No apagues la luz

Ginny Weasley era consciente de que, a menudo, la vida era sumamente paradójica. Era eso, o el mundo había enloquecido. O no existía Dios. O si existía, pero tenía un sentido del humor exasperantemente parecido al de los humanos. Y le gustaba reírse de nosotros.

Porque no había otra explicación más o menos plausible al hecho de que ella terminara llorando sus penas de amor justamente en los brazos de Cedric Diggory.

Porque ese hombre era quién había defendido a muerte, a capa y espada, a Cho Chang. Pese a que ella lo había dejado como quien abandona un trapo de piso. Porque Cedric había dejado de ser interesante, y Harry siempre había sido una debilidad para Cho.

Por momentos, Ginny Weasley se preguntaba si era posible que Cho hubiese pasado tanto tiempo al lado de él sin haberse enamorado perdidamente.

Porque cuando se acostaba a su lado y la rodeaba con sus brazos fuertes, Ginny se sentía que flotaba. Porque en sus labios carnosos- ideales para el placer- se escondían el secreto de la gloria y la llave de la felicidad.

Porque la vida era paradójica. Pero eso no quitaba que- muy a su peculiar modo- pudiera ser inexorablemente justa.

Porque si Cho le había quitado a quien siempre había creído que era el amor de su vida, era justo que, por la vía misma de Cho, pudiera llegar a Cedric.

A Cedric, que era como un baño de agua tibia. A Cedric, que era brasas ardiendo en la parte baja del estómago. A Cedric, que era una luz tan brillante, que a Ginny a veces hasta le dolía mirarlo.

Pero muy, muy en el fondo, tenía la certeza de que Cedric- Huffleppuf y valiente; un héroe hecho y derecho- no la dejaría. Cedric, de un modo u otro, era una luz que brillaría por siempre en su vida.

--

La canción la amo- Shirililydel grupo TESS-, la tabla la propuse yo, y me tocó un claim de WTF?? De todos modos, creo que no me quedó tan mal, ¿no? ¿NO?

Lean, escriban, sueñen, amen, bailen, sonrían

Estrella