Advertencias: Viktuuri. NO lemon. Mención de sangre (obviamente lol), xenofobia y racismo (hacia los vampiros sobre todo). Y no, este fic NO tiene lemon.

Nota: Como en la mayoría de mis fanfics, la portada fue dibujada por mí. Si quieres ver más de mis dibujos, ve a mi facebook rhapeseuhansface.


Yuuri respiraba agitado. Y asustado... No, ¡más que asustado! ¡Aterrado! Frente a él se encontraba un muy atractivo hombre de cabello plateado y dueño de un par de ojos azules que brillaban a través de la oscuridad de la noche mientras que éste le mostraba una sonrisa que en cualquier otro contexto parecería amistosa... ¿El problema?

¡Que el hombre era un vampiro!

Había sido un día pésimo para Yuuri. Tuvo que quedarse hasta muy tarde en su trabajo de mesero para cubrir el turno de una compañera porque ésta había enfermado, teniendo Yuuri que arriesgarse a salir a las calles vacías después de la hora de cerrar; con los típicos peligros de robo y asesinato asechando tras su espalda. Por lo que el japonés no se tomó nada a la ligera cuando sintió aquella sensación de ojos ajenos sobre sus pasos.

El moreno caminó más a prisa mientras trataba de disimular su apuro y tratar de no alarmar a su persecutor. Sin embargo, se detuvo de golpe tras ver a lo lejos a una figura alta y envuelta en un traje negro, la cual la piel de su rostro era tan pálida, y su cabello era tan claro, que relucía como una aparición fantasmal bajo la luz de los faroles blancos.

El hombre japonés, un poco asustado, trató de pensar con lógica, pues lo más seguro es que se trataba de otro peatón que tuvo la misma mala suerte que él... No obstante, cuando Yuuri estaba por remontar la marcha, aquella figura desapareció justo ante sus ojos avellana, y el miedo lo hizo saltar con estupefacción cuando la figura reapareció frente a él, teniendo que cruzar miradas con aquel hombre alto de cabello plateado.

Yuuri, sintiendo su corazón latir dolorosamente debido al terror, logró hacer que sus piernas funcionaran para comenzar a correr. Y estaba tan asustado que sus pulmones no le permitieron gritar por ayuda. Pero se detuvo de nuevo al impactar contra el pecho de otra persona. O eso creyó él, porque al levantar la mirada se tomó de nuevo con aquellos ojos azules. Yuuri quiso correr de nuevo, pero el otro hombre sostuvo sus brazos.

Yuuri, ya en pánico, luchó por soltarse, sin embargo, a pesar de que el agarre no era fuerte ni lo lastimaba, era imposible desprenderse de aquellos largos dedos enguantados, lo que hizo que se asustara aún más.

El japonés entonces pudo ver un par de filosos colmillos asomándose por la comisura de la boca del hombre que estaba por hablar, y se sintió desfallecer, teniendo que cerrar los ojos un momento mientras intentaba no desmayarse.

¡No esperaba encontrarse un vampiro nunca!

Los vampiros eran apenas el 20% de la población mundial, y estos solían vivir en lugares fríos en los que no salía el sol, como el Reino Unido o Rusia; así que Yuuri no entendía qué hacía un vampiro en Japón.

Pero lo más importante de todo, ¿por qué un vampiro lo estaba cazando? ¿Acaso no le bastaba la sangre que los gobiernos del mundo les proveían en los Bancos de sangre? ¿Es que lo estaba cazando por diversión?

Pasaron varios segundos en los que Yuuri por fin se atrevió a abrir los párpados al darse cuenta que nada sucedía y miró de nuevo al hombre, no notando del todo cómo el rostro que lo miraba de vuelta lo hacía de una forma contemplativa, y varios segundos después el vampiro decidió soltarlo para entonces llevarse una mano a su propia barbilla, pensativo.

Yuuri tragó saliva, sintiendo cómo su estómago se revolvía listo para regurgitar en cualquier momento el sándwich que había cenado antes de salir del restaurante. A pesar de que aquel vampiro tenía un llamativo cabello plateado que cualquiera confundiría con el de un hombre mayor, se dio cuenta que éste parecía joven y su porte era erguido y gozaba vitalidad, muy a diferencia de los típicos vampiros demacrados y jorobados que veía en las películas.

