El Secreto de
Riley W. Terrell
Escrito por:
Airi Melody y EvilChipie
La siguiente historia es original y es ficción.
Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.
No representa a ninguna persona ni refleja la cultura de ningún país.
Simplemente es el relato de una historia que nació a partir de un juego de rol entre dos mujeres que se aman.
Este es el resultado de: Mis madrugadas a tu lado.
Capítulo 1:
Tras una noche de fiesta alocada, desvelo, alcohol y sexo. Apenas después de dormir casi nada, disfrutando de su juventud. Desnuda en su cama, sonrojada y sudorosa al terminar satisfecha por volver a hacer el amor; una hermosa mujer de veinticinco años de edad, alta y delgada, con un cuerpo esculpido por la ardua práctica de karate y parkour, respira agitada, con su perfecto pecho redondo de pezones morenos subiendo y bajando, al intentar normalizar su respiración.
– ¿En qué momento nos enamoramos? Desde que tengo memoria te tengo cariño y has sido la persona que más me gusta, fuiste mi primer amor y, con el paso del tiempo, me doy cuenta de que eres el gran amor de mi vida – le dice Riley Terrell, con todo su afecto a su novio, acurrucándose en su pecho, dejándose rodear por sus brazos fuertes – ¿Tú me quieres? – ciñe su ser al de él, acariciándolo con la mano, disfrutando del tacto de su cuerpo varonil, firme y musculoso.
William, dos años mayor que ella, un atractivo hombre rubio de ojos celestes, que bien podía haber sido supermodelo, abraza a su novia y le sonríe – Te amo, Riley. Siempre me gustaste. Eras la chica más guapa de la escuela y en cuanto más crecíamos, más hermosa te ponías. Mis amigos me envidiaban – besa su cabeza con cariño, recordando – Siempre hablaban de lo bonita que eras, de tu cuerpo sensual y firme. Yo los escuchaba atento, mientras ellos babeaban por ti. Y cuando me saludabas, agitando tu mano a lo lejos, cuando ibas con tus amigas, ellos se imaginaban que ese saludo era para alguno de ellos. Entonces, les presumía que eras mi novia, ellos me miraban con mala cara y me decían que era un tipo con suerte. Pobres. Aún me río al recordar sus caras. Jajajajaja –.
– Y te encantaba presumir nuestro noviazgo, ¿verdad? Aún lo haces, cuando algún pobre ingenuo me mira demasiado o trata de coquetear conmigo – le responde Riley, sonriente, acariciando el torso musculoso de Will; el cuerpo de su novio es como un sueño: él es tan cuidadoso con su aspecto que, su pecho está perfectamente depilado, su rostro rasurado, su aroma es siempre agradable, limpio y con un toque de colonia.
– Me encanta presumir de mi novia, no lo puedo negar – sonríe Will con orgullo.
– ¿Sabes? Para mí era igual en la escuela. Mis amigas estaban locas por ti, porque eras el más alto y guapo, además del mejor en los deportes. Era la envidia de todas las chicas cuando me veían contigo y, cuando alguna me pedía que la presentara con "mi amigo William" y, yo le decía que eras mi novio, su cara era un poema – Riley deja escapar de sus labios una melodiosa risa contagiosa – Algunas chicas me odiaban pero no me importaba. Con mayor razón disfrutaba de mi novio delante de ellas –.
– Algunas se me declaraban a escondidas de ti. Y algunas eran guapas, pero ninguna era como tú – le comenta él y le guiña el ojo.
Al enterarse de aquello, Riley se pone seria y hace una mueca de desagrado – Ya me lo imaginaba, que se declaraban algunas. Perras. En fin, también algunos chicos me pidieron que fuera su novia o que les acompañara mínimo a una cita, pero tú eres más hombre que ellos, obvio que los rechacé a todos –.
William entrelaza los dedos de su mano derecha, con los de ella – Toda una vida a tu lado. Y pensar que nuestras madres siempre bromeaban con que nos casaríamos. Ya se acerca la fecha de nuestra boda pero para mí, hace mucho que me casé contigo –.
Ella lo besa con ternura en los labios. – ¡Pero estoy ansiosa por la boda! Aunque vivimos juntos desde hace cinco años y la boda va a ser sólo una formalidad, me hace ilusión – dice ella con emoción.
