*En el silencio y obscuridad absoluta aparecen de la nada fuegos artificiales* Hello here! Como están? Espero que bien :3 estoy muy contenta de traerles al fin la segunda parte del fic! Como lo he dicho es la Segunda parte así que si no has leído la primera eres bienvenida a echarle una ojeada c: ADVERTENCIAS: Este es un CAPITULO DISTINTO a lo que estan acostumbradas para este fic, es necesario creanme pueden tomarlo algo así como el prólogo -desde el cap siguiente todo vuelve a ser algo así a lo que era el fic en su estilo, PERO sean concientes de que la historia ha cambiado- Diferencias en la forma de escribir por maduración del estilo de la escritora, quizás esto sea el mayor motivo por lo que existían inseguridades al momento de publicar esto, pero espero ya puedan juzgar ustedes la narración que más les place - de hecho se los agradecería muchisimo ^^ - . Ya vendrán muchas más advertencias pero por este capi sólo es necesario decir que hay se presentan nuevos personajes y comienzos de nuevas etapa! ~~Si estimas que la espera ha sido suficiente pasa, y recuerda, estás en casa~~ "La nueva Cúpido"
Esta segunda parte va dedicada a cada una que me apoyo todo este tiempo...Pero el dedicado inicial es para...chan chan!
Utau! *3* Mi querida suegra que es la mejor y más fan de Iggy, con mucho love para tus~
Por cierto ¿Vieron la hermosa y sensualosa portada? Estoy feliz ya que fue hecha especialmente para ser la cara de esta segunda season
;w; un hermoso regalo de mi querida RavenMushroom que la hizo para mi pero en especial para ustedes, y para prologar aún más su disfrute! Así que toda la portada tiene que ver con el fic ewe.
No quiero extenderme mucho más solo agradezco que estes aquí con tu apoyo incondicional, Infinitas gracias
Abriste los ojos revisando la hora en el móvil, aún quedaban doce minutos para despertar de igual forma te levantaste hasta tu ventana contemplando la aún obscura y apacible Londres.
Recordaste lo ocurrido hace casi un año y como conociste a Arthur.
Ruborizada volteaste hasta el colchón divisando al nombrado envuelto en gruesas capas de sabanas, divertida a orillas de la cama contemplaste como babeaba sin escrúpulos tu almohada favorita.
Cuando ya fue la hora besaste su mejilla mientras abría los ojos con bastante pesar, sin saber cómo en un segundo tomo tu muñeca y te lanzó al lecho dejándote bajo él –Adoro cuando usas mis camisas para dormir…–Confesó escrutando cada poro en ti creando un fuerte calor recorrer tú piel hasta ruborizarla. Instintivamente te acomodaste extendiendo los brazos para recibir cada sensación. En tanto sus manos expertas subían por tus caderas y se aproximaba despacioso a tú tan anhelada boca.
– ¡No toques a (Tú nombre)! –Aquella aguda vocecilla paralizó al británico dejándolo con los labios estirados y los ojos en blanco – ¡NO PUEDES APARECER ASI NADA MÁS IDIOTA! –Espetó desde la colcha haciendo suspirar a la inoportuna visita –Si te pones a hacerle cosas indecentes a (Tu nombre) Llegará tarde. Recuerda que para ambos es su primer día –Apuntaló.
El rubio neuro contenía con dificultad su mano intacta para no aventarle un mortal almohadazo.
–Además, ella es Cúpido ahora y ya estamos en la fecha – Se te acercó mirándote analítico.
– ¿Pa-Pasa algo? –Inquiriste nerviosa.
–…Realmente te asienta muy bien esa camisa –Respondió ruborizado y sin escrúpulos.
– ¡ERES UN PERVERTIDO! –El ex ángel lo atacó con la almohada peligrosamente babeada consiguiendo que su objetivo se elevase por los aires como una pluma –Volveré pronto (Tu Nombre) y traeré lo que necesitas. Bye –Se despidió desvaneciéndose en el aire cual espejismo.
–Mierda, ese idiota siempre nos interrumpe…–Se quejo el rubio.
