Disclaimer: Los personajes de South Park pertenecen a Trey Parcker y Matt Stone. Los videojuegos de Pokémon son propiedad de Game Freak y los personajes son pura y exclusivamente de Satoshi Tajiri. Este fic está hecho con el fin de entretener a la gente.

Advertencia: Lo diré una vez y SOLOUNAVEZ para evitar que gente estúpida comente incoherencias. Este fic contiene slash, o sea relaciones entre dos chicos del mismo sexo, si no te gusta qué carajo haces leyendo esto, cierra la maldita ventana o busca otra cosa que leer.

Kyuubi: Hola! Me da gusto poder volver a escribir un fic de mi pareja favorita de South Park! Esta vez es en un UA (Universo Alterno) así que no habrá ni menciones del pueblo montañés South Park.

Sheza: Espero que les guste, sino me suicidaré en el granero porque mi idea no es buena T-T

Kyuubi: Sheza, aquí no hay granero.

Sheza: No me importa, construiré uno y me ahorcaré ahí!

Kyuubi: ... Ok... Bueno, como debe haber alguno que otro que jamás ha visto o no conoce mucho de Pokémon yo misma me encargaré de despejar todas las dudas que tengan. No importa lo que sea, por más pequeña que sea, y aún si creen que es una duda tonta, puede que haya más de uno que se lo pregunte o que yo me vaya mucho y explique cosas que son muy complicadas para personas que no están familiarizados con el anime o los videojuegos, así que no duden en preguntármelo!

Sheza: Créanme, esta chica sabe muchísimo de Pokémon... y de Digimon también!

Kyuubi: Soy una Frisi orgullosa de serlo jajajajaja!

Sheza: Ahora si te tengo miedo T-T

Kyuubi: Otra aclaración. Usaré los nombres de las ciudades, ataques y personajes en inglés, pondré los nombres y los de las ciudades entre paréntesis y en español. Bueno, ahora los dejaré con la lectura! Disfruten y gracias por leer!

- ¡Gah!- chilló un rubio de ojos azules violáceos, despertándose de su siesta. El chillido hizo que la pequeña criatura junto a él se despertara, preocupada.- ¡L-lo siento, Jolteon, ngh! ¡No fue mi intención!- se disculpó acariciando el pelaje verdoso y erizado de su Pokémon.- M-me quedé dormido... ¡gah! Ya e-es me-mediodía, ngh, debo ir a casa.

- ¿Jol Jol?- preguntó la criatura, que se puso de pie para estirarse y se sacudirse un poco.

- S-si, iré a, ngh, comprar un café.- se puso de pie, sacudiendo su pantalón azul y camisa verde oscuro de todo el pasto que había en su ropa.- ¿Q-quieres ir en t-tu Pokéball?- el Pokémon sacudió su cabeza en forma de negación. Jolteon disfrutaba mucho caminar con su maestro. Tenia que admitir que a veces era difícil estar con un chico tan nervioso y paranoico, pero ya se había acostumbrado a él desde que era un pequeño Eevee.

Los dos caminaron por el camino hasta llegar a Viridian City (Ciudad Verde). Allí, como siempre, fueron a comprar un café y se dirigieron al Centro Pokémon para pedirle a la Enfermera Joy que le dejara usar la cocina y de paso guardar unas Berrys (Bayas) que había recolectado.

- ¡Hola Tweek, hola Jolteon!- saludó alegremente la enfermera cuando entraron.

- H-hola.- saludó tímidamente, Jolteon saltó sobre el mostrador para dejarse mimar por la enfermera.

- ¿Vienes a hacerte café?- adivinó la pelirosa con una sonrisa, acariciando con cariño al mimoso Jolteon. El rubio asintió.- Pues pasa, adelante. Ya tenía preparada una cafetera para ti.

- G-gracias, Joy. Vamos J-Jolteon, ngh.- el Pokémon verde saltó nuevamente y siguió a su Maestro alegremente hacia la cocina.

Un rato después de que Tweek y Jolteon entraron a la cocina, las puertas automáticas del Centro Pokémon se abrieron anunciando la entrada de otra persona al edificio. La Enfermera Joy sintió como si el aire de repente se enfriara, todo se puso denso ante la entrada del recién llegado que venia junto a su Pokémon. El joven vestía pantalones negros, tennis blancos, remera amarilla, una chaqueta azul abierta y un gorro del mismo color que la chaqueta con una pequeña borla amarilla. Su cabello era negro y corto, y sus ojos tenían un color verde oscuro penetrante. Junto a él venia un Pokémon parecido a un chacal que se paraba en sus miembros posteriores, era de color azul, negro, crema y tenía picos en algunas partes de su cuerpo, también tenía unas orejas largas y unos extraños apéndices negros por debajo de las mismas, parecía tener una especie de antifaz negro parecido a una franja que cubría sus ojos sin impedirle la visión. Era un Pokémon que la enfermera jamás había visto.

