DISCLAIMER: Naruto no es mio, soy una fan escribiendo para fans.
"Naruto ya es hora de que actúes como un hombre, ir a las fiestas de te de Temari chan no ayuda a tu hombría" – Minato gruñó a todo pulmón, Naruto se encogió de hombros sin prestar la mas mínima atención, además no era la primera vez que recibía esos regaños de parte de su padre. Naruto amaba las fiestas de sus amigas, ir de comprar por las ciudades de Paris y cualquier cosa que no significara lucha o bebidas y muchas mujeres ofreciendo su cuerpo para el noble, su padre odiaba este comportamiento ya que a su edad el ya estaba casado y cumpliendo su responsabilidad como todo un hombre.
"Lady Hinata vendrá mañana por la tarde y comenzaremos los arreglos para tu matrimonio, veremos si eso le pone fin a tu comportamiento infantil" – Continuó el regaño con voz severa, Naruto bufó en desacuerdo, su hermano no estaba casado aun y tenia 24 años no veía porque debía casarse a los 18.
"No voy a casarme y no puedes obligarme" – Respondió con petulancia.
"Oh, claro que puedo y lo haré" – Gruñó tomando el brazo delgado del rubio con brutal fuerza, Naruto entrecerró los ojos dándose la vuelta para retirarse, su madre estaba parada bajo el marco de la puerta temerosa a decir algo, la miró con desdén por no haberlo defendido antes de correr a su habitación, 3 sirvientes personales del chico entraron y lo ayudaron a cambiarse a su pijama. Un golpeteo en la puerta de madera las hizo retirarse luego de ayudar a su amo.
"Pasa" – Gritó Naruto con voz monótona, su hermano pasó adelante. El chico era tan diferente a él, tenia el cabello largo y rojo como el fuego, sus ojos eran azules y su cuerpo a diferencia del menor era musculoso. "Kyuubi Oniichan" – Se quejó el menor saltando a la cama y escondiendo su rostro bajo una almohada, su amado hermano se sentó a un lado de la cama inclinándose hacia atrás para apoyar su espalda contra el respaldo de metal, Naruto gateó a su lado descansado su cabeza sobre las piernas largas de su hermano mayor. "No quiero casarme con ella" – Murmuró
"Lo se Naru chan" – Contestó con el mismo tono desesperado que había usado su hermano. "Me voy mañana a Italia, no podre ser de mucha ayuda" – Anunció, Naruto volvió su rostro a un lado dejando que las lagrimas cayeran por sus marcadas mejillas.
"¿Volverás algún día?" – Preguntó dejando que los dedos largos de Kyuubi limpiaran las lágrimas.
"Me temo que no Otouto, debo hacerme cargo de las propiedades en Italia y padre quiere que me vaya de casa"
"Es por mi culpa ¿no es así?"
"Claro que no baka, soy lo suficientemente mayor para aceptar esta clase de responsabilidades" – Explicó, el rubio asintió escondiendo su rostro en la tela del pantalón de su hermano; sin él su día seria un infierno en vida.
"Naruto sama, su padre lo necesita" – Un sirviente dijo mientras entraba en la habitación con una respetuosa reverencia, el rubio asintió con frialdad caminando a la planta baja, voces se escuchaba desde donde se encontraba parado, venían de la sala de estar. Naruto hizo su entrada triunfal mirando la habitación y cada uno de los que se encontraban dentro, el chico tomó su lugar detrás de su padre, saludó con una reverencia y una sonrisa falsa sobre sus labios.
"Es un buen mozo ¿verdad querido?" – Comentó Lady Hyuuga mirando a Naruto de arriba abajo con una sonrisa calida, el rubio desvió su mirada a la chica de 15 años sentada al lado de su madre, la chica era bonita pero no la amaba.
"La boda se llevara a cabo en una semana, entonces" – Minato dijo moviendo su mano en ademán despreocupado, los ojos azules del rubio se abrieron de par en par.
