Buenas a todos, aquí traigo un pequeño fic no sé si lo continúe o no, ustedes díganme- n…n)


Título: Tu y yo

Autor: Alice

Parejas: Lucy y Natsu

Advertencias: Ninguna

Tipo: Romance/Drama

Disclaimer: Fairy Tail le pertenece a Hiro Mashima, yo solo uso sus personajes como forma de entretenimiento.


Tú y yo:

Prologo:

-Natsu, porque no vas a presentarte con los nuevos vecinos- Decía su madre dulcemente mirando a su pequeño de cabellos rosa rebelde jugando en frente de su televisión conectada a internet donde jugaba el juego de league of legends. Al escuchar que su madre le hablaba detuvo su juego viendo a su madre.

-Pero mama…- Comenzó a quejarse el pequeño pelirosa ya que iba en la mejor parte del juego. mirando a su madre con un puchero infantil causando que esta ríe leve al ver a su pequeño así.- ve tu

-iría pero no puedo ahora mismo, así que ve tu si? y de paso le llevas esto como muestra de bienvenida- Al decir esto la madre entro a la cocina tomando un plato hondo lleno de galletas recién horneadas envueltas con un aluminio. Con el plato se dirigió a la salad viendo como natsu se levantaba rápidamente al oler el olor de las galletas

-Galletas de chocolate! Yo quiero!- dijo entusiasmado viendo a su madre una joven mujer de cabellos rosa corto con ondas y ojos negros aquella que vestía un vestido blanco corto con flores amarillas y un delantal rosa. Al ver tanta emoción del niño la madre rio un poco para continuar hablando dejando de reír aun sin dejar de sonreír.

-No, natsu estas son para los vecinos nuevos-

-eh?- El pequeño peli rosa miraba a su madre con un ceño fruncido.

-Pero… si lees llevas está en la cocina encontraras muchas más- diciendo esto la mirada del pequeño se volvió a emocionar causando que rápidamente se dirigiera a la puerta en un pequeño armario al lado de esta donde había algunos zapatos bien organizados con rapidez se quitó sus pantuflas rojas para ponerse unos tenis con figuras de dragones. Su madre solo se acercó donde él estaba sonriendo por la actitud de su hijo el cual ya listo volteo a mirarla alargando sus manitos para tomar el plato hondo lleno de galletas que su madre le daba.

-Recuerda se educado con los nuevos vecinos-

-Si! Vuelvo ahora!- Grito saliendo rápido de su casa causando las risas de su madre al verlo salir.

Ya Afuera el pequeño comenzó a caminar a la casa de la lado, una casa de dos pisos igual a la suya pero con algunas diferencias como que la suya estaba pintada de rojo mientras que la de al lado de un color azul cielo con un jardín lleno de flores enfrente, algo que su casa también tenía pero con varios juguetes regados al frente. Su mirar se dirijio a los camiones de mudanza que sacaban los muebles de estos y los adentraban en la casa.

-Hola!- Una voz femenina le hizo sobresaltarse al ver como enfrente suyo una joven mujer le miraba sonriendo. La joven al ver que el pequeño no hablaba decidió preguntar amablemente- ¿Qué haces por aquí pequeño?

-Hola soy natsu dragneel, vivo a lado. Mi mama está ocupada así que les manda estas galletas- diciendo esto le mostro el plato a la joven quien lo tomo sonriendo respondiendo

-Gracias natsu, por cierto soy layla

-Mucho gusto señora layla-

Layla solo pudo reír por la actitud un tanto seria que puso el niño pero su atención se desvió a otro lado al oír como una voz infantil corría hacia la joven abrazándose a ella.

-Mami! Mami! , papi dice que cenaremos helado!

-Lucy, cuantas veces te he dicho que el helado de chocolate como cena hace daño y no es saludable- le reprendió su madre con calma.

-pero…!- la pequeña trataba de reclamar pero la mirada severa pero con amor le hizo cambiar sus ojitos a unos de cachorritos- mami...

-está bien solo por hoy- respondió dando un leve suspiro la joven por el deseo de su pequeña cerrando los ojos un poco hasta que dirigió su mirada al pequeño que estaba observando todo sin decir nada.

-eh?- La pequeña después de unos minutos miro con sus grandes ojos chocolate al niño enfrente suyo de cabellos rosa rebeldes y ojos negros profundos mirándoles. Mientras que natsu veía a la niña enfrente suyo impresionado al ver que la niña se parecía mucho a la joven mujer ya que las dos tenían el cabello rubio pero en el caso de Lucy este era más corto sobre el nivel del cuello, usando un vestido rosa corto hasta las rodillas con una cinta blanca en el medio mientras layla vestía normal con una blusa azul y un pantalón negro con sandalias.

-Hola..- eran las únicas palabras que salían de sus labios sin dejar de ver a la niña- Soy Natsu

-Hola, soy Lucy, vives por aquí?- pregunto con curiosidad.

-Lucy es el natsu, nuestro vecino que vino amablemente a traernos unas galletas- presento la joven a la pequeña.

-Vivo hay al lado- ahora hablo natsu señalando su casa

-eh?, oye ¿Cuántos años tienes?- pregunto Lucy sonriendo con curiosidad causando que natsu tragara un poco de saliva por la pregunta repentina.

-8 y ¿tu?

-7-

-Te llevo un año- aclaro señalándole sonriente-

-Si…-la pequeña Lucy solo rio leve por la acción de natsu.

-Oye, Lucy, te gustaría jugar en mi casa?- pregunto con emoción natsu

-Sí, me gustaría!... pero…- la pequeña comenzó a dudar si debía- es que ahora estamos arreglando todo en casa…

-Ve Lucy- Alentó su madre al notar el cambio de actitud de su hija repentino, quien le veía con duda de si aceptar o no- Ahora mismo no hay mucho que hacer, y papa y yo podemos terminar de organizar todo, no te preocupes ve juega con tu nuevo amigo si?

La pequeña Lucy lo pensó por unos momentos hasta que con una sonrisa acepto, el pelirosa al ver que había aceptado le dio la mano sonriendo con un pequeño rubor en su rostro

-Vamos! -

-Si!- Lucy tomo su mano sonriendo de la misma forma que él lo hacía con un rubor también en su rostro, volteando su rostro para ver a su madre.- Mami vuelvo ahorita

-Está bien, diviértete-

Al oír la palabras de su madre, Lucy y natsu se fueron corriendo a la casa de este siendo vistos por layla quien sonreía feliz al ver a su pequeña tan contenta. Debido a que donde Vivian antes no tenían vecinos con niños de la edad de Lucy y eso hizo que la pequeña se deprimiera por no tener con quien jugar pero el verla tan feliz jugando con un niño que apenas le llevaba un año le hacía sentirse bien.

Continuara….