La Esperanza entre las Tinieblas
– ¿Cuál es tu destino?
– ¿Mi destino?
– ¿Tu Destino. Tu Destino como Maestra de las Cartas.
– ¿Cómo dueña de las cartas?
– Si, ¿sabes tu destino? ¿Tu misión?
– Creo que no lo sé... con exactitud.
–Entonces pronto... muy pronto lo sabrás... pequeña Sakura.
En un antiguo tiempo, Brujos y perversos hechiceros, dejados de lado por la sociedad y los círculos de magia ancestral, decidieron vengarse de todos los que deseaban la bondad y verdad en esta tierra. Aquellos hombres, con sus corazones llenos de maldad, se reunieron todos en un sitio alejado de toda civilización que pudieran trabar sus planes, y concluyeron que debían destruir el mundo civilizado. No había razón para dejar algo en pie, sobre esta tierra, y dominar las potestades de la naturaleza, dejando el caos y la anarquía como principal guía.
En todas las ocasiones que desearon acabar con la civilización, terminaron siendo derrotados y acabados por los protectores de la civilización. En su ultimo afán de triunfar sobre lo bueno, invocaron a un poderoso demonio, que dominaba las tinieblas, y su existencia no conocía nada excepto la maldad y la crueldad del odio y la destrucción. Una noche tempestuosa y silenciosa, los brujos reúnen todo su poder para invocar al demonio.
–Sal de ahí, poderoso Yawgorth!!... deja que este mundo vea tu poder.
La tierra comenzó a enegrecerse, la luz comenzó a menguar, y las latitudes comenzaron a temblar en su miedo. La oscuridad dominaba el horizonte y un poder comenzó a salir de las tinieblas.
–Quién osa a invocar mi nombre? Quien lo haya hecho, sufrirá las consecuencias.
–Nosotros osamos a nombrarte sobre el suelo de esta tierra. Deseamos que cumplas nuestra peticiones.
–Han dicho que cumpla con sus peticiones?!... no saben lo que han hecho– y una risa diabólica cruza los vientos
–Aún muertos, sabemos lo que hacemos– dijeron los hombres.
–Parece que quieren destruir este mundo, pero ustedes morirán aquí, y sufrirán las penas en el infierno... – y al decir eso, los hombres comenzaron a quemarse vivos, como una combustión espontanea, pero sus poderes eran absorbidos por el demonio.
Sus espíritus, atrapados por el poder del demonio, comenzaron a girar ante él y fueron tragados por las tinieblas. Las sombras avanzaban por los confines del mundo y los poderes de Yawgorth aumentaban a medida de que las tinieblas tomaban posesión del planeta.
–Vaya, eran unos inservibles. Estúpidos, creían que podían tenerme como su sirviente. Idiotas. No saben lo que les espera en el infierno– y rió al ver el paisaje que le daba la vista del lugar. –Esto es muy bonito. Desaparecerá para siempre. Las tinieblas llenaran el espacio de este lugar y la maldad será como el aire y el odio como el agua!!!!
Y se hizo silencio mucho tiempo en la tierra, y sobre su faz, la maldad rondaba como el viento. La oscuridad y el temor lleno los confines y la tierra completa, tembló, suplicando auxilio ante tal amenaza. La Luna y el Sol, retrocedieron ante la más absoluta tiniebla. Y la muerte rondaba... el planeta agonizaba.
Dando un largo y lánguido bostezo, se mueve algo entre las sabanas. Luego aparece, sentándose en la cama, con esa cara de recién despertando, sus ojos aun no se abren del todo. Toma su reloj despertador y mira la hora...
– NOOOO!!!!!!!!!! ME QUEDE DORMIDA!!!!!!!!!!!– y salta de la cama, buscando su ropa por aquí, tirando otras cosas por allá, recoge su mochila y sale de su habitación que casi se cayo bajando las escaleras.
– Mi hermano se fue a trabajar y ni siquiera se despidió.
Tomando un sorbo de leche y con un pan en la boca a medio comer, se coloco los patines y sus protecciones, y salió rauda al colegio.
Mientras viaja a su destino, nos ubicamos en la historia de Sakura alrededor de 7 años desde que se transformo en dueña de las cartas Clow, esa nostálgica historia en la mente de la joven, ya no Card Captors, sino Card Master. Una hermosa joven de pelo castaño y sus ojos esmeralda son lo que decoran su belleza, casi como su madre, lo que muchos decían.
