Esta es una traducción de Completing Temperance Brennan de la fabulosa Dream4aSleepyZombie .
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Parker tiene once en esta historia. Disfrútenla!
Capítulo 1
Temperance Brennan estaba de pie en el cuarto de huesos. Con cuidado puso cada hueso en su lugar apropiado dentro del ataúd. Tabitha Moore tenía diez años cuando murió, seis meses atrás, y nunca fue reportada como perdida. Tabitha Moore era una estadística, una víctima del crimen pero insignificante en el gran esquema de las cosas. En el sistema, ella era papeleo para el gobierno y dinero de drogas para los abusadores con los que la pusieron.
Brennan había descubierto dieciséis fracturas en el pequeño esqueleto frente a ella, y eso sólo era el comienzo. Cam había reportado daño muscular y de tejido en la pelvis y región vaginal, así como en la boca y el cérvix de la pequeña. Por la primera vez en su carrera, Temperance Brennan no había podido controlar las nauseas y corrió hacia el baño.
Booth había sido su roca durante el caso, sabiendo cuanto le afectaban los casos de niños sin padres y había puesto su hombro cuando ella lo necesitó. Se había quedado con ella en el laboratorio, después de que todos se habían ido a casa; la había obligado a comer y la había hecho reír cuando sólo quería llorar.
Eran las cuatro de la tarde cuando cerró la tapa del ataúd, que ella había escogido personalmente y junto con los otros iba a atender el funeral que estaba pagando de su bolsillo al día siguiente a las diez de la mañana. El Cementerio de Washington sería el lugar de descanso final de Tabitha.
Saludó con la cabeza a los guardias y observó mientras se llevaban el ataúd, bajando las cabezas respetuosamente, por la pequeña vida perdida.
Temperance suspiró, estaba cansada y triste, pero más que eso, estaba enojada de que un niño había sido olvidado por un sistema que debía de haber estado protegiéndola, el mismo sistema que fallaba una y otra vez, sin consecuencias. Regresando a su oficina, se quitó la tela azul que era su bata.
-Ey, querida, ¿vienes por una copa a los Padres Fundadores con nosotros?
Brennan sacudió la cabeza.
-Esta noche no, Ange, hay algo que tengo que hacer. ¿Te veré mañana? ¿Irás al funeral?
Angela sonrió y toco el brazo de su amiga. No era la primera vez que pagaba un funeral, pero el sentimiento nunca se olvidaba, Temperance Brennan era puro corazón, en verdad le dolía cada víctima con la que lidiaba.
-Sí, querida, Jack y yo estaremos ahí.
Brennan sonrió.
-Gracias Ange…
Tomó su bolsa y se puso su abrigo antes de apagar la computadora y girarse de nuevo hacia su amiga.
-Te veré mañana.
Ange asintió, viéndola alejarse. Brennan había estado distante durante todo el caso pero su personalidad había cambiado bastante en los últimos meses. Angela sabía que la relación entre Hannah y Booth era la razón; no resentía a Booth por la felicidad que parecía haber alcanzado. Hannah era amable y se llevaba bien con todos pero nunca sería una de ellos. Brennan estaba quedándose toda la noche en el laboratorio otra vez, de regreso a su trato frío y científico, no se reía en el trabajo y rara vez sonreía, había bajado de peso y aunque no era tan malo como antes, estaba regresando a su personalidad antisocial.
Booth había superado la etapa de ignorar a todos en su relación con Hanna y hacía un esfuerzo por pasar tiempo en el laboratorio. Entraría a arrastrar a una antropóloga molesta a cenar o a comer, le traía el desayuno en la mañana y tomaba tiempo, todos los días, para estar con ella. No era como los viejos tiempos, había cierta incomodidad entre ellos pero la niebla se estaba levantando lentamente entre más tiempo pasaban juntos; sólo los dos, era cada vez más fácil ver el camino de regreso a lo que eran una vez.
Brennan frunció el ceño mientras manejaba fuera del estacionamiento, había estado lloviendo tres días y el cielo no se veía mucho mejor. Oscuras nubes se arremolinaban sobre ella, haciendo parecer que era más tarde de lo que era en realidad. Guió su carro a la dirección opuesta a la de su departamento, el tráfico relativamente ligero. Giró a la derecha y luego de golpe en Colombus, siguiendo por diez minutos ese camino antes de detenerse frente a un edificio de aspecto descuidado.
Apagó el motor y sacó la llave, observando un momento gotas de lluvia que caían al pavimento, formando remolinos antes de caer por las coladeras.
Tomando el folder de su asiento, lo puso debajo de su abrigo y salió del coche, poniendo la alarma y corrió por los escalones del Orfanato Distrital Infantil.
