Los personajes de Saint Seiya no me pertenecen son de propiedad de Masami Kurumada
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HOLA a todas, aquí les traigo una historia que en un primer momento la pensé cortita pero con el transcurrir de la historia se me hizo más larguita de lo que tenía pensado, para las que leyeron "Una Historia de Siberia" esta vendría a ser la continuación es por ello lo largo del primer capítulo.
Así mismo quiero pedir una enorme disculpas a las lectoras de otra historia "Después de la Tempestad" que tengo publicada aquí mismo , no he podido continuarla porque sufrí el robo de mi laptop y con ello se fueron no solo los capítulos finales sino tres historias más que estaba próxima a terminar, entenderán que la depresión que siento es tal que he sufrido un bloqueo y no he podido actualizar , esta historia surgió como una forma de superar la perdida por ello, tal vez este capítulo no cumpla con sus expectativas pero es lo más que he podido hacer, ahora si les agradezco anticipado por tomarse su tiempo para leerme…
O.O.O
Noche de Tormenta
O.O.O
—Ja, ja, ja… –víctima de una estruendosa e incontenible risa, Ángelo yace sobre la superficie de la alfombrada estancia del onceavo templo, hacía poco menos de dos minutos que habían accedido al interior del templo de las rosas –es…escuchaste Dita como gritaban de seguro que el cubo termino en brazos del bicho.
—La verdad no pensé que fueran a asustarse con algo tan ridículo como una risa grabada –el apuesto caballero no podía contener la risa, claro que esta no era tan escandalosa como la del canceriano quien aún seguía revolcándose en el suelo.
—Debimos llevar una grabadora y grabarlos, al menos así hubiéramos tenido con que divertirnos y de paso extorsionar acierto francés –pronuncio el italiano sin dejar de reír –escuchaste los gritos del pato llamando a su mama… ja, ja, ja me hubiera gustado ver la cara del cubo.
—No te pases Ángelo, con haber salido en una pieza y secos tuvimos bastante… ¿por qué mejor no te desases de la evidencia? –le recordó al otro santo mostrándole el aparato que aun sostenía en sus manos..
—Tienes razón mejor lo mando lejos –abriendo un portal arrojo la grabadora por este pero antes de cerrarlo le pidió al piscis los fusibles para hacer lo mismo con estos, lo mejor era no tener nada que los incriminara.
Mientras en el onceavo templo, el cual aún está a obscuras, Camus se sacude a Hyoga quien está pegado cual malagua a su cuerpo.
—Hyoga –advirtió el galo al ruso, quien se encuentra en un trance de pánico –Ya suéltame
—MAMA
—NO SOY TU MADRE –refuto ya indignado el santo para de un movimiento empujarle y alejarse lo más que pudiera del cisne, pero no le sirvió de mucho ya que el ruso cual imán se le volvía a pegar –HYOGA QUITATE… MILO DATE PRISA…
—Ya, ya.. Aquí están encontramos dos –en efecto el griego ingresaba a la sala de acuario llevando en sus manos una linterna con la cual iluminaba su camino, a su lado en la misma circunstancias venia Isaac alumbrado todo a su paso, pero la imagen que les mostro la luz frente suyo hizo olvidar tremendo susto que se habían llevado momentos antes –Isaac creo que llegamos en mal momento… arruinamos el romance..
—NINGUN ROMANCE –replico el galo molesto alejando esta vez si al rubio de un soberano sopapo –suficiente Hyoga pensé que ya lo habías superado.
—MAMA…
—Permítame maestro –el peli verde se acercó hasta donde estaba el ruso y le descargo dos sonoras bofetadas –supéralo, supéralo, supéralo, supéralo –el general marina no escatimaba en golpes si de ayudar a su hermano de entrenamiento se trataba.
—Isaac ya fue suficiente –trato de apaciguar el galo
—Mi turno, mi turno –reclamo el heleno remangándose las mangas de la camisa siendo detenido a tiempo por el galo ya que si lo dejaba se quedaba huérfano de alumno –hey que pasa…yo también quiero –Camus negó –¿la mitad de las que él le dio? –Indico a Isaac, el santo volvió a negar –déjame darle al menos una
—Dame la linterna –ignoro adrede al griego, dándole la espalda y reparando nuevamente en Isaac y recordando hacia donde lo había enviado antes –Isaac que paso con los fusibles
—No están maestro, parece que alguien los saco , tampoco están los de repuesto.
Camus no pronuncio ni una palabra, solo se paseó por la estancia iluminada por las dos linternas, eso sí siendo seguido con atención por tres pares de ojos,… bueno dos y medio Isaac es tuerto, esta vez ninguno se atrevía a seguirlo ni siquiera se movían, puesto que habían sido amenazados con ser encerrados en un ataúd de hielo a la menor sensación de cercanía hacia la persona del aguador, además que para asegurarse de que no incumplieran su orden les había colocado los anillos de contención a cada uno, mejor era mantenerlos a raya.
Las palabras de Isaac resonaban en su mente , alguien había sacado los fusibles y por ese alguien , la primera persona que se le vino a la mente fue uno de los géminis, el que tenía fama de revoltoso por cierto, pero hubo de desechar ese pensamiento puesto que Kanon no se atrevería a hacerle una broma así a Milo pues ellos se habían vuelto muy amigos y el gemelo respetaba la amistad que lo unía al menor de los griegos en todo caso si hacían de sus bromas eran ellos dos contra el resto, por tanto termino de descartarlo a él y a los demás custodios de casas más abajo quedándose solo con la cuarta y por supuesto la doceava, Afrodita no era tan subversivo, en ese sentido era más centrado, pero el otro ese sí que era capaz de todo.
Mascara mortal, si no le cabía duda pero como probarlo, primero si fue Ángelo, para dejar en penumbras su templo tuvo que haber quitado los fusibles y la caja térmica se encontraba a la salida de su templo, para ello tendría que haber ascendido y cruzado su templo y por ende anunciarse, salvo que este ya hubiera estado allí y si no se regresó hasta su templo el único lugar que le quedaba era el siguiente al de acuario piscis, el santo sabia de la amistad que unía a estos dos santos también ,por tanto era menester actuar de inmediato.
—Hyoga –llamo al rubio quien intento levantarse pero los anillos se lo impedía –oh… de veras, ya está –quito su poder del cisne –ve hasta cáncer y solicita a Mascara unos fusibles si no lo encuentras déjale una nota –tan pronto imparto su orden el cisne desapareció de su vista –Isaac, ve al templo principal y al cruzar Piscis trata de llamar la atención de Afrodita,
—Y eso maestro –inquirió el peli verde –digo, si solo me permite la entrada como hago para que salga de su templo
—Afrodita odia que pisen sus rosas…usa tu imaginación Isaac –reparando en Milo –Milo tu ve tras de Isaac y observa a una prudente distancia, y si dita intenta matar Isaac déjale claro que meterse con él es meterse conmigo.
—Ok, pero que gano yo en todo y que se supone que harás tu
—Pues yo preparare chocolate –el griego pareció no muy convencido –está bien lo hizo Hyoga yo solo lo voy a servir –el griego se cruzó de brazos y apoyo la espalda en la pared, no le parecía justo que ellos se expusieran y el galo solo se quedara tonteando en lo que ellos regresaban –Ok, te preparare manzanas al horno de acuerdo
—Toda la semana –extorsión a la vista, aunque el griego prefería llamarlo negociación.
