Aquí les traigo un divertido Two-Shot sobre Tyson y Leela!

Una historia que se me ocurrió gracias un meme de Facebook jajaja XD

Que tengan una linda lectura *:*


La noche era oscura y muy estrellada sobre la ciudad de Japón, los relojes marcaban exactamente las siete en punto, hora en la que la mayoría de personas empezaban a regresar a casa después de un largo día de trabajo, con la finalidad de sentir el calor de sus hogares de nuevo. Cerca del parque, en un pequeño departamento vivía una familia muy humilde compuesta por dos personas. La primera, una mujer alta, blanca, castaña y de ojos verdes se encontraba en la pequeña cocina preparando la cena mientras tarareaba una canción. La segunda se trataba de una semi-adolescente de no más de catorce años de edad, rubia como la paja, blanca y de unos intensos ojos verde-limón que brillaban emanando alegría.

La familia era pequeña pero muy estable, Leela vivía muy feliz a lado de su Tía quién se aseguraba de trabajar muy duro para siempre darle lo mejor, por eso casi nunca se quejaba, pues sabía lo difícil que era para la mayor conseguir los recursos necesarios. Sin embargo, aquella noche la niña tenía una ligera molestia, que no lograba disiparla aunque su Tía le lanzara palabras de ánimo.

— Vaya….— murmuraba la pequeña sentada en el sillón de la sala mientras posaba su mirada en el televisor — Quisiera organizar una fiesta tan asombrosa...— añadió fijándose en la película que pasaba en esos momentos. "Grease", una cinta estrenada por el año de 1978, un musical con toques de romance que cuenta la vida de un grupo de chicos de secundaria, muy alborotados y divertidos, con muchas situaciones de romance y aptitudes normales para la época.

— ¿Porque no lo haces? — preguntó la mayor saliendo de la cocina mientras se limpiaba las manos con un mantel.

— ¿A qué te refieres? — preguntó Leela pausando la cinta para enfocarse en la castaña.

— Una pijamada con tus amigas, jamás traes a nadie a la casa — respondió la mujer sonriendo — Es divertido, cuando tenia tu edad invitaba a muchas amigas y teníamos la llamada: "Noche de chicas".

Leela posó sus joyas verdes en el televisor, la escena que se proyectaba era una pijamada en donde las chicas cantaban una canción referente a la protagonista. Debía admitir que desde hace mucho tiempo deseaba organizar una fiesta de ese tipo, su Tía tenía razón, nunca llevaba a ninguna amiga a casa. Aunque lo pensó mejor por un segundo y era que, en realidad, no tenía muchas amigas que digamos, hablaba con ciertas chicas pero siempre era por temas académicos. Cuando necesitaba ayuda con alguna tarea se lo pedía a la chica que se sentaba a su lado o cuando necesitaba algún lápiz que había olvidado en casa para un examen se lo pedía a una pelinegra ubicada delante de ella, la cuál llevaba siempre útiles de repuesto.

Pero a parte de eso jamás se ha juntado con otras chicas a hablar de temas que correspondan al género. Y eso no le afectaba ya que siempre se encontraba en compañía de Tyson, cuando pasa tiempo con él se divierte y nunca a pensando en ese asunto. Pero una pijamada, así como la película, no le desagradaba para nada.

— No me digas que no tienes a nadie para realizarla — cuestionó la castaña sorprendida adivinando los pensamiento de la ojiverde.

Leela se sorprendió y sus mejillas se tornaron rojas — ¡N-no, no es eso! En realidad es una buena idea. Organizaré una pijamada — respondió la niña con evidente nerviosismo. No quería que su Tía se enterara que no tenía amigas y decirle que lo haría fue la mejor forma de evitar que se sintiera triste o decepcionada de su suerte. Pero ahora se había metido en un lío, para hacer una noche de chicas se necesita obviamente de chicas y si no hablaba con nadie. ¿De dónde iban a salir?


— ¿Una pijamada? — preguntó Tyson cuando a la mañana siguiente Leela le contó la situación — Pero si tú no tienes amigas.

— Se lo tuve que decir, no quería que se preocupe — respondió la niña concentrada en la pantalla, en la cual salían varias flechas de colores guías para que los participantes las sigan con los pies y ganar el juego.

