Esta historia fue escrita hace años por mí pero olvidé por completo mi cuenta así que la repostee con diferentes personajes.
La idea es que Robb y Sansa son mayores de lo que aparentan en la serie y Robert nunca visitó Invernalia así que la vida no cambió para ellos.
Sabado en la tarde.
Robb respiraba profundo no estando seguro de porque estaba haciendo lo que estaba haciendo, se sentía tan bien y mal al mismo tiempo.
La tormenta afuera parecía quererlos juntos.
Los enemigos de su familia también pues habían tenido que huir dos solos, sin sirvientes ni chaperones a pedido de sus padres y hermanos. Las cosas se habían calmado para cuando ellos marcharon en la mitad de la noche pero por mayor seguridad no regresarían hasta que fueran llamados. Iban camino donde su tia Lysa en el Vale y se detuvieron en esta ocasión en una casa casi por caer donde el dueño los dejó quedar en las caballerizas por un precio bajo.
Él Tenía que cuidar a Sansa, y lo estaba haciendo, con su vida si fuera necesario…pero la verdad no lo estaba haciendo como debería.
"Robb?" ella gimió bajamente, "Que me pasa?" se remojó los labios, "Que me haces?"
Sansa tonta, pensó con carió, ella sabía lo que le hacía o al menos debería de sospecharlo, "…Lo disfrutas." Le contestó mientras continuaba besando su cuello y ella se estremecía ante las leves cosquillas en su vientre cubierto. Quería quitarle la delgada bata del pijama pero dudaba que se dejara.
"Esto no está bien, no puede estar bien…" Eso lo sabía Sansa, algo que se sintiera taaaaan bien no podía ser algo bueno. Y a ella le habían advertido desde muy pequeña no irse a dejar tocar de un hombre.
Robb decidió no comentarle que sus padres estaban planeando casarlos en un futuro para asegurar Invernalia, ella seguramente habría escuchado las habladurías y de ahí el ataque, "Sólo unos minutos más." se dijo, apresurándose a cogerle los senos antes de que el tiempo se les acabara. Dios, pero si son pequeñitos. Su pervertida mente le gritó mientras los acariciaba, lentamente haciendo un recorrido a la parte que sabía la iba a hacer estremecerse.
El movió en forma circular su dedo alrededor de su pequeño pezón, "Ahhhh! Robb !" Dijo notando un segundo después como sus caderas se movían hacia arriba buscando algo... El se lo pellizcó, "¡dios, dios!" sus manos fueron alrededor de los hombros de Robb, su cabeza aún todavía mordiendo y lamiéndole el cuello y empezando a bajar más.
Sansa sabía que estaba empezando a sentir lo mismo que sintió la tarde anterior cuando se encontraron a dos perros copulando, una presión en su abdomen bajo y un cosquilleo, la temperatura subiendo.
No había duda de que lo estaba disfrutando, el modo que se aferraba a sus hombros mientras, al mismo tiempo, se retorcía, sin talvez saber que era un reflejo de acercar más su mano a sus pequeños senos. "Sansa…Sansa" gimió queriendo hacer más que tocar sus senos, el quería ir más abajo, llegar más lejos. Se separó de ella mirándola a los ojos. "Cinco minutos." Dijo pero por un par de segundos más le retorció el pezón.
Ella respiró profundamente y cuando el retiró sus manos, ella se sentó. Miró al suelo avergonzada, no queriendo mirarle.
Robb se quedó mirándola, estudiándola, llevaba meses incitando a Sansa de una forma u otra, aunque nunca habían llegado tan lejos como esto, mejor dicho antes tan solo había logrado rozarle las piernas cubiertas un par de veces, la cintura, le decía cosas bonitas mirándola a los ojos, la había estado seduciendo pero muy lentamente. Y su plan, no había sido comenzar de esta forma pero las cosas se habían dado la tarde anterior cuando mientras calentaban algo de comer dos perros se acercaron y empezaron a coger varios metros delante de ellos. Para el fue chistoso y embarasozo y vio que para Sansa fue lo último, aunque no dejaba de mirar. Pronto se empezó a sentir caliente y por la forma en que ella se enrojeció y empezó a respirar profundo ella también. Se sentó a su lado después de un rato, "Sabes lo que están haciendo?" le preguntó con voz baja y ronca.
Sansa asintió, "Un cachorro…" dejó de mirar y lo vio a él mirándolos, lo tomó del mentón y lo hizo mirar en otra dirección, "no deberíamos de estar viendo."
"¿Por qué no?" Robb preguntó mirándola a la cara.
"No sé…pero siempre que encontramos algo así mi chaperona me coge de la mano y me hace dejar de mirar…y deberíamos irnos."
