¡Saludos a todos! Este es mi primer fic (aunque tengo bastante tiempo leyendo trabajos de otros). Hace poco termine de ver toda la saga de la Leyenda de Korra y creo que el final me tuvo bastante inquieta, así que terminé escribiendo varios drafts. Algunos se están uniendo para crear un fic bastante extenso, aunque la mayoría corresponden a los eventos "fuera de cámara" que ayudaron al acercamiento de Korra y Asami.

Lo anterior y la poca cantidad de fics de Korra en español me inspiran a publicar esto. Espero que sea de su agrado.

¡Comentarios, sugerencias y observaciones son más que bienvenidas!

NOTA: Estos eventos ocurren poco despues de la apertura de los portales al mundo Espiritual, tiempo antes de los acontecimientos del Tercer Libro.


1. Nubarrones.


La oscuridad caía como peso muerto sobre la isla y ni las estrellas parecían dispuestas a asomarse tras las gruesas nubes que cubrieran el cielo desde el atardecer. Era una ciudad donde la lluvia si bien no era escasa, en los acalorados días de verano caía en patrones irregulares. Desde la fundación de la nueva República Unida de Naciones solo cinco ciclones habían azotado la región durante periodos de entre diez y doce años de diferencia, siempre precedidos por veranos anormalmente húmedos y cálidos. Este era el onceavo año desde el ultimo huracán y los meteorólogos esperaban que el siguiente fenómeno se presentara en este verano. Los nubarrones negros a veces se movían para dejar asomar una luna pálida que rápidamente era ocultada a los habitantes de la ciudad. ¿Cuándo golpearía realmente la tormenta? Nadia tenía como saberlo, ni siquiera con un cielo así, un viento cálido y una humedad reinante, no se podría acertar si esta sería una madrugada lluviosa.

Korra había cambiado de posición sobre la cama por decima vez intentando recobrar el sueño desde que se levanto para tomar un poco de agua. El calor podría ser agradable para el promedio de la población en Ciudad República, pero excesivamente caliente para una nativa de los polos. No sabe como habíapodido dormir en noches anteriores, pero esta vez el clima le había espantado el sueño. Hunde la cara cubierta de sudor en la almohada para después soltarse dándole golpecitos al colchón y ahogar una sarta de maldiciones antes de levantarse con una expresión de fastidio. La ventana estaba de par en par, pero la brisa marina, la única fuente de frescura a estas alturas, parecía no querer entrar a la habitación de la Avatar, así que asomo la cabeza para buscar alivio. El viento al fin refrescó su rostro, secando la tenue capa de humedad en su piel. Fue un refrescante alivio cuando atravesó la tela blanca de la playera sin mangas que usaba para dormir. Una idea pasa por su mente, así que recoge una bolsa de dormir guardada en el ropero y su almohada. De un salto se arroja por la ventana, aterrizando ágilmente en las tejas del techo adyacente. Un guardia del Loto Blanco levanta la mirada y una llama se enciende en su mano.

-¿Quién va?- Las cosas no se han calmado después de la abertura de los portales y el hecho de tener montones de espíritus rondando no solo la isla, sino el planeta entero, los tenia aun mas alertas que de costumbre, al grado que uno de los dirigibles de Industrias Futuro se encontraba atrancando en la Isla, bien cargado de provisiones y espacio suficiente para trasladar a los habitantes e incluso toda la manada de búfalos del criadero. "Sólo para ser utilizado en caso de una emergencia" dijo Tenzin cuando Korra lo cuestionó con la mirada esa misma tarde a su regreso de la ciudad.

-¡Hey! ¡Sólo soy yo! Hace tanto calor que hoy dormiré en los techos, hehe...- Mueve la mano en el aire, produciendo una llamita que le ilumina el rostro. El guardia se ve relajarse, pero no parece convencido de guardar silencio. -No le digas a Tenzin, por favor... ¡mi cuarto parece un horno!

-¡Señorita Korra! Pero el maestro Tenzin estableció un toque de queda hasta para usted... -El escolta suspira profundamente apagando el fuego ensu mano y da despés unos pasos al frente rascándose la nuca. Se veía un tanto apenado por estar hablando con alguien de tanta importancia y esperaba que reamente la chica no fuera a hacer de las suyas en una noche tan incómoda como esa. La expresión de la Avatar cambia al de una pequeña niña suplicando para que no la acusen con sus padres por tomar una galleta sin permiso. -Está bien... no se preocupe... No alertare a nadie. Pero por favor, no salga de la isla sin consentimiento o nos meterá en dificultades a los de la guardia... otra vez.