—No abuses –por respuesta Milo se miró las uñas despreocupado – …está bien, ve ya que me matan al chico…
Horas después.
Luego de comprobar parte de sus sospechas, el guardián del undécimo templo se decidió a concluir con la reunión que horas antes disfrutaban en compañía de sus ex discípulos y el escorpio, compartían una humeante taza de chocolate caliente acompañados de unos panecillos de mantequilla de los favoritos del francés, todo a la luz de unas velas y las dos linternas.
Transcurrido un tiempo de solaz conversación llego el momento de ir a dormir y ahí sobrevino el primer, único y gran contratiempo para el santo, no contaba más que con una sola habitación de invitados, la cual solía ocupar Hyoga o en otros casos Milo cuando la situación lo ameritaba, solo que esta vez tenía un invitado más, el peli verde y no enviaría a otro lado a pernoctar al muchacho, por tanto decidió en el acto…
—Hyoga, te quedaras en la habitación de invitados e Isaac ocupara la mía -informo el galo o mejor dicho ordeno.
—Maestro y usted donde se quedara –inquirió el rubio pues era consciente que el templo no poseía más habitaciones que las mencionadas por el regente del templo.
—Por mí no se preocupen –dijo para dar por concluida la conversación volviéndose donde el griego –vamos Milo te acompaño a Escorpio en lo que ellos se acomodan
—Te quedaras en mi templo –inquirió feliz el griego
—Por supuesto que no, un basurero goza de más orden que ese cuchitril que llamas templo –el griego se sintió ofendido, tan mal no estaba su templo solo un poquitín desordenado, nada que una buena escoba no solucionase, claro que la escoba no trabajaba por sí sola, por ello solía pasar más tiempo en Acuario que en su propio templo.
Diez minutos después
—Milo déjame pasar –por enésima vez el galo intento cruzar la muralla que representaba el peli azul, quien se colocó como muro de contención no permitiéndole al santo traspasar las puertas de su propio templo –y ustedes por que no se van a dormir.-repara en sus ex alumnos que estaban en la columna del pasillo
—No tenemos sueño además maestro Hyoga y yo podemos compartir la habitación y usted quedarse en la suya
—Lo ves Camus no hay necesidad de abandonar tu templo, es más yo me quedo en el sillón de tu habitación, así si algo se presentase estaría aquí para prestarte oportuna ayuda, ya sabes dos santos dorados es mejor que uno…eh que dicen?
—TIENEN MIEDO –no pregunto afirmo el santo de acuario pues esa reticencia, se debía a que tenían temor de permanecer solos incluido el escorpio.
—Nosotros, por supuesto que no –refirió el peli verde lanzando una mirada a los otros dos restantes para que confirmaran sus palabras
—Milo tiene razón, si atacan el santuario es mejor que estemos unidos y preparados –para convencer al galo el cisne adopto su pose de defensa
—A ver, pónganme atención los tres, si atacan el santuario, primero Milo tendría que estar en escorpio custodiando e impidiendo que algún enemigo cruce el templo, tu Hyoga en el templo principal reguardando la integridad de Athena, e incluso Isaac también tendrían que estar en el templo ya que al ser un invitado es responsabilidad del recinto salvaguardar su integridad para evitar un conflicto con el dios que protege y por ultimo yo me quedaría aquí alerta a lo que acontezca –el santo se sumió en un breve silencia para concluir –excelente sugerencia pueden ir descendiendo y ascendiendo respectivamente , suerte en la escaleras que a estas horas están desiertas y son tenebrosas.
—De acuerdo Camus estamos alterados, y ninguno quiere estar solo –admitió el heleno –a diferencia tuya nosotros no somos un tempano de hielo, frio y sin sentimientos que ni siquiera le teme a un fantasma…es más si tan poco te importamos al extremo de abandonarnos a nuestra suerte pues ahí está la puerta puedes irte ahora mismo y no te molestes en regresar –el griego extendió el brazo señalándole la puerta.
—Por si lo han olvidado este aún sigue siendo mi templo –dijo en tono seco mirando esta vez al escorpio. Quien por toda respuesta ensancho la sonrisa y moviendo ambas manos invitaba al galo a quedarse, este derrotado por la aptitud del griego se dejó caer en el sofá –está bien ustedes ganan, Hyoga Isaac a mi habitación.
—Oye Cam, la otra es muy chica no vamos a caber en la cama
—Tu ocuparas la cama, yo tengo algo de trabajo que hacer…
Los dos chicos dormían plácidamente, eso lo comprobó el santo luego de pasar por su dormitorio y checarlos , dejo su habitación para ir a la siguiente donde Milo también dormía profundamente , el galo sonrió enternecido pues a pesar de ser hombres ya hechos el griego aún conservaba ese aire infantil que lo caracterizo siempre , sin hacer el menor ruido accedió al interior para pagar la vela y salir luego con el mismo sigilo cuidando de no despertar al griego , se regresó sobre sus pasos hasta llegar nuevamente al estudio se recostó en el confortable conciliando el sueño a los pocos minutos.
O.O.O
Antes del amanecer un santo cruzaba el templo de la vasija con total sigilo, pero no era el único con él iba otro santo, ambos portaban capas con capuchas por tanto era difícil saber de quienes se trataban.
Camus es una persona bastante suspicaz, por lo mismo sabía que cáncer no se arriesgaría a cruzar en la noche ya que podría ser percibido por él, por ello el santo prefirió dormir unas horas y colocar el despertador a un lado de su escritorio programándolo quince minutos antes de la cinco de la madrugada, al despertar solo le tomo segundos espabilar y salir de su templo y ocultarse por las escalinatas que conducen al templo siguiente y esperar.
La espera valió la pena, a pocos metros de donde se hallaba, aparecen dos encapuchados no los podía reconocer ya que iban completamente cubiertos, cambio de posición para oír lo que estos hablaban y fue por esto mismo que descubrió al cómplice de cáncer, el inconfundible acento sueco que tenía lo delataba, pero Camus no solo acertó con Afrodita por su acento sino por la corta conversación que sostuvo con el italiano.
—Oye aún tengo sueño dita –se quejó el santo sin evitar soltar un bostezo
—Es la única forma de pasar Acuario sin que Camus lo note, a estas horas debe de estar profundamente dormido ya que si descubre que fuimos nosotros los de la bromita no nos ira muy bien.
Suficiente no necesitaba escuchar más, ahora solo tenía que cuadrar su plan para hacerle pagar a ese par la bromita que les habían gastado, utilizaría todo su ingenio para elaborar algo a la altura de las circunstancias.
De regreso al interior de su templo tenia mil ideas bulléndole en la cabeza de todas una tendría que ser la ideal para devolverle el favor a ese par, solo que de momento ninguna le parecía la indicada.
Así transcurrió los días, las semanas hasta llegar a los dos meses y Camus aun no hallaba la forma de cobrarse la a esos dos, ya que ante cada sugerencia de su cerebro este lo desechaba al surgir otra más irreverente que la primera.
