Matsukawa odiaba los domingos. Lo supo desde que tenía memoria.

Lo supo desde aquella vez cuando tenía cuatro años y encontró la tienda de juguetes cerrada en ese mismo día, su madre le dijo que el lunes podrían comprarle ese auto a control remoto que tanto él quería.

También lo supo cuando tenía ocho años, edad en donde ya sus padres le habían querido imponer cierto tipo de responsabilidad haciéndole limpiar su habitación, por lo cual agarró un enorme fastidio hacia las labores domésticas y le añadió más tirria a los días domingo, puesto que ese día era en donde le tocaba la limpieza.

Lo constató una vez más cuando tenía doce años y frente a él se encontraba un piano gigante y unas partituras sobre el atril de este, su abuela le había recomendado a su madre que sería bueno que el pequeño Issei acogiera habilidades artísticas ya que eso le ayudaría a solventar las bases de su desarrollo. Todo hubiera sido perfecto si las lecciones no hubieran sido acordadas los domingos en la mañana.

Podría haberse quedado en casa jugando volley, viendo caricaturas, durmiendo o hasta limpiando, pero no, se encontraba con un señor de no más de cincuenta años diciéndole que intentara tocar.

No solo siguió odiando los domingos, sino que en ese instante también le tuvo rencor a Franz Liszt y a sus composiciones.

Pero sin duda alguna en donde asumió por completo su enemistad con el día sabático fue en ese mismo instante, el, un muchacho de casi 18 años en medio de una parada de bus con una chica de largo cabello al frente suyo en mitad de ese silencioso día.

-Matsukawa-kun…tú y yo…deberíamos terminar.

-Está bien.

Ya había perdido la cuenta y ya no era nada nuevo para el esta clase de situaciones.

Masukawa Issei se había acostumbrado a que sus novias siempre le dejaran sin él saber el motivo en concreto, pues dejó de preguntárselo desde la tercera chica que decidió dar por terminada una de sus relaciones con tan poco tiempo de duración en épocas pasadas.

Francamente no le dolía, es más, el creía no haber hecho nada malo como para que sus novias se sintieran ofendidas u indignadas. Al igual que con el volley, daba todo de sí por la persona con la que salía, pero no entendía qué había de malo con su forma de querer que hacía que las chicas lo abandonaran.

Ese pasaría a ser uno más de los misterios de su vida, seguido de el por qué Litz tenía tanto seguidores al punto de haberse creado teorías y estudios sobre la fiebre de las personas hacia el compositor, él no le veía nada de genial a su música o trabajos. Un completo enigma.

Mientras caminaba hacia su casa pensaba en los infortunios que había tenido que pasar los días domingos durante su vida:

Desde tareas y exámenes olvidados cuyo recordatorio era fijado siempre a altas horas de la noche en ese día, hasta decepciones amorosas que poco a poco habían dejado de colisionarle al punto de que ya no le inmutaban. Triste pero completamente cierto.

Comenzó a pensar si esa cadena de fracasos en el amor iba algún día a acabarse, en lo que recibió una llamada desde su móvil.

"Justo a tiempo" Pensó desde sus adentros Issei cuando vió la pantalla de su teléfono para ver de quién provenía la llamada.

-¿Qué se siente saber que he acertado otra vez?

-¿Por qué lo dices como si fuera un logro? Que te terminen no es algo cómodo que digamos.

-Porque ya sabía que iba a pasar, siempre es así.

-Agh, de nuevo esa actitud pesimista, Matsukawa. Si sigues así de verdad te quedarás solo.

-Bueno, no me importará quedarme solo si estarás tú haciendo apuestas sin sentido por cada vez que salgo con una chica. Me debes una hamburguesa ¿Oíste?

-Y yo queriendo dar algo de esperanzas por tus relaciones y así es como me pagas por preocuparme de ti y tu desastrosa vida amorosa. Nunca más vuelvo a apostar por ti.

-Cómo sea, tienes una hamburguesa por pagarme, las rupturas me dejan hambriento.

-¿Aún no llegas a tu casa?

-¡Nope!

-Entonces ve al lugar de siempre, acá te espero.