Acomodando su cabello, Temperance entró. Arrugó la nariz ante el olor a moho y polvo que la regresó a cuando tenía quince. Brennan caminó al escritorio y sonó la campanilla.
Una mujer mayor con cabello café que encanecía se acercó, delgada y de aspecto serio, Brennan se preguntó si era un requisito para el trabajo, verse tan intimidante como sea posible.
-¿Sí?
Temperance se enderezó ante el tono de la mujer.
-Soy la doctora Temperance Brennan del Instituto Jeffersonian; deseo ver a la señorita Hilda Stenning por favor.
La mujer forzó una sonrisa.
-¿Tiene una cita?
Brennan frunció el ceño, inclinando la cabeza a un lado, intentando mantener su paciencia.
-Estoy trabajando con el FBI en relación al caso de Tabitha Moore y me gustaría obtener una respuesta a algunas dudas que tengo.
La mujer siguió engrapando con los ojos fijos en sus hojas y no parecía interesada en el discurso de Brennan.
-Lo siento, está en una reunión por el momento.
Recargándose en el escritorio, Temperance habló con calma.
-¿Me podría decir cuánto tardará?
Moviendo los ojos hacia una libreta que tenía en el escritorio, la mujer hizo sonidos de mhm y ajá.
-Un buen rato.
Brennan torció los ojos, su frustración creciendo.
-¿Dónde puedo esperar?
Trató de mantener la voz tranquila, sabiendo que si la mujer se molestaba le podía hacer las cosas mucho, mucho más difíciles.
-Supongo que puede esperar en el pasillo principal.
La mujer presionó un botón, a lo que las puertas zumbaron y se abrieron con un click. Brennan avanzó y cerró la puerta detrás de ella pensando que esto no era tan diferente al Sanatorio Havenhurst. Siguiendo la dirección que le señaló la mujer, avanzó a lo que ella supuso era el área de espera. Una sola fila de ocho sillas descansaba contra la pared. Temperance se sentó frente a la que estaba directamente encarando a una oficina que tenía una placa de "Hilda Stenning".
Brennan suspiró, veinte minutos y aún no había señales de la elusiva señora Stenning. Había oído sonidos que asociaba con todos los orfanatos en los que había estado; gritos, sollozos, el sonido de un adulto regañando a un niño, puertas azotándose y tacones contra los duros pisos de madera. Una puerta se abrió a su izquierda y una mujer pesada salió, arrastrando a una niña de la muñeca.
La pequeña se veía aterrada mientras sus cortas piernas se apresuraban a seguir la zancada más larga de la mujer.
-¿Porqué no te paras de la cama en lugar de mearte en ella? Jesús, Molly.
La mujer arrojó una sábana azul al piso y arrodilló a la niña.
-Esperas aquí hasta que venga por ti.
Temperance vio como la mujer se iba, dejando a la niña sola y apretando un osito de peluche café entre sus manos. La pequeña se sentó a observar la lluvia caer sobre la puerta de cristal. Temperance supuso que no tendría más de tres o cuatro años, vestida con un pijama de lo que parecía ser un ratón con zapatos amarillos y pantalones rojos. Su cabello era de un café chocolate oscuro, cortado a los hombros. Temperance supo que si se lo cepillara, se vería parecido al suyo. Su piel era pálida y por lo que alcanzaba a ver tenía grandes ojos azules, o lo que Booth denominaba "ojos rompecorazones".
La niña levantó los ojos al sentir movimiento cerca y al ver a Temperance acercándose, se arrastró contra la pared y frunció el ceño. Brennan se arrodilló lentamente y sonrió.
-Hola, no te preocupes, no te lastimaré.
Temperance desvió su atención al oso que presionaba contra su pecho como si se le fuera la vida en ello. Era café y claramente había tenido mejores días.
-Mi nombre es Tempe, ¿tú eres Molly?
La pequeña niña no respondió y sólo se quedó viendo a los amigables ojos de la hermosa señorita frente a ella.
-Me gusta tu oso; debe de ser un buen amigo.
De nuevo, no hubo respuesta, pero Molly abrazó al oso un poco más duro.
-Yo sé que este lugar puede dar miedo y tener un amigo es bueno.
Temperance se sentó en el suelo para estar más cómoda. Sentía simpatía por la chiquilla. Brennan notó una marca rosa en la muñeca de Molly.
-¿Te duele la mano?
Señaló su propia muñeca y sonrió cuando Molly estiró la mano. Tempe tomó la diminuta mano y levantó la manga con cuidado, fijándose que la piel no se hubiera roto. Al ver las pequeñas manos de Molly dentro de las suyas, más grandes, Brennan sintió un intenso deseo de protegerla del peligro; pasó su pulgar sobre los nudillos de Molly y sonrió.