-¡Graciaaas! ¡Te debo una! -Korra da un saltito de felicidad. Si el hombre estuviera más cerca lo habría estrujado en sus brazos. Las cosas han cambiado tanto desde su llegada a la isla, que el guardia solo sigue con su ronda después de hacer una reverencia en lugar de despertar a medio mundo. Ya hay más confianza en la joven Avatar. -Bueno... ahora a buscar el sitio ideal...

Media hora después trataba de dormir y no morir en el intento. Trató de recostarse sobre el techo más alto del templo en el centro de la isla, el único lugar con viento fresco en donde no había búfalos apestosos roncando, o una Naga empapada con agua de mar rogándole cada quince minutos para que congelara las gotitas en de liquido en su pelaje y poderse enfriar. Como última opción subió hasta lo más alto del templo central, donde el aire era increíblemente fresco y podía respirarse la calma... pero era también tremendamente estrecho e inclinado y el solo permanecer sentada sin que su trasero resbalara ya era en si una victoria. Y como extra a los pocos minutos de alcanzar la sima, apareció de la nada un montoncito de pequeños espíritus flotantes jugueteando a su alrededor, solo por encontrarse en el área con mas energía espiritual de la isla. Los espantó con ambas manos logrando casi irse de frente al suelo.

-¡Por los espíritus... esto no funciona! ¡Me voy a derretir! -Hasta siente envidia por el resto de los habitantes de la isla, quienes al parecer no encuentran dificultad alguna para conciliar el sueño a pesar del, para ella, tremendo calor. Soltó un poco de aire por la nariz sintiendo que no tendría descanso esa madrugada y no tenía la esperanza de que la lluvia refrescara la situación. Su sexto sentido de Avatar le decía que no llovería de momento. Desalentada comenzó su descenso hasta que un suave sonido metálico le hizo girar la cabeza hacia el norte de la Isla. Sus azules ojos se abrieron al máximo al ver el dirigible proporcionado por Asami para su seguridad. -¡Cierto! ¿Cómo no se me había ocurrido?

Con una sonrisita maliciosa descendió por las tejas del templo, ayudada porsu aire control, y de ahí corrió hacia la nave dirigible de Industrias Futuro que flotaba a pocos metros del templo. Estaba afianzado al suelo mediante gruesas cadenas debido a la falta de espacio para estacionarlo en tierra firme, lo que no impedía que se balanceara con suavidad en el aire como un enorme tiburón en medio del océano. Ese era un dirigible enteramente rediseñado por su amiga Asami basándose en los modelos de los Igualitarios, así que había incluido diversas mejoras, como la integración de una cubierta superior mucho más amplia que la original. Apenas estaba en su periodo de pruebas, por ello muchas partes estaban aun sin pintar, a excepción de la parte baja con el emblema de la compañía. Según Tenzin, ella misma lo había entregado a medio día, durante la ausencia de Korra. La Avatar frunció el ceño al recordar que le había dado bastante coraje que su única amiga no la hubiera esperado para al menos decirle un hola. Dio un gruñidito al recordar que el equipo se había separado un poco con Mako en la policía y Asami ocupada en sacar su compañía a flote a pesar de la ayuda de Varrick. Para desagrado de la ingeniera, había tenido que retomar los modelos que su padre preso había dejado a medias para atraerse más clientes. El único que se mantenía unido a Korra era Bolin ahora que vivía en la isla. Realmente su amigo se estaba volviendo parte de la familia.