-¡Un placer hacer negocios con usted, Makki-Kun!

-Uhg, eres tan molesto.

El sonido de la llamada cortada llenó de nostalgia a Matsukawa quien ahora veía un ocaso amarillo al frente de él.

Pensó en las veces en las que había luchado por tocar La Campanella mientras su madre lo miraba expectante desde el asiento de espera y recordó cuando por fin pudo lograr su cometido. Sus padres estaban realmente felices y le llevaron a tomar helado esa tarde.

Y sí, era una tarde de domingo.

Pensó en la vez en la que no pudo comprar el auto a control remoto que el tanto quería por encontrarse con la tienda cerrada ante su horario de atención de lunes a sábados. Caminó afligido con su madre tomando de su mano cuando se dio cuenta de que otra juguetería expendía un nuevo modelo del mismo auto y a un precio de oferta, su madre no dudó en comprárselo.

Y sí, era una tarde de domingo.

Luego pensó en su reciente ruptura que si no le había afectado, si le había dejado un mal sabor en la boca acompañado de más "Por qués" en su cuestionamiento. Recordó que Hanamaki le estaba esperando en su restaurante favorito con una hamburguesa doble con queso.

Y sí, esa era una tarde de domingo..

Pese a haber recibido el peor de los agasajos ese día, también había cosechado inolvidables recompensas. Y en ese preciso momento Takahiro Hanamaki era una de ellas.

Le fascinaba la idea de perder el tiempo con uno de sus amigos más cercanos hablando de cualquier cosa sin sentido e importancia en vez de quedarse en su cama liándose con más preguntas que nunca tendrían respuestas. Reflexionó que si bien no le habían dolido sus últimas rupturas, sin duda alguna le dolería el perder la amistad con el chico ya que, a quién quería engañar, él era el único con el cual se sentía comprendido e identificado. Nadie más aguantaría sus comentarios insólitos y su actitud enigmática. Nadie más que tan solo Takahiro.

No lo pensó más de dos veces, en serio le jodería el perder la peculiar amistad que había forjado con Hanamaki.

Divisó una vez más el cielo casi anocheciendo y vió que ahora matizaba el típico color entre rosa y rojo.

"Se parece a su cabello" Soltó una leve risa y siguió caminando hacia su destino.

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-Tienes que parar esto ¿Sabes?-Dijo Hamaki sosteniendo su bebida a la altura de su mentón.

-¿Parar qué?

-Esto. No puedes seguir despilfarrando relaciones así porque sí.

Si bien su mirada denotaba su típico quemeimportismo de siempre, el tono de su voz parecía un poco más serio.

-Sabes muy bien que no lo hago porque quiero…ellas simplemente se van.

-¿A qué te refieres?

-Siempre trato de dar lo mejor de mí pero ellas siempre terminan huyendo-Matsukawa dejó a un lado su comida para hablar con el pelirosado- Al principio no lo entendía, es más ¡Aún no lo termino de entender! Pero…no puedo hacer nada si ellas no quieren estar a mi lado.

No supo si diferir en lo que expresaba la mirada de Takahiro en ese preciso instante. Era una mezcla de pena y confusión que aturdió a Issei.

-Vamos…no te pongas así. A ti no fue a quien dejaron, Makki.

-Lo sé, hermano pero…¿En serio no puedes hacer nada?

-Nope, nada de nada. Ellas solo me dicen que quieren terminar sin darme una oportunidad de arreglar el daño que supuestamente yo he hecho.

-Vaya… ¡No!

-¿No?

-No debes permitir que esto cuestione tu forma de actuar, te conozco lo suficiente como para saber que no serías capaz de lastimarlas. Tal vez si actúas como un tonto, como siempre lo haces, pero nada que trajera consigo efectos negativos para ellas.

-Hanamak….

-No dejes que eso cambie tu forma de ser. Si ellas no te quieren así pues no hay problema, ya encontrarás a la persona que te aguante como yo lo hago contigo.

-…

-¡DEJA DE MIRARME ASÍ Y DÍ ALGO!