"Yo no pienso casarme con esta niñita consentida" – Gruñó, veneno cayendo de cada palabra que pronunciaba, Hinata soltó un suspiro de sorpresa y sus ojos lavanda se llenaron de lagrimas, Naruto se mordió el labio inferior, no quería hacerla llorar pero era la única manera de romper el compromiso. Minato se levantó rápidamente estampando su palma en la mejilla bronceada.
"Discúlpate ahora mismo" – Dijo en tono amenazador, Naruto lo miró desafiante y sin temor.
"No lo haré" – Contestó mientras se daba la vuelta corriendo a la puerta doble de la entrada, las empujó con fuerza para abrirlas de par en par saliendo a la oscura noche, los establos estaban ya cerrados pero como amo del lugar no podían negarle entrada, el chico escogió a su caballo favorito y cabalgó al pueblo mas cercano, no regresaría a casa en primer lugar porque no se casaría con la chica y en segundo, porque temía el castigo de su padre aunque mostrara un exterior fuerte.
A pocas horas de cabalgar el chico cedió ante el cansancio, desmontó su caballo caminando hasta llegar a un árbol para poder atar al animal mientras descansaba un poco. El rubio se separó del animal caminando por un tupido parque tratando de encontrar a alguien o algo que lo pudiera ayudar; las estrellas arriba de su cabeza lo hipnotizaron con su brillo haciéndole perder la noción del tiempo y lugar hasta que una espada presionada a su cuello lo hizo volver a la realidad.
"Vaya, vaya miren lo que tenemos aquí" – Dijo una voz rasposa y vieja. "¿Que hace un muchachito tan rico y buen mozo en este lugar?" – Continuó hablando la voz, su mano libre viajando por el pecho del menor, el rubio luchó contra la mano que lo detenía tratando de liberarse pero la espada se hundió en su piel derramando unas gotas de sangre. "Dame todo tu dinero y juro que no te haré daño mocoso" – Ordenó empujando mas fuerte el helado acero.
"No tengo nada de dinero conmigo" – Respondió escondiendo el temblor de su voz y su miedo.
"Bueno, creo que tu cuerpo podrá pagarme este error tuyo precioso muchacho" – Susurró, la mano que lo detenía viajando bajo su camisa por toda su piel. Naruto contuvo su respiración tratando de no llorar.
Los arbustos frente a ellos se movieron y la sombra de un hombre cayó sobre ellos, el joven saltó hacia los dos hombres, el ladrón no tuvo ni siquiera tiempo de reaccionar cuando el desconocido lo tomó entre sus manos empujándolo con tanta fuerza que los árboles crujieron bajo su peso, Naruto se derrumbó sobre sus piernas arrastrándose hacia atrás con miedo.
La sombra se acercó hacia el con cuidado, el rubio por fin fijándose en el joven de al menos 19 años, de cabello negro y la piel mas blanca y lisa que jamás había visto, sus labios suaves se movieron silenciosamente acercándose al cuello oliváceo, su lengua saliendo a lamer las gotas de sangre que salían de su herida.
"V-vampiro" – Tartamudeó el rubio, el hombre siseó empujándolo lejos de su cuerpo con fuerza, su rostro pasivo pero sus ojos no podían ocultar la sorpresa.
"¿Cómo sabes de nosotros, mortal? – Inquirió con despreció tomando a Naruto por los hombros con una fuerza que lo lastimaba, el menor gimió tratando de soltarse.
"Conozco a tu especie desde pequeño, pude ver como la iglesia mataba a tu gente una vez que escape del palacio, investigue sobre ustedes y no te temo" – Naruto fijó sus ojos azules sobre los del desconocido demostrándole que era verdad lo que decía. "¿Vas a matarme?" – Preguntó
"Debería pero no lo haré esta noche, hay algo en ti que me llama la atención, ¿Cuál es tu nombre mortal?"
"Uzumaki Naruto" – Contestó con orgullo y una gran sonrisa, el vampiro rió con suavidad.
"Mi nombre es Uchiha Sasuke; dime pequeño ¿Tienes adonde ir?"
"No, escape de casa" – Respondió con una sonrisa la cual el chico devolvió.