- ¿Tiene una cocina? Necesito cocinar PokéBlocks.- dijo tajante y bruscamente. La enfermera pareció salir del trance que le había dado la presencia perturbadora de ese chico, preguntandole lo que se le ofrecía.- Una cocina.- repitió algo molesto.

- P-por allá.- la enfermera forzó una sonrisa y le señaló el pasillo por el que antes había ido Tweek con su Jolteon.

- Gracias.- se volteó hacia el pasillo.- Lucario.- llamó.

- Si, Maestro, como diga.- Joy abrió la boca sorprendida, podía comunicarse por telepatía. Recordó que Tweek se había ido hacía unos minutos a la cocina, pero cuando iba a ver si todo estaba bien, apareció un grupo de entrenadores con sus Pokémon y tuvo que atenderlos primero.

- Ngh... Este café e-está delicioso.- comentó Tweek, Jolteon ladeó la cabeza.- L-lastima que, ngh, n-no puedes p-probarlo.

- Jol.

- P-puedes ir a jugar con, ack, Chansey si q-quieres.- ofreció el rubio, el Pokémon asintió y se fue feliz hacia la sala donde estaban todos los Chansey, en especial la amiga de Jolteon. Así, el rubio se quedó sólo... o al menos eso creía.

Un sorbo más a su café lo hizo relajarse, ese líquido lo hacia sentir increíblemente tranquilo. Saboreaba cada trago con ansias, dejándose llenar por completo por ese aroma y ese liquido. De repente sintió una mirada fría en su nuca que lo hizo temblar. Volteó rápidamente y se asustó al ver a un joven moreno y de ojos verdes justo frente a él, a pocos centímetros de distancia. Dio un pequeño gritito y dejó caer la taza, salpicando un poco la remera, el pantalón y los tennis del chico. La taza se hizo añicos al chocar contra el duro suelo y el moreno frunció el seño mirando al rubio con odio.

- ¡Gah!- exclamó, tironeándose un mechón de cabello.- ¡L-lo siento! ¡L-lo siento m-mucho!- se agachó para poder juntar los trozos de mármol pero el moreno los pisó, rompiéndolos más.- ¡Ngh!

- Mis tennis.- dijo fríamente. El rubio no entendió.- Los manchaste.

- L-lo s-siento.- dijo.

- ¿Cómo los limpiaré ahora?

- Lo s-siento.- repitió reteniendo las lágrimas.

- ¡Deja de decir que lo sientes!- gritó enojado.

- ¡Gah! ¡No me mates!- Tweek instintivamente se cubrió la cabeza con sus brazos.

- Ven acá.- el moreno iba a tomarlo del cabello pero sintió que alguien le mordió fuertemente la mano, haciéndolo gemir de dolor y retroceder unos pasos. Observó a su atacante y vio a un furioso animal de color negro, ojos rojos y anillos amarillos por el cuerpo. Lucario, el Pokémon del moreno, se puso frente a él en posición de ataque para defender a su maestro.- Tranquilo, Lucario.- observó al Pokémon recién llegado y lo reconoció de inmediato.- Un Umbreon...

- Si, es mí Umbreon.- dijo una voz a la izquierda del moreno.- Déjalo en paz.- exigió.

- ¿Y tú eres...? - preguntó.

- Es de mala educación preguntar el nombre de otro sin decir el tuyo propio.

- Ok. Mi nombre es Craig, ¿y el tuyo?

- Soy Stanley, pero todos me llaman Stan. Y ese de allí es mi amigo.- dijo señalando al rubio.

- Tu amigo ensució mi ropa.- Craig se volteó completamente hacia el chico. Stan era moreno como él, pero tenia ojos azules, buzo marrón, pantalón azul claro y zapatillas negras.

- No te preocupes por eso.- sonrió.- Tengo la perfecta forma de arreglarlo.- sacó una Pokéball de la que salió un Pokémon pato de color azul.- ¡Golduck, 'Hydro Pump'!- gritó señalando hacia Craig. El pato azul lanzó un potente chorro de agua al moreno. Lucario intentó detenerlo y se puso frente a Craig para protegerlo. Lo hizo, pero el impulso del ataque los hizo retroceder un poco y Umbreon aprovechó para ubicarse detrás de ellos. La traba impuesta por el pequeñín les hizo tropezar a ambos, cayendo Lucario sobre Craig.- Tweek, ven aquí.- ordenó Stan. El rubio obedece y corre hacia Stan.- ¿Estas bien?

- ¡Gah!- contesta el otro.

- Tomaré eso como un si.

- Maldito bastardo...- gruñe Craig, siendo ayudado por Lucario para levantarse.