-¿¡POR QUÉ ERES TAN GENIAL?! ¡DEJA DE SERLO QUE DESTRUYES MÍ IMAGEN!

-¿AAAH? ¡TÚ DEJA DE ACTUAR COMO UN IDIOTA!

-Bueno…contigo es imposible, Takahiro.

Matsukawa recobró su mirada tranquila de siempre y Hanamaki se volvió a sentar en su silla de la cual se había levantado para gritarle a Issei.

Un Matsukawa que no es un tonto, no es Matsukawa. Esa era su escencia y la razón por la que a pesar de todo seguía a su lado, no podía admitir lo mucho que le agradaba ese lado de él.

-Agh…Me voy yendo.

-¡Espera, voy contigo!

Terminó de comer el último pedazo de su hamburguesa y rápidamente agarró dos servilletas, acto que Hanamaki no entendía ya que siempre acababa utilizando una y dejando guardada la otra en su bolsillo.

Caminaron lo más lento que pudieron hasta su destino, disfrutando lo frío y callado de la noche en compañía del silencio que se brindaban. Un silencio que en realidad no era más que una conversación telepática entre ellos, puesto a que su amistad había llegado a un punto en donde sobraban las palabras y no era necesario hablar para entender lo que el otro quiere decir.

Las escasas estrellas que iluminaban su travesía eran tan hermosas que hacía creer imposible que esos motores de energía cósmica no fueran más que meras explosiones a millones de kilómetros de ellos.

-Es como una metáfora ¿Sabes?

-¿Qué cosa?

-Las estrellas.

-Oh

-Se encuentran fusionándose a una gran distancia de nosotros, desprendiendo energía y tardando millones de años luz en propagarse ¿Te imaginas el caos que debe ser contemplar eso?

-Sí…

-Sin embargo, desde acá ese caos no es más ni menos a lo que llamamos una "estrella" y que aun así pensamos que son hermosas.

-Te están haciendo daño tus charlas existenciales con Oikawa.

-Ni me lo digas pero de vez en cuando una analogía no hace nada mal ¿Eh?

-¿Mh? ¿A qué punto quieres llegar?

-Que…-Issei se detuvo en seco frente a Takahiro- Pienso que tal vez aunque se vea desastrosa mi vida amorosa de cerca, sé que es ese mismo desastre lo que la vuelve…no sé ¿Increíble?

-¿Estás diciendo que te agrada estar soltero constantemente?

-A este punto y viendo como están las cosas, sinceramente no me importa. Aprendí que todo estará bien mientras tenga la esperanza de encontrarlos afuera de un Starbucks con Oikawa siendo perseguido por chicas e Iwazumi golpeándole y armando un despelote mientras pides cafés y frapuccinos dando nombres falsos sacados de películas de ficción.

-¿No me digas que no te gustó que te pusiera "Issei McFly"?

-Claro que me gustó, Obi wan Takahiro.

-Ni mencionar a .

-O a Hajimezilla.

Ambos se echaron a reír como siempre lo frecuentaban. Reír por causas estúpidas es una de las razones por las que Hanamaki cree que sus defensas no bajan y siempre está sano aunque haya una bandada de virus y enfermedades.

-Nada más importara mientras los tenga a ustedes. Mientras te tenga a ti.

-¡Ahora ya entiendo por qué te dejan! ¡Eres un cursi de los cojones! ¿En qué siglo vives, eh?

-No lo sé, Issei Mcfly puede viajar por los que quiera.

Se miraron por última vez y siguieron su camino para luego separarse con un ademán y uno que otro comentario sarcástico.

Matsukawa se sentía feliz en ese mundo en donde su estabilidad emocional no era dependiente de si tenías una relación con alguien o no, y daba gracias por poderlo disfrutar hasta ese entonces ya que llegaría la hora de emprender un nuevo camino y darle un giro de 360° a su vida, pero hasta entonces disfrutaría de ver el rosáceo cabello de Hanamaki perderse en medio de la noche cada vez que se separaran para ir a sus respectivos hogares.

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-¡Mattsuuun! ¿Terminaste con tu novia? ¡Pero si has batido un record!

