Sé y tengo mucho más que claro que aún no termino ninguno de los fics que tengo publicados… Sé que me tardo mucho en actualizarlos… pero éste fic, lo tengo en mente hace muchísimo tiempo y no podía aguantar hasta terminar todos…

Éste fanfic es un poco diferente, ya que, a medida que pasen los capítulos, se darán cuenta que los papeles se intercambian en cuanto a personalidades.

Hay muchísimo OOC, pero estoy segura de que cierta forma aprenderán a amar éstas personalidades.

Saben muy bien que prince of tennis no me pertenece, yo sólo escribo por diversión y sin fines de lucro.

Sin más que añadir, disfruten su lectura.

El motor de la motocicleta le calmaba, aunque un deseo innecesario de volver a tras lo envolvía. Se suponía que volvía a su país natal para poder recordar sus raíces. El haber pasado la mayor parte de su vida viajando por el mundo, había hecho que su propia cultura se le olvidara un poco.

Tomó la decisión de regresar a Japón porque un amigo le dio una muy buena oferta de trabajo. Además, se suponía que después de ocho años, era un tiempo más que suficiente para olvidarse de ella. Para poder crecer y madurar lo suficiente. A pesar de ello, de que ya hayan transcurrido ocho años, seguía pensando en ella. Cada mañana, cada tarde, cada noche, la recordaba. Sus besos, caricias, sonrisas, todo en ella le encantaba. Hasta su rebeldía, suponía que era lo que más le atraía de ella.

No, él no era de los que se arrastraban por sus ex parejas. Pero… ¿Cómo podía olvidarla, si una pequeña le recordaba todos los días a su madre? Mientras pensaba en ello, sintió como la pequeña Haruka se acomodaba en su espalda. Llevaba una hora somnolienta, y es que era entendible. Llevaban cinco horas en una motocicleta, y ella no podía dormirse.

-Tranquila, Haruka (1). Falta poco – le animó para que no se durmiera

-Es demasiado para mi, Ryoma – dijo apoyando su frente en la espalda del hombre mayor

-Mira, Haruka – la llamó – ¿Ves ese condominio?

-Ajá – respondió con aburrimiento

-Es allá dónde viviremos de ahora en adelante – le contó sonriente

-¿Es enserio, Ryoma? – Preguntó emocionada, él asintió – ¡Es tan lindo!

Él volvió a sonreír. Le encantaba cuando Haruka se ponía feliz. Era su hija, después de todo.

Estuvieron unos diez minutos más en la motocicleta y luego llegaron a su destino. La casa número siete, era dónde vivirían de ahora en adelante.

-¡Neh, Ryoma! – Habló Haruka – ¿Esto quiere decir, que jamás volveremos a viajar? – preguntó un poco cabizbaja

-Yadda, sabes perfectamente, Haruka, que si no viajamos no seríamos nosotros – le animó

Ella sonrió, eso le había alegrado. Ryoma le extendió las llaves de la nueva casa para que ella fuera la primera en entrar. Lo hizo feliz. Recorrió cada uno de los rincones de la casa, y es que no era para menos. Normalmente, estaban acostumbrados a vivir en hoteles. No tenían estabilidad habitacional. Y es que vivir en un solo lugar lo estresaba. Si no fuera por el trabajo que Momoshiro le había ofertado, aún seguirían viajando.

Entró a la casa siguiendo a la pequeña Haruka que corrió emocionada dentro. Mientras la niña recorría la casa, él comenzaba a ver que cajas debía desempacar primero. El camión de la mudanza, había dejado todo en la casa la semana pasada, así es que todo estaba completamente desordenado.

Sintió como Haruka bajó las escaleras emocionada

-¡Ryoma, la casa es maravillosa! – Sonrió – parece una casa de muñecas – celebró emocionada

-Qué bueno que te guste – la miró feliz – pero… - su mirada se puso seria – es hora de ordenar – sentenció

Haruka suspiró y junto a su padre, comenzaron con la dura tarea. Revisando cajas, poniendo adornos en su lugar, barriendo, sacudiendo polvo, etc. Una tarea sin duda agotadora, pero obviamente, necesaria.