Fue hasta que recibió una llamada del templo de parte de Shion, sin hacer esperar de más a u ilustrísima el santo ascendió lo que le faltaba para alcanzar el recinto sagrado, la misión si podía llamarse así era reconocer unas fallas geográficas en una zona inhóspita de Siberia, el pontífice pensó en el precisamente por ser el que mejor conocía la región y estaba mas aclimatado al inclemente clima y se conduciría mejor que otro.
Tenía quince días para preparar todo para su partida incluso Milo iría con el puesto que Shion consideraba que era necesario que las misiones se hagan al menos en grupos de dos.
A la mención de las heladas tierras de Siberia muchos recuerdos vinieron a su mente entre ellos la noche en la que aparentemente fueron acechados por un ente y que mejor que devolverles el favor que poniéndoles la piel de gallina a esos dos, el asunto era como hacer para que sean Cáncer y Piscis los que efectuaran la misión.
O.O.O
Altitud, longitud, presión solo debía estar en el lugar y momento oportuno ya que si algo salía mal podría pasar muchos meses en cama y solo requería de una semana no más, el galo volvió a medir las distancias hacer nuevamente los mismos cálculos incluso verifico que las corrientes de aire sean las indicadas, antes que el santo del doceavo templo se percatara de su presencia se ocultó descendiendo a su templo por otro camino aunque algo más accidentado pero necesario si todo seguía igual esa misma tarde empezaba la primera parte de su plan, quedar imposibilitado para ir a la misión, por si las dudas le rezaría a atenea para que el pontífice mande al Piscis, porque algo era un hecho el peli celeste acabaría con un cargo de conciencia dentro de poco.
El momento llego, una última verificación y solo tenía que quitar esa pequeña madera y toda la reparación en los jardines de Afrodita se vendría abajo, uno, dos, tres…
—Crasssshhhh –un estruendo similar a una explosión se sintió en el ala norte del templo de Piscis, como es de suponerse el santo salió disparado del interior de su templo.
—Oh cielos… cielos mis rosas, mis lindas e inocentes rosas –el sueco trataba de mirar entre la polvareda que se levantó luego del estruendo.
—Ahgggg –un quejido lastimero se oyó, de debajo de los escombros.
—No se preocupen yo las salvare
—Aghhh…Afro… di… ta
—Si las oigo, las oigo… que extraño nunca me habían hablado –razono el peli celeste sin atinar siquiera a moverse del lugar en donde se hallaba.
—Afrodita…me estas pisando
—Oh… ¿esa voz no es de mis rosas?
—Quítate me estas triturando el brazo –exclamo la victima del desastre
— ¿Camus?
— ¿Quién más?
—Cielos… ¿qué te paso?
—No lo adivinas…aggghhh
—Tranquilo, no te muevas iré por ayuda –el sueco salió corriendo, regresando al instante, no había siquiera ingresado a su propio templo cuando se volvió donde se encontraba Camus bajo una tonelada de escombros –¿que hacías aquí?
—Vine a tomar el sol –el santo apenas y podía con el dolor de su brazo ese si resulto lastimado –tu qué crees… iba al templo a recoger unas indicaciones.
—Pero ¿no leíste el letrero?
—Me vas a ayudar o vas a seguir haciendo preguntas estúpidas
—Bueno que carácter… mejor te hubiera caído la viga en la boca –esto último lo dijo más para sí mismo, con mucho cuidado procedió a quitar parte de los escombros y así liberar al galo quien estaba casi enterrado bajo ellos.
Más atrás en el templo de Acuario Milo buscaba al guardián del templo no hallándolo, pero si encontró una nota que le indicaba que le de el encuentro en el templo principal. Dejando la nota donde la encontró salió de los privados de Acuario para dirigirse al templo, al legar a Piscis se sorprendió por lo desastroso que estaba el lugar ya hasta podía hacer competencia con su templo por lo sucio y desordenado, fue cuando escucho unos murmullos y curioso cómo era se internó en lo que alguna vez fue el jardín de Afrodita, eso sí brincando entre los escombros a escasa distancia oía claramente los lamentos en un acento demasiado conocido para él, sin demora se lanzó hacia el lugar donde veía solo una cabellera celeste y aun en el suelo y con medio cuerpo cubierto por tierra plantas musgos y rosas estaba Camus …
—Camus ¿qué sucedió? –Pregunto muy preocupado –te ayudare, Dita trae algo que podamos usar de palanca para levantar esta viga está presionando su pierna –le indico al sueco quien corrió para traer la herramienta que le pedía el griego
—Cuidado Milo –menciono el galo.
—Esto estará bien –el sueco volvió entregándole una barreta, el griego asintió y Camus se aterro, eso no estaba en sus planes
—Espera Milo
—Tu cierra los ojos –el galo los abrió más, Milo no podía saber que esto lo estaba fingiendo el aguador y si continuaba de seguro si terminaba con una buena fractura en sus extremidades.
—Di… Dita a agua, tráeme agua –el pez no comprendió pero igual fue por el líquido elemento, cuando Milo estuvo a punto de hacer palanca con la herramienta una mano se cerró en la herramienta –no Milo no es necesario
—Claro que si estas atrapado
—Por supuesto que no… mira –el galo se impulsó para atrás y saco su cuerpo de debajo del madero que aparentemente le aprisionaba las piernas, el griego lo miro alucinado pues no entendía el por qué todo ese teatro de su siempre serio amigo –te lo explico luego ahora sígueme la corriente y por nada permitas que me lleven al templo principal…. Llévame al mío
—Esto te va a costar Camus –advirtió el griego ideando en su mente todo lo que le iba a pedir al francés por no delatarlo.
—Ya, ya de prisa que ahí viene Dita
Afrodita venía con una jarra con agua cristalina y unos cubos de hielo dentro, si había demorado bastante pensó puesto que el galo ya estaba fuera de los escombros.
—Bien llevémosle al templo –sugirió el pez
—Claro y que diremos que le paso
—Que… fue un accidente al pasar por mi templo.
—Y el patriarca sabe que estabas haciendo esta refacción, la última vez te prohibió hacer algo como esto en todo caso antes tenías que contar con su venia y con unos cuantos dispositivos de seguridad –acoto el francés hecho que hizo pensar al sueco nuevamente.
—Ya se, mejor porque no lo llevamos a Acuario además está más cerca. Y yo puedo traer al médico para que lo atienda allí mismo –la sugerencia de milo fue bien recibida por Afrodita y desde luego Camus.
Entre los dos se llevaron a cuestas al galo hasta su templo dejándolo Milo en el sofá. Para seguir con su teatro Camus profería algún que otro quejido, más que nada para despertar el sentimiento de culpa en el pez, que ya estaba al borde de las lágrimas al pensar que por su culpa el joven pudiera quedar lisiado o algo peor, claro que si llego a esas conclusiones fue ayudado por el griego y otro tanto por el propio galo.
—Yo tengo conocimiento de enfermería por mis discípulos pero igual tendría que ser auscultado por un especialista en traumatología y tal vez necesite de una radiografía magnética para saber si no hay huesos rotos o algún tendón o nervio dañado aparte que creo que necesitare terapia física por un tiempo
—Oh suficiente Camus, dime que hago por favor pero recupérate pronto –ya tenía al sueco donde quería, pero aún tenía que hacerlo llorar un poco más, tal vez unas lágrimas de sangre le vendrían bien.
