Bueno, aquí está la segunda parte de la historia, por favor dejad algún review… Gracias de todo corazón a ElF0TiT0 y a Marta the dog, por hacer que tenga una razón, por pequeña que sea, para seguir escribiendo.

*TODOS LOS LUGARES Y LA MAYORÍA DE PERSONAJES DE ESTA HISTORIA PERTENECEN A NINTENDO*

Zelda estaba sentada frente a la ventana de su habitación, con aire melancólico, mirando hacia fuera. A su pueblo. A veces, pensaba, le gustaría ser como ellos.

Era muy pronto, tanto que nadie caminaba aún por las calles de la Ciudadela de Hyrule. O casi nadie.

Una chica salió corriendo de su casa, en dirección a un establo. Iba armada. Ensilló un caballo de los del establo y salió galopando fuera de las murallas.

"Es libre", se dijo la princesa. "Aunque ella no tiene obligaciones. No ha de cuidar de un reino. Tanta gente, tantas responsabilidades…"

Reprimió un suspiro. El grito de un centinela la sacó de sus cavilaciones. Al cabo de unos segundos, uno de sus ayudantes de cámara irrumpió en la sala.

-¡Princesa, huid! ¡Debéis salir del castillo cuanto antes!

-¿Qué está pasando, Iaren?- le preguntó la hyliana.

-Las… tinieblas, señora. Han vuelto- dijo aterrorizado el sirviente. Tanto él como la princesa recordaban el espantoso suceso d hace seis años, cuando la oscuridad cubrió por completo el mundo…-. Debe cambiarse de ropa y prepararse para salir hacia el Río Zora cuanto antes.

-Te lo agradezco, Iaren.

Unos minutos más tarde, la princesa esperaba abajo, en los sótanos, donde había un pequeño riachuelo que conducía al río. Allí esperaba una barca, guiada por dos Zora, con cara de no entender lo que estaba pasando.

Poco tiempo después, se encontraba ante un Zora rosado, de unos veinte años.

-Saludos, Rallis. Cuánto tiempo- dijo la princesa.

-Que la luz de Lanayru ilumine su camino, Zelda. Sois acogida como una hermana, hasta que pase el peligro.

Se retiraron para hablar en privado.

-Estoy sinceramente muy preocupado por lo que pueda pasar. La última vez, muchos de los míos murieron congelados.

-Todo mi reino estaba aterrorizado. Hay que detener esto cuanto antes.

-Para eso primero hay que saber quién lo ha hecho.

-Todos temen a las tinieblas en este reino. Todos…

"Menos el héroe"- pensó el rey de los Zora.

"Menos Midna y Link"-se dijo la princesa, pensando en sus amigos (un ligero rubor tiñó sus mejillas al pensar en él).Los recuerdos la invadieron. La verdad, prefería que la próxima vez que se encontraran no tuviera que ser por una catástrofe semejante. "Tienen que ayudarnos. Se pondrán de nuestra parte."

El rey y la Princesa miraron hacia el horizonte, oscuro y terrorífico, con esperanzas renovadas, rogando ayuda a las Diosas.

Poco después, las tinieblas lo cubrieron todo. Los habitantes del río gritaron, asustados. Pronto, ya no había nadie que no estuviera a cubierto.

-¿¡Dónde está Zelda!?- gritó Rallis.

"Aquí" escribió ella en una pared. "Pero no podéis verme"

-¿Puedes oírnos?

"Sí"

-¿Por qué no la vemos, señora?

"Ahora mismo no puedo decírselo. Iré a buscar ayuda. Estad atentos a cualquier anomalía. Haced que Rallis lea esto"

Acto seguido, la soberana de Hyrule dio media vuelta , cogió una barca que había allí aparcada y se dirigió a el lago de Hylia, bajando por el río, para gran alarma de los Zora, que lo tomaron por algo demasiado anormal (recordad que no la ven) y fueron a avisar al rey.

En el Mundo del Crepúsculo, Midna era feliz.

Pero ella sabía que le faltaba algo.

Lo sabía desde que comenzó a preguntarse dónde estarían ellos, si tenrían problemas, o si todo seguiría igual. Había muy pocos días que no deseara volver a verlos (sobre todo a verle), volver a reír con ellos, a hablar amigablemente con Zelda, a tomarle el pelo a Link una y otra vez (XD)…

Aún así, le gustaba hacer resurgir su reino después de la catástrofe de hace ya seis años, después del reinado de destrucción de Zant. Le agradaba ver felices por fin a sus súbditos, su día a día despreocupado… Aunque su carácter no había cambiado ni un ápice.

A veces los cortesanos la notaban distante, como en otro mundo.

