Numero de palabras: 499, cortesía de contador de palabras.
Disclaimer: Los personajes de Naruto son propiedad de Kishimoto, pero la historia es de mi invención.
Aviso:Este fic participa en el reto Regalos de San Valentín del foro La Aldea Oculta entre las Hojas.
Un día tonto
Karin se movía agitada de un lado a otro en su cocina, tropezó y cayó al suelo.
―¡Con un demonio! ―vociferó, lanzando todo a su alcance por los aires― ¡A quién demonios se le ocurrió este día! ―agregó, maldiciendo una vez más su propia ignorancia.
Respiró profundamente para calmarse, giró para ver atreves del umbral como reposaba en la mesa de la sala el frasco de color carmesí que ella le había regalado, un perfumen con suave olor a rosas. Sus dientes tronaron de furia, giró nuevamente buscando el libro que había comprado.
―Un día para conmemorar el amor y la amistad… ¡Qué tontería! ―bufó molesta revisando una vez más la receta. Sabía muy bien que ella no la juzgaría si no le daba nada, ¡Pero simplemente no podía! Se sentía apenada y obligada a corresponderle con un regalo. Después de todo, ese sería su primer día de "amor y amistad" juntas y como pareja ¡Y no quería fallar en esa fecha!
―Voy a matar a quien sea que inventó este día… ―
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oOoOo
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Era de tarde, tan pronto Hinata cerró la puerta detrás de ella, Karin apareció frente suyo con una caja mal forrada de color rojo con un listón azul obscuro.
―Ten, tu regalo ―pronunció Karin de malagana, entregándole una mirada llena de fastidio. Hinata soltó una risa divertida aceptando el regalo.
―Gracias ―pronunció gentil. Karin se sonrojó, frunciendo el ceño aún más.
―¡Solo ábrelo quieres! ―replicó molesta y encaminándose a un sillón en la sala. Hinata sonrió nuevamente. Siguió a Karin, sentándose a su lado.
Removió el listón, el papel, la tapa… revelando una caja llena de pequeños rollos de canelas, la mayoría de ellos maltrechos. Una sonrisa enorme se apoderó del rostro de Hinata.
―¿Tú los preparaste Karin-chan? ―cuestionó esta. La aludida frunció el ceño.
―¿Tan obvio es? De todas maneras, espero te gusten. Creo que se me pasó la mano con la canela ―replicó esta, escapándole a los ojos de la morena a su lado, consiguiendo la sonrisa de esta se acentuara.
Hinata no tardó en probar uno de los rollos… ¡Estaba delicioso! Se sentía lo casero de estos ―Si se te pasó un poco Karin-chan― pronunció Hinata, consiguiendo un bufido molesto por respuesta. ―Pero eso tiene solución― acotó divertida.
Karin volteó intrigada, solo para recibir un rollo en su boca acompañado por los labios de Hinata que lo sostenían. Todo su ser se estremeció por completo ante ese "dulce" beso.
―Te dije que tenía solución Karin-chan ―dijo divertida Hinata a una estupefacta Karin. La risa de la morena la regresó en sí, solo para darse cuenta que aún tenía la mitad del rollo de canela en su cavidad.
―¡Me encantó tu regalo Karin-chan! ―exclamó Hinata sonrojada y con una sonrisa, contagiando el carmesí en su mejillas a la pelirroja ―Lo mejor de todo, ¡Es que puedo compartirlo contigo! ―tomo otro rollo de canela y lo acercó a sus labios― ¿Quieres?
Sería un día tonto, pero incluso Karin admitía que tenía sus beneficios el celebrarlo…
Fin
