INTRODUCCIÓN: En el planeta de Marte un nuevo suceso ocurre, un suceso que agita todo Marte desde su centro, el nacimiento de la elegida y esperada de todos los tiempos, el poder de Marte estará con ella desde su nacimiento, pero no todo será sencillo, la recién nacida princesa se enfrentará ahora a las intrigas políticas del medio real en que nació… La Era de Marte acaba de empezar.

PERSONAJES:

Kondo Saburo: Sumo sacerdote de Marte.

Takedo Ishido: Sumo sacerdote de Venus.

Keitaro Hino: Rey de Marte.

Akane Aino: Esposa del rey de Marte, Reina de Venus.

Kaidou Unoi: Jefe de la guardia Real de Marte.

Shatei y Motori: soldados de élite de Marte, guardias reales del Rey Keitaro.

Rei Hino: Princesa de Marte.

Las arenas rojizas del planeta de fuego estaban ese día particularmente inquietas, la atmósfera de Marte era singularmente densa, los habitantes de Marte debían desde su nacimiento aprender a soportar la gravedad de su planeta, este era uno de los motivos por lo cuales los marcianos eran un pueblo bastante fuerte, los dos sabios sacerdotes se paraban en la torre mas alta del palacio real observando las dunas de Marte agitarse, los dos satélites Probos y Deimos brillaban particularmente intensos, el sol lejano daba brillos a la arena marciana y todo el planeta parecía lleno de luz rojiza y mágica.

A lo lejos resonaban los volcanes de Marte con abruptas erupciones y la lava encontraba salida rápida en los montes marcianos llenos de fuego.

-Todo Marte se agita esta noche Kondo sama.-dijo uno de los sacerdotes vestido de color naranja intenso con barba blanca.

-Demasiadas señales como para ignorarlas ciertamente Takedo sama.- respondió el otro anciano vestido estrictamente de color rojo y con barba gris, ambos usaban los sombreros característicos de los sacerdotes y en sus cuellos colgaba un dije con los signos de sus planetas regentes, el de Venus, Takedo, portaba en su mano el bastón con el símbolo venusino en su punta, encorcovado y venerable apoyaba sus brazos en él, Kondo, el sumo sacerdote marciano por el contrario se erguía altivo en su estatura, contrario a su compañero, en su cinto llevaba la insignia de Marte, a pesar de su estatura poco aventajada, Kondo sama era, junto con el rey Keitaro, uno de los mejores guerreros de la galaxia.

-Habrá que esperar a que nazca el niño para saber si será el elegido o no.- dijo el alto sacerdote venusino hundiendo sus ojos inteligentes en la mirada dura de su colega.-He viajado desde Venus con la esperanza de que la reina Akane de a luz un heredero legítimo al trono venusino, todo Venus espera ansioso que el heredero reciba el aceite sagrado.- habló el anciano sujetando un cuerno ornamentado en oro, símbolo de la realeza venusina, Kondo sonríe herméticamente.-No me gusta tu sonrisa Kondo sama.¿Hay algo que debo saber?.-

-Demasiado Takedo sama, estuviste presente el día del nacimiento del príncipe Andreí y como yo sabes que todo Marte esperaba a su heredero con las mismas señales que suelen preceder el nacimiento de este, y nada ocurrió, el príncipe Andreí nació y nada en Marte indicó que fuese el heredero del poder sagrado.-

-Pero tú y el rey lo proclamaron…-

-Por derecho de nacimiento, más no por decisión del destino.-dijo Kondo sama

-Los Venusinos no creemos en el destino, sino en el orden de las cosas.- dijo Takedo.

-Entonces cree lo que ven tus ojos Takedo sama, cada partícula de Marte está inquieta ante el nacimiento de este niño, el polvo, la tierra, el cielo y el fuego rugen con furia esperando algo, estamos en le tiempo de la real casa de Aries, todos los reyes de Marte han nacido en la constelación del carnero, el día décimo séptimo del carnero, día destinado al fuego, día Martes, en honor a nuestro planeta, las profecías de Marte dicen que el guerrero senshi más poderoso de todos los tiempos nacerá bajo estos signos.-

-Tú tienes ya tu heredero al trono Kondo sama, y el pueblo venusino necesita tener el suyo, independientemente de tus señales y tus profecías, el niño siguiente será ungido como heredero de Venus.- airado dijo Takedo.