Y es que Tyson y Leela se encontraban en una máquina de baile, que consistía en colocar unas cuantas monedas, elegir la canción y seguir las instrucciones por medio de las flechas que poco a poco iban saliendo en la pantalla, los participantes debían seguirlas he ir aplastando con los pies las flechas correctas para obtener una alta puntuación. Cómo si estuvieran bailando al ritmo de la música. Increíblemente ellos tenían los números más altos y eran considerados como los mejores jugadores de aquel aparato.

— Pero ahora le dijiste que lo harás, dime de dónde vas a sacar a un montón de chicas que quieran ir a tu pijamada — contestó el de la gorra colocando ambas manos en un tubo que se encontraba atrás de ellos, saltando con ambos pies y aterrizando segundos después formando un gran paso de baile, con el cuál segundos después la máquina marcó como "PERFECT". Cómo el juego estaba programado para dos participantes, la ojiverde hizo el mismo paso sincronizada con Tyson y ambos obtuvieron el reconocimiento.

— Podría contratar a un grupo de actrices para que fingan ser mis amigas pero me sentiré muy incómoda al convivir con ellas. Después de todo son gente que no conozco — respondió Leela aplastando la flecha amarilla seguida de la azul y roja, formando un paso cruzado — ¡Ayúdame! — exigió posando su mirada en Tyson por primera vez estando ahí.

— Ya mismo se acaba la canción, aplasta la flecha roja con el pie izquierdo y la azul con el derecho para que...

— ¡No me refiero a eso! — gritó Leela moviendo sus pies de manera rápida para alcanzar todas las flechas, segundos después se deslizó a la derecha y Tyson a la izquierda, intercambiando lugares. Unos cuántos movimientos más y la canción se acabó señalando la puntuación de los chicos. Evidentemente era más grande que el de la última vez — Hablo de mi pijamada, dime que hago — le suplicó jadeando a causa del cansancio.

Tyson, quién también se encontraba jadeando colocó sus manos en la cintura y miró el techo, como buscando una solución, pero por más que pensaba no se le ocurría nada salvo decirle que le diga la verdad a su Tía.

— ¡Lo tengo! — gritó la rubia logrando que el chico saltara en su sitio — Qué te parece si tú, Ray, Kenny, Max y Kai se disfrazan de mujeres — sugirió con una sonrisa de oreja a oreja, el dueño de Dragoon la miró con cara estupefacta — ¡Noche de chicas! — añadió al ver la expresión de Tyson para hacerlo cambiar de opinión, pero esta no cambiaba, es más, cada segundo se volvía más dura — ¡Oh vamos, podría funcionar! — se defendió con un puchero.

— Oye...creo que el baile te comió todas las neuronas — contestó el de la gorra colocándo una mano sobre la frente contraria.

— Dame una razón para que no pueda funcionar — demandó Leela cruzando sus dos brazos.

— Te voy a dar mil razones. Uno, eso sería humillante para los chicos y para mí. Dos, según mi buena vista tu Tía no está ciega por lo que se daría cuenta enseguida. Y mil.. ¿En serio crees poder convencer a Kai de que se ponga un vestido? — preguntó el chico con cara de satisfacción ya que estaba seguro que eso bastaría para convencer a su mejor amiga.

La ojiverde colocó una mano en su mentón en señal de que estaba pensando, segundos después suspiró — Supongo que tienes razón, especialmente por lo de Kai — dijo sonriendo al imaginarse al Ruso usando maquillaje, una peluca y vestido rosa con tacones del mismo color — ¡Pero ahora que voy a hacer! — gritó pensando en el problema principal — ¡Tyson es tu culpa de que no tenga amigas! — señaló al moreno furiosa.

— ¡¿MI CULPA?! — exclamó indignado el mencionado.

— ¡De quién más, siempre estoy contigo en la escuela! — decia Leela golpeando con su dedo el pecho de su acompañante — ¡Nunca me dejas estar con las otras chicas, toda la vida no gira entorno a tí sabes! — exclamó sacando su lengua muy convencida de que Tyson era el responsable de que no tuviera más amistades salvo los Bladebreakers.

— Estás tan loca que no sabes como defenderte, en primer lugar tú eres la que siempre me busca para almorzar juntos ¿O es que ya lo olvidaste?

