Disclaimer: No me pertenece la canción ni los personajes. Solo la historia.

Canción: Let Me Go – Avril Lavigne feat. Chad Kroeger

S-T-O-R-I-E-S. O-F. U-S.

1. Déjame ir

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Oh, no queda ni una cosa que puedas decir

Lo siento ya es demasiado tarde

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Se restregó los ojos y empujó las sábanas para poder pararse de la cama. Sus dedos índice y pulgar juguetearon un rato con las puntas de su cabello rosa. Se quedó con la mirada perdida en el techo como si el libro más interesante estuviese escrito en él. Ya era la cuarta vez en la semana que se quedaba dormida. De seguro que Tsunade, su jefa, se molestaría. De eso no había mucha duda. Con pesadez, sus pies cayeron al piso frío. Apoyó toda la planta del pie en él. Tambaleó un poco como si fuera la primera vez que estuviese caminando y se apoyó sobre la pequeña mesa de noche para no perder el equilibrio. Suspiró levemente y cerró los ojos durante un par de segundos. Las imágenes la atacaban aún estando despierta. La perturbaban mucho. Volvió a abrir los ojos y se sintió aturdida. Sacudió la cabeza y miró el piso. Lentamente levantó la mirada y sus orbes verdes se toparon con esa fotografía que le traía tantos recuerdos.

—Ya no hay nada más que decir...—susurró.

El corto mechón de cabello rosa que había caído rebeldemente tapando su vista, lo colocó tras su oreja como él lo solía hacer. En la fotografía ella sonreía como la tonta que era, y él solo sonreía de lado. Acarició el marco de madera con su pulgar y una lágrima rebelde cayó mojando el cristal que protegía la foto. Se secó el rastro de ésta con el dorso de su mano y tiró el portarretratos sobre la cama como si lo quisiese destruir.

—Ya es demasiado tarde idiota.

Ese sentimiento ya se había desvanecido. El lugar estaba vacío. Giró sobre sus talones para poder salir de su habitación. Estaba segura de su decisión. Sólo le faltaba mover un par de cajas más para que su mudanza sea oficial. Más tarde desarmaría la cama y tiraría abajo algunos posters que tenía pegados en su pared. Ya no había vuelta atrás. Cerró la puerta y levantó la barbilla para empezar a caminar de nuevo. Sus pasos eran más seguros esta vez. Bajó las escaleras para llegar a la cocina y coger el pequeño sándwich que se había preparado la noche anterior y que no había podido comer la noche anterior.

Se estaba liberando de esas cadenas que la ataban a esos recuerdos. Esa oportunidad había sido el hacha que rompería esas cadenas. Todos los recuerdos ahora eran cenizas guardadas en el profundo de su corazón. Por un lado estaba asustada y por otro lado estaba emocionada. Asustada porque un nuevo futuro la esperaba y emocionada por la misma razón. Sonrió levemente para darse un poco de ánimos mientras que se terminaba de alistar para salir. Dentro de poco su mejor amiga Ino, la recogería.

Su iPhone blanco vibró pero ni se molestó en desbloquearlo para ver quién era y qué le había escrito. Sabía que era él. Ese día –especialmente ese día- quería olvidarse de todo. Y en ese todo estaba él claramente incluido. Había regresado hacía poco, justo cuando ella había empezado a hacer sus planes para irse finalmente de ese lugar que le traía tan trágicas memorias. Quería evitarse más problemas por lo que estaba completamente segura de su decisión.

Ese lugar quedaría vacío dentro de pocos días, al igual que su corazón. Realmente sería capaz de decir que ya nada los ataba. Ni siquiera el pasado. Porque el pasado ya no existía. Ni siquiera su relación había sido completamente segura. Ninguno había estado completamente seguro acerca de los sentimientos que sentían por el otro. Como la mayoría, habían pensado que estaban destinados. Las palabras que juraban amor eterno fueron simples palabras sin significado alguno. No le habían prestado tanta importancia en aquel momento. Y por esa misma razón, todo se había desmoronado. Había chillado y llorado, pero por tonta. Se prometió a sí misma que no caería en lo mismo nunca más.

—Te ha llamado y como no le has respondido recurrió a mí, como en los viejos tiempos.— le comentó su amiga rubia. —Sé que ya no hay ninguna chispa entre ustedes, pero pensé que al menos seguían siendo amigos.

—Debo de dejarlo ir Ino...— respondió recostando su cabeza contra el respaldar del asiento.

Su vida era por el otro camino. Hasta él mismo se lo había dicho. Sus caminos ya se habían separado por completo. Pero sentía como si se estuviese contradiciendo. Sacó el iPhone del bolsillo y lo sostuvo en la mano, mirandolo insegura. Tenía solo dos opciones, y su cerebro por primera vez le dejó seguir lo que su corazón le decía. Desbloqueó el iPhone y el mensaje que él le había mandado le sacó una sonrisa, una sonrisa verdadera y que Ino había extrañado ver en el rostro de su mejor amiga.

—Nunca es tan tarde para el amor Sakura.

Sakura sabía que eso era la última cosa por decir. Asintió levemente e Ino arrancó el carro. Sólo tenía una cosa en mente y necesitaba llegar al aeropuerto cuanto antes. Al parecer la suerte estaba de su lado porque no había mucho tráfico y casi todos los semáforos les tocó verde. 'No voy a dejarlo ir, no esta vez. Ya no más.' pensó. Ya no quería sufrir más. Quería dejar de hacerlo de una vez por todas.

—Lo dejé ir...—susurró. —No puedo dejarlo de nuevo.

Lo primero que hizo Sakura cuando pusieron pie en el aeropuerto fue dirigirse hacia la zona de embarque. Se tuvo que pelear con los guardias para que la dejen pasar. La mayoría no la dejó pasar al comienzo. Pero cuando Sakura les suplicó que el amor de su vida se encontraba a pocos metros de ella a punto de irse y dejarla para siempre, no pudieron seguir resistiendo. Sakura corrió, corrió y corrió. Se chocó con unas cuantas maletas, azafatas y turistas. Pero no le importó. Se caía y se volvía a parar. Necesitaba llegar cuanto antes. Odiaba que el gate quede tan lejos.

—¡Uchiha!— chilló a todo pulmón cuando lo vio entregando sus papeles al señor de la aerolínea. El mencionado se congeló al escuchar esa voz tan familiar y que añoraba tanto.

—Sakura...—murmuró con una diminuta sonrisa formándose en su rostro.

—Me liberé de los recuerdos. No dejes que me vaya, no me dejes ir Sasuke-kun...— le pidió con la respiración entrecortada. Su frente estaba levemente húmeda por el sudor pero aún así, él la besó tiernamente.

—No te dejaré ir.

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1076 palabras

9 de diciembre del 2013

Primer songfic de esta colección STORIES OF US :) Alguna canción que quieren en especial? La siguiente será Marry Me de Jason Derulo, va a ser super fresa.

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