—No creo que puedas hacer más, tal vez sea solo algo leve –apunto Milo ganándose en el acto una helada mirada de parte de Camus, que por poco y se para a darle el zape que bien merecido se tendría el griego por hablar de mas, al sentir un frio inusual recorrerlo por sus piernas entendió que estaba por meter la pata y la cola también –como también que podría sufrir de gangrena y a la postre la amputación de sus piernas o..
—Basta Milo…no te oye –en efecto el sueco había caído desmallado al piso –ayúdame a sentarme –el griego así lo hizo –no estoy cómodo me traerías una almohada –el griego enarco una ceja pero aun así hizo lo que el galo le pidió – ve por el doctor que ya no soporto el dolor de mi brazo…ah y de paso te puedes llevar Dita a su templo.
—No quieres que te traiga chocolatito caliente y prepare tu baño de burbujas también
—En serio lo harías –dijo el galo con la mirada iluminada…
—No jodas –salió el griego bufando, antes se colocó el cuerpo exánime de Piscis al hombro para dejarlo en su templo.
O.O.O
Ya estaba hecho, el diagnóstico del doctor fue beneficiosos para él, Shion no lo puso en duda, el santo tenía una seria fisura en el talón, si el talón esa fue la brillante sugerencia de Milo y el pobre medico tubo que escribir eso en su historial médico, pero como convenció Camus al médico, bueno no fue difícil tampoco tuvo que congelarlo solo le dijo que quería desquitarse del cuarto custodio y eso basto para que el hombre de blanco le solape la mentira, ya le tenía ganas al susodicho por todas las veces que le dio tremendo susto cuando pasaba por el templo de cáncer.
Por su parte Milo obtuvo toda la información que requería del galo, primero este le confeso sobre sus sospechas y eventual confirmación contra Cáncer y Piscis, de la vez que les dieron ese susto, el escorpio se volvió su cómplice y no es que lo molestara sino que le encantaba crear jaleo, en estos momentos maquinaban juntos para enviar al sueco a Siberia bueno ya casi estaba allí solo era darle el empujoncito.
Para Shion era imposible que el santo realizara la misión encomendada, aunque este insistió en realizarla, el patriarca se paseaba pensativo en el salón del trono , tras de sí estaba acuario con el pie enyesado y sosteniéndose de una muleta a su lado escorpio asistiéndole como buen amigo y por ultimo piscis que estaba allí precisamente para hacer una petición…
—Entiende Camus no te dejare ir
—Pero señor tengo dos semanas preparando la misión como para que a estas alturas me diga que no, además ya me puedo movilizar con las muletas… suéltame Milo -objeto al sentirse rodeado por uno de los brazos del escorpio.
—Si lo hago te caerás
—Gracias Milo –gruño el santo, el peli verde a pesar suyo emitió una leve sonrisa el chico era obstinado, pero no estaba en discusión –Maestro por favor puse todo mi empeño
—Excelencia –intervino Piscis –admito que la situación de Camus en parte es culpa mía por ello quiero pedirle me envié a mí a la misión –dirigiéndose al galo –por favor Camus permite que yo asuma la misión recuerda que aún no puedes realizar esfuerzos y aparte de ti yo también tengo más tolerancia a las bajas temperaturas, prometo que no te defraudare.
El santo se tomó un tiempo para pensarlo ganándose la atención de Shion Afrodita y el propio Milo, este era el momento que había esperado su oportunidad la segunda parte de su plan y si se seguía negando era probable que sus planes se frustraran .
—De acuerdo –acepto finalmente el francés dejando satisfechos tanto a Shion como a Afrodita –pero la misión es en parejas tendrás que elegir un compañero para la misión –refirió el galo siendo a la vez confirmado por el mismo Shion.
—Oh no tengo problemas en ello –contesto el pisciano a la vez que le dirigía una mirada al escorpio fue entonces que Camus tuvo que actuar rápido.
Antes que siquiera el propio escorpio diga algo Camus le congelo las cuerdas vocales, sabía que con esa acción tendría al griego enfadado con él y sería algo difícil lograr el perdón del griego pero ya le buscaría el modo luego, ahora tenía que concentrarse, como aparentemente el griego había caído víctima de un fuerte y sospechoso resfriado no era la mejor opción para el sueco.
Por su parte Piscis se haría cargo de escoger al santo con el cual iría de misión, por su parte Camus amablemente le recordó pasar por su templo para que recoja las coordenadas, ya que ellas le serviría para ubicarse en el agreste y congelado suelo siberiano.
O.O.O
—Ok… puedo entender que te sientas culpable por lo sucedido al cubo, incluso que asumieras la misión que le correspondía como un gesto altruista de tu parte, pero por qué demonios tenías que inmiscuirme a mí en esto, porque no buscas a otro sabes que yo no me conduzco bien en el frio.
—Ángelo eres mi mejor amigo sabes que no se lo pediría a nadie más, además estas en deuda conmigo -el italiano le devolvió una mirada escéptica… de que le hablaba esta vez el pez, hasta donde el recordaba estaban a mano en favores hasta ese instante –si por no haberte delatado esa vez que le hiciste a Camus esa bromita…
—Un momento pescado te recuerdo que fuimos cómplices en eso, ahora no me vengas a con que no tuviste nada que ver, estas en esto involucrado hasta el cuello…
—Por lo mismo a ninguna de los dos nos conviene que un castigo, un castigo de Shion es en su medida soportables pero si le sumamos el de Camus, Milo, Hyoga e Isaac, no creo que seas tan suicida, vamos cangrejo solo es una misión de reconocimiento, solo levantar unos datos geográficos y ya, no pasa nada, mira incluso Camus me dijo que podríamos quedarnos en su cabaña antes de ir hasta el lugar, serian como unas cortas vacaciones regresaríamos en una semana quizás menos
—Si lo pones de ese modo, tal vez déjame pensarlo
—Ángelo no tenemos mucho tiempo
—El cubo poseerá ejemplares de buenos vinos ahí…
—Eso dalo por hecho… entonces si vendrás conmigo
—Tengo otra opción –el sueco negó alegre –y más te vale que el paseo valga la pena y que regresemos antes de fin de mes que no quiero perderme el Halloween.
—Por supuesto por eso saldremos mañana mismo ya que yo tampoco quiero perderme esa fecha…
El argumento del pisciano le pareció convincente, unos días alejado del santuario le vendría bien y emplearía esos días para maquinar una serie de bromas para gastárselas a sus compañeros.
O.O.O
En ese mismo tiempo en el templo de Acuario, un milo camina de un lado a otro ignorando al dueño del templo, el griego estaba muy molesto por la forma en que su "amigo" le mantuvo callado, por eso le estaba aplicándole la ley del hielo ignorándole adrede .