-Vaya, ¿Te sientes mal porque alguien bateó tu impecable record de chicas que te terminaron, Kusokawa?

-¡Deja de ser malo conmigo, Iwa-chan!

Se encontraban almorzando como de costumbre, los cuatro reunidos hablando de la nueva "maldición" que Matsukawa traía consigo por haber sido dejado tantas veces.

-Pero ¿No te sientes triste, Mattsun?

-Mh…la verdad no.

-¡¿Qué clase de ser sin sentimientos eres?!

-No porque tú te eches a llorar cada vez que te terminan significa que todos lo haremos.

-¡Pero si tu ni has salido con nadie, Iwa-chan!

El golpe de Iwazumi no se hizo esperar y los llantos exagerados de Oikawa se presenciaron, sí, como de costumbre.

Y es eso mismo que Matsukawa no quería perder. A él burlándose junto a Hanamaki de sus típicas peleas y echado más leña al fuego para que se prolongaran.

Eso y muchas cosas más apreciaba Issei de su amistad con esos sujetos y que no cambiaría por nada en el mundo, ni por la chica más hermosa del hemisferio.

Pese a ya quedarle poco para terminar su etapa en la preparatoria, Issei ya tenía esa ansiedad y cansancio de querer librarse de todo el estrés- para enfrentarse a uno más pesado en la universidad- y abrir una nueva etapa de su vida. Pero cada vez que lo pensaba sentía que se estaba traicionando así mismo ¿Estaba Hanamaki dentro de sus planes?

Se perdió en el anaranjado cielo mientras caminaba lentamente con el susodicho y pensando en qué plano quedaba Takahiro en su futuro.

-Hey…tierra llamando a Matsukawa, responde.

-Ah…

-De nuevo.

-¿De nuevo?

-Desde hace varios días te pierdes en la nada ¿Qué piensas?

-Bueno…yo…no me vayas a mirar raro ¿Sí?

-Está bien, dime.

-Pensé en que me sentiré realmente triste el día en que nos separemos.

Hanamaki abrió los ojos de par en par pues se había dado cuenta de ese pequeño detalle. Su tiempo con Issei era efímero y se estaba pasando como arena entre los dedos.

-Había olvidado eso…-Dijo Hanamaki desacelerando sus lentos pasos.

-Siempre lo haces.

-¿Hacer qué?

-Olvidar cosas que no quieres afrontar.

-¿Sabes? Tengo suficiente con Oikawa y su análisis y no quiero tenerte a ti psico-escaneándome.

-Te enoja porque sabes que tengo razón.

-Me enoja porque tuviste todo el tiempo para recordármelo y lo dices ahora…había olvidado ese tema.

-No te culpo, a mí me gustaría olvidarlo.

El silencio se propagó en una décima de segundos y se quedaron atrapados en un bucle de pensamientos.

-Es asombroso como pasa el tiempo de rápido ¿no?

-En este caso no lo es…

-También estás triste ¿Verdad? Admítelo.

-¿Qué quieres que admita? ¿Qué no estoy preparado para dejar todo lo que he acostumbrado a hacer? ¿Qué no estoy preparado de dejarlos a ustedes…de dejarte a ti?

Touché, justo en la herida recién hecha. Matsukawa no recuerda haber sentido tal punzada en el pecho desde que lo dejó su primera novia.

-Vaya, no pensé que estuvieras triste por dejarme.

-¿Eh, hablas en serio idiota? De todas las personas por las que más me preocupo por dejar, eres tú la que se lleva el premio.

-¿Te preocupo?

-Obviamente ¿A quién le vas a ir a llorar silenciosamente cuando te dejen, eh?

-Puedo llamarte cuando me sienta solo.

-No será lo mismo…no quiero que te vayas y que aún no puedas manejar una relación de manera estable. ¿No piensas en qué tienes que casarte algún día?

-Lo sé, pero no puedo hacer nada. No sé qué detestan de mí las chicas.

-…Yo…creo que tengo una idea.

Los pensamientos de Takahiro gritaban una serie de frases sin sentido para constatarle que el que se encontraba al frente suyo era nada más y nada menos que Matsukawa. Una parte de él quería ayudarle de corazón pero otra parte se sentía crispado por tal idea bizarra.