Molly no sabía quién era esa señorita. No la había visto antes pero era diferente a las otras. No era mala ni gritaba y no le tenía miedo como a la mujer de antes. Molly se acercó un poco, esta señorita tenía una bonita sonrisa y ojos amables y olía bonito.
Tempe observó que Molly le extendía el oso, a lo que ella frunció el ceño y bajó la mirada. El oso tenía un hoyo en la tela del brazo y el relleno empezaba a salirse por ahí. Preguntándose que podía hacer sin aguja ni hilo, Brennan tuvo una idea casi infantil.
-Oh querida, creo que tu oso necesita un curita.
Las cejas de Molly se levantaron; todas las otras señoras a las que les había mostrado la cortada de su oso la habían ignorado. Tempe estiró la mano y sonrió cuando Molly la tomó.
-Vamos a ver si tengo una en mi bolsa ¿vale?
Molly asintió y camino junto a ella hacia las sillas, donde vio como Tempe removía los contenidos de su bolsa.
-¿Tu oso tiene nombre?
Molly solo esperó en silencio, sus ojos alternando entre la puerta por la que la habían arrastrado y el oso, que estaba sentado en la silla.
Brennan pegó la pegajosa tira sobre el oso y lo aplanó con cuidado.
-Listo ¿qué tal quedó?
Molly sonrió débilmente pero hizo una mueca cuando la puerta chocó contra la pared y dos mujeres salieron de ella. Una era la mujer que había traído a Molly y la otra era Hilda Stenning. Tempe vio como Molly corría de regreso a la sábana, lo que le ganó una mirada hostil de ambas mujeres.
-Vamos Molly, arriba.
Molly lanzó una rápida y aterrada mirada a Tempe antes de ser arrastrada de regreso al pasillo.
Brennan se levantó de su asiento mientras Hilda la miraba con suspicacia.
-Doctora Brennan, asumo que está aquí para verme.
-Sí, tengo un par de preguntas para usted.
La señora Stenning dejó la puerta abierta, y Temperance entró sin invitación. Hilda se sentó detrás de su escritorio y miró casi con aburrimiento a Brennan.
-Bueno Doctora Brennan, por favor empiece, tengo lugares en donde estar.
Brennan se sentó y levantó el archivo de sus piernas.
-Quiero saber cómo fue posible que en los seis meses que Tabitha estuvo desaparecida, nadie la reportó.
Hila torció los ojos.
-Mire Doctora Brennan, como ya les había dicho a usted y al Agente Booth, cuando fui a la oficina del FBI, simplemente asumimos que la niña había huido, que no es poco común. Estos niños se endurecen muy rápido, creen que el mundo les debe algo y si no reciben lo que quieren, renuncian.
Brennan sintió como se le aceleraba el pulso.
-Tabitha Moore mostraba signos de abuso físico, fracturas que habían curado, algunas en proceso de sanarse, nunca fue vista por un doctor. ¿Cómo fue que su trabajadora social no se diera cuenta? ¿Porqué no fue removida del hogar abusivo?
Hilda cerró el cajón en el que estaba buscando algo y levantó la mirada.
-Mire doctora, estos niños, por la razón que sea, han sido dados por su propia familia al sistema, no son queridos, los ponemos en donde podemos, claro que todo padre sustituto en potencia es revisado pero el sistema no es perfecto y algunas malas personas pueden hacerse paso.
-Señora Stenning, tres de cada cinco hogares sustitutos son abusivos, eso es mucho más que algunos. Es su trabajo garantizar la seguridad de esos niños, Tabitha Moore tenía diez años, tenía dieciséis fracturas, había sido abusada sexualmente; sí, el sistema no es perfecto pero ayudaría si no fuera llevado a cabo por idiotas. Buen día.
Temperance se puso de pie, y salió, dejando a una escandalizada Hilda Stenning detrás.
Ey Huesos, te extrañé en los Padres Fundadores, llámame cuando puedas
Brennan sonrió al mensaje de texto en su celular; checó su reloj. Seis veinte. Caminó hacia el teléfono de su casa y marcó el familiar número.
-¿Huesos?
Sonrió.
-Hola Booth.
-¿Estás bien? No fuiste a los tragos y Ange dijo…
Su tono le indicó que estaba preocupado por ella.
-Estoy bien Booth; sólo tenía algo que hacer.
Abrió el refrigerador y sacó una botella de vino cerrada.
-¿Estás segura?
Vertió el líquido rojo en una copa y tomó un sorbo.
-En serio Booth, estoy bien, sólo un poco cansada.
Booth podía oír el cansancio en su voz y supo que el caso en verdad había sido difícil en ella.
-De acuerdo, bueno… ¿te recojo en la mañana? ¿Para desayunar juntos?
Ella sonrió.