—Milo ya dije que lo sentía –se volvió a disculpar el galo por enésima vez, pero el bicho hacia caso omiso a sus palabras de disculpa y perdón, moviéndose dentro de la estancia de un lado a otro evitando al galo que lo seguía a pesar del yeso de su pie –que más quieres que haga para que me perdones –el griego le volteo el rostro decidido a ni siquiera mirarlo, eso le saco una sonrisa al galo era la primera vez que Milo duraba tanto tiempo en silencio voluntario y sin temor a equivocarse sabía que la fachada de indiferencia pronto se le caería al bicho pues conociale bien y sabía que este no podía estar mucho tiempo en silencio y quieto –Miiii..looo sé que quieres hablar …
El griego no movió ni un musculo decidió a seguir con su castigo psicológico al galo, pero este astuto como solo él sabe ser salió rumbo a la cocina caminando graciosamente por causa del yeso, cabe recordar que no tuvo ningún daño en las piernas o pies el yeso solo era para agravar su estado y hacer que el sueco tomase su misión, al volver lo hacía con una generosa porción de una tarta de manzana recién salida del horno, la intención era obvia.
—Vamos bicho no podrás soportarlo mucho tiempo –el galo le paso frente a la nariz el platito con el aun humeante postre –sientes seca la garganta –esta vez le acerco una copa de vino –te pican las manos de ansiedad…vamos solo una palabra y ya…será todo tuyo –le vuelve a pasear el postre frente al rostro –si no lo quieres –encogiéndose de hombros el santo se sentó prácticamente frente al griego y partió una pequeña porción llevándosela a la boca pero antes de comerla detuvo su acción y se la tendió al griego –lo quieres lo sé. Solo una silaba y ya –en vista que el griego no pensaba dar su brazo a torcer se metió la cuchara a la boca –hummmm delicioso…hummm….es mejor cuando está caliente
—Ya dame desgraciado –le arrebato el plato y ni siquiera espero e cubierto tomo la tarta con las manos y se dos bocados ya tenía la mitad en la boca
—Vino
—Sjhi
—Cerdo termina de masticar
—Te odio
—Si lo se
—Quiero más
—Ven conmigo
Milo cual cachorrito siguió a Camus hasta la estancia que servía de cocina en el templo y sobre la mesa estaba la botella de vino y el resto de tarta, la cual no duro mucho ya que ambos jóvenes dieron cuenta de ella en medio de risas y carcajadas, a Milo el disgusto se le había evaporado.
O.O.O
El santo consulto su reloj por tercera vez y Afrodita no llegaba, tenían que abordar el vuelo que los llevaría a Rusia en veinte minutos y del santo de Piscis ni sus luces, decidido a regresarse de nueva cuenta al santuario vio detenerse un taxi a pocos metros y descender de este el santo de piscis, este iba muy relajado llevando una sola maleta
—Demorabas dos minutos más y te ibas solo
—No exageres –consulto su reloj –aún faltan quince minutos para que salga el avión, además como crees que iba a viajar hasta Siberia, con los mismos trapos de siempre, tenía que actualizar mi guardarropa la ocasión lo amerita
—Tu si eres un caso, podríamos estar frente a una amenaza de guerra santa y a ti se te da por ir de compras
—Lo dice el que estuvo largas horas en el templo de capricornio solicitándole a su guardián unas prendas para poder viajar.
—Eso es diferente, fui por una necesidad no por un capricho, no necesito esa clase de trapos que tù usas
—Lo dices por que a ti no suelen admirarte como a mí
—Oh claro… las marmotas y los osos polares quedaran deslumbrados con tu elegancia, eso si no están hibernando… y ya muévete que nos deja el vuelo.
Luego de uno que otro reclamo del italiano, ambos caballeros ingresan al aeropuerto, pasaron aduanas y los demás controles sin contratiempo.
El vuelo duro unas horas al cabo de este tiempo estaban pisando suelo ruso, adelante iba el peli celeste siempre con las instrucciones proporcionadas por el galo, según el itinerario debían tomar un taxi que los llevara a una estación, el trayecto fue tranquilo horas después estaban descendiendo en medio de un fuerte tormenta forzándolos a quedarse dentro de la estación hasta que esta amainase,
—Afortunadamente traje un abrigo doble –menciono el de cáncer –espero que lleguemos sin contratiempo a la cabaña del cubo.
—Seguro que si Ángelo, según estas indicaciones –comento el santo viendo los apuntes –de aquí debemos viajar en unos transportes artesanales hasta llegar a un pueblito de nombre…es difícil hasta de pronunciar en fin el transporte que sale diariamente de aquí es el único que va hasta ese lugar, mejor descansemos que el viaje me ha dejado agotado.
—Está bien tu duerme un poco que yo iré a ver qué hay de bueno por los alrededores…
—Ten cuidado
Habían pasado aproximadamente cinco horas y ya la tormenta se había apaciguado, un empleado se acercó hasta los dos jóvenes durmientes, si Ángelo decidió hacerle compañía al sueco puesto que cuando puso un pie fuera de la estación, todo el paisaje a su alrededor era blanco por donde mirase al no encontrar con que distraerse se acomodó en el asiento al lado del peli celeste, un chico que iba enfundado en un abrigo también pero más gastado tuvo que esforzarse pues los santos roncaban y no tenían para cuando despertar .. Al tercer intento Afrodita abrió un ojo aun somnoliento se incorporó despertando a su compañero.
En cuanto vieron el transporte al cual debían abordar se quedaron clavados al piso pues no era lo que se esperaron, allí frente a ellos había un camión acondicionado para llevar a algunas personas en su tolva… con cierta reticencia se montaron en eso y el carro emprendió la marcha, la verdad no habían muchos pasajeros , por todos los cielos ellos eran los únicos pasajeros el resto eran gallinas, patos, carneros, cabras, pieles en proceso de curtisiòn que hacían imposible la respiración, aparte de encomiendas de diversos tipos que ocupaban gran parte de la unidad
Intentaron inútilmente ubicarse en algunos de los pocos asientos que habían pero estos estaban ocupados por los animales no teniendo más opción que usar sus propios equipajes para ir en lo posible cómodos y sentados.
Si fuera de la unidad hacían un frio de los demonios, dentro era todo un sauna aparte que los caballeros tenían que evitar ser víctimas de los animales, espantándolos cuando estos se acercaban más de la cuenta, llegando a pelearse con los patos y las cabras que encontraban interesante parte de sus prendas o el material de sus maletas, aun les faltaba unas cinco horas de camino quizá un poco más..
—Ángelo…ese animal me está atacando –uno de los palmípedos curioso de ver a los santos se acercó hasta Afrodita picoteando la parte baja de su abrigo recién estrenado –has algo cangrejo
—En cuanto le quite a Shura mi maleta –Ángelo luchaba contra una cabra que le encontró buen sabor su maleta –suelta cabra loca –pero el animal tiro con más fuerza haciendo trastabillar al italiano hecho que lo encolerizo –bien tú te lo buscaste…ONDAS INF…..
— ¿Qué haces tarado?…sabes que tenemos prohibido usar nuestro poder con criaturas indefensas…
— ¿Y qué propones, que les donemos todo nuestro equipaje hasta que sacien su apetito y su curiosidad?
—No algo mejor y que debimos de haber hecho hace rato…espérame aquí –el santo como pudo y sorteando la cantidad de animales y chucherías llego hasta la ventanilla que conectaba con la cabina del conductor tras hablar tras unos minutos regreso satisfecho done el italiano. al cabo de un rato ambos viajaban más tranquilos y cómodos.