"Puedes venir conmigo si lo deseas" – Sugirió con voz seductora, la adrenalina bombeaba por las venas del rubio, toda la razón le decía que huyera del extraño y peligroso vampiro pero su curiosidad lo mataba.
"Me encantaría Monsieur Uchiha" – Respondió el chico tomando la mano que le era ofrecida para ponerlo de pie.
"Tu caballo esta cerca, puedo escucharlo" – Murmuró liderando el camino hacia el animal café oscuro, el vampiro saltó montando el caballo con gracia y belleza, el chico alargó la mano ayudando al rubio a montar tras de él.
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Después de alrededor de tres horas de viaje el caballo fue detenido lentamente, Naruto levantó su vista para observar con grandes y curiosos ojos un castillo aun mas grande que el de su familia pero este se miraba mas oscuro y lúgubre con un bosque protegiendo su perímetro. Una vez mas el moreno lo ayudó a bajarse del animal, el rubio desmontó parándose y caminando tras el Uchiha tratando de esconder su miedo, pero Sasuke podía sentirlo.
"Sasuke" – Un hombre llamó, el azabache asintió en forma de saludo al vampiro que apareció desde dentro de la casa. "Pude sentir a un humano cerca de aquí" – Dijo con una mirada sombría, el hombre se relamió sus labios secos.
"Ese seria yo" – Dijo el rubio parándose al lado de Sasuke, el vampiro siseó mostrando su par de colmillos afilados para prevenirle a Naruto que se mantuviera lejos. "Mi nombre es Uzumaki Naruto" – Saludó ignorando las silenciosas amenazas del vampiro nuevo, Sasuke se echó a reír
"Esta bien Juugo, el chico se quedará con nosotros, conoce a nuestra gente" – El vampiro, Juugo cerró la boca escondiendo sus comillos, su rostro volvió a la pasividad que mostraba antes.
"Bienvenido a casa Uzumaki Naruto" – Saludó con una sonrisa traviesa estrechando su mano con la del menor.
Sasuke y Naruto siguieron a Juugo a la casa, la puerta doble se parecía mucho a la de su casa; a pesar de lo oscuro que se miraba el castillo por fuera el lugar era calido y acogedor.
"Déjame mostrarte tu habitación" – Llamó Juugo subiendo por unas escaleras en forma de caracol, Naruto asintió subiendo las escaleras tras el vampiro, fue llevado a la habitación mas lejana del pasillo.
El rubio abrió la pesada puerta dejando ver el interior, una cama escondida tras cortinas de seda roja, un espejo de su tamaño adornado con un marco de oro puro colocado sobre un tocador de madera oscura. "Una de las chicas vendrá a ayudarte a vestir, si no te molesta debo ir a comer" – El chico se disculpó.
"Muchas gracias Monsieur Juugo"
"No tienes que agradecerme" – El joven vampiro se dio la vuelta cerrando tras su espalda, el rubio se quedó dentro recapitulando su día entero; no había vuelta atrás pues estaba seguro que su padre jamás lo aceptaría de nuevo en casa y si lo hacia la boda seria inevitable. Podría ir con su hermano a Italia pero por el momento disfrutaría su vida con estas extrañas y fascinantes criaturas. Tenia la sensación de que no le harían daño, ninguno de ellos y eso alentaba más su deseo de conocerlos.
Después de largas horas de espera y reflexión pudo escuchar el golpeteo en la puerta de su habitación, una chica muy hermosa de cabello rosa y piel pálida entró, se miraba como un ángel caído del cielo condenado a vivir en este planeta, sus labios eran pálidos y estaban curvados en una sonrisa maternal que lo hizo amarla desde el primer momento en la vio, un amor que nunca había sentido por su madre.
"Naruto – Habló con una voz mas allá de la ternura, el rubio se quedó sin palabras solo pudo observar a sus ojos verdes. "Traje un poco de ropa, puedes tomar un baño" – La ropa que cargaba cayó sobre la cama.
"¿Cuál es su nombre mi Lady?" – Preguntó apenado tratando de ocultar son rubor.
"Sakura Haruno mi pequeño mortal, descansa ahora que el amanecer esta por venir y estoy segura que has tenido una noche muy dura" – sus palabras todas eran ciertas, el rubio estaba mas que agotado. "Duerme bien pequeño mortal" – Se despidió.
