Buscando respuestas
My little pony no es de mi propiedad, no hago este fanfic con ánimos de lucro
Spike inicia el día como es de costumbre, con unas cuantas gemas en su tazón y el café de Twilight listo para beberse. Espera a que esta se levante, puntual como siempre, y procede a servirse.
-Hoy estás más callado que de costumbre, Spike. -pregunta la pony-.
-Solo estoy tratando de comer algo, no tiene nada de malo ¿o sí?
-No, nada de malo -Disimulando una pequeña sonrisa-. Pero por lo general me llenas la mañana con preguntas, en especial cuando nos toca visitar a Rarity.
-Solo estoy tratando de comer algo, ¿no puedo simplemente portarme bien, para variar?
- Mmm... -se rasca la barbilla mientras mira hacia otro lado, como si planeara algo-. Entonces no creo que te moleste tomarte el día libre.
-¿El día libre? No es normal que estés dándome el día libre.
-Tampoco es normal que te veas tan callado en la mañana. Además, parece que esta vez sí leiste el libro que te di a principio del mes.
-Gracias pero, en verdad, solo estoy tratando de comer algo.
-Como sea -se levanta de la mesa-, ya se va haciendo hora de ir, me dirijo a la casa de rarity, puedes hacer lo que quieras por hoy, solo no te acabes el agua caliente en otro baño de burbujas, esta tarde también me gustaría relajarme un poco.
Twilight sale del castillo con una sonrisa. Estaba en cierta forma contenta con la obediencia que le mostraba Spike después de mucho tiempo, pues estaba leyendo los libros que le daba para cultivar su mente. El último que le había obsequiado titulaba "Diálogo creativo para conversaciones sofisticadas".
-Parece que ya va a la mitad... -se detiene un momento con los ojos bien abiertos- En la parte que habla sobre el uso de diálogo repetitivo para resaltar indirectas. Puede que me esté preocupando demasiado, pero Spike no usaría una indirecta a menos que en serio necesitara ayuda con algo. Mejor voy a revisar qué es lo que pasa.
Para ver todo desde un mejor punto, Twilight empieza a levitar su propio cuerpo para ver desde las ventanas a Spike sin hacer ruido. No era su naturaleza espiar a su asistente número 1, pero algo en su interior le decía que no podría averiguar qué pasaba por la cabeza del pequeño reptil si desde el inicio preguntaba de frente.
Fue asomándose por las ventanas, una por una, con la esperanza de encontrar a Spike o algún indicio de lo que lo preocupaba. En una encontró el almacén de provisiones para invierno, en otra el cuarto de armas, que ahora solo tenía apilados varios libros de buen tamaño. En la siguiente vio a Pinkie doblando unos globos, haciendo que tomaran la forma de AppleJack, lo curioso era que no se trataban de ese tipo de globos largos que se usan para hacer formas, Twilight decidió hacer como que no vio nada. Después de pasar por la ventana del cuarto de baño, donde no se encontraba el dragón púrpura, llegó al lugar que correspondía como habitación para Spike.
Twilight veía por segunda vez las dimensiones sorprendentes de la habitación del bebé dragón, que quedaba realmente pequeño para el lugar, pero que se lo había dado con miras hacia el futuro, para que no se sintiera incómodo cuando creciera. El dragón no se acostumbraba todavía al lugar, así que se metía a la habitación de Twilight, quien tenía siempre preparada una cama pequeña junto a la suya. Esto se hacía, en especial, cuando Spike no podía conciliar el sueño por una pesadilla o por los truenos de una noche lluviosa. Sinceramente, ella no recordaba que el lugar fuese tan grande.
Mientras sus ojos discurrían por el lugar alcanzó a distinguir una figura con escamas acurrucada en un rincón oscuro. Se veía recostado sobre el suelo cual animal melancólico, pero no hasta el punto de llorar, solo estaba allí, reposando como lagarto mientras veía los objetos inanimados de su habitación, casi como si fuese un espectáculo monótono.
La princesa de la amistad estaba intrigada, no entendía la causa, pero sí entendía lo que tenía que hacer. Sabía que su fiel asistente se encontraba en algún tipo de apuro y que era su responsabilidad y deseo ayudarle en todo lo que fuera posible.
-¿Quieres que le diga a las demás que vengan para hacer una fiesta de "Anímate Spike"? -susurró Pinkie-.
-Parece buena idea... ¿Cómo es que llegaste aquí?
-Pues atándome a unos globos, tontita, no se puede volar tan facilmente si no tienes alas o un cuerno, o alas y cuerno, o un trampolín con un dispositivo de reducción de fuerza gravitacional individual.
-A veces me sorprendes y me pregunto qué es lo que pasa por tu cabeza.
-Adentro solo es una fiesta, las 24 horas. Pero ahora no es momento de pensar en mi cabeza, mejor voy por las demás.
-Bien, cuento contigo... -mira hacia donde está Pinkie, quien ya no se encuentra-.
-¡Twilight -grita la pony rosada desde el suelo-, no te olvides de no decirle nada a Spike, es mejor si se trata de una sorpresa!
-¡Sería mas fácil mantener la sorpresa si no lo estuvieras gritándolo tan fuerte!
-¿Una sorpresa? ¿para quién? -pregunta Spike abriendo la ventana y haciendo que Twilight perdiera la concentración por el susto, de manera que solo pudo lanzar un corto grito mientras caía-.
Twilight no tardó mucho en llegar al suelo, porque no estaba muy alto, pero aún así dolió mucho, podríamos decir que uno de sus flancos estaría mas púrpura que el otro. Esa misma tarde se encontraba la princesa de la amistad echada de costado sobre un sofá de la sala de lectura, con Spike alcanzándole un plato con sopa.
-No puedo creer que se te fuera la concentración tan fácilmente -decía el dragón a la vez que trataba de no reír-.
-Solo déjame ese plato sobre un taburete o algo y tráeme un libro -bufó la alicornio púrpura-.
-Lo siento, solo es que no es normal que te pierdas la concentración así. Casi siempre estás en control, más todavía cuando te pasaron tantas cosas, nada debería sorprenderte ya.
-El que haya pasado por ciertas experiencias no significa que me voy a convertir en una especie de pony insensible que no se puede dar el lujo de sentir algo.
-Estás siendo redundante -interrumpió con una mirada sospechosa-. Siempre que te pones redundante es porque tratas de ocultarme algo, o cuando hablas de círculos.
-Este... Yo no estoy siendo redundante, porque no estoy repitiendo las cosas con diferentes palabras -desvía la mirada-.
-Como digas, Twilight. Voy por ese libro ¿alguna preferencia?
-Busca en el tercer estante al lado derecho de la entrada de la biblioteca, es uno que dice "Catálogo de criaturas poco estudiadas de Starswirl".
-¿En serio estas bien? Porque cada vez estás con cosas más raras.
-Tu solo tráelo.
-A propósito -comenta mientras sale del lugar-, me parece irónico que teniendo alas no las hayas usado para evitar la caída.
La alicornio vio por un momento sus alas y luego hundió su rostro en uno de los cojines del sofá.
-A veces quisiera morirme de la vergüenza.