—Debo reconocer que esto es mejor que ir dentro de ese gallinero, como le hiciste, que le dijiste al conductor pues el idioma no es tu fuerte
—Hablamos en el idioma universal querido cangrejo –el santo le mostro unos billetes verdes el canceriano entendió la referencia –le ofrecí unos de estos para ir arriba y acepto
Afrodita y mascara mortal iba sobre el techo del camión, recostados en unos costales aún faltaba unas horas pero llegarían antes del anochecer y el clima aunque helado era mejor que soportar la zoológica compañía que había dentro del camión.
O.O.O
En el santuario, Camus calculando el tiempo que les tomaría al sueco y al italiano llegar hasta el pueblito donde solía provisionarse cuando estaba en Siberia, fue que decidió llevar a cabo la otra parte de su plan que consistía que Shion los enviase a él y a Milo a Siberia, por ello recurrió a Leo y el propio Aries.
—Pero excelencia ya estoy bien –c omento el santo pisando con firmeza el mármol ya no tenía puesto el yeso –Aioria y Mu emplearon sus técnicas de curación y ya estoy sano.
—No puedo enviarte ya están piscis y cáncer en camino incluso puede que ya hayan llegado,
—Excelencia perdone que insista pero no creo que puedan culminar la misión, no dentro del plazo que ya habíamos previsto.
—A que te refieres
—Me temo que Afrodita se llevó los datos equivocados de mi escritorio
—Y como estas seguro de eso –indago el santo patriarca.
—Halle las coordenadas de Siberia que son las que debería haber llevado Piscis y en su lugar se llevó apuntes que corresponden a coordenadas astronómicas lecturas de las constelaciones que estaba realizando y no geográficas que son las que tengo en mi poder ahora mismo véalo usted mismo –Shion recibió los mapas concordando con el galo –lo peor es que sin esos datos corren el riesgo de perderse por muchos días.
Shion medito por unos momentos las palabras del santo, el joven se mostraba serio pero a la vez preocupado, al pontífice le hubiese gustado disfrutar de unos días de sosiego y paz sin unos de los revoltosos, pero la integridad incluso de ese santo era primordial para él, además no podía desperdiciar así el esfuerzo de su diosa al haber resucitado a su santo aunque este representara algunas veces una verdadera migraña para el pobre peli verde. Muy a su pesar tuvo que terminar accediendo y por ende enviando al santo de acuario a Siberia, claro con la condición que él llegaba y los otros se regresaban.
—Está bien, pero llegas tú y dita que se regrese junto con Ángelo
—Bien… pero completare la misión solo
—Escorpio aún está libre
—Si señor –respondió el griego sonriendo muy feliz, Shion no pudo por menos que sonreír, bueno regresaba uno y se iba otro ese era su consuelo.
Tan pronto tuvieron la venia del santo patriarca ambos santos partieron de inmediato, solo que no pensaron que pudieran tener más compañía adicional. Hyoga e Isaac ingresaban al templo de Aries con claras intenciones de visitar a su maestro en el onceavo templo, el santo de la primera casa en compañía del de leo no se les ocurrió mejor idea que aumentarle la carga al francés puesto que comprendieron que fueron timados por el santo de procedencia francesa al comprobar que este nunca estuvo lastimado, para no llevar los hechos a mayores decidieron solo fastidiarles el viaje a sus dos amigos.
—Si Camus los espera en el aeropuerto y si no llegan antes que aborden el vuelo, ya se pueden ir imaginando con que los retara.
Los dos jóvenes no necesitaron de más palabras ya habían desaparecido a la velocidad de la luz, nuevamente solos Aries y Leo, sonrieron estrechándose las manos,
O.O.O
—Mira ahí hay un hospedaje te parece si nos quedamos esta noche aquí y mañana salimos al amanecer –sugirió el sueco al ver que el cielo empezaba a obscurecerse.
—Estoy de acuerdo –acepto el santo para tomar las maletas y dirigirse junto al sueco al primer hospedaje que encontraron.
Agotados, cansados, sucios, mordidos y picoteados terminaron ambos caballeros al bajar del camión, aunque el último tramo fue más tranquilo las primeras horas fueron de pesadilla, ahora cada uno se despojaba de los gruesos abrigos ya que la habitación que habían rentado gozaba de calefacción.
Tan pronto amaneció buscaron provisionarse de un trineo para hacer más cómoda la travesía por el terreno de hielo, el pueblo era como cualquier otro así que no les llamaba mucho la atención por ello emprendieron la caminata alejándose poco a poco del pueblo.
Por su parte Camus había llegado junto con Milo Isaac y Hyoga a la estación de trenes que los llevaría a Siberia, ya que tres de los presentes conocían de sobra el camino sabían que no todos los trenes hacían ese recorrido tan largo por ello con paciencia esperaron el indicado para abordarlo, cabe señalar que dicho dato fue omitido en la instrucciones del pisciano por lo cual le tomo diez horas más llegar a destino.
—En cuanto tiempo llegaremos Camie –inquirió el escorpio
—Ocho horas
—Y cuál será el castigo que les impondremos –agrego el marina pues recordaba perfectamente la broma de la que fueron víctimas –porque yo quiero el desquite.
—Todo a su tiempo Isaac, por lo pronto estarán bastante entretenidos paseándose en círculos por toda la estepa siberiana.
—Y cómo es eso maestro
—Si Cam cuéntanos
—Bien recuerdas ese laberinto con el cual jugabas la semana pasada
—Ah ese en el que no pude encontrar la salida
—Aja ese mismo, emplee ese molde en un mapa cartográfico de la región siberiana y solo transcribí las coordenadas por los lugares por donde los mandaría de paseo. el trayecto que les debiera tomar unas cinco horas pues las realizarían en diez y si empiezan a pelear pues en trece o quince si es que tenemos suerte
—Llegaríamos antes que ellos
—Esa es la idea,
El galo sonrió y volvió a su lectura pues tal como lo dijo ellos llegaron solo unas horas después que Ángelo y Afrodita abandonaron la posada, pero no se quedaron en la ella sino que emprendieron la caminata hacia la cabaña del galo. Al haber vivido largas temporadas en esa región conocían gran parte de la geografía y se podían ubicar sin necesidad de tener un mapa de ella, por supuesto que llegarían a la cabaña antes que el piscis y el cáncer.
O.O.O
Llevaban caminando horas y aun no divisaban nada, nada más que nieve, el paisaje blanco se extendía por todo su campo de visión, un inusual ventarrón arranco el mapa de las enguantadas manos de Afrodita quien a pesar de hallarse casi congelado logro a duras penas recuperar las coordenadas, el panorama no pintaba bien para los dos santos ya que la ventisca amenazaba con acrecentarse todavía más de lo que ya estaba.
— ¿Afrodita estas seguro que es en esa dirección? –inquirió el italiano observando dudoso la explanada blanca hacia un extremo pues hacia el otro estaba el bosque congelado, el cual se le hacía familiar –me parece o ya pasamos por aquí
—Estoy siguiendo las instrucciones Ángelo no estamos caminando en círculos –objeto el sueco
— ¿Y por qué tengo la sensación que si lo estamos haciendo?
