminaba tranquilamente sin ser consciente de nada, así de absorta se quedaba la chica, tanto que olvidaba en qué mundo y universo existente vivía. Ash sonrió y abrió lentamente los labios.
¡Hey! ¡May! –Grito.- ¡Vamos de mí…-! –Ash se cayó de golpe.-
Si bien el efecto había sido inmediato y el deseado, Ash no contaba con que May se girara y, por consecuencia de la cercanía y sobresalto de la chica, sus labios quedaran unidos en un casto beso. Y duro, ninguno se aparto, el shock era mutuo. Y así siguieron, unidos y sin moverse hasta que May reacciono sonrojándose por completo e intento hablar, moviendo levemente los labios contra los de Ash sin ser consiente hasta que ambos sintieron una corriente eléctrica recorrerles la espalda.
¡y-yo...! – May se levanto de golpe, alejándose de Ash como si estuviera viendo al mismísimo Arceus. Sonrojada bajo la mirada.- ¡Ash baka! –grito sin elevar demasiado la voz. Tenía suerte de que ellos dos estuvieran solos, puesto que Max y Brock se adelantaron un poco para ir alistando la carpa, - ¡e-era…! ¡Ese era mi primer beso! –grito antes de salir corriendo completamente roja. Ash jadeo, sorprendido. ¿Cómo era que una chica tan bonita como May jamás hubiera besado? Bueno, tampoco es como si le molestara que no lo hubiese hecho, porque de ser así estaría mintiendo.-
¿Qué pasaría si le decía a su compañera de equipo que ese también había sido su primer beso?
Porque la verdad era que, aun a sus diecisiete años, Ash Ketchump jamás le había dado un beso a una mujer.
Al menos, se alegraba de que su primer beso no hubiera sido eso, el primero, solo para él. Porque saberse primero en besar a la chica que te gusta y viceversa, te sube alto el ego.
Ahora tendría una razón más contundente para no dejar que Drew le ganara.
Porque su primer beso entre ellos no sería el último, simple y sencillamente por el hecho de que Ash no dejaría que nadie más besara esos labios.
Porque los labios de May, al igual que ella misma, eran solo para él y nadie tenía permitido besarla.
Nadie, excepto el.
FIN
Espero que os halla agradado