-¿Y si unges al equivocado Takedo sama?. tienes en tus hombros una enorme responsabilidad, sé que tu pueblo también espera al senshi guerrero de Venus..-

-De manera que crees que el príncipe heredero de Marte no es el elegido del poder sagrado…¡Porfavor! Todos los herederos de Marte han sido hombres Kondo sama…-

-Y la leyenda dice que el gran guerrero romperá la tradición marciana desde sus raíces.-

-Yo en cambio espero una mujer, todas las herederas venusinas han sido mujeres.-

-Y esta lo será, una mujer que viene al mundo bajo el signo de Marte tatuado en su corazón y en su alma.-

-Hoy ungiré a la heredera venusina aun contra tus ideas descabelladas Kondo sama, y creo que si te atreves a externar tu pensamiento al Rey Keitaro te verás en dificultades.-

-Unge a tu heredera venusina Takedo sama. El Destino jamás se puede evitar, algún día te veré aquí para la coronación de esta niña como la heredera y reina de Marte.- Kondo sama caminó tranquilo perdiéndose su baja estatura en la oscuridad de palacio, Takedo miró de nuevo por los vitrales del palacio real la revuelta atmósfera marciana, rojiza, pesada, ardiente.

Sonidos de guardias y gritos de mujeres lo hicieron acercarse a la puerta de las habitaciones reales, llegó corriendo entre los ruidos de su imponente armadura negra el rey Keitaro con los tres guardias reales, de la habitación salían los guardias y una mujer consternada a la que Keitaro Hino rey de Marte tomó por los hombros.

-¡Que ocurre!.- dijo el rey a la joven dama venusina.

-¡Ha nacido la niña su majestad!.- los ojos del sumo sacerdote venusino resplandecieron de dicha ante esta confesión.

-¿Y a que se debe al alboroto en la cámara real? ¿Mi esposa? ¿Qué le ocurre a la reina?.-

-¡Está inconsciente señor! ¡La cámara real se quema!.-

-¿A qué te refieres mujer? ¡Habla!.-agitado dijo el temperamental monarca.

-¡Toda la habitación arde en llamas señor! ¡No sabemos qué hacer!.- el rey de Marte abrió de golpe la puerta y el espectáculo que se ofreció a sus ojos y los del azorado sacerdote venusino alteró a todos, en medio de la habitación, un bebé se agitaba entre remolinos de fuego que lanzaban sus flamas por toda esta.

-¡Shatei, Motori, Kaidou!.- dijo el monarca a los tres guerreros marcianos de su guardia que al instante se elevaron en otra aureola de fuego tratando de acercarse, a los lados de la habitación las doncellas que asistían al parto y los médicos aterrados aguardaban, -¡Shatei, Motori, la gente!.- habló el rey de Marte cuando sus dos guerreros entraron esquivando el terrible y extraño fuego que no consumía nada hasta llegar con las personas y tratar de salvarlas.

-¡Kaidou mi esposa!.- gritó el rey que con sus manos arriba trataba de contener la tormenta de fuego que se avecinaba, el arriesgado guerrero marciano trató de acercarse a la cama pero fue repelido por un rayo que el bebé con ojos fijos lanzaba y cayó justo a los pies del azorado sacerdote venusino.-

-¡Su majestad!.- gritó Kaidou, el jefe de la guardia, parecía que el extraño fuego procedente de la cámara real iba a consumirlo todo.

-¡Traigan a Kondo sama!.- gritó Takedo, los otros dos guardias fueron a buscar al anciano sacerdote marciano

Keitaro Hino rey de Marte quedaba solo ante el fuego avasallador de la cámara real que el babé recién nacido lanzaba.

-¡Akane!-gritó y entró cubierto en llamas hasta la cama, tomando a su inconsciente esposa y cargándola en sus brazos. Protegiéndola con su cuerpo, ni siquiera el máximo guerrero marciano, el rey Keitaro, podía contra este extraño fuego procedente del bebé.