Saltó ágilmente hasta uno de los enormes soportes de roca que seguramente alguno de los maestros tierra del Loto Blanco había creado para atar por medio de gruesos cables al flotante vehículo. Sus ojos buscaron alguna manera segura de llegar, pero curiosamente no había ninguna escalera o algo similar. Probablemente de ser necesario lo bajarían haciendo girar los postes de roca en el suelo... o empleados de Asami se quedaron allá arriba a la espera de órdenes. Sólo se tomó un momento para enredar el saco de dormir y atarlo a su espalda. Se impulsó, ayudándose de sus pies descalzos y manos para trepar por las cuerdas metálicas que se balanceaban con el viento, la única manera de subir sin tener que regresarse a su cuarto a buscar su deslizador. Por varios minutos trepo con agilidad, y aunque le hubiese sido sencillo alcanzar una de las escotillas en la base y entrar por ahí, era la cubierta superior de la aeronave lo que buscaba. Creando una pequeña bolsa de aire, se lanzó para sujetarseprimero de los gruesos tubos conductores de combustible que se unían a los soportes de las hélices en el costado del dirigible. Se hizo una pausa para tomar aliento mientras observaba la isla. Ya estaba a la altura de la parte superior del templo y deseaba más. Alcanzó con ambas manos un riel y recorrió la barandilla a un costado del los motores principales, seguramente utilizado por los trabajadores para dar mantenimiento. Su mano se deslizaba por el oscuro metal y se dio cuenta de que se sentía incomoda. Ese vehículo en particular, con esa figura de tiburón gigante y la falta de elegancia que Asami le ponía a sus proyectos personales le hacía sentir muy fuera de lugar. Pero tal vez no sea buena idea decírselo a la ingeniero. Últimamente se han llevado de maravilla, así que no quiere arruinarlo como ocurrió cuando acuso al padre de su amiga de servir a Amon.

-Vamos Korra, calladita te vez más bonita. -Se dice en voz alta a sí misma. Con una sonrisita se sacó esos pensamientos. Colocó ambas manos contra el metal en declive del dirigible, caminando por la barandilla hasta alcanzar una escalera que la conduciría hasta la cubierta superior que tanto quería alcanzar. Dormiría allá arriba a partir de ese día hasta que el clima le permitiera regresar a su habitación y nadie ni nada se lo impedirá ahora que el viento fresco la hacen sentir literalmente en las nubes. Entrecierra los ojos pensando que Tenzin haría otro de sus dramas cuando no la encontrara en cama y eso le hizo reír antes de impulsarse con una ráfaga de aire hacia arriba en lugar de trepar los peldaños como una persona normal haría. Estiró sus manos al frente para sostenerse de la barra de protección de cubierta con los ojos entrecerrados y con una expresión de felicidad ante el viento que le acariciaba el rostro.

-¿¡Korra?! -La joven Avatar abre los ojos de y se encuentra de golpe frente a un par de ojos de jade a un centímetros de los suyos.

-¿¡Asami?! ¡Waaah! -La Ingeniera que creía durmiendo en su mansión estaba justo en el lugar que menos esperaba y no solo eso. Estaba prácticamente al alcance de un beso. Ese pensamiento la pone nerviosa y ahora simplemente no tiene idea de que hacer. Sus manos se levantan frente a ella para disculparse y tratar de dar más espacio entre ambas, ¡pero solo termina soltando el barandal para irse de espaldas como un peso muerto!

-¡Korra!- Una mano cubierta con un viejo guante de trabajo alcanza a sujetarle de la playera, jalándola de regreso para quedar nuevamente a escasa distancia una de la otra. Se nota consternación en las facciones de Asami y un marcado rubor en las mejillas del Avatar que manotea torpemente hasta volver a colocar las manos en el barandal. Asami no la suelta, al contrario la jala hasta que Korra tiene ambos pies fijos en las placas metálicas de cubierta. La ingeniero la mira con desaprobación cruzando los brazos frente a si -¡Ten más cuidado, mujer! ¡Siempre estas lastimándote por impulsiva! ¡Pensé que se había soltado un amarre y casi me... me caes encima..!

-Lo.. lo siento, no esperaba encontrarte por aquí... gracias por el jaloncito.- Ríe apenada por lo ocurrido. Asami termina por reír un poco también, acomodando de nuevo la playera de Korra, que ahora lucia manchas de aceite por culpa del guante de trabajo. Apenada intenta disculparse pero la avatar no se lo permite. -¡Hahaha..! Deja... déjalo así, le dará personalidad, hehe... hum...

Continúan unos segundos muy incómodos de silencio, donde ambas parecen no desear mirarse al rostro. Realmente les causo una ligera y extraña emoción ese encuentro repentino. Claro que después del susto inicial, la Avatar recuerda súbitamente algo: la presencia de Asami en la isla sin su conocimiento. Frunce el ceño y su labio inferior se levanta. La pelinegra finalmente es quien rompe el silencio al ver la expresión de molestia de Korra.