-Neh, Ryoma – habló Haruka exhausta sentada en el sillón – Tengo hambre, ¿quieres que cocine algo?

Él lo pensó un poco y luego asintió - ¿Podrías cocinar unas pastas? – era algo rápido y llenador, era perfecto para un día de trabajo.

Ella asintió y fue a la cocina para comenzar a cocinar. El timbre sonó y Ryoma fue a abrir la puerta.

-¡Echizen! – habló emocionado un hombre extendiendo los brazos en un abrazo

-¡Momoshiro! – Él correspondió el abrazo con alegría – ha pasado tiempo, amigo – sonrió

-Sí, casi nueve años – Momoshiro dirigió la mirada hacia la pequeña Haruka –

-Neh, Haruka – le llamó Ryoma – ven aquí un momento – la pequeña dejó las pastas cocinándose y fue al lugar que su padre le llamaba – éste es mi viejo amigo, Momoshiro Takeshi – le presentó

-Al fin puedo conocer a la pequeña Haruka – sonrió Momo de forma amistosa y luego acarició el cabello de la chica

-Un gusto – dijo ella - ¿Quieres comer con nosotros? – le preguntó

-Claro, claro – respondió al instante Momoshiro - ¿Has cocinado tú? – Preguntó curioso, ella asintió feliz - ¿Tan pequeña? – le dio una mirada de regaño a Ryoma

Él y Haruka se miraron divertidos y luego miraron a Momo – Está acostumbrada – dijo Ryoma divertido

Luego de que comieron, Haruka salió a explorar el lugar donde viviría de ahora en adelante y Ryoma se quedó charlando con Momo.

La pequeña estaba acostumbrada a vivir en lugares nuevos, le gustaba hacer nuevos amigos y poder compartir sus experiencias en el extranjero. Caminó por los amplios jardines del condominio, le gustaba el lugar, tenía mucha área verde y había muchos niños jugando. Miró a su alrededor y se fijó que en el lado derecho, donde no habían casas, un bosque se asomaba.

No era como esos bosques tenebrosos de las películas, más bien, se veía como un bosque en el que podría tener muy buenas aventuras con sus nuevos amigos. Se adentró un poco al bosque, con una curiosidad inmensa.

-Neh – sintió la voz de un niño que la sobresaltó, de inmediato se repuso y lo miró – No entres ahí, es el bosque de la bruja – le sonó como los cuentos de miedo que había escuchado de sus amigos en Francia, donde había vivido últimamente

-¿Quién eres? – preguntó ella

-Me llamo Kenta (2) – respondió – Puedes llamarme Ken – le sonrió luego de presentarse - ¿Cuál es tu nombre?

-Echizen… - dudó un poco, luego respondió – Echizen Haruka – ella lo observó detenidamente y decidió preguntar -¿Quién es la bruja?

El niño suspiró – Se llama Ryuzaki Sumire – contó – No le gustan los niños, siempre les grita y nunca habla con los demás vecinos

Haruka solo miró el bosque y decidió que su curiosidad era más fuerte – sólo daré un vistazo – le comentó a Ken mientras caminaba en dirección al lugar.

Se adentró al bosque sin pensar en consecuencias, le encantaba. Era un lugar hermoso, parecía de ensueños. A lo lejos, divisó a una mujer mayor que estaba sentada en un banco. No parecía mala persona, así es que se acercó.

-Hola – habló la mujer cuando notó la presencia de Haruka - ¿Eres la niña nueva del condominio, verdad? – Ella asintió y la mujer le hizo una seña para que se acercara – me presento, yo soy Ryuzaki Sumire – sonrió – éste es mi jardín y puedes venir a jugar a él cuando quieras – ofreció

¿Qué sucedía ahí? Hace menos de diez minutos, Ken se le había acercado y le había dicho que la tal Ryuzaki Sumire era una bruja que no gustaba de los niños. Y ahí la tenía, frente a ella ofreciéndole ir a jugar cuando quisiera a ese jardín de ensueños.