-¡Na ate kai hino!.- se escuchó una voz potente en la habitación, Kondo caminaba abriéndose paso entre las llamas, le costaba trabajo llegar al centro de la bola llameante en que el bebé se agitaba, el fuego casi lo atrapaba, pero alcanzó a llegar y a colocar en la frente del pequeño ser de quien emanaba esta fuerza el dije con el símbolo de Marte, el dije y el símbolo rojizo en la frente del bebé coincidían como dos piezas perfectas de un rompecabezas, al contacto el fuego se calmó, empezó a disminuir, hasta que el pequeño bebé bajó de la bola de fuego y el anciano sacerdote marciano lo tomó en sus brazos, el fuego volvía a meterse dentro del pequeño cuerpo de la bebé como si esta lo absorbiera. Lleno se cenizas y quemaduras, el anciano Kondo bajó de su levitación con la niña en brazos, el rey de Marte desdobló su capa quemada del cuerpo inerte de su esposa, los guardias y las damas se precipitaron al cuarto para comprobar el estado de su rey y su reina.

-Lleven a su majestad a otra habitación.- ordenó el rey depositando el cuerpo de su esposa en brazos de uno de sus guardias, que fue seguido por damas y doctores a otro lugar, solo el jefe de su guardia, Kaidou, permaneció junto al monarca, el anciano Takedo, sacerdote venusino, entró a la calcinada habitación.

-¿Qué fue todo esto Kondo sama?.- dijo el rey a su sumo sacerdote.

-La manifestación del poder de Marte Señor, la joven princesa fue expuesta a una situación violenta como lo es el nacimiento para todo niño, solo que esta niña es especial.-

-Nadie se enterará de esto.- dijo con voz autoritaria el monarca marciano.-Las damas y médicos jurarán silencio y la guardia no necesita hacerlo.-

-Si señor.- dijo inclinándose Kaidou.

-Takedo sama ungirá a la niña como heredera venusina tal como estaba previsto, Marte tiene ya un heredero y el conocimiento de este incidente solamente provocaría incertidumbre política que como gobernante no puedo permitir.-

-Mi señor, el destino no puede cambiarse.- dijo el sacerdote marciano.

-Pero puede controlarse.- dictó firme el monarca marciano.- Lleva a la niña a la habitación de su madre y permanece allí por si hubiera otra crisis.-

-No será necesario señor, el poder de Marte permanecerá dormido un tiempo en el alma de la princesa. Hasta que sea hora de despertarlo de nuevo.- y caminado seguro y tranquilo salió con la niña de la habitación. La pequeña se había dormido plácidamente en los brazos del sumo sacerdote marciano.

-Mañana tendrás tu ceremonia Takedo sama, para tranquilidad del pueblo de Venus y de Marte este incidente no será revelado jamás. Sé que como regente de Venus comprendes la importancia de esto.-

-Si señor.- dijo el sacerdote venusino inclinándose ante el paso de arrogante monarca marciano, pero dentro de sí se preguntaba si la conversación de hace un momento con Kondo y lo que acababa de presenciar eran verdad. Con todos estos signos. ¿Sería él capaz de ungir como heredero de su planeta a esta niña marcada con el signo de Marte? Con mil dudas en su cabeza caminó a la habitación donde la reina era atendida.

Dos doncellas limpiaban el cuerpecito lleno de cenizas de la bebé y la arropaban como correspondía a una princesa de Marte y Venus, en el lecho la hermosa princesa Akane Aino de Venus empezaba a reaccionar y buscaba el rostro conocido de su amigo y padre adoptivo, el sacerdote Takedo de Venus.

-¡Takedo sama! ¡Mi bebé! ¡Cómo está mi bebé!.-

-Está bien su majestad, las doncellas la están vistiendo para traérsela.-

-¿Una niña Takedo? ¿Es una niña?.-

-Una niña mi señora.- dijo el anciano en el momento que las doncellas dejaban en brazos de la agotada madre envuelta en sábanas blancas a la pequeña princesa. La joven Madre posaba sus ojos de amatista llenos de lágrimas en su pequeña hija.

-Es igual a Usted mi señora, su mismo cabello, sus mismos ojos.- la bebé abrió sus ojos extrañamente morados iguales a los de su madre.

-Mi pequeña Rei.- dijo la reina con ternura tomando en su dedo la manita de su hija.