Robb la estudió por unos momentos, y decidió plantar algo en su mente, "Se siente chistoso verlos…¿no crees?" Ella se quedó mirándolo, y decidió moverse, colocándole la mano en el estomago y haciendo movimientos circulares suaves, "Aquí…¿a ti no te pasa?"
Sansa nunca le contestó y pronto empacaron las cosas y siguieron el camino en medio del frio, pero la sentía extraña. Esa noche mientras descansaban la vio tocándose el estómago como lo había hecho él antes, y sonrojada, de inmediato sospechó de sus necesidades.
Y ahí se encontraban en ese momento, después de que la había instado a jugar cartas y cada vez que perdía había empezado a poner retos al principio nada del otro mundo, y cuando le dijo que le dejara tocarle la barriguita de nuevo ella había aceptado, y habían terminado con él besándole el cuello y apretándole una teta.
Sansa por su parte estaba confundida, no podía creer que esto acababa de suceder como resultado de haber perdido. Se había sorprendido cuando el le había propuesto el reto y había querido declinar cuando perdió, pero ahora sólo quería volver a jugar y perder de nuevo. Recordaba todo lo que su septa le había llegado a decir una vez.
Robb la seguía mirando, que estaría pasando por su cabeza? se preguntó al verla callada, el también debería sentirse avergonzado por lo que acababan de hacer pero no lo estaba, ella con sus comentarios en la noche anterior y en la mañana, le habían llenado la cabeza de pensamientos lujuriosos.
Ella era tan culpable como él.
Sansa se sentó y acomodó su larga pijama no sabiendo muy bien porque se había dejado pero se había sentido bien.
No sabía que aquello se podía sentir de esa forma.
Estaba apenada pero al mismo tiempo deseaba que su hermano hubiera seguido. Vio que Robb también se sentó y vio un bulto en sus pantalones que no recordaba haber llegado a ver nunca. "¿Qué fue eso que me estabas haciendo Rob?"
El corazon de Rob estaba que le salia por su garganta, no solo estaba con una niña, ¡una niña!, sino que esa niña también era su hermana. No podía creer que esto lo hubiera excitado tanto, tenía ganas de llevar su mano hasta sus pantalones y empezarse a tocar, eso iba a hacer, iba a disculparse y salir para irse un poco lejos y después liberarse de su tensión y esos pensamientos corruptos que pasaban por su cabeza, la de abajo suponia, pero escuchó su voz y no pudo hacer otra cosa mas que mirarla y pasar saliva, ella le estaba mirando la erección, y de la emoción palpito y creció otro poco, los ojos de ella se abrieron al ver eso y la vio mirando para otro lado, un segundo después sus ojos volvían al mismo lugar, ¡Dios! "Me aproveché de ti." Le dijo la verdad. "Lo que hicimos estuvo mal."
Ella ya sabía eso, pero aun asi. . . se obligó a mirarlo a los ojos, "¿Porque?" todavía sentía esa presión en su abdomen bajo, necesitaba algo, pero no sabía qué.
"Los hermanos no deben hacer cosas así." Vio que ella aproximaba sus piernas hacia su torso y se encogía en una pequeña bola, quiso ir hacia ella pero se detuvo..
"Porque no?" pensó por un segundo y luego lo dijo "…si se siente bien."
Aquello sorprendió a Robb, no creyó que Sansa admitiría haberlo estado disfrutando, ella era demasiado propia y escrupulosa por eso mismo se había demorado tanto y planteado varias veces si continuar seduciéndola o no. Se remojó sus labios, Sansa tenía la cara más adorable que él hubiera visto, el cuerpo apenas se estaba desarrollando y aun así quería mostrarle cosas, su pantalón se estaba colocando cada vez más apretado, "Se va a sentir bien si la persona con que la que haces esas cosas se toma su tiempo para hacerte disfrutar. Pero esa clase de cosas no las podemos continuar haciendo. Me equivoqué." Ellos iban a ser casados, probablemente antes de un año, así que él se podía esperar…
¿Con cualquier persona? "Que clases de cosas?" según lo que el decía había más y ella quería saber que más y si se sentían tan bien como lo que acababa de sentir. "Y entonces porque me lo hiciste?"
"No sabes nada de esto, ¿Sansa? ¿Absolutamente nada?" El le pregunto un poco confundido. "¿Tus cuidadoras nunca te han hablado de no dejar que ningún hombre se te acerque, o te toque?" No creía que eso fuera posible.
"Sí, pero ellas dijeron que serían hombres malos y me lastimarían. Y no me lastimó eso…ellas no dijeron que se podía llegar a sentir rico…"
Uhhhh, esa palabra saliendo de la boca de ella...lo hicieron temblar en sus pantalones y ella lo notó porque se quedó mirando. "Te puedo hacer sentir mejor." Se escuchó diciendo, ya no pensando claramente.
