Hoy era el día.

Hoy era el día en que por fin asistiría a la escuela.

Me encontraba sentado en el sillón especial de mamá; ese sillón en el cual ella tomaba las fotografías donde yo salía modelando los conjuntos que recién acaba de diseñar, y que según ella solo podrían ser una magnífica obra de la reina del norte tal como lo era yo.

Esto ya era una tradición que inicio cuando cumplí los 3 años; ella terminaba un diseño, lo confeccionaba a mi medida y, me hacía modelarlo y lucirlo todo el día.

Pero este conjunto era diferente a todos los demás conjuntos que ella había realizado antes, este era el conjunto que usaría mi primer día de clases en una escuela.

¡Era por demás mi favorito de todos!

Una capa tan roja como la sangre y brocados de hilo en color plata con encajes blancos en las orillas, una camisa de mangas largas estilo victoriano, unos shorts negros y medias tan rojas como la capa con diseños negros en conjunto con botines con cordones. Ella lucia ropa similar a la mía hoy, con la excusa de que estaba tan emocionada como yo y decidió que no solo diseñaría para mí esta vez.

Me sentía realmente emocionado y nervioso.

A pesar de que ya tengo 12 años nunca había asistido a una escuela. Papá decía que era mejor ser educado en casa; pero por las historias de Monique, Emma y mamá me decían que estar rodeado de más personas sería interesante y divertido.

-toma tus cosas mi pequeño Emi-mi madre ya tenia todo lo que necesitariamos para mi entrada al colegio en mano.

Cuando entramos al garaje salude a Govert mientras nos abría la puerta del auto. Aunque estábamos aun en el garaje, sentía el frio de Estocolmo colándose a mis huesos.

El paisaje se me hacía nuevo e interesante atreves de las ventanas del auto mientras íbamos hacia nuestro destino. No había visto más allá de las ventanas de la casa ya que desperté en mi nueva habitación después de llegar de Sicilia.

Todo era tan blanco a pesar de estar en plena primavera.

Sentí al auto detenerse y a Govert nos abrió la puerta otra vez cuando llegamos al colegio.

Era grande, muy grande.

En este momento me sentí atemorizado por la imponencia del edificio y los que tenia se pusieron en mí a flor de piel de solo pensar en cómo serían las cosas con mis nuevos compañeros de colegio. ¿Les caería bien? ¿Encajaría yo allí? ¿Serian agradables? ¿Sería un profesor o una profesora quien me daría clases?

Mil y un preguntas me rondaban la cabeza mientras avanzamos por los pasillos hacia la dirección mientras mamá tomaba mi mano y Govert atrás de nosotros

Llegamos a la dirección y la gran puerta de madera obscura me hiso sentir más nervioso aun de lo que estaba.

Mamá toco la puerta, y, un seco y pesado pase se escuchó como respuesta. Entramos seguidos por Govert que se veía severo con esa expresión que asustaba a la mayoría de las personas.

Un hombre más grande que papá estaba tras un escritorio enorme de madera lleno de papeles. Subió su mirada a nosotros y con un gesto con la mano nos indicó sentarnos. Como siempre Govert se posiciono a un lado de mamá aun de pie.

El que reconocí como director por la placa sobre el escritorio enarco una ceja por esto. Nos preguntó por qué asunto estábamos hay.

Mamá con un sueco tan perfecto como su italiano o su danés respondió a su interrogante mostrándole mis papeles para mi inscripción en el colegio. Él los tomo y con un aparato en el que no me había fijado llamo a una señorita que llego rápida por los papeles, mientras terminaban los términos de inscripción y la chica se retiraba a no sé dónde.

Ya acabada la plática entre mamá y el director, ella tomo mi mano para arrastrarme mientras él nos guiaba hacia el que sería mi salón hasta el final del ciclo escolar o hasta que los asuntos que papá debía de arreglar aquí en Suecia terminasen.

Una vez llegamos al salón, el director con sus pesados ojos azules me dirigió la palabra a mí por primera vez.

-Emil, este será tu salón de clases, tendrás como profesora a la señorita Xuan Tuyen en tus asignaturas normales y a los profesores Ludwig Beilschmidt y Allistor Kirkland con las correspondientes asignaturas de educación física e inglés-

No me tomo por sorpresa que fuese más de un maestro pues Emma ya me había explicado que en las escuelas a un solo alumno podrían impartirle más de un profesor las clases. Aunque pensar que tomaría inglés como asignatura solo me dio dolor de estómago.

El director se retiró y mamá soltó mi mano mientras observaba todo en el salón curiosa como una niña pequeña. Esta era y creo que siempre sería una de las características de su particular personalidad.

Cuando ella fijo sus ojos en la puerta, entro una mujer preciosa de piel muy blanca y cabello tan negro como el ébano.

Nos observó tan curiosa como mamá la observaba a ella.

-Disculpen, ¿Quiénes son ustedes?- La pregunta salió un tanto intranquila; imagino yo que no le habrán avisado sobre un nuevo alumno.