— Sí pero...pero...— Leela se quedó callada al no saber que contestar a eso, era verdad, ella siempre era la que buscaba la compañía de Tyson, después de todo era su mejor amigo y no necesitaba a nadie más porque con él se sentía muy bien.

El dueño de Dragoon se dió cuenta por la expresión de su rostro así que la abrazó — Ya, no te pongas así. Pensaremos en algo, cómo siempre debo ser yo quién arregle tus metidas de pata — dijo con aire divertido logrando que Leela lo golpee levemente.

— Tonto — contestó Leela sin dejar de sonreir, tiempo después se separaron.

— ¡Qué dices Leela! ¿Otra partida de pump it up dance? — preguntó el dueño de Dragoon señalándo la máquina de baile.

La mencionada sonrió mientras alzaba los hombros, subieron al artefacto y colocó cuatro monedas para que el objeto captara que eran dos jugadores. Tyson eligió una canción del repertorio y señalando el inicio, el juego empezó a funcionar a su vez que los dos chicos empezaron a moverse con maestría sobre los botones.


La mañana había pasado muy rápido y era que en realidad, se perdía la noción del tiempo al estar en el salón de juegos del centro comercial, lugar en dónde yacían todos los juegos de máquina existentes. Era un espacio sumamente querido por los jóvenes y obviamente el lugar favorito de Tyson y Leela para ir a bailar.

El cielo optó por tener un color gris muy oscuro acompañado de un viento frío y muy fuerte, señalándo que dentro de unos cuantos minutos llovería. Dos mejores amigos se encontraban caminando por las calles de la tranquila ciudad rumbo a la casa del moreno. Tyson devoraba una gigantesca malteada color azul obtenida en el salón de juegos, Leela mantenía la vista baja mostrando preocupación del tema que no ha podido dejar de lado, mientras acariciaba un nuevo peluche que ganó en la máquina para obtenerlos. Había pescado un grifo de peluche muy bonito y de un tamaño considerable.

— ¿Sigues pensando en eso? — preguntó el de la gorra alzando la ceja a modo de interrogante mientras absorbía lo último que quedaba de la bebida con un sorbete.

— No puedo evitarlo, mi Tía se sentirá muy decepcionada — suspiró la rubia abrazándo su nuevo animal de peluche — No puedo creer que me haya metido en este lío de una forma muy fácil.

— Y patética — añadió el de la gorra ganándose un golpe en la cabeza con el gran peluche, cortesía de Leela — Bueno ya, lo siento. Como sea, tendrás que decirle la verdad y que no harás ninguna pijamada.

De repente un foco imaginario se prendió en la cabeza de la ojiverde, recordaba que le había mencionado a su Tía que haría una pijamada, sin embargo, jamás mencionó que invitaría a chicas. Sólamente surgió el tema de como la mujer hacía lo mismo con sus amigas pero, no necesariamente ella tenía que hacer lo mismo, muy fácilmemte podría organizar una pijamada o "una noche especial" con su mejor amigo en todo el mundo, Tyson.

Una sonrisa traviesa formó sus labios mientras echaba un vistazo a su compañero, este tragó en seco al imaginarse lo que pasaba por aquella loca cabeza rubia.

La lluvia había caído por toda la ciudad a los pocos minutos finalizada la conversación, ambos jóvenes corrieron con todas sus energías hasta la casa de Tyson, no obstante, igual llegaron empapados de pies a cabeza. El abuelo del muchacho se ofreció a entregarles una toalla respectivamente e indicó que se cambiaran de ropa ya que si seguían con la mojada era muy probable que enfermen. Leela, al no tener vestuario, tuvo que conformarse con una camiseta de Tyson y unos shorts que usaba únicamente en verano, salió de la habitación en la que se cambió y recordó la respuesta que su amigo le había dado antes de sucumbir ante el aguacero.


FlashBack

—¡Ni de broma! ¡No señor! ¡Eso no pasará! — gritaba el dueño de Dragoon al escuchar la nueva idea de Leela.

—¡Vamos Tyson! — gritaba también Leela pateando ligeramente el suelo — No puede ser tan grave. Sólo vas a dormir una noche en mi casa ¿Qué tiene eso de malo?