-¿Eh?

Hanamaki se quedó estático en su eje mientras tenía un debate mental. Pero sabía que era su mejor amigo y si no descubrían la raíz del problema todo sería una entropía eterna.

Lanzó los dados y esperó a que pase lo que tenía que pasar.

-Intentémoslo.

-¿Qué cosa?

-Resolver tu problema.

-¿Cómo?

-Yo. Te ayudaré.

Era notable el sonrojo que emanaban los pómulos de Takahiro mientras pensaba en cómo articular sus palabras.

-Yo seré tu método de experimentación para así dar con el maldito problema.

-¿A qué te refieres?

-¡Por Dios, Matsukawa! ¡Que salgas conmigo!

Ambos se quedaron impactados no solo con lo que acabaron de oír- por parte de Hanamaki, nunca pensó en decir eso-.

-S-sé que nunca encontrarás una respuesta desde una perspectiva externa ¡Así que solamente actúa como si salieras conmigo para ver cuál es problema contigo!

-…Está bien. Saldré contigo.

La parsimonía de Issei era inmutable, parecía si le hubieran preguntado cualquier otra cosa común y no una propuesta por parte de su mejor amigo.

-Espera… ¿No te incomoda la idea?

-No realmente, eres mi mejor amigo ¿no? Si es contigo no creo que sea incómodo, además eso no influirá en nuestros gustos o acaso… ¿Te gustan los chicos?

-¡C-CLARO QUE NO! ¡SOLO LO HAGO PORQUE ERES TÚ, IMBECIL!

-Bueno, a mí tampoco así que esta sería la primera vez que tengo algo parecido a una relación con un hombre.

-¡E-esto es solo una prueba! ¿Entiendes? ¡Hay que resolver tu problema antes de que nos vayamos a la universidad!

-Pues me siento muy agradecido, Takahiro.

-¡Bien!

-¿Cuándo comenzamos?

-Desde ahora, supongo.

-Bueno, siempre solía caminar con mis novias tomadas de mi mano. Así que si me haces el honor…

-Aghhh… ¡Ten!

La escena era algo más cómica que romántica en sí. La cara de Hanamaki solo proyectaba enojo y vergüenza mientras Mastsukawa actuaba como si nada estuviera pasando.

-Ah, siempre las acompañaba hasta la entrada de sus casas.

-Cómo sea, sólo camina.

Ya estando cerca del perímetro de su hogar, Hanamaki soltó su mano de la de Matsukawa para proceder a abrir la puerta de su casa.

-¡H-hasta mañana!

-Que descanses, Makki.

Cerró la puerta pensando en si lo que había propuesto era lo más factible en ese momento.

Al dirigirse a su habitación se dio cuenta de que le había llegado un mensaje de parte de Matsukawa.

Re: Issei Matsukawa

Asunto: Buenas noches, cariño.

Espero que tengas dulces sueños y recuerda acostarte temprano.

Ya sabes lo importante que son tus horas de sueño.

Te quiero.

Hanamaki lanzó su teléfono hacia su cama pensando en que tal vez todo eso fue un error, un error que ahora tenía que afrontar ya que él lo había comenzado. De nuevo su teléfono sonó.

"PD: Mañana en la mañana te paso recogiendo para ir juntos al instituto, Takahiro :) "

Se acostó de espaldas admirando el techo de su habitación.

"Esto será difícil" dijo antes de apagar su móvil y sumergirse entre sus sabanas pidiendo que no lo dejaran salir nunca más.

¿Quién dijo que nadie odiaba a Franz Liszt?


N/F:

Ojalá les haya gustado ;-;

Espero no atrasarme escribiendo los siguientes capítulos-Como siempre-¡Pero es culpa de mi subconsciente, no de mí!

El mundo necesita más de estos dank lovers of memes(?) ¡VIVA EL MATSUHANA ASADFGHJLK! varias referencias se irán explicando a medida que avance la historia(?.

No se que más decir ;-;

Nos vemoh' barrio'