"Hola. Espero no haberte asustado." Dijo el hombre aún con aquella sonrisa. Su voz era apacible y sensual, haciendo un estrepitoso contraste con la voz temblorosa y chillona de Yuuri.

"¿Ne-necesitas algo?" Fue lo único que se le ocurrió decir a Yuuri tras un incómodo silencio. Su pregunta era estúpida, pero quizás podría ganar unos minutos más de vida.

El hombre, aparentemente complacido por su iniciativa, esbozó una media sonrisa, dejando ver mejor sus colmillos afilados.

"Sí. ¿Podría pedirte un favor?" Contestó con su voz aterciopelada, acercándose de a poco al rostro del hombre japonés, inclinándose un poco para estar a su altura. Yuuri asintió automáticamente mientras sudaba frío. Quizás el vampiro lo dejaría en paz si le concedía un favor. "¿Compartirías un poco de tu sangre conmigo?" Yuuri abrió desmesuradamente los párpados tras escuchar el pedido.

El moreno ni siquiera tuvo que pensarlo dos veces para que sus piernas comenzaran a correr de nuevo. Sabía que no tenía ninguna oportunidad de sobrevivir, pero eso no evitó que intentara correr despavorido, lo cual fue totalmente en vano puesto que el vampiro era inhumanamente ágil y apareció de nuevo frente a él, todavía mostrando aquella sonrisa aparentemente amigable y sus colmillos.

Y aunque a Yuuri ya no le quedaban muchas esperanzas decidió correr hacia otra dirección. Y por más que intentaba gritar por ayuda ninguna palabra salía de su boca.

Entonces se detuvo en seco cuando entró a un callejón sin salida. Se dio media vuelta sólo para ver al vampiro caminando tranquilamente hacia él, para que al segundo siguiente, encontrarse contra la pared y el hombre de cabello plateado posando sus manos sobre sus costados, topándole la salida.

"No me has contestado" Dijo el hombre, al parecer esperando genuinamente una respuesta, o eso fue lo que Yuuri pudo deducir por su tono de voz y mirada preocupada.

Curioso. Yuuri recordaba vagamente algo al respecto sobre vampiros teniendo que pedir permiso para beber sangre... Reuniendo todo el aire que sus pulmones pudieron acoger, y con el corazón latiéndole dolorosamente, intentó hablar.

"¿Po-por qué... me lo preguntas?" Cuestionó con el ceño fruncido, confundido. Si iba morir esa noche, al menos lo haría teniendo respuestas.

"No tengo permitido extraer sangre a ningún humano o animal." Contestó el hombre con relativa simpleza, a lo que Yuuri alzó ligeramente una ceja con incredulidad.

"Es decir que... ¿en verdad eres un vampiro? ¡¿Vas a matarme?!" Preguntó mientras continuaba temblando, y el hombre de cabello plateado resopló con molestia.

"¿Eso es ofensivo, sabes? Asumir que voy a asesinarte solamente porque te pedí un poco de tu sangre." Retrocedió para darle espacio al Humano, y quitó las manos de la pared para entonces peinar su cabello plateado hacia atrás con un ademán que Yuuri habría encontrado sensual sino fuese por el miedo.

"Uh. ¿Qué?" Yuuri parpadeó varias veces seguidas, aturdido y sintiendo una especie de disonancia cognitiva por la culpa que comenzaba a sentir. "Uh...Lo siento, no pensé que...Uh, bueno...La gente dice que..."

"La gente dice que si ves a alguien como yo debes correr o te chupará la sangre hasta matarte, ¿no?" Dijo el vampiro con los párpados entornados de manera desafiante y los brazos cruzados, y aquello sólo hizo sentir peor al japonés. "Sería estúpido de nuestra parte matar a nuestra fuente de alimento, ¿no crees? Pero está bien. Supongo que esta es la primera vez que te encuentras con algo 'sobrenatural', así que realmente no puedo culparte por pensar eso." Resopló, pero volvió a sonreír. "La razón por la que quiero un poco de tu sangre es porque hueles muy bien y estoy seguro de que serás delicioso. Y no te preocupes, tengo suficientes bolsas de sangre en casa por lo que no pienso obligarte a hacerlo. Solamente quiero probarte un poco, si me lo permites, Yuuri."