"Bueno, aunque volviera, se habrían olvidado de mí"- pensaba a veces, para consolarse. Pero ella sabía que no era verdad. Y que, por mucho que su aspecto hubiera cambiado muchísimo (después de la transformación volvía a ser la de siempre, al fin), no la olvidarían con facilidad.

-Vaya, así que estáis aquí- dijo una aterciopelada voz detrás suyo.

-Elrent. Creí haberte encerrado- casi escupió la princesa.

-Nada es lo que parece- intercedió el fugitivo.

Elrent fue sorprendido en un intento de hablar con Zant y Ganondorf mediante la nigromancia, una de las más poderosas y peligrosas ramas de la magia negra.

-¿Qué se supone que haces aquí?

-Fácil: seguir los pasos de mis maestros- respondió el aludido, encogiéndose de hombros.

"Debería habérmelo imaginado, soy estúpida" se recriminó la princesa del Crepúsculo.

-Pues que sepas que no te lo pondré fácil- dijo, y se teletransportó hacia la puerta con el mundo de la Luz.

-¡¡¡GUARDIAS!!! ¡¡¡APRESADLA!!!

"Ahora tiene guardias. ¿Cuántos de los míos serían espías? A mí no me cogerás, Elrent", y cruzó la puerta con el mundo de la luz, la puerta que la llevaría de vuelta con sus antiguos compañeros…

"Tengo tiempo, aún tengo tiempo" se dijo, aunque las sombras ya cubrieran de nuevo el mundo. "Pagarás por esto… hermano"

*0*

-Saludos, Princesa del Crepúsculo- corearon los seis sabios (antes siete) que residían en el Circo del Crepúsculo.

-Hola- dijo Midna sin detenerse.

-Debemos avisarla de lo que va a ocurrir.

Ella paró en seco. Giró sobre sus talones.

-¿Qué?

-El nuevo enemigo es más peligroso aun que el anterior. Pero seréis más, y más fuertes, para hacerle caer…

-Vale.

-Escuchadnos… recordad nuestras palabras…

-No os preocupéis por eso.

Midna miró al cielo, y vio que el portal de teletransporte seguía allí.

"Debo ver hasta dónde han llegado esta vez", se dijo. Se teletransportó a la fuente de Latoan.

"Midna… Cuánto tiempo…"- dijo la bola de luz que flotaba en el medio del lago de agua cristalina.

-Lo mismo digo, Latoan- respondió extrañada. La verdad, no recordaba haber hablado con un espíritu, y la trataba como si la conociera de toda la vida…

"Sabíamos que serías fiel a este mundo"

-Hay cosas aquí que merece la pena salvar- dijo, bajando la cabeza- Mis amigos…- susurró.

"Corre, pues, ve en su busca… Pero hay algo que debes saber…"

-¿Sí?

"Hay alguien nuevo… alguien que os será útil… aunque también deberéis ayudarla…"

-Hm, esto pinta bien… Gracias, Latoan. Gracias por protegerles (deberías haber dicho protegerle, Midna).

"Agradéceselo a las Diosas… Que su Luz te acompañe…"

El espíritu desapareció.

-Link, Zelda, y quien sea la otra persona, voy en vuestra busca. Debo salvar mi mundo. Y Elrent, que las Diosas te pillen confesado para cuando te encontremos.

Link cabalgaba de regreso a su casa. Ya había terminado de reunir las cabras de nuevo.

"últimamente ya no viajo mucho" se dijo Link, muy a su pesar. Si hay algo que deseara más quenada en el mundo, era volver a cabalgar por Hyrule como antes. "Ha pasado demasiado tiempo. Ojalá hubiera algo que hacer."

Había intentado volver a su antigua vida después de aquello, pero ahora le parecía monótona y sin sentido. Y Ordon era un sitio tan… pequeño…

"Bueno, estoy enseñando a Iván a montar", pensó, para consolarse. "Y Talo ya maneja básicamente la espada".

Epona relinchó, presentía algún peligro. El héroe desenfundó la espada y se preparó para un ataque.

"Al fin, algo de acción"

Y ni se imaginaba cuánta.

Se oyó el relincho de otro caballo.

"Qué extraño. No hay muchos caballos por esta parte de Hyrule"

Todo el bosque se estremeció de repente. Los pájaros callaron. Los animales se escondieron. Un muro oscuro e insondable avanzaba sin pausa.

"Las tinieblas… han vuelto…" el joven hyliano enfundó la espada, descabalgó y se acercó las Tinieblas, caminando, mirando a los lados, sintiendo el peligro…

Una enorme mano le agarró del cuello.

"He tenido un dejà vu horrible"

Nada más traspasar el muro, sintió que cambiaba de forma, dolorosamente…

"Debería transformarme más…a…. menudo…." Dijo, mientras perdía el sentido.

El monstruo de las sombras le agarró de la cola y se lo llevó a rastras…