-Um claro… ¿irá Hannah?
Booth volteó hacia el baño, donde Hannah se estaba cambiando.
-No Huesos, solo nosotros.
La voz de su compañero se entusiasmó inmediatamente.
-De acuerdo, ¿a qué hora?
Booth se rió.
-Bueno, considerando que te despiertas a las cinco, ¿qué tal a las seis?
-Eso parece razonable.
-De acuerdo Huesos, asegúrate de descansar y comer.
Brennan sonrió ante su insistencia de cuidar de ella; nunca lo admitiría pero había extrañado eso.
-Sip, buenas noches Booth.
-Buenas noches Huesos.
Ambos hicieron una pausa y colgaron.
La sonrisa de Booth se desvaneció cuando vio a su novia usando una de sus camisas de trabajo. Le molestaba mucho y ella le dirigió una sonrisa seductora.
-¿Era Temperance en el teléfono?
Booth levantó las cejas, considerando si decirle o no.
-Um si, le pedí que me llamara; no fue al bar después de trabajo y quería ver como estaba.
Hanna asintió lentamente, de pronto comprendiendo porque su novio estaba en casa antes de las nueve.
-De acuerdo, bueno… ¿está bien?
Booth sabía que a ella en realidad no le importaba mucho; las cosas habían estado tensas entre ellos desde que Parker se dedicó a contarle a Hannah lo mucho que extrañaba a la doctora Huesos y de cómo solían pasar mucho tiempo juntos, antes de que ella llegara. Incluso había dicho como todos pensaban que los compañeros iban a terminar juntos y viviendo felices para siempre. Hannah no había estado impresionada y ahora sospechaba de todo momento que pasaban los dos solos. Incluso le había advertido a Brennan que se alejara cosa que no le había parecido a Booth, cuando Angela se lo contó.
-Sí, está bien, este caso fue difícil para ella.
Hannah no sabía lo que eso significaba, nadie hablaba de la infancia de Brennan frente a ella, incluyendo a Booth. Asintió y dio un paso hacia su novio, decidiendo que ya habían hablado lo suficiente de la genio de huesos, sus brazos enroscándose alrededor de él, en un esfuerzo por distraerlo.
Eran las once cuando Brennan finalmente decidió intentar dormir un poco, estaba cansada pero su cerebro no paraba de pensar. La imagen de Molly sentada en la sábana, Molla abrazando al oso, Molly tomando su mano; pensamientos de la pequeña sola y asustada, pensamientos de Tabitha y de lo fácil sería para Molly deslizarse en las grietas de un sistema al que no le importaba. Se subió a la cama y encendió su celular, debatiéndose si llamar o no; los viejos hábitos son difíciles de romper. Presionó el número uno y esperó.
-Hey Huesos ¿estás bien?
Frunció el ceño, lo había despertado, su voz estaba rasposa y lenta.
-¿Huesos, que pasa?
Respirando hondo, escupió su miedo.
-¿Aún crees que sería una buena madre?
Booth se sentó, vagamente alerta de que Hannah lo observaba y la oyó murmurar por lo bajo, me parece un poco tarde para que esté llamando, Seeley.
-¿Huesos?
Repitió la pregunta, preguntándose si su momento de duda era la respuesta.
-¿Crees que sería una buena madre?
-¿Huesos, estás embarazada?
Frunció el ceño.
-No.
-Entonces de qué se trata…
-Sólo contesta mi pregunta, por favor, Booth.
Booth bajó las piernas de la cama y se puso de pie.
-Sí, creo que serías una fantástica mamá, Huesos, la mejor.
Temperance se limpió las lágrimas de los ojos.
-Booth, podemos brincarnos el desayuno mañana, tengo un lugar al que me gustaría que me acompañaras, antes del funeral de Tabitha.
-Ahh, de acuerdo, claro, Huesos, lo que quieras.
-Gracias, Booth, buenas noches y lamento haberte despertado.
Cuando colgó, sus nervios estaban un poco más tranquilos, pero aún se sentía ansiosa. Booth, por otro lado, estaba confundido y completamente despierto. Puso su celular en la mesita de noche y se talló la cara con las manos.
-¿Seeley?
Booth le lanzó una mirada a su novia en la cama.
La vio sentarse lentamente.
-¿Vas a acostarte, bebé?
Se masajeó el cuello e hizo una mueca ante la tensión en él.
-Umm, no ahora, voy a ver televisión un rato.
Salió de su cuarto, cerrando la puerta con firmeza detrás de él y se acercó a su sala. Mil preguntas golpeaban su mente a la vez, acompañadas por un dolor seco al que con afecto se refería como el "dolor Temperance". Booth se sentó en el sofá y suspiró, sabía que iba a ser difícil dormir esa noche.