Su hermano trabajaba y estudiaba en la Universidad. Su padre, últimamente, ha viajado mucho, por lo que ella, tras el poco tiempo de Touya y la ausencia de su padre, se refugia en la compañía de Tomoyo, quien a estado con ella todo este tiempo, y Kero, su guardián. Aun así, Touya y su padre le han sido unos apoyos importantes en la relación con Shaoran. Shaoran prometio volver a Sakura, pero él, extrañamente, desapareció hace unos 4 años. Ni Meiling, ni sus hermanas saben donde esta, y aun cuando su madre pareciera que sabe algo, solo se limita a decir: "Solo espera, la fruta aun no esta madura". Poderosas presencias rodean a Sakura periódicamente, pero nada saben de aquello. Aun así, muchos hombres rondan la vida de Sakura, pero ella los evita, y a los que no puede, simplemente los repele. Es una chica codiciable en la escuela, pero ella no quiere saber nada de hombres. Aun así, desea que la esperanza sea verdadera.
En este cuadro, un día, a finales del invierno, donde se sentía en el sonido del viento la voz de la pronta primavera, en los cerezos se veían los primeros pétalos rosas, a lo que Sakura le hacia renacer esos sentimientos que nacieron cuando era niña.
¿Dónde estarás? y suspira. Te necesito, ¿por qué no regresas? piensa mientras camina por el patio del colegio. En esto se oye la dulce voz de la bella y hermosa Tomoyo.
– Sakura!.
– Tomoyo – despertando de su letargo.
–Amiga... siempre te colocas así en estos días – acercándose a su amiga – sé que volverá, amiga. No te preocupes.
–No me hables mas de el. El nunca volverá. Supongo que no quiere dar la cara porque se caso con Meiling o con otra prometida que su madre le haya propuesto como esposa... ES UN SINVERGUENZA, UN DESCRITERIADO Y UN CINICO!! – y una vena se le dibuja en la frente de Sakura.
–Vamos amiga– mientras Tomoyo reía.
En el aeropuerto internacional de Tokio.
–(Vuelo de Hong-Kong/Tokio, llegada por el anden B21)– suena por los altavoces.
Dos personajes caminan, saliendo del aeropuerto, tratando de conseguir un Taxi. Uno, de pelo castaño corto, ojos café claros, no muy alto, pero de contextura apreciablemente fuerte, mirada fija. El otro, pelo negro con una melena muy desordenada, ojos oscuros, de la misma altura que el anterior, contextura muy fuerte, una mirada aguda y sentidos muy alerta.
–Así que este es Japón– habla un personaje muy serio.
–¿Jamas has venido a este país?–pregunta el otro.
–Jamas. ¿Oye? ¿Esa chica vive aquí en Tokio?
–No, ella vive en Tomoeda, muy cerca de aquí.
–Bueno, entonces debemos apresurarnos. No sea que él llegué antes que nosotros. Si la encuentra y la quiere destruir, no habrá esperanzas, ni siquiera un rayito de luz.
–Es que ella es la luz– con un tono de inspiración – es la esperanza.
–Vaya, veo que aun no la olvidas. Tan reservado y tan enamoradizo.
–CÁLLATE!!!– sonrojándose – cuando me vea, creo que no querrá verme. Me mandara de vuelta a Hong-Kong– y al decir esto dejo la cabeza caer.
–Pero no puedes hacerlo sin llevártela, mmmmm?– con tono sarcástico. –No lo crees– mirándolo de manera burlona.
–Ya lo sé. Mira viene un taxi.
Luego de pasar la tarde con Tomoyo, Sakura camina con su compañía en dirección al hogar. La calle esta adornada con cerezos que se enfilan al costado, y el cielo esta cubierto de nubes y comienza a correr un viento muy fuerte, lo que produce en las jóvenes una sensación de ansiedad. Al ver una silueta, a contraluz de un relámpago gigantesco, desapareció como apareció, súbitamente. Las amigas quedaron paralizadas por la espeluznante escena. En ese mismo instante aparece una persona atrás de ellas
–¿Que hacer aquí?– dijo, mientras tomaba a las jóvenes del hombro.
En ese momento, Sakura saco un grito, solo visto en las películas de terror.
–Cállate monstruo.
La cara de Sakura cambio radicalmente.