-Ho mucho gusto, soy la señora - ella se mostró algo inquieta cuando dijo el apellido de papá -Hemos venido aquí porque hoy es el primer día de mi peque Emi aquí- Mamá uso esa forma tan cariñosa de llamarme y en ese momento la señorita Xuan fijo su mirada en mí.

-¿Una nueva alumna? , no me habían informado de esto es una sorpresa- ella se acercó a mí y se agacho a mi altura -eres una niña muy linda- me sonrió dulcemente.

Mamá se echó a reír como siempre que esto pasaba y yo arrugue el entrecejo mientras mordía mi labio inferior.

¿Por qué casi todos pensaban en primera instancia que era una niña?

La profesora miro a mamá y ella contesto a su muda pregunta por su risa tan estrepitosa.

-mi pequeño Emi no es una niña señorita Xuan- la señorita Xuan la miro a ella y a mi consecutivamente hasta que mamá prosiguió - es un niño, un niño especial como muchos otros en el mundo. ¿Es que acaso no hay donceles en esta institución?-mamá puso una expresión realmente seria que hiso acercarse a Govert hacia ella.

-bueno si los hay pero no son muy comunes- los nervios de la profesora se mostraron mientras respondía a la pregunta de mamá -generalmente los donceles asisten a escuelas como la academia de san Jorge o el liceo del nuevo mundo-

Antes de que mamá dijera nada Govert le sonrió -bueno el joven Emil no es el único doncel aquí así que no hay problema ¿no lo cree mi señora Mathilde?-

-claro no hay problema mientras haya más donceles y se les respete como a todos los otros niños-mamá vio tan inquiridoramente a la señorita Xuan como a su equipo de trabajo en un desfile de modas.

-claro, aquí todos los niños son iguales, y no hay ninguna discriminación por el sexo aquí- esa afirmación tranquilizo a mamá y a Govert tanto como a mí.

Yo era un doncel como muchos otros en el mundo.

Nosotros los donceles empezamos a aparecer después de un descenso demográfico de magnitudes catastróficas producidas por la tercera guerra mundial.

En tiempos de mamá todavía eran algo extraño, pero hoy en día éramos como cualquier otra persona con la única diferencia de ser un punto medio entre ambos géneros.

Después de esto la señorita Xuan se presentó como es debido y yo hice lo mismo.

Mamá se acercó a mí y tomando mis manos beso mis mejillas para despedirse de mí y desearme suerte.

-Gov pasara por ti al finalizar las clases, por favor espéralo en la entrada mi pequeño Emi- Govert asintió con la cabeza como afirmación a lo que mi madre dijo, el revolvió mis cabellos casi blancos y salieron.

-bien Emil, toma asiento en cualquier lugar y esperemos a que lleguen tus compañeros- me sonrió y señaló los asientos mientras ella se sentaba tras su escritorio a checar papeles.

Tome asiento en la última banca junto a la ventana.

Estaba ansioso por conocer a mis nuevos compañeros, y más ansioso aún por ver quien se sentaría a mi lado en esta banca para dos personas.

Uno a uno mis compañeros iban entrando mientras me observaban fijamente.

Observe como se reunían barios en grupos mientras hablaban y giraban a verme. Me sentía extraño, juzgado y molesto por esto.

¿Es que acaso sus madres no les habían enseñado que señalar y hablar de la gente en su presencia estaba mal?

Toco el timbre y todos se sentaron dando una última mirada hacia mí.

-podrías pasar al frente y presentarte por favor- no era necesario que la señorita Xuan dijera un nombre para que todos supiéramos a quien le pedía esto, mientras escribía la fecha en el pizarrón y cerraba la puerta de entrada.

Tomando todo mi valor me pare y camine hacia enfrente del pizarrón a hacer lo que la profesora me había pedido.

-Hola mucho gusto yo soy…- la puerta se abrió y un niño moreno con la ropa desordenada entro al salón.

-Joven Long llega usted tarde. Acaso ¿sabe usted qué hora es?- la señorita Xuan se veía molesta.

-Si se la hora profesora- el chico parecía molesto por el sermón

-O si lo sabe ¿Por qué llego tarde joven Long?-

-Cosas de familia señorita Xuan- esto pareció calmar la molestia se la señorita Xuan.

-Bueno ya está aquí tome asiento por favor- ella dirigió su mirada hacia a mí -continua-

Tomo asiento y empecé ese discurso que ya había ensayado con Emma y mamá en casa.

-Hola mucho gusto, soy Emil- hice una pausa y tome aire -vengo de Sicilia y tengo 12 años- todos me observaron fijamente excepto el chico que llego tarde al salón.

-Bien ya Emil se ha presentado. Todos trátenlo bien y ayuden lo a que se integre al salón y a los estudios- todos asintieron con un si -toma asiento Emil-

Al llegar a mi banca por fin caí en la cuenta de quién sería mi compañero de asiento.

-Hola soy Emil y espero que nos llevemos bien- sonriendo le tendí la mano para saludarlo.

-A quién le importa quien seas- él la rechazo y volteo hacia el pizarrón.

Era el inicio del primer día y ya me había rechazado alguien. Espero que todo vaya mejor después.