No supo porque aquello le gustó, y se sonrió, "…¿Te gusta hacerme esas cosas?" se sintió sonrojando ante su curiosidad.
Rob no se contuvo al ver que ella lo seguía mirando, posó su mano sobre su erección cubierta y empezó a tocarse un poco suavemente, "Que si me gusta?" el rio, si supiera como lo tenía, estaría ella igual?
¿Porque se estaba tocando ahí? ¿Porque en cuanto su mano se poso alli algo estalló en su propio estomago? ¿Porque quería ser ella la que lo estuviera tocando? Ella había visto uno una vez, pero era de un niño, pequeño, ese parecía, debería ser más grande, ¿Se parecería a esa cosa que el perro le había estado metiendo a la perra?
Rob se decidió, su hermana parecía querer eso tanto como el, "Te lo digo si me respondes algo" le dijo respirando rápidamente, se estaba tocando suavemente, pero saber que se estaba masturbando en frente de su hermanita lo agitaba. Sansa asintió. El sabía que era algo bajo lo que iba a hacer pues lo acababa de planear, todo empezaba con su respuesta siendo si, y de aquí en adelante todo sucedería por su culpa pero aun así no le importo, "¿Te mojas?"
Sansa frunció el entrecejo, no sabía de lo que él hablaba, estaba empezando a sudar pero no creía que él se refiriera a eso, "No entiendo.,,"
Rob miro hacia el coñito de su hermana y se dejó de tocar, "Que si te has llegado a mojar," ella era joven, y aun si no lo fuera dudaba que sus chaperonas le hubieran dado tiempo o explicado si algo así le hubiera llegado a suceder. Al verla sacudir la cabeza él le explicó, "entre tus piernas. ¿No te sientes raro ahí?" Vio que ella se sonrojó aún más.
En ese mismo momento sintió un flujo caliente llegando al punto al que el había mirado, ¿qué? entonces así se le decía, estar mojado... se había puesto así cuando vio a los dos animales el día anterior, y cuando Robb le había tocado el estómago…y le había estado besando el cuello…y tocado el pecho. "…Creo, creo que si" dijo nerviosa mientras él se aproximaba a ella. Su corazón empezó a latir nuevamente.
¡Esa era la vencida! Rob se aproximó a ella y se sentó justo en frente de ella, "…¿crees o lo sabes?"
"Acabé de sentirlo otra vez." Dijo aun sintiéndose apenada.
Rob se aclaró la garganta, "lo que yo te hice hace un rato, tiene ese efecto en una mujer, en un hombre," se miró la entrepierna y ella también lo hizo, "le pasa eso, crece." Sansa asintió, "Cuando uno se toca ahí se siente bien, muy bien. ¿Nunca te has tocado ahí, Sansa?"
Sansa sacudió la cabeza, cada vez su corazón iba más rápido, "No, nunca me había sentido así. . . Es un poco fastidioso," admitió.
Rob no creía que fuera fastidioso ni tan solo un poco, pero le dio la razón, "Cuando te toque el pecho se sintió bien verdad? Cuando te tocas ahí se siente aún mejor."
Sansa volvió a mirar a los pantalones de Rob, ¿él se había sentido mejor cuando se estuvo tocando y hablándole al mismo tiempo? "Quieres tocarme ahí?" ella le preguntó y sintió que algo le volvía a bajar por su vagina mientras veía de nuevo que algo temblaba dentro de los pantalones de Rob.
Aquello no fue una invitación, fue una pregunta, pero aun así ella no se veía asqueada ante la posibilidad y aquello lo sorprendió, su plan había sido incitarla a tocarse en frente de él, talvez enseñarle cómo hacerlo sin tocarla y después el hacer lo mismo, o al mismo tiempo, pero no masturbación mutua, aun así eso sonaba mejor, "Si quieres. Pero si lo quieres hacer tu misma mientras yo veo. . ."
Ella paso saliva, eso significaba que le tocaba que quitarse las bragas, pero al paso que iba de todas formas lo tendría que hacer, se sentía empapada, "Yo también quiero ver. . .te."
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Sé que Sansa suena demasiado inocente, pero yo lo veo a que seguramente a ella le han estado colocando bastante cuidado que ni cuenta se da nada. O sea, es la niña vapida que solo quiere un esposo apuesto, y no se pone a pensar en lo que tiene que pasar para tener un bebé. Me imagino a que es tan sobreprotegida que solo le dirán lo que pasa en una noche de boda dos días antes de dicha boda, o si acaso el mismo día.
Espero que esto le guste a alguien y me deje reviews gracias.