- ¿Qué sucede aquí?- preguntó la Enfermera Joy mientras aparecía en escena, algo molesta por todo el alboroto. Observó la taza rota, al chico recién llegado con su raro Pokémon, a Golduck, a Stan y por último a Tweek.- Si van a tener una batalla, háganla fuera del Centro Pokémon. Hay Pokémon heridos que quieren descansar.

- Si, lo sentimos Joy.- se disculpó Stan.- Tweek, vamos por Jolteon y nos iremos a casa.- Tweek asintió débilmente mientras contemplaba al otro moreno y su mirada de odio.- Golduck, regresa.- al momento de dar la orden apuntó al Pokémon pato que fue rodeado por una luz roja y devuelto a su lugar.- Te pagaré la taza que Tweek rompió, sólo déjame ir a casa y luego volveré.

- No hay problema, Stan, tú ayudas mucho en el Centro Pokémon, sería muy malo de mi parte cobrartela.

- Tendré que insistir. Bueno, vamos Tweek.- Stan tomó la mano del rubio y fueron con Umbreon a la sala de los Chansey. El ojiazul le dirigió una última miraba de odio al moreno, retándolo con la mirada.

Ya en casa, los padres de Tweek los recibieron.

- Hola chicos, qué bueno que llegan. Stan, tus padres te mandan una carta desde la tercera Región Pokémon, Hoenn. Dicen que pronto te enviarán un Pokémon de allí, estate preparado.- dijo la señora amablemente.

- Gracias señora Tweak.- contestó Stan sonriente y tomando la carta. Si bien le molestaba que sus padres no lo hayan llevado a él pero si a su hermana mayor, sabía que estando aquí podría cuidar a su querido amigo Tweek.

Por otro lado, Craig estaba cocinando sus PokéBlocks con la ayuda de Lucario cuando sonó su PokéGear, un dispositivo para hacer llamadas, escuchar la radio y con un mapa, que había comprado en la región de Johto cuando venía hacia aquí. Medio sonrió cuando vio el nombre en la pantalla del aparato y contestó.

- Hola.

- ¡Hola, viajero! ¿Cómo te está yendo en tu viaje por Kanto?- dijo la voz masculina al otro lado de la línea.

- Mmm... Bien, como siempre. Estuve viendo esta región y creo que empezaré a buscar Pokémon de aquí en cuanto me abastezca de provisiones y buenas Pokéball.

- Recuerda seguir con el plan, no te distraigas con nada. La última vez me metí en problemas porque te dejaste llevar y estropeaste los planes.

- Ya lo sé, Kyle.- dijo el moreno masajeándose los ojos con la mano libre.- Esta vez no pasará. No me distraeré con nada.

- Más te vale. Bueno, tengo que seguir con mi parte del trabajo aquí en Hoenn, después nos veremos.

- Nos vemos.- se cortó la comunicación.- Mierda.- el moreno iba a encenderse un cigarrillo pero recordó que estaba en un Centro Pokémon y se contuvo ante la idea.

- Ya volví, Maestro.- dijo Lucario apareciendo en escena detrás de Craig.

- ¿Encontraste un buen lugar?

- Hay una familia que alquila una habitación y allí podremos quedarnos por la noche.- contestó ubicándose junto a él.

- Muy bien.- sonrió y le dio un tazón lleno de PokéBlocks Verdes.- Toma, te los mereces.

- Gracias, Maestro.- se alejó un poco para sentarse en la mesa a comer. Lucario disfrutaba de estar así con su Maestro ya que era el único al que le mostraba tal cual era además de su amigo Kyle, pero también deseaba que su Maestro Pokémon mostrara sus sentimientos a alguien más, a alguien que lo quiera, a alguien que...- ... que lo ame...- pensó en voz alta.

- ¿Dijiste algo?- preguntó Craig mirándolo, no había podido escuchar más que un simple murmullo.

- ¿Eh? ¡N-no, nada!- contestó.- Pensaba en voz alta.

- Bueno, luego de que termine de hacer unos PokéBlocks más iremos a esa casa.- Pasó un rato más y salieron del Centro Pokémon hacia la casa que Lucario había visto. La casa era grande, de dos pisos, techo color verde y paredes marrones. Había algunas masetas adornando la entrada y las ventanas, parecía que era una casa de una familia tranquila. Llamó a la puerta y en cuanto abrió su mirada serena se tornó en una de odio.

- ¿Y tú qué demonios haces aquí?- preguntó Stan viéndolo de manera retadora.

- Eso no te importa, quiero hablar con la mujer de la casa.- contestó.- Pero creo que si hablo contigo será lo mismo.- atacó fríamente, desviando la vista hacia Lucario. Este lo miró con reproche, frunciendo levemente el ceño.- Quiero hablar con la mujer de la casa porque me dijeron que alquila habitaciones.