"¡¿Ah?! ¿Co-cómo es que sabes mi nombre?"

"Oh, eso es fácil. He estado observándote desde hace unos días, Katsuki Yuuri. Creo que tú y yo podemos llegar a entendernos muy bien. Claro, si es que no te molesta que yo beba de tu sangre de vez en cuando." Contestó el hombre mostrando de nuevo aquella sonrisa amigable de la cual sobresalían sus colmillos. "Por cierto, mi nombre es Viktor Nikiforov."

"¡¿Me has estado asechando por días?!" Exclamó Yuuri, ignorando su palabrería a cambio de obtener respuestas.

"¿Qué edad tienes, Yuuri?"

"¡Veintiséis!" Yuuri contestó sin pensarlo, entonces continuó. "¡¿Pero por qué me has estado observando?!"

"¿Y tú comida favorita?"

"¡Katsudon! Pero deja de cambiar de tema..."

"¿Tienes pareja?"

"¡No! ¡¿Por qué-...?!" El japonés enrojeció al digerir la última pregunta. "¡¿Por qué me haces preguntas y no contestas ninguna de las mías?!" Aunque Yuuri ya no estuviese tan asustado como hace unos minutos atrás, no sabía si realmente podía bajar la guarda frente al vampiro.

"Yuuri, no grites. Es muy noche y podrías despertar a los humanos que tratan de dormir." Contestó Viktor con voz juguetona. "¿Qué tal si me acompañas a mi casa y hablamos más tranquilamente? Tengo algo que debo mostrarte." Tras ver el rostro escéptico del moreno, decidió agregar. "Prometo que no te haré daño. Ni beberé de tu sangre, si no quieres. Hay una razón por la que deseo hablar contigo."

"Yo... no suelo ir a casa de extraños, sean vampiros o humanos." Respondió Yuuri, esperanzado de que el vampiro de cabello plateado no se enfadara con él y tratara de forzarlo.

"Um... Supongo que tienes razón." Dijo y dio un suspiro de derrota. "Está bien. A veces olvido que los humanos le temen a lo desconocido... Muy bien. Entonces vayamos a una cafetería. ¿Te sentirías más seguro si hay más humanos a tu alrededor, cierto?"

"Uhm. Sí, supongo que sí..." Yuuri se encogió de hombros, no estando seguro de si aquel encuentro estaba mejorando o empeorando.

"¡Genial! Entonces guía el camino. Yo te seguiré." Viktor sonrió de nuevo, y esta vez sus colmillos desaparecieron. Yuuri supuso que los escondió para pasar desapercibido.

Tras una silenciosa caminata de cinco minutos en la que el vampiro seguía fielmente los pasos del nervioso japonés, Yuuri recordó que había una cafetería cerca del departamento que rentaba. El lugar era pequeño pero lo bastante agradable como para beber una taza de café con un vampiro, o eso esperaba.

Cuando abrió la puerta del local, Yuuri se sobresaltó al escuchar sonar la campanilla. Viktor le dedicó una risita indulgente aunque un poco burlona. Yuuri estaba demasiado avergonzado como para molestarse por eso.

Ambos hombres, en un acuerdo mudo, se sentaron en una mesa para dos personas, eligiendo la más alejada de la recepción y de los pocos clientes que ya había, junto a la ventana.

Yuuri se mantuvo con la espalda recta, en alerta, con su mirada sobre su regazo pero levantándola de vez en cuando para ver que Viktor aún le sonreía con los codos sobre la mesa, con una actitud sumamente... normal, dada las circunstancias.

No pasaron más de un minuto en silencio cuando una mesera se acercó a tomar su orden, siendo Viktor el que contestó por ambos.

"Un café estilo americano para mí, y té de matcha para mi acompañante." Antes de que Yuuri pudiera quejarse, agregó. "¡Ah! Y un pedazo de pastel de chocolate."

"No sabía que los vampiros pudieran beber café y comer pasteles..." Comentó Yuuri en voz baja, en tono de pregunta. No quería que la conversación fuese escucha por los demás comensales, muy a pesar de que creyó que debía aprovechar ese momento para pedir ayuda... No obstante, Viktor, sin sus colmillos, se veía bastante normal y seguro que nadie le crearía.