– ¿Te acuerdas de nuestro primer beso con lengua? Casi nos atrapa tu madre Sarah – se ríe él al recordar sus aventuras de adolescencia, provocando una encantadora sonrisa en ella.
– No nos vio pero algo sospechó. ¿Te acuerdas de la adrenalina de nuestra primera vez, que casi nos descubren tus mamás en la sala? Estabas gracioso corriendo desnudo al baño, con la ropa en las manos y te dejaste los zapatos tirados por el camino. Nos vestimos apurados y cuando no se oía ruido, salimos pero nos tendieron una trampa. Nos miraron con sospecha cuando nos vieron salir juntos del baño. ¡Qué vergüenza! Estaban tus madres, tus hermanas, tus tías y tus primos – narra Riley, divertida por aquellos recuerdos.
Will se ríe a carcajada. – Cuando te fuiste, mis madres me dieron la charla sobre sexualidad, porque sólo teníamos quince años, dijeron que debíamos cuidarnos, blablablá. Todas unas jefas yakuzas, rudas y serias, pero no sabían cómo hablarle a su hijo de sexualidad. Al final les dije que ya me había informado sobre el tema y que utilizaría condón cada vez. Ellas parecían tomates cuando les dije eso – él vuelve a reír más aún, y hasta le salen lágrimas que seca con su mano.
Riley se ríe con lo que le cuenta Will. – Cuando llegué a mi casa, mis madres ya me estaban esperando para darme la charla a mí. Porque tus madres llamaron por teléfono a las mías para avisarles lo que hicimos. Ya sabes, porque son las mejores amigas. Y me soltaron su discurso en la sala. Lo más gracioso fue que mi hermanito se escondió detrás del sofá para escuchar, nadie se dio cuenta y él se enteró de todo, luego salió de su escondite, preguntando a mis madres qué era condón y orgasmo – se rio más – Mi madre Jun casi se infarta y, mi madre Sarah y yo sólo nos reíamos –.
Will no puede parar de reír al imaginar todo aquello. – Nuestras familias son todo un show. Lo bueno es que, como tú tienes a tu hermanito y yo tengo hermanas pequeñas, nos fue más fácil mudarnos para vivir juntos, sin que nuestras madres protestaran. Así ya no tuvimos que escondernos, y nuestras madres no tenían que revisar la casa antes de que entraran nuestros hermanos. Aunque ahora tendrán que cuidarse ellas y él de que nuestras madres no les pillen. Jaja. Nami y tu hermano cualquier día nos dan la sorpresa, ese par de bobos. Y Kei que es una completa indiscreta con sus montones de amoríos, al menos, sólo las lleva a hoteles –.
– De mi hermano bobo y tu hermana sí me he dado cuenta de que se gustan, desde niños, aunque se hagan mensos pero… De Kei sé de algunos escándalos que ha tenido desde que es famosa pero, ¿tanto como "montones de amoríos", en serio? Sí que tienes bien vigilada a tu familia, ¿no? Bueno, y a todos a tu alrededor. Como buen cabeza de familia yakuza – le sonríe a Will.
– Siempre los vigilaré a todos – responde él. Will suspira con añoranza – Algún día, nosotros tendremos que dar la charla de sexualidad a nuestros hijos para que se cuiden y, llevarnos el susto un día que entremos a casa – besa a Riley – Nuestros hijos, ¿te imaginas? – acaricia el abdomen de Riley con su mano, con cariño e ilusión.
– Oh, querido, soy muy joven para tener hijos. No quieres estropear mi silueta aún, ¿o sí? – se apresura ella a comentar, apartando la mano de su novio de su abdomen y besa sus labios para que su evidente negativa no resulte tan severa, enseguida se sienta en la orilla de la cama – Vamos ya o nunca saldremos de la cama y ya es la una de la tarde. Aunque, con el cuerpo que tienes, la mayoría de las mujeres encontrarían irresistible estar todo el día en la cama contigo – abre el cajón del mueble que está cerca de la cama, saca una pistola y le apunta a William a la cabeza – Más te vale que no estés con otras mujeres – le dice ella a su novio, seria e imponente.
Esta historia continuará…
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