- Si, así es.- lo dudó unos segundos.- Bueno, está bien. ¡Oye, Tweek!- gritó el moreno.- ¿Sabes dónde está tu mamá?

- ¡Gah! ¡F-fue a comprar! ¡Y-ya vuelve!- contestó sentado en el sofá y viendo la tele.

- Ya escuchaste, se fue. Vuelve más tarde.- iba a cerrar la puerta pero Craig se lo impidió.

- Puedo esperar con ustedes.

- No porque ahora nos vamos a ir un rato para jugar en la Ruta 22.

- Iré con ustedes de todas formas.- una sonrisa desafiante surcó sus labios.

- Argh... Está bien.- cedió.- Haz lo que quieras.

Los dos chicos salieron acompañados por Craig y su Lucario. Llegaron a la Ruta 22, al Este de Viridian City, y Tweek tomó su Pokéball, aún dudando de sacar a su Jolteon o no.

- ¿Pasa algo con Jolteon, Tweek?- preguntó Stan.

- ¡Gah! ¡E-es que n-nunca, ngh, mostramos a J-Jolteon a e-extraños!- contestó con un tic en el ojo. Craig lo miró curioso. Algo le llamaba la atención de ese niño. Sintió algo extraño en el estómago, algo que nunca había sentido.

- Oye.- le dijo Stan, sacándole de sus pensamientos.- El Jolteon de Tweek es muy especial y otros entrenadores podrían robárselo si se llega a enterar que tiene un Pokémon así de raro. Debes cerrar bien la boca, ¿ok?- advirtió el moreno mientras sacaba tres Pokéballs.- ¡Umbreon, Golduck, Scyther!- arrojó las Pokéballs al aire y de ellas salieron las dos criaturas de antes a las que se sumaba otra parecida a una mantis religiosa verde, con grandes y afiladas cuchillas.

- Por mi está bien, no voy a andar de soplón.- contestó Craig con indiferencia y encendiendo un cigarrillo.

- ¡Jolteon, sal!- Tweek arrojó la Pokéball y de ella salió el pequeño zorro de cabello erizado y color verde. Craig abrió los ojos sorprendido. ¿Ese niñito tenia un Shiny Jolteon? Había visto muchísimos Jolteon pero esos tipos de Jolteon eran muy especiales, además de ser verdes cuando originalmente deben ser de un amarillo eléctrico eran más rápidos, ágiles, fuertes y resistentes que los comunes, eran una joya para cualquier PokéColector.

- ¿Es el único Pokémon que tienes?- preguntó Craig interesado.

- S-si, es el único.- contestó abrazando al Pokémon, que le lamió la mejilla.- E-es mi m-mejor amigo...- Stan tosió.- ... amigo P-Pokémon.- agregó.- ¿P-por qué no nos, ngh, m-muestras tus Pokémon?- le preguntó.- D-diles que jue-guen un p-poco con los nuestros a-así hacen ejercicio.

- Está bien.- Craig sacó otras cinco Pokéballs, pero no eran de cualquier diseño. Eran Ultraballs. Los Pokémon que llevaba ahí seguramente eran bastante fuertes.- ¡Salgan...!- las lanzó al aire.- ¡Yanmega, Gallade, Garchomp, Magmortar, Shaymin!

Tweek quedó maravillado por la aparición de los Pokémon que jamás había visto ante él. Si había dos cosas que amaba esas eran el café y los Pokémon. Por más que esos Pokémon parecieran algo intimidantes también eran maravillosos, y ninguno se movió cuando el rubio con toda su inocencia se acercó a tocarlos. Miraron a Craig como esperando una orden pero este les dedicó una mirada que indicaba muy bien que si lo tocaban pasarían a mejor vida.

Yanmega, el primero, era como una libélula enorme, con enormes ojos rojos y alas. Aceptó el toque del niño con una sensación extraña, generalmente nadie más le trataba así más que su Maestro. Gallade era bastante parecido a un humano pero eso no impidió que Tweek también lo tocara cariñosamente. Observó con curiosidad que de los codos del Pokémon sobre salían dos especies de cuchillas desafiladas, pero que en realidad no lo eran. El siguiente fue Garchomp. Lucia bastante amenazador y lanzó un leve gruñido cuando el chico se le acercó, recibiendo un codazo por parte de Gallade. Tweek tocó sutilmente las enormes paletas en los antebrazos de Garchomp, teniendo cuidado de no alterarlo. Su mano fue a parar hasta su hocico, donde dio una caricia tranquilizadora. Magmortar fue el siguiente. A Tweek le causó algo de gracia los patrones que tenia en su estomago gracias a las flamas dibujadas en su cuerpo. Sintió una cálida sensación al apoyar su mano en él, era un calor suave y lleno de vida. Lo acarició con cariño y sonrió.

