Ese día era el peor de todos, Bakugou Katsuki definitivamente odiaba su cumpleaños. No recordaba cuando había sido la última vez que había disfrutado uno; bueno, sí lo recordaba pero eso lo enfurecía más, si su memoria no fallaba había sido cuando tenía unos 5 años y un enano de enmarañada cabellera verde le había obsequiado esa figura de acción que tanto envidió (aunque jamás lo admitiría) que el niño sin quirk tuviera.
Recordaba la forma reticente y llorosa con la que le concedió lo que en ese momento era su tesoro más valioso y apesar de la tristeza el peliverde le había regalado una sincera sonrisa al momento de entregárselo. Después de ese cumpleaños no había podido volver a pasar uno con ese idiota al que consideraba menos que él, por más que lo anhelara era algo que no podía darse el lujo de pedir.
Sus padres lo felicitaron como de costumbre, lo despertaron con esa boba canción de cumpleaños que ambos cantaban horrible y el típico pastel que su madre se encargaba de preparar para esa fecha, ese que comerían hasta que regresara del colegio. Ese día estaba en especial molesto, no quería ir a la escuela, no necesitaba ver a ese enano molesto, odiaba admitir que deseaba pasar todo ese día con él, porque ya se habia rendido a esos malditos sentimientos, estaba enamorado de Deku, desde hacía ya bastante tiempo pero, ya era tarde para confesarse cuando él había sido un maldito patán con el que había sido su único amigo de la infacia.
La escuela no fue la excepción. En cuanto abrió la puerta de su salón un escandaloso feliz cumpleaños, globos y confeti lo sorprendieron. Debía estar agradecido, hasta sus profesores (Ereasedhed y All Might, lo que quedaba de él) estaban ahí y sólo pudo asentir para ocultar esa pequeña sonrisa que se había colado en su rostro y bufar un "no debíeron molestarse"pero, esa pequeña felicidad se esfumó cuando vio a ese chico obsesionado con All Might salir del aula, sin siquiera dedicarle una mirada. Sabía que no debía reclamarle pero... ¿Quién maldita sea se creía ese inutil? ¿Por qué no se atrevía siquiera a mirarlo? Estuvo a punto de salir detrás de él pero sus compañeros lo evitaron.
Después de esa bienvenida las clases habían comenzado, habían quedado con Aizawa sensei que los últimos dos periodos podrían dedicarlos a festejar, ya que esa mañana tenían entrenamiendo con All Might, no podían desperdiciar el poco tiempo que podía estar transformado. Vio como Deku regresó después de empezada la clase, Aizawa lo dejó entrar sin decirle algo. La explicación de Aizawa terminó y todos fueron a vestirse con su uniforme de deportes, sería una demostración de cómo sobrellevar un ataque masivo estando solos: sería un encuentro de 1 contra 3: AllMaight VS Erasedhead, Midnghit y Present Mic. No se concentró en lo absoluto, no pudo despegar la mirada de Midoriya, quien al parecer estaba lejos de poder concentrarse, se miraba nervioso y sabía que de reojo el de cabello verde lo miraba cada cierto tiempo, sin lugar a duda fue una clase insufrible.
Ese día había sido en especial cansado y fastidioso, sus compañeros era unos escandalosos al igual que su madre. Llegó a casa luego de dar un paseo en solitario, necesitaba despejar su mente, no quería aceptar que lo único que deseaba ese día era una felicitación de su querido y odiado nerd. Al llegar a casa pudo ver un ligero rastro de confeti, no era una sorpresa que su mamá quisiera darle, vaya la redundancia, una sorpresa por su cumpleaños, aunque no era muy buena siendo discreta, bufó antes de abrir la puerta de su hogar. Había muchas serpentinas colgadas en la entrada pero nada más, no estaba su madre haciéndole el escándalo de siempre, al contrario estaba solo y sólo pudo ver dos pares de zapatos unos completamente desconocidos y unas botas rojas que le eran demasiado familiares. Se dirigió a la cocina para toparse con sus padres, la señora Midoriya y él, quien parecía querer salir corriendo del lugar.