"No, no pueden." Rió ligeramente. "Pero nunca dije que yo fuera un Vampiro, a esa conclusión llegaste tú solo." Yuuri lo miró con sorpresa. ¿Pues qué otra criatura con forma humanoide necesitaría beber sangre? "Soy un Dhampiro." Viktor resolvió su duda enseguida. "Y el pastel es para ti. El chocolate ayudará a que se te quite esa cara de miedo." Terminó de decir guiñando un ojo.

"Un... dhampiro." El moreno repitió sin saber qué pensar. Nunca había escuchado esa palabra antes, y Viktor se apresuró a contestar la pregunta que Yuuri estaba por hacer.

"Mitad humano, mitad vampiro." Dijo con más seriedad. "Mi padre fue humano. Él... murió hace treinta años."

"Oh..." Viktor pareció de pronto tan triste que el moreno no supo qué decir. Treinta años... Pero el dhampiro no parecía mayor de 30 años.

"Tengo cincuenta años, si es que es eso lo que ibas a preguntar. Pero viví gran parte de mi vida en una comunidad cerrada en Rusia, solamente interactuando con vampiros y otros dhampiros. Nos alimentábamos de donaciones del Gobiernos puesto que tenemos prohibido beber directamente de humanos si no tenemos su permiso." Tenía sentido. Yuuri recordaba haber estudiado un poco sobre Vampiros en la escuela, pero el miedo le había cegado y hecho olvidar que los Vampiros no tenían permitido cazar Humanos, pues si lo hacían, serían ejecutados puestos al Sol. "Hace unos pocos años decidí abrazar mi lado humano y salir de mi comunidad para ver el mundo. Sin embargo, lo humanos son difíciles de entender y la mayor parte del tiempo me siento perdido por cómo ellos reaccionan de manera diferente ante las mismas situaciones. No entiendo muy bien cómo funciona su sociedad y por qué odian lo que no entienden. Así que se podría decir que tú y yo tenemos la misma edad mental." Dijo aun sonriendo, pero Yuuri podía ver la nostalgia en su mirada.

Viktor tenía razón. 'Diferentes reacciones ante las mismas situaciones'. Si éste se hubiese presentado como un dhampiro ante cualquier otra persona, seguro que ya habría una horda de humanos con antorchas tras de él. Viktor realmente se estaba arriesgando en que Yuuri supiera su secreto.

"Ya veo... ¿Pero por qué me dices todo esto?" Inquirió confundido. Yuuri admitía que la conversación era interesante, pero su instinto de supervivencia le pedía saber si se encontraba en verdad en peligro o no. "¿Qué tengo que ver yo en esto?"

Viktor estaba por contestar cuando la mesera regresó con sus pedidos, por lo que callaron unos segundos hasta que ésta se fue. Entonces tomó el pastel y se lo acercó al moreno.

"Come. Necesitas relajarte primero." Ofreció con una sonrisa más animada, pero Yuuri negó con la cabeza.

"Lo siento. Yo no..."

"Yuuri." Le amonestó con el ceño fruncido pero con voz amable, y el japonés no pudo evitar sobresaltarse de nuevo al recordar que el dhampiro sabía su nombre sin habérselo dicho. "Sé que tienes problemas financieros y que no sueles gastar dinero en restaurantes a pesar de que trabajas en uno. El pastel va por mi cuenta. Fui yo quien te invitó, ¿de acuerdo?" Sonrió de nuevo, y Yuuri tardó un par de segundos en asentir.

"...De acuerdo. Gracias." El moreno dio un suspiro y trató de relajarse. Si era verdad que Viktor lo había estado observado por días, éste pudo haberlo asesinado hace tiempo, pero no lo había hecho. Entonces debía ser cierto que quería conversar con él sobre algo importante. Tomó el tenedor y comenzó a comer tras sorber un poco de té. "Espera. ¿Por qué investigaste sobre mi nombre y mis finanzas? ¿Por qué me has estado siguiendo?" Preguntó con la mirada entornada, mirando al peliplateado con recelo. Viktor rió después de beber de su café.

"Ya te lo dije, Yuuri." Canturreó su nombre. "Pienso que tú y yo podríamos ser buenos amigo, o mejores amigos..., o incluso amantes si es que tú me encuentras tan fascinante como yo te encuentro a ti" Terminó de decir apoyando la barbilla sobre una mano, pestañando coquetamente. "Es por eso que investigué un poco sobre ti antes de hablarte, para saber con qué clase de Humano estoy tratando. Es justo que ahora tú sepas cosas sobre mí."