Stan lo miraba sonriente. Cuando Tweek examinaba los Pokémon que veía por primera vez, su temblor, sus tics, sus nervios, todo, todo eso se iba y sólo quedaba él como cualquier chico de quince años, relajándose y disfrutando de la compañía de los Pokémon. Llegó el turno de Shaymin. El pequeño corrió a esconderse detrás de Lucario, mirando a Tweek tímidamente.

- No tengas miedo, ve.- dijo Lucario, haciéndose a un lado.

- Pero...- Tweek se sorprendió tanto porque Lucario como Shaymin supieran hablar. Se acercó lentamente, de rodillas, a la pequeña criatura blanca cubierta de un arbustito verde y con una bonita flor en su oreja izquierda. Estiró su mano para que el pequeñín pudiera tomar confianza. Olfateó la mano humana que le presentaban, era la tercera persona a la que se le permitía que lo viera. Se acercó a Tweek y permitió que lo acariciara, luego que lo tomara en brazos y por último que lo levantara en un abrazo.

- Le agradas.- comentó Lucario al rubio, que se sobresaltó un poco.

- S-si, creo.- tembló levemente y miró a la pequeña criatura.

- Shaymin es uno de los Pokémon más raros que hay, casi como Mew.

- ¿Como Mew? ¿Cómo es posible eso?- preguntó Stan incrédulo.- "¿Es un Legendario?"- terminó pensando.

- ¿Q-quieren jugar a algo, c-chicos?- le preguntó a los Pokémon de Craig, que asintieron y gruñeron con gusto.

- Ten cuidado con la hierba alta.- advirtió Stan.

Pasaron un rato viendo a Tweek jugar con los Pokémon. Craig se sorprendía de lo bien que se relacionaba el chico con sus Pokémon, a los que no había visto tan felices con otros Pokémon en mucho tiempo. Mientras ellos jugaban, Stan le contó a Craig que Tweek tenía ciertos problemas de nervios y eso le provocaba exaltaciones, temblores y a veces ataques de pánico y paranoia ante la menor muestra de peligro. Lo triste era que, por eso mismo, no le habían dejado tener su Pokédex que le garantizaba poder ser un Maestro Pokémon y participar en la Liga Pokémon.

- Es muy injusto.- finalizó Stan.- Tweek es totalmente capaz de competir en la Liga Pokémon como cualquier otra persona. Él ama tanto a los Pokémon como al café.

- Ya veo.

Lo miró detenidamente. El joven rubio reía felizmente mientras temblaba sutilmente y ayudaba al pequeño Shaymin a saltar sobre Garchomp y Magmortar. Otra vez la sensación de calor en su cuerpo apareció. No sabia lo que era esa sensación, pero ese chico se la provocaba. Sacudió levemente la cabeza para sacarse esa sensación de la cabeza. ¿Qué demonios le pasaba? Tenía una misión y debía cumplirla, e iba a hacerlo. De pronto escuchó un gritito por parte de Shaymin. El grito había sido causado por un grupo de Spearows, tres en total. No era la gran cosa, eran Pokémon algo agresivos poco peligrosos si se está con un equipo Pokémon bien entrenado... o eso creían. Los tres Spearows evolucionaron a Fearows. Y todos saben de lo que son capaces los Fearow.

- ¡Tweek, cuidado!- Stan corrió hacia el chico pero las aves fueron más rápidas y sacudieron sus enormes alas, levantando una gran ola de viento parecido a un tornado.- ¿¡Gust!

Tanto Stan como Craig y todos los Pokémon salieron volando hasta chocar contra el muro de piedra, pero Lucario se aferró lo más que pudo al suelo para tomar a los chicos, Stan y Craig, y Shaymin y así evitar que se lastimaran.

- ¡Tweek!- gritó Stan viendo que el rubio estaba tirado en el suelo, cubriéndose la cabeza. Había hecho un buen movimiento, tirarse y aferrarse al suelo era una buena idea para evitar que la mayor fuerza del tornado te afectara, pero no era buena idea cuando se estaba tan cerca de tres Fearows enfurecidos. Los picos de los Fearows y Spearows brillaron con una luz blanca y Craig supo lo que se venia. Si no los detenía, Tweek podría...

- ¡Lucario! ¡Usa Extreme Speed para llegar a Tweek y sacarlo de allí!- ordenó Craig mientras sostenía a Shaymin.

Lucario obedeció en el acto, haciendo uso de toda su fuerza para poder llegar rápido a Tweek y salvarlo. Logró llegar y sacarlo de en medio, haciendo que los Fearows terminaran con sus picos clavados en la tierra, pero a cambio recibió un impacto en el lado izquierdo del cuerpo. Cayó sobre su lado derecho, abrazando a Tweek para evitar que saliera herido.

