Madrigal

Los ojos se te van cerrando.

El dulce incienso de la flor que está a tu lado te hace sentir fausta. Siempre es agradable dormir entre las flores.

No puedes evitar volver a pensar lo que fue tu vida… pero sabes que fuiste feliz y está tan presente como el bello aroma que te extasía la noche.

Cruzando tus finos dedos miras las estrellas y piensas en él. Seguramente la noche cobijaría tan bien a Ruby como tú lo deseas.

Sin formar una sonrisa de plena felicidad, sientes en tu interior el deseo de mirar aquellos ojos color carmesí una vez más.

Al igual que la noche, una espesa negrura ha cubierto aquél amor. Tus ojos se iluminan poco al reconocer que eso no fue suficiente para marchitarlo.


Sin mas que decir os dejo