Yuuri hubiese gritado con vergüenza sino fuera porque un pedazo de pastel se atoró en su garganta y tuvo que tomar un poco de té para pasárselo. ¿Realmente Viktor estaba interesado en él o simplemente se divertía con hacerlo sentir incómodo? Por lo menos estaba casi seguro de que no pretendía asesinarlo. Eso ya era bastante alivio.

"Um...Bien. De acuerdo." Tosió mientras trataba de ordenar su cansado cerebro, y sus hombros se destensaron un poco. Era la una de la madrugada y Yuuri se moría de sueño. La adrenalina era lo único que lo ayudaba a mantenerse despierto. "Tú... por alguna razón que desconozco, crees que soy un humano 'fascinante' y... ¿quieres que yo sea tu amigo?" Resumió para tratar de entender la situación.

"Exacto." Viktor asintió con la cabeza. "Pero no 'creo' que seas fascinante, sé que lo eres. Tengo una poderosa razón para pensar que tú y yo estamos hecho uno para el otro. Pero no voy a obligarte a nada, Yuuri. Por eso quiero que primero me conozcas y tú decidas por ti mismo si quieres continuar con esto." Viktor tenía una expresión tan afable en su rostro, y su mirada azul era tan suplicante, que Yuuri pensó que el dhampiro estaba siendo honesto, y quizás, tal vez quizás, merecía una oportunidad de ser escuchado... sin importar que tan extraña era aquella situación.

"Entonces, ¿puedo preguntarte lo que sea?" Viktor asintió de nuevo, pareciendo más animado con el hecho de que el humano le siguiera la corriente. "¿Sobre tu vida y sobre... tu...ehm...naturaleza?" No estaba seguro a cómo debería a referirse al vampirismo del hombre peliplateado, sobre todo porque no quería llamar la atención de los otros clientes.

"Puedes llamarlo 'raza', si quieres. Es lo más parecido a eso, al menos en mi caso." Replicó casi en automático, como si fuera un discurso que hubiese dicho ya muchas veces antes. "Los Vampiros originales fueron Humanos convertidos de esa manera por Demonios ya no existentes milenios atrás, por lo que no posible que alguien nazca siendo un Vampiro. Los Vampiros no pueden reproducirse entre sí porque ya están muertos. Sus espermatozoides ya no funcionan y su deseo sexual es inexistente. No obstante, un Humano puede ser convertido en un Vampiro mediante un ritual que desconozco."

"Pero tú..."

"Pero..." Concedió con una media sonrisa que parecía más bien apesadumbrada. "Las mujeres vampiro sí pueden reproducirse con hombres vivos mientras éstas se mantenga bien alimentadas. De alguna manera sus óvulos siguen funcionando después de convertirse." Oh, eso explicaba porque el padre de Viktor era humano. "Y de esa unión vampira-humano nacemos los Dhampiros."

"¿Y los dhampiros pueden...?" Por curiosidad, Yuuri estuvo por hacer la pregunta que Viktor ya sabía que vendría después, pero no se atrevió a hacerla y cerró la boca. Viktor contestó de todos modos.

"Algunos dhampiros nacen con deseos sexuales y otros no." Dijo alzando una ceja de manera sugestiva. "En todo caso, no conozco a ningún dhampiro hombre o mujer que tenga hijos, así que es posible que seamos estériles aún si podemos consumar. En mi caso, puedo disfrutar del sexo si bebo suficiente sangre." Dijo en tono juguetón y guiñó un ojo. "Aunque solamente he tenido relaciones sexuales dos veces en toda mi vida; una vez con una chica y después con un chico, ya sabes, para probar lo que se siente. Fue divertido, pero no es para tanto. Realmente no entiendo por qué los humanos aman tanto el sexo. Es sólo una pérdida de tiempo y energía."

Yuuri, todavía ruborizado, fingió no haberlo escuchado y siguió comiendo del pastel para aparentar estar ocupado.

"¿Qué me dices de ti, Yuuri? ¿Eres sexualmente activo?" Inquirió interesando, recostando el mentón sobre sus manos y parpadeando repetidas veces. El moreno por poco escupe el té que bebía.