–Si ocupó un abrigo no se notará ¿Verdad? –Inquiriste temerosa sintiendo como te abrazaba por detrás –Eso más un gorro y pasarás desapercibida –Respondió besando tu cuello. Suspiraste tensa por su actuar.
Ya no parecía tan divertido ni emocionante eso de ser Cúpido como en un principio, sentías como una gruesa pesadumbre se cargaba de tus hombros, el cielo encapotado tampoco ayudaba mucho, pero eso ya no era lo importante, sino más bien encargarte de que todo saliera bien el primer día de clases.
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– ¿Quieres que vaya a dejarte? –Preocupado se percató de tu nerviosismo mientras abría el paraguas al salir del departamento.
–Si lo haces llegarás tarde.
–Pero…
–Estaré bien. Además nuestras facultades no están tan lejos –Le regalaste una sonrisa forzada que ante sus ojos fue bastante natural.
Caminaron hablando de cualquier cosa hasta llegar al fatídico escenario de la despedida en donde no dudo en tomarte de la cintura para plantarte un cálido y apasionado beso sin importarle lo que opinarán los correctos y fríos ingleses, ni mucho menos a donde fuera a parar el paraguas.
Luego de la gran locura que te toco vivir el San Valentín pasado y de que esposa osa te pidiera que fueras su novia, se esforzó al máximo para inducirte a mudarte con él, a lo que aceptaste casi medio año después, no podías negar que morías de ganas por irte a su departamento lo antes posible pero ¿Qué una chica no se tiene que hacer de rogar? Te dejaste desear un tiempo, al fin y al cabo eso de alguna forma te resultaba divertido y a él también. Ahora, casi medio año después de estar bajo el mismo techo y sabanas, ambos comenzaban ese mismo día una nueva etapa, la universidad. Aunque optaron por caminos diferentes pertenecían a una misma casa de estudios. Por un lado, Arthur no tuvo gran problemas con la decisión, él a pesar de verse como el tipo más gruñón y huraño en toda la isla poseía una vocación admirable: Ayudar a las personas y cuidar de ellas, el rubio sería enfermero. Y tú por otra parte, gracias a Matthew descubriste un amor por las letras, y por influencia de tu novio finalmente escogiste licenciatura en letras.
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La presentación de la facultad fue emotiva en palabras, pero no en sentimientos, era como escuchar a cada cuál interpretar una escena repetida infinitas veces. Pero no por aquello te desilusionarías, no sería un impedimento para dar lo mejor de ti demostrado ser la mejor licenciada, aunque las cosas podrían complicarse con eso de Cúpido...
Pérdida en tu mente optimista aunque temerosa no te percataste de quienes pasaban a tu alrededor, tampoco de unos ojos curiosamente analíticos clavándose sobre tu piel, ni mucho menos en la figura que salía rauda desde un salón por el que pasabas, como era de imaginarse el choque contra está persona fue tan rudo que te hizo tirar el par de libros amarrados entre tus brazos y desestabilizar cayendo de espaldas, presionaste los ojos con fuerza esperando el impacto que jamás se presentó, pues en cambio un agarré de una de tus muñecas y una desconocida mano aferrándose a tu cintura evitaron cualquier tragedia.
El ambiente fúnebre de silencio te instó a remover párpados permitiéndote admirar el nuevo panorama, quienes pasaban contemplaban la escena hasta que comprendieron que no ocurriría nada trágico retomando sus caminos como si nada, ante tu vergüenza guiaste el rostro hacia tu frente descubriendo que quien se aferraba a tí como si su vida dependiese de ello, era un joven mirándote incrédulo, se notaba extranjero por su piel morena que resultaba imposible dorarse con el nulo sol británico, de ese encantador tono sus ojos verdes resaltaban bajo crespos mechones rebeldes y castaños que
brindaban una imagen despreocupada pero con estilo, su mirada se apreciaba cómoda bajo el cautivo de tus ojos.
-...¿Hola? -Te atreviste a decir en un minuto tras monótonos segundos en los cuales te mantenías sin mayor opción en la misma postura levemente inclinada hacia atrás, casi como si se tratara de un baile.