- ¡Gah! ¡E-estás herido!

- Estoy, bien... Argh...- mentira, no estaba nada bien. Los ataques tipo Volador eran muy efectivos contra él. A duras penas logró ponerse de pie.- Argh...

- ¡Lucario! Mierda...- trató de buscar en su bolsillo una Poción o algo para ayudar a su compañero pero gruñó al no encontrar nada.

- ¡T-ten, c-cómela!- Tweek extendió una baya amarilla, con puntos naranjas y unas hojitas verdes.- ¡E-es una, ngh, Sitrus Berry! ¡T-te ayudará!

Lucario tomó la Baya y, sin dudarlo, la comió. Era muy dura pero ya había comido muchas de esas antes y sabía cómo morder. En cuanto la tragó, sintió que algo de fuerza le volvía al cuerpo y podría luchar al menos un poco. Los Fearows ya habían sacado sus picos de la tierra y se preparaban para más. Esto no iba bien, Lucario era fuerte pero no había forma en que pudiera vencer a tres Pokémon que lo superaban en tipo, salud y número. Miró de reojo a Tweek, que parecía estar concentrado observando algo fijamente, ¿qué podía estar captando tanto su atención? Craig no sabía qué hacer. Todos sus Pokémons, menos Lucario y Shaymin, estaban inconcientes. ¿Qué podía hacer? Tenia que pensar en algo y rápido.

- ¡Ahora!- gritó Tweek, haciendo que tanto Lucario como Shaymin, Craig y Stan se sobresaltaran.

Al momento del grito de Tweek, un enorme rayo golpeó contra los tres Fearows. La descarga eléctrica los dejó fuera de combate con un solo golpe exceptuando a uno que se preparaba para atacar a lo que sea que le atacara.

- ¡Jol-teon...!- Tweek se ubicó delante de Lucario y señaló contra el Fearow que quedaba.- ¡Usa Bite!

Una pequeña criatura verde pasó a gran velocidad entre Craig y Stan, saltando alto hasta llegar a la intersección del cuello y el ala derecha del Fearow, aplicando un fuerte mordisco y logrando que el ave chillara por el golpe. El Fearow calló sobre sus amigos, Jolteon aterrizó grácilmente en el suelo, justo frente a Tweek.

- Eso fue...- empezó Stan.

- ... perfecto.- finalizó Craig, impresionado por la fuerza de ese ataque.

- ¡B-bien hecho, Jolteon!- se agachó y extendió sus brazos, alentando a su Pokémon a que saltara a sus brazos.- L-lo hiciste bien.- le dijo mientras le acariciaba el pelaje puntiagudo y cargado aún con un poco de electricidad.

Un rato después de haber pasado por esa batalla, fueron al Centro Pokémon para curar a todo el equipo de Stan y Craig. Joy se extrañó que los chicos se llevaran tan bien y que el aura fría del moreno ojiverde se esfumara así como si nada. En la casa del rubio los padres recibieron alegres al invitado, agradeciéndole que haya venido y pidiéndole que se quedara unos días más. Cenaron tranquilamente, los Pokémon comieron en el patio trasero de la casa, todo estaba saliendo perfectamente bien. Llegó la hora de dormir, los padres fueron a su habitación y Craig fue hacia la habitación de invitados. Dejó sus Pokéballs en la mesita de luz y se sentó en la cama. ¿Por qué ahora no podía evitar fijarse en ese rubio? No podía dejar de pensar en su cabello, en sus ojos, en su rostro, en su sonrisa... ¡Maldita sea! ¿Por qué pasaba esto? Se llevó las manos a la cabeza, tratando de sacar esos pensamientos de su cabeza. Lucario observó esto y sonrió para sus adentros. Cielos, iba a disfrutar esto.

- ¿Se encuentra bien, Maestro?- preguntó sentándose en un rincón.

- Si, estoy bien.- dijo levantándose y entregándole una cobija que siempre traía consigo.- Sólo pensaba en la batalla de hoy. Esa batalla fue increíble. Duró poco tiempo pero fue bien pensada.

- Yo creo que el joven Tweek fue muy listo. Es un chico especial.- comentó. Pero al contrario de lo que esperaba Craig no dijo nada, sólo se recostó en la cama y trató de dormir.- Buenas noches, Maestro.

- Buenas noches, Lucario.- se volteó y cubrió sus Pokéballs con una manta para transmitirles calor a los Pokémons que dormían.

Durmió placidamente toda la noche, pensando en ese cabello rubio y desordenado que le llamaba la atención. A la mañana siguiente, Craig despertó estirándose y pasándose una mano por el cabello. Observó que Lucario no estaba durmiendo y que ya eran como las diez de la mañana.