"Arigatou Haruno San" – Agradeció antes de que la chica se fuera.
El baño de su habitación ya estaba listo con agua caliente y lleno de burbujas, por primera vez en su corta vida el chico debió preparar todo el mismo, siempre había odiado que los sirvientes le ayudaran incluso a ponerse la ropa, se sentía como un completo inútil.
Luego del largo y relajante baño el chico se arrastró a la cama recibiendo el buen merecido descanso con los brazos abiertos.
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Ni el mas brillante sol del amanecer pudo despertar a Naruto de su profundo sueño, el chico había dormido el día entero y despertó solo cuando la luna salió escondiéndose tras unas nubes, la puerta del cuarto estaba cerrada pero alguien había estado ahí ya que un par de trajes estaba colocados en la silla del tocador. El rubio se levantó listo para su rutina 'matutina' admirando el traje lujoso y digno de un noble que los vampiros le habían regalado.
"Veo que la ropa es de tu agrado" – Vino la voz de Sasuke, Naruto jadeó volviéndose a la puerta con un débil sonrojo cubriendo sus mejillas al notar que los ojos obsidiana escaneaban su cuerpo.
"Muchas gracias por su hospitalidad y por la ropa, no se como podré pagárselos" – Dijo el chico mirando hacia otro lado cuando comenzó a sentirse nervioso bajo la penetrante mirada.
"No me lo agradezcas mi querido Naruto… por cierto, iremos de cacería y me preguntaba si querrías venir a observar el espectáculo" – Dijo utilizando de nuevo esa voz seductora que hacía que los cabellos de su cuello se erizaran. No estaba seguro de querer verlos matar a su propia gente pero la curiosidad era su más grande debilidad.
Sasuke tomó su mano, el tono y temperatura de las dos manos completamente diferentes pero a la vez encajando a la perfección.
Dejó que lo guiara a la planta baja y luego a los establos, otros 4 vampiros estaba ahí, Juugo, Sakura y los otros dos que aun no conocía.
La ciudad de Paris no estaba tan lejos como había creído, llegaron rápidamente a la atestada ciudad. Por seguridad el rubio tuvo que seguir a Sasuke tomando su mano en la suya viendo a las personas pasar sin darse cuenta que su sentencia de muerte caminaba junto a ellos.
"Sígueme" – Susurró Sasuke cerca de su oído, Naruto se dio cuenta que seguían a una pequeña de cabello largo y sucio vistiendo un traje roto y viejo, un pequeño trozo de pan arruinado en sus pequeñas manos; la siguieron hasta un pasaje sin salida hasta que la chica por fin se dio la vuelta notando a los dos chicos.
Sasuke dejó caer la mano mas pequeña que la suya mientras se acercaba a la chiquilla quien gritó con temor corriendo hasta llegar a la pared del fondo, tratando de esconderse de los ojos asesinos que la miraban, Sasuke se abalanzó sobre ella tapándole la boca con una de sus pálidas manos, sus labios se posaron sobre su cuello como una mariposa repartiendo un par de cariñosos besos antes de morderlas rompiendo la piel para dejar salir la sangre que tanto añoraba, la pequeña se retorcía bajo los fuertes brazos hasta que sus esfuerzos pararon, sus ojos suplicantes se volvieron al rubio.
"Por favor… ayúdame… te lo suplico" – Pidió la pequeña con voz débil, Naruto era una persona valiente pero eso no quería decir que no tuviera corazón; no pudo contestar a sus ruegos haciendo que lagrimas cayeras por sus mejillas sin poder mirar mas el espectáculo frente a sus ojos.
P.D
Hola chicos y chicas, se que me fui de FF por largo rato, estoy en estado vegetal con mis otras historias, las ideas no me fluyen!!
esta fic la tenia guardada desde hace mucho, la unica diferencia es que era una historia con personajes originales hahaha pero decidi hacerla sasunaru.
es una historia incompleta, asi que tratare de terminarla. Es corta.
Espero que les guste mucho.