—Son ideas tuyas… apenas puedo ver con este viento se me empaña la visión
—Si esto sigue así no podremos continuar
El peli celeste con dificultad intentaba seguir las instrucciones plasmadas por el acuariano en la libreta que tenía en el bolsillo del abrigo, pero era imposible el fuerte arreciar del viento le hacía imposible esa labor terminando por guardar nuevamente la libreta.
—Debemos buscar donde guarecernos porque de lo contrario moriremos en medio de la tormenta que se avecina
—Como sabes que se avecina
—Con no poder ver el cielo es fácil intuirlo además, este viento no es normal o si
—Tienes razón pero donde, no hay nada que nos sirva de refugio
—Busca en el trineo puede que haya algo que nos sirva
El santo se avoco a husmear entre las cosas que habían en el trineo que habían rentado cuando encuentra una lona azul, el material era harto conocido para el…se trataba de una tienda de campaña.
Era algo, al menos les serviría para protegerse mientras se apaciguará la tormenta, antes que se volviera más violenta arrastraron el trineo hasta una saliente que minutos antes habían observado.
El frio se disipó momentáneamente mientras levantaban la tienda, a un costado de esta ubicaron el trineo el cual había sido amarrado a la tienda y anclado al suelo, justo en el momento que fijaban los clavos de la tienda un susurro llego a oídos del santo de cáncer.
"Ángelo"
— ¿Qué quieres dita? para que me llamas aun no termino con esto
—De que hablas yo no te he llamado
—No –mascara miro de soslayo a sus costados esperando ver algo o alguien –seguro fue el viento –se dijo para sí mismo restando importancia a lo que su intuición le advertía, mas para no alertar al pez, no había necesidad tal vez y solo se tratase de un sonido acústico.
"Ángelo"
Nuevamente ese susurro, ya sabía que no se trataba de su compañero puesto que este seguía afanado en su tarea, sin que piscis lo notara concentro un poco de su cosmos para localizar a lo que sea que intentara comunicarse con él.
"Ángelo"
Esta vez sí logro captar la presencia en una pequeña luminiscencia que solo él podía ver y que se mecía muy cerca de donde ellos se encontraban.
"Quien eres y que quieres" –le hablo telepáticamente, el santo tardo pero logro identificar al espíritu que logro captar su atención como uno, antaño muy querido, era uno de los que protegió cuando la guerra de Asgard y por ende este en agradecimiento busco advertirle del peligro que les acechaba.
"ten cuidado… aléjate de la oscuridad"
La presencia se desvaneció, pero Ángelo ya estaba prevenido sabía que algo maligno estaba rondando por las heladas y solitarias tierras siberianas y no era broma, por lo pronto termino de fijar la tienda para ingresar enseguida en ella seguido del pez.
— ¿Pasa algo? –inquirió el sueco al notar serio y meditabundo al santo que por lo general era más dado a hacer escándalo que otra cosa
—Sí, que tengo hambre y frio… ¿que tu no? –busco quitarle hierro al asunto que lo tenía preocupado,
—Era eso… si mira pan, café –mientras el peli celeste enumeraba los productos que sacaba de la alforja de alimentos, Ángelo sacaba de su abrigo una botellita de licor, dándole dos sendos sorbos, más para infundirse seguridad y valor que calor. –déjame un poco no te lo acabes
—Claro, hay carne
—Si jamón pero hay que cuidar las provisiones, no creo que Camus tenga muchas provisiones en su cabaña
—Como diantres hace el cubo para cruzar todo este infierno
—Supongo lo mismo que Mu cuando se le da el berrinche de irse a jamir cada que lo molestamos en exceso…
—Ah si ese borrego, se le termina la dulzura y serenidad cuando se enoja, un espectro se ve más amigable que el cuándo está molesto…que ¿qué haces? –se alarmo cuando vio al sueco apagar la lámpara que tenía a su lado
—Preservar aceite, no hay que desperdiciar Ángelo apaga el tuyo también –recomendó el pisciano.
—Eh si… después aun no termino
Cansado por la caminata Afrodita cayó dormido pronto quedándose el italiano haciendo guardia. "aléjate de la oscuridad" le había dicho el alma y lo había entendido bien, menester era mantener una luz encendida, no podían quedar a obscuras, no era que tuviera miedo pero sabía que no era un simple espectro lo que pululaba por los alrededores y hasta no tener la certeza mejor ser precavido.
Cuatro horas después la tormenta había amainado, sin embargo la sensación pesada que percibía en el aire no se había disipado para nada, Ángelo ahí se dio cuenta que lo que acechaba esos lares era algo poderoso y maligno.
Sin importarle si piscis lo notaba o no, elevo su cosmos y abrió una brecha en las ondas infernales… pero nada ingreso en ella por tanto decido cerrarla. Lo que pululaba por la inmensa estepa siberiana no era algo que el pudiese controlar, acababa de comprobarlo.
—Bien cangrejo que sucede y no me mientas
—Está bien Afrodita… algo nos ha estado acechando desde hace varias horas y te aseguro que no es uno de mis espíritus
— ¿De qué hablas?
—Un ente maligno habita esta región, y será mejor hallar la cabaña de Camus ya.
En otra ocasión no le hubiere tomado importancia a su amigo, pero el que llamara al santo de acuario por su nombre y no por el mote que siempre le ponía era porque en realidad había algo que preocupaba al italiano, aparte que si este decía que había un ente cerca y era maligno lo mejor era creerle, no por nada conocía de sobra ese tipo de seres.
Q.O.O
Al mismo tiempo que Ángelo y Afrodita están poniéndose en camino nuevamente, en la cabaña Camus y compañía habían llegado justo antes de que tormenta empezase, lograron guarecerse a tiempo pero no pudieron asegurar a tiempo parte de la edificación…
—Milo guarda las provisiones en la alacena…Hyoga Isaac ustedes traigan leña para atizar el fuego y que no se apague, yo asegurare las ventanas y puertas.
A la orden del francés los demás fueron a hacer lo suyo, Milo en cuanto llego a lo que era la cocina la encontró extrañamente desarmada, las pocas provisiones que habían sido almacenadas estaban regadas por el suelo no se podía rescatar nada, pero no fue el único que encontró sospechosamente removido el interior de la cabaña, Hyoga e Isaac se encontraron con un cuadro similar o peo al anterior, de los leños no quedaba nada estos habían desaparecido y acaso si quedaba algo estaba arruinado, el trineo que antaño comprara el galo estaba colapsado es más parecía como si lo hubiesen molido a golpes hasta casi destrozarlos, si querían abandonar la cabaña usando el trineo sería imposible hacerlo.
Para Camus la situación fue similar, las ventanas habían sido arrancadas las lunas estaban rotas todas en su totalidad de las únicas dos habitaciones, aun le faltaba registrar el resto de la cabaña, pero lo que le extraño ver fue extrañas pisadas al interior de la habitación que alguna vez usaron Hyoga e Isaac.
Sin darle mayor importancia termino por clausurar la ventana y salió cerrando la puerta, por esa noche sería imposible que alguno durmiera allí a menos que se avocaran a repararla, solo le quedaba la suya que no resulto tan afectada, la puerta de atrás estaba rota, en realidad parecía que fue agarrada a hachazos estaba salida de su marco y si querían darle uso deberían antes volver a armarla, con ayuda del griego repararon lo que podía repararse, cuando miro hacia la explanada vio que la tormenta regresaría era extraño esa no era temporada de tormentas, el santo volvió con los demás a esperar pues a esas horas ya el sueco y el italiano deberían estar llegando, si no daban señales de vida en las siguientes dos horas tendría que ir por ellos.