— ¡Lo que tiene de malo es que yo soy un chico! — contestaba el susodicho cruzando sus brazos — Dime ¿En dónde diablos viste a un chico y a una chica tener una pijamada sin que se vea raro? además...¡ESAS COSAS NO SON PARA HOMBRES!

— Claro y tú ya eres un hombre ¿Eh Tyson? — preguntó la ojiverde de manera sarcástica — Pero no tiene nada de malo, mira, no seré como las chicas normales que tienen pijamadas con otras chicas y esas cosas, seré alguien especial que tendrá una noche de chicas con su mejor amigo — exclamó saltándo emocionada.

— ¡Sueñas Sturguess! ¡Jamás accederé a eso! — no tuvieron tiempo de seguir charlando debido a la fuerte lluvia que azotó la ciudad de repente.

Fin FlashBack


Leela resopló con fastidio al saber que su mejor amigo no iba a acceder de ninguna manera, de repente se sintió molesta, muy molesta de que Tyson no la apoye en momentos así, se supone que son mejores amigos y debía apoyarla en todos sus problemas, no sólo mostrarse amable cuanto todo marchaba bien.

— ¡Tyson, mal amigo! — dijo la rubia lanzándo un golpe a la puerta más cercana, esta no se encontraba cerrada del todo por lo que se abrió debido al impacto. Segundos después un grito proveniente de la habitación se escuchó en el pasillo, apresuradamente la ojiverde entró al lugar para quedarse impactada enseguida.

— ¡QUIÉN DIABLOS TE CREES PARA GOLPEAR MIS PUERTAS DE ESE MODO, LOCA DESQUICIADA! — gritó un Tyson solamente en ropa interior mientras señalaba la entrada de forma exagerada. Llevaba el cabello mojado y en el aire se sentía levemente un aroma a jabón y shampoo.

Leela habría respondido a eso pero se quedó mirándo la ropa interior de su amigo, la cual era de Mario Bros, sin mostrar interés al comentario de Tyson, se empezó a carcajear mientras señalaba la prenda de forma divertida. El chico al darse cuenta del asunto se cubrió con una manta mientras su rostro se tornaba de diferentes tonos de rojo.

— ¡No puedo creer que uses calzoncillos de Mario Bros, Tyson pero qué...! — no podía seguir hablando debido a la risa.

— ¡NO TE RÍAS! — pidió inutilmente el chico, después suspiró — Oye si le dices a alguien de esto, y me refiero a quién sea, te irá muy pero muy mal — amenazó con expresión seria.

La ojiverde dejó de reír y formó una mueca divertida — Pijamada...— murmuró.

Tyson abrió la boca formando una O entera, Leela por un momento pensó que se le iba a caer la quijada, pero segundos después la cerró para retornar a su expresión molesta — ¿Te abrí las puertas de mi casa, te presté mi ropa para que no te enfermes, he sido muy amable contigo y aún así me chantajeas? — preguntó de forma dramática sin creer en lo bajo que cayó la rubia.

La ojiverde lo miró con una expresión seria en el rostro, como si estuviera meditando muy bien lo que dijo el dueño de Dragoon, por un momento este pensó que se retractaría, sin embargo, la muchacha formó una sonrisa exagerada que no hizo más que asustarlo.

— Así es — respondió con simpleza y sin sentir nada de remordimiento. Tiempo después sacó una cámara y empezó a fotografiar la evidencia.

— ERES CRUEL — gritó el chico cubriéndose con unos pantalones para que su compañera dejara de sacarle fotos con sus calzoncillos.

— Solo basta un pequeño click para que todos nuestros amigos vean la "encantadora" ropa interior que usa el actual campeón de beyblade — explicaba Leela enseñando la pantalla de su celular, la cuál estaba con las fotos sacadas y los contactos de los Bladebreakers listas para ser enviadas — Tú decides — terminó con una sonrisa maligna.

Tyson sufría un gran tic en el ojo, no podía permitir que los demás vean esas fotos muy prometedoras, sabía que tenía una reputación que cuidar y si eso significaba cumplir el capricho de Leela entonces no veía otra opción. Después de un largo minuto suspiró rendido — Bien, tu ganas. Iré a tu casa a tener esa estúpida pijamada — dijo frustrado.

— Noche de chicas — corrigió la rubia guardando el teléfono.

— ¡NO EMPIECES! — gritó enseñándo todos sus dientes.

Continuará..