–¿Cuantas veces te he dicho que no me llames monstruo?– alego Sakura, mientras Tomoyo se reía.
–Pero si solo los monstruos chillan así.
–Hermano!!
–Dejemos esto aquí. Aun no responden. ¿Que hacen aquí?.
– Caminábamos a casa tuya– respondió Tomoyo, mientras Sakura, con los puños cerrados y mirando a su hermano, respiraba agitadamente. –Luego alguien apareció frente a nosotras y luego desapareció.
–Ya saben que no deben andar a estas horas, ya es tarde. Sabes que todos se preocupan.
–Lo siento– mascullo Sakura.
–Vamos, que esta a punto de llover– y el trío camino hacia el hogar.
Estando los tres ya en casa, Sakura y Tomoyo suben a la habitación. Comienza a llover con gran fuerza. De entre los peluches, sale un muñeco volador.
–Sakura! Tomoyo!– saluda Kero, un poco malhumorado.
Tomoyo toma al guardián entre sus manos.
–¿Cómo estas Kero?
–Solo, triste y abandonado, además de que estoy muriendo de hambre– haciendo un puchero a Tomoyo –no sabes como me trata, me tiene encerrado.
–La ultima vez que te saque fue cuando tuve el problema de la pastelería– dice defendiéndose Sakura –se estaba comiendo los pasteles de la vitrina, y luego tuve que decir que eran mi gato, traído de otro país y otras mentiras más.
En esos momentos llega Yukito, a la casa de los Kinomoto, pero acompañado de dos personajes.
–Touya, creo que tienen visitas– señalo el amigo de Touya. Este se acerco a la puerta para recibir a las inesperadas visitas. Mira a ambos de pie a cabeza, y luego los estudia detenidamente. Uno no le parece nada en especial, pero el otro le produce apatía y nostalgia. Esta mirada tiene su respuesta en la mirada fría de esta persona.
–¿Que se les ofrece?– pregunto, aun con la apatía en sus palabras, pero tratando de ser lo mas cortes posible.
–Buscamos a Sakura– respondió el victimario de la mirada de Touya, la cual la responde con otra más aguda.
–necesitamos hablar con ella. Es muy urgente– sale al paso el otro personaje, con tono mas alegre, para deshacer la guerra de malas miradas.
–Pasen, no se queden en la puerta– les dice Touya, con un poco de mal gusto. –Esperen aquí– y sube las escaleras llegando a la habitación de su hermana. Golpea la puerta.
–Sakura, tienes visitas. Trata de que no sea muy largo.
–Voy enseguida.
Sakura y Tomoyo, que hablaban animadamente con Kero, se miraron extrañadas a las inesperadas visitas. Mientras las jóvenes bajan a recibirlos, las misteriosas visitas hablan entre sí.
–Se siente unas presencias increíbles en este lugar– habla uno de ellos, quien mira a Yukito. –Supongo que ese debe ser uno de los guardianes que señalaste antes. Por su aura, debe ser muy capaz de proteger a Sakura, supongo.
–Él es Yue.
–Es el que te derroto cuando te juzgo como Card Captors!
–En ese tiempo, aun era muy pequeño.
–Y el otro guardián.
–Ya lo veras... – y traga un poco de saliva, al ver llegar a Sakura para recibirlos.
Y ella piensa mientras se acerca a ellos: "Quienes serán... aunque uno de ellos me parece algo... especial". Llega a ellos.
–Buenas noches, que es lo que se les ofrece.
Él más jovial de los jóvenes le pregunta muy precipitadamente.
–¿Tu eres Sakura Kinotomo? Vaya, es mas de lo que me han hablado– y le dio un golpe en la espalda a su acompañante, pero se sintió cohibido con la presencia de Tomoyo. –Bueno, yo no hablo más. (Dile algo... no te quedes ahí, vamos)– le susurro al oído a su compañero.
Este miraba a Sakura, perplejo, y no sabia lo que hacer, tenia la garganta seca y la lengua paralizada. Sakura mira extrañada a ambos, y luego detenidamente al que la miraba fijamente. Pero sintió en ella una ansiedad especial, un sentimiento que no tenia hace tiempo. Pareciera que el tiempo se detenía abruptamente y que no avanzaba, sin embargo no le importo mucho. Comenzó a recordar su aventura con las cartas... y su amado rival.
–No puedes ser... estas aquí.
