||Well, es un proyecto de fanfic basado en el MMD.(?) Veré como queda n'stuff, a ver si debería seguirlo o no, pero es que realmente me gustó mucho la idea y la historia y sjhdgshfgsjd carajos.
Ojalá no salga imbécil(?). Igual cambiaré algunas cosas, 'cuz yes. La idea no es robar todo(?) sino basarse :v
Well, si lees, awesome, si no...Gracias por revisar la notificación :'D
Besos!||
P.S: 'a.t.R' significa 'After the Revolution'. Se explicaría más adelante :v (?)
De como el alquimista decidió alejarse de todo.
Luego de la revolución científica más grande de la historia, el mundo tal y como se conocía un siglo atrás cambió completamente. La mayoría de las teorías comenzaron a ser rebatidas a lo largo del mundo, tanto por expertos físicos y temporales, como por los que fueron llamados 'nuevos alquimistas'. Los expertos temporales fueron quienes supieron encontrar una forma en que los deseos de las personas fuesen concedidos, creando una dimensión alternativa donde no existe la tristeza: Fantasy Cinema.
Mientras tanto, estos alquimistas, científicos ocultos de la Revolución, siguen en busca de la 'Luz concurrente', rayo que atravesaba pasado, presente, y futuro, buscando cómo mejorar aún más esta dimensión creada, encontrando por medio de la alquimia, la existencia de la vida eterna, desligándose de sus parámetros científicos.
Aunque muchos de ellos sabían que eso iba contra las leyes de la vida. Por mantener a un ser querido contigo...
¿Pagarías el precio?
Dimensión: Fantasy Cinema / 300m a.t.R
Las calles de Fantasy Cinema estaban desiertas a esas horas. No era extraño, después de todo, existía un toque de queda para aquellos residentes de esa ciudad. Los maestros temporales debían reabastecer de energía a la pequeña dimensión, lo cual nunca fue un trabajo sencillo. Desde que descubriesen la antimateria, y el como manejarla para convertirla en energía, supieron que tradaba bastantes horas en cargarse del todo, y la fuente de energía no era problema más para agregar a la lista.
¿Las cualidades de Fantasy Cinema?
La dimensión en sí parece tener vida propia. Fue creada como una utopía luego de las grandes guerras y el Fin del Mundo, como fue conocido para la mayoría de las naciones del planeta. De eso, no quedaba más que escombros y recuerdos de los muertos. Los pocos sobrevivientes, junto a los creadores de la Gran Revolución científica, crearon la llamada 'dimensión de los desamparados', a la cual se le nombró posteriormente 'Fantasy Cinema', donde todo sobreviviente de la guerra, hombre, mujer, y niños, fuesen acogidos, con la seguridad de no volver a sentir tristeza jamás.
Eso era lo que, precisamente, ofrecía Fantasy Cinema.
Una utopía donde los deseos se eran concedidos. Donde se borraban las memorias pasadas, y donde la felicidad rondaba el aire.
¿El precio? Obedecer ciegamente a los grandes dirigentes, los maestros temporales, quienes regían Fantasy Cinema de forma que todo ciudadano dentro de la dimensión obedeciese sus reglas. Un precio pequeño por la utopía de no volver a sentir dolor.
Eso pensaban todos.
O mejor dicho, eso tenían instalado en sus mentes. No necesitaban pensar. Todo estaba dado. Y así debían ser felices.
¿Era eso felicidad realmente?
Dentro de los cuerpos dirigentes de Fantasy Cinema, se encontraban dos bloques: Uno de ellos dirigido por los líderes de la Gran Revolución, los maestros temporales, quienes se encargaban de la administración de energía en el interior de la dimensión, la dosis gradual de felicidad, el suprimir recuerdos, etc.
El otro, compuesto por los alquimistas, quienes en su mayoría seguían empeñados en la tardea impuesta por las grandes cabezas: Encontrar la forma de concebir la vida eterna, lo cual sería lo último para hacer de Fantasy Cinema una utopía del 100%.
Todos estaban empeñados en tal tarea, menos uno, al cual sus compañeros comenzaron a llamar 'Dr. Realist' por el poco empeño que ponía en la tarea.
Conocido normalmente como Realist, aún cuando su nombre fuese Alfred Jones: Uno de los pocos pertenecientes a una de las grandes naciones que pereció en la gran guerra.
Las salas de los alquimistas se dividían en cuartos personalizados, hasta la hora en que toda persona viva debía asistir a la charla de los Dirigentes.
Tocaron la alarma, a la cual Alfred alzó la cabeza con torpeza. Había estado durmiendo desde la mañana y, probablemente, le volverían a llamar por no hacer su trabajo.
Salió de su cuarto, dejando la mesa tal cual y como la encontró, mientras veía a todos los demás alquimistas marchando hacia el centro de Fantasy Cinema.
—¿Que tal todo, Dr. Realist? ¿Aún buscando la luz? —Se burló un sujeto que pasó a su lado, golpeándole el hombro, mientras avanzaba junto a otro grupo de sus 'compañeros de trabajo'.
Alfred se había resignado hace bastante a esa realidad.
¿Qué tenía de malo el buscar cómo reescribir la realidad en lugar de la vida eterna?
Movió la cabeza, avanzando con las manos en los bolsillos. Al salir de la Gran Manzana, pudo ver, como siempre, a lo que él llamaba los 'zombies' de Fantasy Cinema.
Todas esas personas que obedecían ciegamente a los Dirigentes, las cuales llevaban además una gran sonrisa en el rostro.
Las que nunca cuestionaban nada.
La verdad es que Fantasy Cinema le daba asco.
Alzó la vista al gran tumulto de gente en el centro de la ciudad, quienes ya miraban hacia el pedestal preparado y las sillas alrededor de éste. Obviamente hablaría el de siempre,Ludwig .Alfred esperó pacientemente, sentado en la primera fila, junto con el resto de los alquimistas, para volver a oír el mismo discurso de siempre, hablando de la creación de Fantasy Cinema y los propósitos principales de los Dirigentes y los alquimistas.
La perfecta alianza, que todo estaría bien por siempre.
"Lies."
—Y como sabemos todos...—Alfred despertó justo a tiempo para el final del discurso. La frase que todo el mundo alababa por encima de todo.
—¡"Fantasy Cinema wird ewig leben"!—Gritaban a coro todos los asistentes, como siempre. El ojiazul se quedó con la vista fija en aquel podía seguir en esa farsa.
Se puso de pie antes que finalizase la ceremonia, cosa que no sorprendía para nada a Ludwig, ni a los otros maestros temporales. El único que, remotamente, alzó la vista para notarle, fue Kiku, al cual Alfred consideraba el más astuto de los cinco no se quedó. Se sentía asfixiado. Debía huir."Las utopías...no existen. No son científicamente correctas. Por eso no debería existir Fantasy Cinema."
En su camino de huida, chocó con un sujeto de la última fila, al cual vio de reojo. Era un tanto bajo, de grandes cejas, rubio, y de ojos increíblemente verdes, aunque aquello no llamó su atención.
Lo que atrajo su vista fue el hecho de verle abrazado a algo que parecía ser un esqueleto.
—Tú...
No tuvo tiempo para oír algo más de su boca. Las personas de Fantasy Cinema comenzaban a dispersarse. Lo último que alcanzó a ver cuando la masa le alejó, fue la espalda de aquel sujeto, quien seguía acariciando con una de sus manos el cráneo de su tuvo que pensar demasiado para entender porqué nadie había dicho nada ante aquella escena.
"Fantasy Cinema is wrong."