Confundida, Haruka sólo asintió – Gracias, ahora debo irme. Mi papá debe estar preocupado – comentó

-Regresa cuando quieras, Haruka – sin esperar más corrió de vuelta a casa para contarle a su madre lo que había pasado.

Al momento de divisar su nueva casa, pudo ver a su padre fuera de ésta, charlando con una chica de lo más animada. Se acercó sigilosamente para poder escuchar su conversación.

-Entonces… ¿dices que no eres casado? – Haruka sonrió burlona, otra mujer que se enamoraba de su padre

-No, sólo somos Haruka y yo – respondió él

-¿No has pensado en buscarle una madre? – preguntó ella

Eso a Haruka le molestó, inocentemente salió de su escondite y se acercó a los mayores.

-Neh, Ryoma – le llamó

-¿Ella es la pequeña Haruka? – la mujer intentó acariciarle la cabeza pero ésta la esquivó

-¿Podemos entrar? – Le habló a su padre quien asintió agradecido de que le sacara a esa mujer de encima - ¿Quién era? – Preguntó con condescendencia Haruka una vez dentro

-Osakada Tomoka – respondió Ryoma – habrá que tener cuidado con ella… - comentó – es un poco…-ofrecida, quiso decir pero se contuvo - entrometida – intentó buscar la palabra adecuada para que su hija pudiera escucharla – Bien, ve a darte un baño, ya es tarde – sentenció

-Sí, Ryoma – aceptó y fue a darse un baño

Luego de ponerse el pijama, levantó el colchón de su cama y de ahí sacó un pequeño cuaderno, lo abrió y comenzó a escribir.

"Querida mamá, hoy con Ryoma llegamos a Japón. Vivimos en un condominio hermoso, la casa parece de muñecas y ya hice un nuevo amigo. Se llama Kenta…"

Al terminar de relatar todas sus experiencias del día a su madre, volvió a guardar el cuaderno en su escondite y se recostó. Al rato llegó Ryoma y luego de apagar la luz, se recostó a su lado.

-Papá – llamó Haruka al mayor

-¿Si? – respondió

-Aunque tú busques una nueva novia, no me vas a dejar de querer, ¿verdad? – preguntó en un tono triste

-¿Cómo te voy a dejar de querer? – La miró y luego pasó un brazo encima de ella, abrazándola – Eres todo para mí, hija – le sonrió

-Ryoma, nosotros tenemos un trato – dijo

-¿Cuál de todos? – preguntó intentando recordar los incontables tratos que habían hecho

-Cuando yo quiera una mamá… yo la elijo – le recordó

-Sí – coincidió – pero cuando quiera una novia, la elijo yo – recordó igualmente

-Sí – coincidió también – pero no debes traerla a casa – volvió a recordar

-Ya… duérmete – ordenó

-Buenas noches, papá – dijo la niña antes de dormirse

-Buenas noches, hija – respondió éste antes de salir del cuarto de Haruka e irse a dormir.

Más que nada, ésta es una introducción… ya viene lo realmente bueno.

Haré algunos comentarios acerca de los nombres de personajes que no perteneces a prince of tennis.

He buscado nombres con significado especial. He decidido que lo haré así en cada fanfic que publique de ahora en adelante.

Haruka: significa "Desde lejos". Haruka no tiene mamá, es por eso que Ryoma le pone éste nombre. Ya que, su madre está en el cielo, según él y está lejos de ella.

Kenta: significa "Sano, respetuoso, soberbio". He ahí el por qué no acompañó a Haruka a investigar el bosque. Es alguien muy llevado a su idea, aunque buena persona.

Es todo por hoy. Llevo unos capítulos escritos con anticipación de éste fanfic, es por ello, que con seguridad puedo decirles que actualizaré este fic el próximo martes.

Espero que todas las que lean me dejen un review, en verdad, para mí es muy importante ya que así veo si la historia les gusta o no.

Un abrazo grande para todas.

Jani-chan