Una cálida sonrisa recibió de la mujer regordeta, una pequeña reverencia de cabeza por parte de Deku y un regaño de parte de su madre por no ser lo suficientemente cortés con los invitados. Los adultos metidos en su plática no miraban lo tenso del ambiente entre sus hijos. Izuku por su parte sentía que en cualquier comento Katchan lo asesinaría y Bakugou estaba listo para correr en caso de que su compañero de aula decidiera escapar.
Así duraron mucho tiempo, ajenos a los adultos y viceversa. Deku con la mirada perdida en el pedazo de pastel del que no probó más de dos bocados y Katsuki en el peliverde que no se dignaba a verle. El sonido de su celular lo distrajo, era un mensaje de Kirishima:
"Para este momento espero que Midoriya ya te haya dicho algo -decía-el fue el 1ue organizó tu festejo de cumpleaños, el pobre estaba muy nervioso ya que tenía miedo de que no te gustara la idea. Él está loco por ti y tú por él, deberías ser sincero y hablar con él al respecto ¿ya te dio su regalo? Por cierto ¿cómo está el pastel que te preparó? Lo hizo unas 5 veces antes de estar conforme con él. Nos vemos mañana."
El mensaje lo descolocó bastante ¿Deku había organizado todo? Ahora entendía cómo era posible que prácticamente todo lo que había sucedido en la escuela fuera de su agrado, aun cuando sus compañeros no tenían idea de esos pequeños detalles que se referían a sus gustos de la niñez. Miraba con mayor intesidad a su amigo de la infacia, este miraba nervioso su celular, estaba vibrando alguien lo estaba llamando, sin decir nada más que un -con permiso- salió del hogar de los Bakugou para responder.
-Anciana...-interrumpio a los mayores- ¿quién fue el que hizo este pastel?
-Izuku se enteró de que tu madre no tendría tiempo de hacerte uno -comentó la sra. Midoriya- por ello él se ofreció a hacerlo, dejó la cocina hecha un desastre -se rió.
-Es un buen muchacho tu pequeño -comentó la madre de Bakugou- alguien debería tomar su ejemplo y ser un buen hijo también.
-Claro, seguro anciana -se levantó de su asiento- Iré a buscarlo ya tardó un poco.
-Por favor Katsuki, ya es tiempo de que regresemos a casa -pidió la madre deDeku.
Ya era tarde, el sol prácticamente ya se había ocultado y las primeras estrellas hacían acto de presencia. Debía admitir que algo en su pecho se removió al saber que ese enano, le había organizado ese día sin que el se diera cuenta. Caminó hacia la calle y ahí pudo ver los erráticos susurros del peliverde. Hablabla aún por teléfono, le reclamaba algo alguien.
-¿Porqué lo hiciste? ¡no tenías que decir eso! ¡Me va a matar Katchan! ¿Adorar la sorpresa? La detestará, recuerda que él me odia...
Sintió una opresión en el pecho cuando escuchó eso último y ver el semblante dolido del peliverde. Ya había perdido demasiado tiempo espiándolo. Sin importarle, le arrebató el celulary colgó la llamada. Vio como el rostro de Deku perdio los colores, más cuando lo tomó del cuello para acercarlo a su rostro y besarlo. Fue un beso poco intenso y algo corto pero que a él le supo a gloria y un poco a pastel de chocolate.
-Deku ¿tienes algo que decirme? -vio como salió del shock el peliverde y asintió.
-Feliz cumpleaños Katchan...
-Gracias por este día Izuku...
Vio la sorpresa en el rostro de Midoriya, unas paqueñas gotas salinas amenazaban salir de sus ojos, tenía años que el rubio no decía el nombre del peliverde pero, ambos se sintieron bien con ello. Bakugou volvió a unir sus labios sólo que esta vez, era correspondido y podía sentir los brazos del más chico alrededor de su cuello. Este, después de todo, había sido su mejor cumpleaños.