- Rayos, me quedé dormido.- protestó levantándose pesadamente. Salió de la habitación, fue al baño y bajó al comedor.

- ¡Ah, buenos días Craig!- saludó la madre de Tweek.- Me alegra que haya despertado. Aquí tiene el desayuno.

- Oh, no era necesario.- dijo abrochándose el cinturón la tira donde tenia todas sus Pokéballs.- No se hubiera molestado.

- Vamos, saque a sus Pokémons para que desayunen también.

- Gracias.- sacó a sus Pokémons y desayunaron tranquilamente. Buscó con la mirada a Stan y a Tweek, especialmente a Tweek, pero no estaban.- ¿Dónde están los chicos?- preguntó curioso. Lucario soltó una risilla por lo bajo mientras los demás Pokémons lo miraron confuso.

- Oh, ellos fueron a tener un pequeño combate matutino, sólo es por diversión. Están practicando para poder entrar a la Liga Pokémon.

- Pero Stan me dijo que él no...- se detuvo.

- Si, lo sé.- dijo la madre con melancolía.- Pero convencí al Profesor Oak de que le diera una Pokédex si él ganaba un combate Pokémon.

- Oh, ya veo.- no supo bien cómo se le ocurrió la idea, pero quería ayudar a ese chico. Terminó de desayunar, regresó a todos sus Pokémons a las Pokéballs y salió. Buscó a los muchachos por todos lados y los encontró finalmente en la entrada a Viridian City.- Oh, vaya.

- ¡Así se hace, Umbreon!- alentó Stan mientras su Pokémon esquivaba los rayos que lanzaba su contrincante.

- ¡Ack!- el rubio se estremeció levemente al darse cuenta de la presencia de Craig y Lucario. No sabía por qué pero la presencia del joven tres años mayor que él le causaba un cosquilleo en el cuerpo.- ¡U-usa T-Thunder Wave!- ordenó el rubio, volviendo a la realidad, mientras el Pokémon cargaba energía en todo su cuerpo y se preparaba para lanzarla hacia su enemigo.

- ¡Umbreon, esquívalo rápido y usa Faint Attack!- la criatura negra logró esquivar por muy poco el ataque de Jolteon, sintiendo una leve electricidad tocar sus patas traseras. Se acercó rápidamente a Jolteon para no errar el ataque y lo embistió fuertemente, lanzándolo un par de metros.- Muy bien. ¡Ahora, corre y embístelo!- Umbreon obedeció y corrió a gran velocidad hacia el Jolteon verde. Tweek lo máximo que pudo hacer fue ordenarle que lo esquivara.- ¡Otra vez!- Craig se percató de que lo que trataba de hacer Stan era acorralar a Jolteon para poder atacarlo libremente.- Vamos, Tweek, ¿eso es lo mejor que tienes?- preguntó Stan.

- ¡Tweek! ¡No dejes que te acorrale, concéntrate!- alentó Craig cruzado de brazos y con mirada seria. Tweek lo miró sorprendido y tardó 3.5 segundos en reaccionar. Tenía razón, lo estaba acorralando.

- ¡J-Jolteon c-corre hacia esa ro-ca!- ordenó señalando una roca cercana a donde estaban.

Jolteon asintió entendiendo más o menos la idea del rubio. Trepó los primeros centímetros de la roca y se giró esperando una orden.

- ¡S-salta! ¡Lo, ngh, más a-alto que p-puedas!- Obedeciendo a su Maestro Jolteon usó toda su fuerza en sus patas traseras saltó tan alto como pudo. Umbreon alzó la vista para verlo pero el sol le cegó por completo.- ¡Z-Zap Cannon!

Jolteon cargó una fuerte esfera de energía eléctrica en su boca. Cuando la bola de energía alcanzó una buena carga, disparó el electro cañón contra el Umbreon cegado. El impacto dio de lleno en el Umbreon, que largó un pequeño quejido de dolor y cayó al suelo derrotado.

- ¡Umbreon!- Stan se apuró a ir con su Umbreon y saber si estaba bien.

- ¡Gah! ¿E-está b-bien?- preguntó Tweek preocupado.

- Si, estará bien después de un descanso. Bien hecho Tweek.- el moreno tomó a su Umbreon en brazos y lo sostuvo con una mano mientras que la otra la apoyaba en el hombro del rubio.- Y buen Zap Cannon Jolteon.

- ¡Jol!

- Esa fue una batalla muy buena.- la voz de un hombre detrás de ellos les llamó la atención.- Me parece que haber venido aquí fue una buena idea.

- ¡Profesor Oak!- exclamó Stan Marsh, viendo al recién llegado. Craig escuchó ese nombre e intentó ocultarse detrás de una casa junto con Lucario, su presencia allí no era buena.- Me alegra verlo.