-¿Rei?.- preguntó el sacerdote.-El nombre de su abuela era Minako mi señora, la reina Minako de Venus fue su abuela, es tradición llamar a las herederas de Venus como a sus abuelas.-

-Ella es distinta Takedo, es muy fuerte, ¡mírala!.- dijo la orgullosa madre cuando la pequeña bebé se aferraba a su dedo con fuerza.- Quiero que se llame Rei, es un nombre lleno de fuerza, ¿Verdad?.-

-Como quiera majestad.- dijo el sacerdote recordando las palabras de Kondo sama "La leyenda dice que el gran guerrero destruirá las tradiciones marcianas desde sus raíces".

-Mañana la ungirás como heredera de Venus, y en cuanto los médicos me permitan iremos de viaje para que mi pueblo conozca a su nueva princesa.-

-Como Usted quiera mi señora.-

Las meditaciones del sacerdote venusino fueron interrumpidas por la entrada del Rey de Marte con su guardia que permaneció en la puerta, con traje nuevo y limpio se encaminó al lecho con su esposa y la abrazó amoroso.

-¿Verdad que es hermosa Keitaro?.- dijo la reina-

-Tan hermosa como su Madre.- dijo el Rey tomando en brazos a la pequeña bebé-Gracias por hacerme un padre muy orgulloso Akane, te amo.-

-¿Y Andreí?-

-Con la nana en el jardín.- ¿Ya te pusiste de acuerdo con Takedo sama para la ceremonia?.-

-Será por la mañana, Venus tiene una heredera al fin…Keitaro, ¿Porqué estoy en otra habitación? ¿Qué ocurrió?.-

-Los médicos te trasladaron aquí porque estabas mal, es todo, no te preocupes de tonterías, hay que preparase para el viaje a Venus, para presentar a la niña…¡Kaidou!-

Llamó Keitaro Hino a su comandante-¡Qué es ese alboroto que se escucha afuera!.-

-Es el pueblo señor…están en la explanada del balcón y piden ver a la princesa.-

-¡Quien informó su nacimiento!.-

-Nadie señor, solo que el clima se calmó y todo el pueblo sabe que eso es señal de que…-

-Debes salir a mostrar a la princesa o el pueblo no se irá de aquí.-dijo el anciano Kondo Saburo, sacerdote marciano, a su señor.

-Solo se muestra al pueblo al heredero de Marte y Marte tiene ya un heredero, el príncipe Shun Andreí de Marte.-molesto dijo el rey Keitaro.

-Entonces no habrá problema Keitaro, el pueblo sabe que tiene ya un heredero…por favor…¿Que mas da complacerlos? Hazlo por mí…por mi tranquilidad..-

-Solo por tu tranquilidad lo haré…- dijo el rey tomando en sus brazos a su hija, toda la furia y mal humor del monarca marciano se desvaneció al contacto con este cuerpecito cálido, caminó hacia el balcón y abrió la ventana, todo el pueblo marciano se desvivía en vítores y gritos por inexplicable razón un júbilo eufórico los invadía, a una señal de su rey se calmaron.

-¡La familia real de Marte tiene un nuevo miembro!- ¡La princesa..:!- entonces Keitaro se dio cuenta de que no había consultado el nombre de la niña con su esposa, dijo el primer nombre que le vino a la cabeza.-¡La princesa Rei Hino de Marte!- el pueblo estalló en júbilo y alabanzas mientras el Rey Keitaro mostraba a la princesa al pueblo, un rayo de sol cubrió al monarca con rojizos destellos, Kondo sama sonreía y el antes incrédulo Takedo lo miraba. Dentro la reina Akane lloraba de emoción.

-Increíble…el mismo nombre que ella pensaba..- se dijo el anciano venusino dubitativo ante tantas manifestaciones de poder de Marte en esa niña que por nacimiento debía ser la heredera de Venus.

-¿Aún crees que el destino se puede cambiar Takedo sama?.- dijo el sacerdote marciano ante el espectáculo que presenciaba.

-Ahora lo dudo Kondo sama…-terminó el venusiano.

NOTAS DE LA AUTORA: Rei como princesa de Venus tendrá dificultades para daptarse al tipo de educación elegante y refinada de la corte Venusina y sus poderes de fuego despertarán totalmente trayendo nuevas dificultades…