-¡Ah! Lo siento jaja -Te enderezó sin soltarte regalándote una sonrisa haciendo nulos esfuerzos por remover sus iris verdes de tus orbes.
-Casi ocurre una tragedia jaja...
Arqueaste tus labios amigable, se notaba un chico simpático -Gracias a tus buenos reflejos no ocurrió nada -Comentaste.
Hizo una mueca extraña en la que imaginaste divisar por un instante un leve rubor asomado -Soy Antonio y tú ¿Como te llamas linda?
Ahora su rubor se traspaso a tus mejillas -Soy (Tú nombre).
-Me gusta como suena -Sonrío enseñando su perfecta corrida de dientes blancos.
-Ahh...¿Si? -No supiste que responder a aquello.
-Disculpen, están entorpeciendo el paso -Un chico intentaba ingresar al salón en el que aún frente a la puerta se encontraban estáticos.
-Oh, disculpa -El muchacho se apartó hacia un lado para dejarlo pasar, ignorando totalmente el agarre a tu muñeca y cintura moviéndote también con él.
-Ah por cierto -El chico se agachó recogiendo algo -¿Estos libros son suyos?
-¡Si! Son los que cargaba (Tú nombre) -Al comprender que debía soltarse te sonrió algo triste removiendo sus manos para que pudieses recibirlos -Ah gracias -Los tomaste con agrado. Esé joven -Qué te aseguro, no volverías a ver nunca más- te los entregó mirandote de una forma extraña, como si te intentará trasmitir un mensaje con su mirada, solo que no lograbas entender que significaba.
-Ten precaución con los descuidos desde hoy -Te advirtió ingresando al salón antes de que pudieras decir algo.
-Creo que tiene razón...-Te fijaste en el morocho por su comentario -Desde que entras a la Universidad debes tener cuidado, porque aunque no ingresa cualquiera de igual manera hay todo tipo de personas y es peligroso ¿Entiendes a lo que me refiero?
Asentiste con la cabeza, no comprendiste realmente pero tenías una idea vaga de lo que intentaba decirte.
-Creo que debería irme al salón... -Explicaste notando como ya comenzaban a vaciarse los pasillos lentamente.
-¡Oh puedo acompañarte! ...Si quieres...
Admiraste su entusiasmo 《Realmente es un chico amable》 dijiste para ti misma -No me vendría nada mal algo de ayuda, aún no conozco este lugar -Le sonreíste y él te devolvió el gesto.
Se distanciaron por los pasillos sin que sospecharan de unos ojos seguir cada uno de sus movimientos.
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Las horas pasaron y las clases que te tocaron no fueron más que introducciones básicas de los temas comprendidos, datos sobre la misma universidad y una que otra cosa de interés para los alumnos.
De esa forma se esfumó el tiempo y la hora de almuerzo se hizo sentir con los gruñidos furiosos de tu estómago, pensaste en llamar a Arthur, pero antes de hacerlo te retractaste pues temías parecer de esas novias psicópatas. Suspiraste fijandote en un mensaje que acabase de llegarte, sorpresivamente era de tu ex jefe Francis, sí, el mismísimo jefe pervertido que te habría ofrecido un trabajo, gracias al cual conociste a Cúpido...Un retorcijón nervioso en tu vientre te hizo recordar un enorme peso con tan solo un título "Cúpido" Resoplaste pensando que no sería tan mala idea hacer una visita si disponías de tiempo para ella, cuando ya te encaminabas a la tienda te dio por leer el mensaje el cual decía "¡Necesito ayuda urgente, es de vida o muerte!"Nerviosa al ver esto corriste a todo lo que tus piernas daban tomando un recorrido que hace mucho no hacías. Por tu mente paso todo tipo de situaciones, desde un robo o quien sabe que. De pronto una niña pequeña se cruzó por tu camino haciendo detenerte abrupta, le viste ir hasta su padre quien la tomó en brazos -¿Quien es la niña más linda de este mundo? ¡Eres tu mi pequeña maravillosa!
La infanta junto al hombre sonreían felices como si no se ubieran visto hace mucho.