- Fue muy interesante.- dijo mirando a los dos jóvenes.- ¿Tú eres Tweek?- le preguntó al rubio.

- Si, y-yo lo soy.- hizo un esfuerzo sobrehumano para no tartamudear, para no temblar, para que su tic desapareciera.

- Me han hablado mucho de ti, me han contado que tú no podías obtener tu Pokédex...- Tweek bajó la mirada haciendo una mueca, eso no era un buen recuerdo. Por un segundo su mundo se derrumbó, pensó que tal vez no le darían el derecho de ser Maestro Pokémon.- ... Sin embargo, aquí vi algo muy diferente a lo que me dijeron. Dijeron que eras un niño incapaz de dar órdenes a tu Pokémon, que no resistías la presión... Ahora veo que eso estaba mal.

- Eso significa...

- Voy a entregarles esto a los dos.- el Profesor Oak sacó de su bolsillo dos Pokédex. Una se la dio a Stan y la otra a Tweek.- Estén preparados, porque ser Entrenador no es tarea fácil. Van a vivir muchas aventuras completando toda la información de estas Pokédex. Les recomiendo empaquen sus cosas y luego despidanse de sus madres para un viaje largo. Confío en que ustedes serán grandes Maestros Pokémon.

- ¡Si!- dijeron los dos al unísono.

- Bueno, ahora me retiro. Nos veremos luego, chicos.- el hombre se retiró sonriente, y mirando distraídamente hacia la derecha, le pareció ver una cara conocida. Pensó que no era posible que ÉL estuviera aquí, que no debería, que se había confundido. Meditando esto, se fue por donde vino hacia su laboratorio.

- ¿Qué te parece, Tweek?- preguntó Stan al rubio, pero no contestó.- ¿Tweek?- el moreno se puso frente al rubio y lo vio llorando, apretando con una mano su Pokédex y con Jolteon en la otra.- ¿Qué te pasa?

- P-por fin... ¡T-tengo mi Pokédex!- abrazó fuertemente a Stan, que correspondió el abrazo con algo más de calma.- ¡N-no puedo c-creerlo, ngh! E-estoy muy feliz.

- Tweek, espera, vas a aplastar a Umbreon y Jolteon.- pidió Stanley, haciendo que el rubio se separara de él.

- L-lo siento.

- Felicitaciones.- dijo una voz detrás de los chicos.

- Oh, hola Craig. Y gracias.

- G-gracias.

- Y dime, ¿ahora qué harás?- le preguntó dándole un PokéBlock verde a Lucario.

- ¿Uhu?

- Ya sabes, ahora que tienes una Pokédex podrías darle uso y recolectar información sobre muchos Pokémon... "Y tal vez podamos encontrar algunos legendarios..."- pensó.

- P-pues...- Tweek miró a Jolteon, que asintió efusivamente.

- Vamos, Tweek. Puede ser divertido.- apoyó Stan.

- E-está, ngh, bien... Vamos.- dijo con una sonrisa feliz y nerviosa a la vez.

- ¡Genial! ¡Llevaré a Umbreon al Centro Pokémon y luego iremos a casa a empacar!- Stan parecía muy emocionado. No era extraño, un chico de diecisiete años como él tenía ansias de aventuras.

Craig sonrió ante esto. Iba a ser la primera vez que tendría compañía en mucho tiempo, además aprovecharía para cumplir con su trabajo mientras viajaban. Tweek y Stan estabas ojeando un poco las Pokédex mientras caminaban con Craig y Lucario al Centro Pokémon.

Nombre: Tweek Tweak.

Edad: Quince años.

Ciudad de origen: Viridian City.

de I.D.: 44312.

de Pokémons en el equipo: 1.

total de Pokémons: 1.

Nombre: Stanley Marsh.

Edad: Diecisiete años.

Ciudad de origen: Viridian City.

de I.D.: 13630.

de Pokémons en el equipo: 3.

total de Pokémons: 3.

- "Esto va a ser interesante... Muy, muy interesante."- pensó Lucario viendo la manera en que su Maestro se fijaba de soslayo en el rubio, que jugueteaba con su Pokédex como un niño con un juguete nuevo.

Kyuubi: Bueno, he aquí el primer capítulo! Espero que les haya gustado. Por cierto el número de I.D. de Tweek es mi número de I.D. en el Pokémon Platino... y el de Stan es también mío pero del Pokémon Esmeralda xD

Sheza: Ok, iré preparando el granero T-T

Kyuubi: No seas así, recién empieza! Tal vez les guste ^^

Sheza: Eso espero T-T

Kyuubi: Bueno, como ya saben, esperamos sus valiosos reviews! Yo por ser la escritora y Sheza porque sino se suicida ^^

Sheza: Gracias por leer! Recuerden preguntar lo que quieran!

Kyuubi: Saludos!