"Bu-bueno. Tuve una novia en la universidad con la que tuve sexo algunas veces..." Carraspeó, y después sacudió la cabeza. "Pero ahora... Tengo mejores cosas que hacer que buscar tener sexo con extraños. Como dices, el sexo es una pérdida de tiempo. Pero no estoy en contra de hacerlo si es con alguien que me gusta..." Yuuri mentiría si dijera que no agregó la última frase para hacerle saber a Viktor, de manera poco sutil, que no le molestaría tener sexo con él en las circunstancias adecuadas.

Viktor era un hombre realmente atractivo, y hasta ese momento la conversación había sido un poco incómoda pero agradable. Por lo que Yuuri rezaba porque el dhampiro en verdad estuviera interesado en él de forma más bien romántica y no sólo por su 'deliciosa sangre'.

"Oh. Realmente me alegra saber eso, Yuuri." Canturreó su nombre, complacido. Viktor había recibido el mensaje.

La conversación siguió durante veinte minutos más, derivando hacia temas más normales, como el hecho de que Viktor amaba a los perros y ver películas, y que tenía un trabajo nocturno de oficinista, mismo por el cual tuvo que terminar su cita con Yuuri sino llegaría tarde a su turno. Entonces despidieron, no sin antes el dhampiro acompañarlo a la puerta de su pequeño apartamento e intercambiar números de teléfono.

"Viktor." Lo llamó Yuuri antes de que el peliplateado se diera la vuelta. "Aún no me has dicho por qué... quisiste conversar conmigo." 'Por qué me elegiste', fue lo que quedó entre líneas.

"Ah, cierto." Viktor se llevó una mano a la barbilla y miró un momento hacia las estrellas, pensativo. "Te lo diré el día que me dejes beber un poco de tu sangre, ¿de acuerdo?"

"¿Eeeh? Pe-pero... ¿En verdad tengo que dejarme morder para poder saber eso?" Yuuri no pretendía decir eso en voz alta, pero de verdad sentía curiosidad de saber por qué rayos un dhampiro, especialmente uno tan atractivo como Viktor, estaría interesado en él.

Por un momento creyó que el dhampiro se había molestado con él por la manera en que formuló la pregunta, pues su rostro súbitamente mostraba seriedad. Pero Viktor sacudió la cabeza y suspiró.

"Yuuri, sólo bromeaba. Ya te dije que no pienso forzarte a nada. Mi objetivo no es beber tu sangre, no es una condición para continuar con nuestra amistad, aunque realmente me gustaría probarla." Admitió sin vergüenza alguna. "Sin embargo, lo que quiero mostrarte está en mi apartamento, así que no tiene caso que te lo diga ahora. Sólo te pido que me des una oportunidad. Y si resulta que no quieres nada conmigo, entonces te dejaré en paz. Lo juraré ante cualquier Dios al que creas."

"Bueno, sigo vivo...Supongo que puedo confiar un poco en ti." Resolvió en decir el japonés con algo de timidez, entre broma y algo de verdad. Y por ello fue recompensado con la sonrisa más brillante de Viktor, lo que hizo que su corazón latiera más deprisa.

"Gracias, Yuuri." Dijo, y se acercó para posar un suave beso sobre la mejilla derecha de Yuuri, mismo que duró varios segundos, pero que para el japonés se sintió como una maravillosa eternidad, haciendo que toda la sangre se le subiera a la cara para pintar sus mejillas de rojo. "Espero que nuestra segunda cita sea igual o mejor que esta. Buenas noches."

"S-sí. Lo mismo digo." Yuuri no sólo se había ruborizado, sino que también tiritó al sentir los fríos labios de Viktor y su respiración caliente sobre su piel. "Buenas noches." Dijo, y cerró la puerta tras de sí mientras un largo suspiro escapaba de sus pulmones.

Yuuri aún no estaba muy seguro de qué pensar sobre Viktor... pero al menos viviría un día más para ver la luz de sol. Además, una segunda cita no sonaba nada mal.


Sugerencias, comentarios, mentadas de madre, e-mail bombas; dejen reviews ;D

PD: Originalmente este era un one-shot para Halloween... Sin embargo, entre más lo escribía, más trama se me ocurría, así que tuve que dividir el fic para que no sea tan cansado de leer. Pero ahora serán 3 capítulos.