Disclaimer:Bleach y todos sus personajes pertenecen a su creador original: Tite Kubo.

En el cielo de las noches acababa de finalizar la última de las peleas y con el resultado de ella, a Inoue se le había ido un pedazo de su corazón. Aun le sentía disolviéndose entre el aire de ese extraño mundo y convirtiéndose en ceniza y lo que más la dolía es que no había logrado hacerle entender lo que eran los sentimientos y emociones, aunque al final parecía haberlo comprendido mejor. Pero su memoria aun hacía que le escuchara claramente.

-¿Me tienes miedo? – pregunto él.

-No- le susurro ella.

- Ya veo- alargo el brazo hacia ella, pero cuando estaban a punto de rozarse, su mano empezó a desaparecer.

Y Ulquiorra murió.

Después de eso ella había caído al suelo y no sabía cuánto llevaba ahí pero por el dolor que sentía debería ser una eternidad, ella ahora se culpaba por su muerte, ella podía curar las heridas de todos sus amigos, ¿Menos las de la persona que la había estado cuidando y protegiendo? Por qué, porque no le había curado. No podía pensar con claridad todo estaba borroso y dando vueltas, como podía sentir tanto dolor sin ninguna herida física, y con estas preguntas ella se desmayó.

Ella escuchaba a la gente hablar. Demasiadas voces para su pequeña y blanca celda. Día tras día allí solo estaba su protector y él no hablaba mucho así que, habrían secuestrado a algún otro humano o es que los arrancar habían hecho algún tipo de fiesta. No eso no podía ser, era demasiado "humano", especie a la que ellos despreciaban.

Empezó a abrir los ojos y vio luz, ¡LUZ DEL SOL!, no podía ser real, era un truco, solo eso era lógico no podía ser luz natural. Cuando abrió más los ojos vio algo que no lo podía creer, una habitación de diferentes colores, no más blancos y negros.

Cuando de pronto algo salto a su mente, si ya no estaba en su monótona habitación, no más luz de luna, no más hueco mundo entonces…

No más Ulquiorra

Esa terrible realidad le fue como un jarro de agua fría para desencadenar todos los recuerdos que hubiera deseado que fueran solo el resultado de un mal sueño, los ojos empezaron a picarle demasiado y aunque no sabía dónde estaba o como había llegado allí, solo podía pensar en el fatídico momento donde el destino la había arrebatado a otro ser querido por segunda vez en su vida. Primero su hermano y ahora a Ulquiorra. Es que el destino la estaba diciendo que ella no podía ser feliz porque si no todo le sería arrebatado. Como cuando era pequeña, se abrazó sobre sí misma y comenzó a llorar de forma silenciosa, intentando sacar todo el dolor de su corazón. Sus recuerdos eran demasiado dolorosos para mantenerlos en silencio así que, muy a su pesar, empezó a llorar de una forma un poco más audible y más perceptible.

De pronto al otro lado de la puerta se escucharon pasos muy apresurados y la puerta se abrió de par en par. Orihime no vio quien la había abierto, la verdad no la importo mucho, ya que estaba de espaldas, pero la reconoció enseguida cuando la abrazo de forma maternal, con su suave cabello rubio mezclándose con el naranja de ella.

-Tranquila Hime, nadie te hará daño- dijo Matsumoto intentando calmar a su desconsolada amiga.

Pero ella seguía llorando sin consuelo posible, en brazos de su amiga. Aparecieron en el pasillo otras voces dirigiéndose a la habitación donde las dos mujeres estaban. A la cabeza de los nuevos visitantes iba un muchacho de pelo naranja, inconsciente de que por su culpa Orihime estaba sufriendo en lo más profundo de su alma.

La chica reconoció las voces y se asusto.

-No quiero verlos todavía, no puedo, por favor –sollozo la pequeña al oído de su compañera.

La voluptuosa rubia se levantó de su lado y se encamino a la puerta, se asomó, les dijo que no estaba permitida a nadie la entrada por ahora, volvió a entrar en la habitación cerrándola esta vez con pestillo, para que nadie las molestara y volvió al puesto en el que había estado antes, junto a la chica.

-¿Por qué no quieres verles? – pregunto la mayor, sospechando la respuesta.

-No lo sé – mintió la pequeña.

-Orihime, mírame –dijo levantándola un poco – ¿De verdad no lo sabes? -Ella desvió la mirada pero la contesto.

- Ellos no lo entenderían- dijo la pequeña con lágrimas en los ojos- para ellos era solo un enemigo más al que han derrotado, pero para mí era más que eso, era la persona que me cuidaba y me protegía del mal, quien se preocupaba de si comía bien o dormía a gusto, aunque fuera por obligación, él alejo parte de la oscuridad que rodea mi mundo y ahora que se ha ido, esa oscuridad y soledad volverán mucho más fuertes- dijo las últimas palabras llorando y se acurruco contra su amiga. Así pasaron la noche, sin poder dormir ni un segundo.

A la mañana siguiente, cuando Orihime ya se había conseguido calmar, Matsumoto la dijo que estaba en la sociedad de almas donde tendría que hablar con el capitán general y todos los capitanes sobre lo ocurrido desde su secuestro y posterior estancia en la Noches. Después, seguro que podría volver a la tranquilidad de su vida anterior. Fueron a desayunar y se encontraron con el grupo al completo de los Ryoka llamándolas desde una de las mesas de la cafetería.

Orihime no estaba preparada todavía para enfrentarles, no se veía con fuerza. Para su desgracia, no habia forma de escapar de esa situación y Matsumoto lo noto, pero ella tampoco vio ninguna salida sin dar a conocer sus sentimientos actuales hacia sus amigos. La salvación llego de mano de un subordinado del escuadrón 1 que las aviso de que el capitán general quería ver a la señorita Inoue de inmediato en su escuadrón. El subordinado terminado su mensaje se fue a avisar a los capitanes de la inminente reunión y así las dos chicas con esa excusa, tan buena como horrorosa, fueron hacia dicho escuadrón, sin mediar palabra con sus amigos.

Como esta pareja me encanta y debo admitir que he leído y leo muchas de las historias que se han creado de ellos, me anime a escribir una por mí misma, a ver qué tal sale.

Como es la primera espero que este bien y si alguien encuentra algún fallo por favor que me lo diga para ir mejorando.

Espero que os haya gustado

Gracias