Disclaimer: los elementos conocidos no me pertenecen, pero sí a Rowling y la Warner.
Este fue una de las primeras historias, si se le puede decir así, por lo breve, que escribí de Harry Potter, espero que les guste!
Sigo tu rastro
Hoy es otro día.
Uno distinto de ayer. Eso espero. Eso intento, te juro, todo el maldito día. Trato con todas mis fuerzas de no caer, de notar el sol sobre las hojas de los árboles, de sentir el viento cuando sopla sobre mi cara, de mirar a la gente a la cara cuando le pido disculpas por chocarlos por las calles. Trato de recordar la cara de las personas, trato de que me importe lo que sienten, lo que piensan. Quiero sentir, de verdad quiero, pero es como si tuviera una pared. Una pared que deja afuera a las personas, los sentimientos, la vida; y adentro queda solo la tristeza.
Hoy es otro día. Y estoy tratando, con todas mis fuerzas, de vivirlo.
Pero no es fácil, tú sabes. Aunque en realidad, tú no sabes. No sabes lo que es la niebla de la tristeza, embriagante como el alcohol, anestesiante. Querer dejarse llevar por la tristeza. Hundirse en ella. No lo sabes porque jamás sentiste tristeza. Porque para ti la vida era eso, vida. Y la vivías. Vaya si la vivías. Con todo tu ser.
Alguna vez me dijiste que lo que querías era vivir con intensidad. Marcar a fuego el universo con tu existencia. Querías dejar un rastro. Ser una llamarada. Fuiste una llamarada. Intensa, alegre, poderosa. Mágica.
Breve.
Y quedé aquí. Destruido por el fragor de tu llamarada. Consumiste tu energía, pero la mía también.
Hoy es otro día.
Me pregunto si te decepcionaría la vida que llevo. Te aseguro que es la vida que puedo llevar. Ya te oigo gruñir. Dirías que la vida es lo que uno hace con ella.
Hoy es otro día. Pero, ¿sabes Fred? Hoy de verdad lo fue. Fue un día distinto de ayer. Y puedo recordar por qué. Hoy el sol me calentó la cara. Hoy hice lo que quería hacer, no solo lo que debía hacer. Hoy sentí su mano caliente entre las mías y la besé, porque quería hacerlo. Creo que ya no existe la pared.
Ahora sigo tu rastro, Fred. El que invita a vivir.