-Él acaba de llegar de su viaje de Creta y esta feliz de ver a su hija Sara... -Susurraste para ti misma quedando perpleja por lo que acababas de decir, no tenías forma de saber algo como eso, de seguro fue una bobería de tu parte...Una muy rara bobería...
-¡Sara no corras de esa forma!
Advirtió una mujer aproximándose a ellos, esa señora era la madre, eso lo sabías, sin entender como, pero lo hacías.
-¡Pero es que extrañe a papá! -La párvula hizo un mohín.
-Si ambas lo echamos de menos...Y ¿Como te fue en tu viaje a Creta cariño?
No pudiste decir nada, ni siquiera espetar una vocal a modo de asombro cuando tu corazón dio un brusco latido que remecio tu pecho generandote un inmenso escozor, algo asustada intentaste mantener la postura normal cuando un nuevo golpeteo impacto desde tu tórax, guiaste tu mano directo al seno intentando respirar sin lograr atraer mucho oxígeno, una tercera vez te hizo soltar un alarido que atrajo todas las miradas, incluso la de la pequeña Sara y su padre, ahogada por tanta atención y falta de aire te alejaste como pudiate sintiendo una y otra vez aquel potente dolor, sin premeditado y casi como si tus piernas caminarán por sí solas entraste a un solitario y sucio callejón en medio del camino sin rumbo.
Te dejaste caer con pierna temblorosas a unas bolsas de no querías saber que, en posición fetal, llena de frío y con cuerpo trémulo percibiste lo que ya imaginabas sería un ataque al corazón. Aunque apenas fueron tres minutos para ti el sufrimiento duro una eternidad, sufrimiento que empeoró cuando un ardor en tu espalda comenzó a intensificarse, era como si te estuvieran quemando con un par de fierros al rojo vivo, era insoportable y tanto gritos como lágrimas no brindaban consuelo. Por un lapsus el dolor fue tal que te desmayaste antes de poder decir "ayuda."
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Acurrucada en la inmundicia tus párpados se movieron dejándote ver que pasaba. Algo borroso en principio hasta que tus ojos se acostumbraron nuevamente a mostrarte el mundo a tu alrededor y la situación en que te encontrabas. Ya era de noche, y seguías en la misma pose, jadeante y lenta de pensamiento, tu cuerpo pesaba, tanto que no eras capas de moverte un milímetro. De pronto tus párpados cayeron, sin desear volver a abrirlos sentiste como alguien te tomaba en brazos, que daba unos pasos rápidos y saltaba, pero nunca caía, el viento en tu cara te recordaba los vuelos con cúpido para el san Valentín pasado.
-San...Valentín...-Mascullaste percibiendo una leve carcajada oprimida. Por algún motivo te agradaba escuchar esa tenue burla y sin pensar apoyaste tu cabeza en un cálido pecho varonil...Estabas dormida y sólo lo notaste al despertar cuando sentiste que te dejaban sobre una cama, entre abriste los ojos viendo en la habitación obscura y silenciosa a un chico...¿Arthur?
No, no era él, su cabello era más obscuro, entonces sería...¿Antonio? Tu lentitud y cansancio no te permitía captar bien su rostro para identificarlo, solo sabias que era muy guapo y que sus ojos verdes brillaban aunque todo fuera penumbra.
Enarco los labios admirando tu cuerpo de hito a hito, como pudiste tu también te admiraste con una ropa distinta, era extraña como una toga blanca...
Suspiraste comprendiendo lo que había pasado, querías hablar, pero sin más fuerzas solo te dormiste perdiendo conciencia de ti misma.
N/A: Dije que este fic mutaria a algo más dark xD(?) era necesario según yo(?) Ya el prox cap estará mejor y más parecido a la esencia de la primer temporada que es lo que todas aquí están esperando.
Puede que este mal editado pero pronto lo revisaré ¿si? Kisses a todas espero no decepcionarlas, si continuan leyendo verán que todavía queda mucho por descubrir ewe. Publicaré muy muy pronto así que atentas...y no se si olvide algo más. Bye leidis~
Disclaimer: Hetalia de Himaruya, Lectora de iggy. Portada sugoi de la maravillosa RavenMushroom3