Los dos chicos se hicieron cargo de poner a punto la cabaña, llenaron de aceite las lámparas por indicación del galo, aunque ya contaban con fluido eléctrico mejor no confiarse, las provisiones fueron colocadas en la alacena, las que ellos llevaron por que las otras reservas estaban arruinadas, y para evitar que el fuego se extinga y terminen congelados los cuatro salieron por los alrededores a recolectar ramas o lo que pudiera servirles para atizar el fuego.
Por otro lado Ángelo y Afrodita decidieron ignorar el mapa de Camus y empleando parte de su velocidad acceder a las partes altas y divisar el entorno para ver si hallaban la cabaña o algo parecido , después de repetir la acción unas tres veces cada quien fue cáncer quien diviso tras la montaña donde se encontraban una pequeña humareda a lejos, una seña a su compañero y ambos se pusieron en camino sea o no la edificación que buscaban igual se dirigirían a ella…pues no era opción pernoctar esa noche endemoniada a la intemperie.
Camus observo su reloj pasaban de las seis, era más que seguro que tendría que salir por los otros santos fue entonces que el ruso ingreso raudo a la estancia…
—Maestro dos personas vienen por el sendero de la montaña
—En serio …deben ser ellos a sus lugares..
Los muchachos entraron a la habitación interior mientras que Milo se sentaba en un sillón al lado de la ventana y por último el galo enfundado en un abrigo muy elegante se posiciono al lado de la chimenea, era el momento de darles la bienvenida.
A solo unos cien metros de distancia Piscis y Cáncer llegaban exhaustos arrastrando el trineo, para el italiano no importaba si esa cabaña correspondía a la del galo o a cualquier otro poblador lo importante era que les permitieran pasar la noche allí, caso contrario sobornarían si fuera necesario, al estar frente a la puerta esta estaba entreabierta, fue el canceriano quien luego de dar un par de suaves golpes decidió ingresar en vista que aparentemente no había nadie, al hacer un breve escaneo del interior pudo observar una silueta frente a la chimenea , la rabia y la indignación supero a la preocupación que llevaba encima sobre todo al reconocer a la persona que tranquilamente degustaba una copa de vino…cuando esta percibió sus presencias en la puerta abierta de par en par de volvió con la expresión seria que lo caracterizaba eso sí sin dejar la copa de vino o la cómoda postura en el sillón.
—Se tardaron…ya creía que tendría que ir por ustedes
—Tempano desgraciado tu preparaste todo –arremetió con cólera el italiano,
—Entonces… ¿no estas enfermo? –con la incredulidad plasmada en el rostro el sueco avanzo paso a paso al interior poniéndose a la par de su compadre en aptitud amenazante en contra del galo quien no se inmuto un ápice ante el avance de los dos burlados santos.
—Creo que nunca lo estuvo en realidad… pero ahora veras infeliz… te dejare peor de como fingiste estar –el canceriano levanto el brazo en aptitud amenazante y un aroma a rosas empezó a inundar la habitación.
Sin embargo un sonido agudo como de algo arañando el cristal se oyó haciendo que tanto piscis como cáncer detengan su ataque, sentado en un sillón giratorio y con una sonrisa burlona en su rostro, Milo rascaba el cristal de la ventana con la uña escarlata
— ¿Escorpio? –inquirieron los dos recién llegados al mismo tiempo al ver al heleno allí.
—Bienvenidos –respondió el aludido impulsándose en el sillón giratorio, deslizándose este hasta donde se hallaba el galo.
Angeló y Afrodita se dieron cuenta que habían caído en la treta de esos dos, ahora el asunto era como salían de esa, pues las intenciones de Acuario y Escorpio eran más que obvias , no importaba como los dos santos se habían enterado de la broma que les gastaron, el asunto era simple… querían la revancha, esta fue la conclusión a la que llego el sueco , mas no así el italiano quien no bajo ni un ápice su mal humor demostrándolo al írsele encima al acuariano a quien consideraba culpable de la espantosa travesía que habían pasado.
—Hare que se te quite esa sonrisa de la cara cubo idiota –el santo se abalanzo contra el francés pero antes de lograr siquiera tocarlo fue contenido por el Piscis, aparte que el galo tenía en su diestra una esfera de cosmos la cual no dudaría en usar en contra del canceriano –No serias tan estúpido de congelar tu propia cabaña
—Congelo su propio templo perdiendo la vida en ese entonces, quieres una mayor prueba de estupidez –agrego el griego ganándose en el acto una afilada mirada de parte del galo.
—Gracias Milo –mascullo el santo, que ni pisca de gracia le encontraba a lo vertido por su amigo.
—De nada –respondió muy amable,
—Se olvidan de nosotros –en el marco de la puerta estaban el Cisne y el Kraken, uno jugando con unas filosas cuchilla de hielo y el otro con unas burbujas de aire congelado al interior –no dudaremos de usarla en contra de ustedes solo hagan un movimiento –concluyo el peli verde.
—Ok, lo admitimos –acepto el sueco, era mejor disculparse con las cuatro víctimas de sus bromas que volver a la nieve –fuimos nosotros lo de la broma aquella vez que estuvieron de visita en acuario, pero no creen que hacernos pasar por todas las penurias a la que nos vimos expuestos fue suficiente.
—No, no ha sido suficiente –refuto el galo –aún les queda el camino de regreso –les indico las puertas la cual aún seguía abierta –y quiten esa cara que esto último no es obra mía sino de Shion –les alargó el pergamino..
—Y de casualidad no tendrás que ver con esas nuevas órdenes
—Tal vez si, tal vez no... Lo dejo a su
—Regresar ahora, estás bromeando cierto –le interrumpió el sueco
—No afrodita, aunque claro podría permitir que se quedaran aquí esta noche y mañana emprendieran el camino de retorno…
—Por qué presiento que nos saldrá caro –murmuro el italiano y no se equivocaba, ya Camus tenía en mente un trabajo para ellos en lo que durase la noche
—por supuesto que les costara, ya sabes nada es gratis en esta vida
—Ya habla condenado francés cuanto quieres para permitirnos pasar la noche aquí
—en realidad no se trata de dinero, les aseguro que tengo más que ustedes dos juntos, pueden quedarse pero antes tendrán que arreglar unos cuantos desperfectos que se han producido en mi ausencia, nada del otro mundo y nada que un martillo y unos clavos puedan solucionar
— ¿Que nos viste cara de carpinteros o qué?
—Si son tan hábiles para dejar mi templo a obscuras, de hecho que podrán con unas cuantas goteras, no se necesita mucha ciencia para ello
—De acuerdo Camus lo haremos –acepto el sueco no tenía sentido seguir discutiendo mientras más pronto terminasen podrían descansar al menos unas horas. –Dinos donde están las herramientas -el galo sonrió y les indico la parte posterior, ninguno tenía idea de lo larga que sería esa noche
CONTINUARA.