-Perdona por no avisarte que me quedaría aquí... mañana a medio día llegará un ferri a recogerme y pensaba pasar... a despertarte para desayunar contigo... bueno, con ustedes. -hace una pequeña reverencia y en esa posición levanta la mirada, fijando sus grandes ojos verdes en la morena. -Necesitaba arreglar unos detalles en el dirigible y Tenzin me dijo que regresarías tarde...

-¿Pero porqué no me esperaste abajo? ¡Hace días que no nos vemos! ¡Y él me dijo que te habías regresado! ¡Juuuuro que Tenzin me va a escuchar mañana! -Empuña la mano muy enojada y hasta su ceja izquierda se contrae constantemente en un tic nervioso. Termina soltando un golpecito en el barandal, dejando una pequeña abolladura- ¡Ups! ¡Lo siento! ¡Lo reparare! ¡Te juro que lo reparare!

-Yo manche tu ropa de dormir favorita... creo que así quedamos a mano hahaha... -pero que queda callada de súbito, dándose la media vuelta para alejarse un tanto apresurada, como si hubiera soltado información que no debería.

-Pero se como odias que rompa o abolle tus vehículos... y... -se pone comoun tomate de golpe. ¿Cómo rayos sabia Asami que esa era su playera favorita para dormir? No era la única que tenia, pero si la mas cómoda y la podía usar por días hasta que Pema prácticamente se la arrancaba del cuerpo. Va tras la ingeniero que entra a la cabina colocada justo en medio de la cubierta.- No... no me evadas... ¿Porqué no quieres verme?

-No es eso, Korra... solo necesitaba un poco de tiempo a solas en un lugar que no me recordara... cosas. Por favor, no le reclames nada a Tenzin... el insistió en darte a conocer de mi presencia en cuanto llegaras. -Toma asiento frente una mesa cubierta de herramientas, planos y su guante eléctrico desarmado. Solo iluminaba su trabajo por una lámpara de mesa. Era la única luz en la habitación y apuntaba hacia el arma de la ingeniero, que ahora descansaba en partes. -Solo quería despejar la mente... no podía dormir y como mi guante quedo algo dañado desde la última pelea...

-Solo tú eres capaz de llevar trabajo a una sesión de meditación.- Se recarga en la puerta, sin intención de entrar a la cabina. Estaba dolida aun por el desprecio que le había hecho. La deja trabajar pero no le quita la mirada de encima, al menos de manera disimulada. Se da cuenta que la ingeniero esta vez llevaba solo puestos unos pantalones de trabajo y un top sin mangas ajustado al cuerpo. Esa chica siempre sorprendía a Korra con sus muchas facetas. No negara que su primer impresión fue totalmente equivocada, pero de sentir celos ha pasado a admirarla. Asami se coloca unos lentes oscuros y enciende una soldadora pequeña para continuar trabajando.

-No mires a la luz... -Murmuró antes de comenzar a soldar.

-¡Oh... genial! Qué bueno que... te... ¡te entretengas..! -le da la espalda muy segura de que Asami no desea su compañía- Yo... yo tampoco podía dormir... hace calor allá abajo... pero aquí hace más frío que en mi tierra natal.

-Debe ser difícil para alguien que viene de la Tribu Agua del Sur. -Comenta Asami sin levantar la vista de su guante, dejando que su soldadora haga saltar pequeñas chispas mientras termina de unir un par de piezas metálicas. Apaga la maquina, retirando después sus lentes y dirige la mirada hacia una Korra claramente inquieta, lo cual sabe que es por culpa suya. Sus ojos de jade se fijan en él la bolsa de dormir enrollada que cubre su bien esculpida espalda. Asami termina poniéndose de pie para tomarle la mano y jalarla a una silla. La avatar esta tan sorprendida que ni opone resistencia, pero si se sienta cruzando la pierna y los brazos frente a sí, aun sin ganas de querer mirar a Asami a la cara - ¿Eres capaz de quedarte en esa posición toda la noche si no me disculpo lo suficiente? Bueno pues... lo vuelvo a hacer, pero solo una vez: Korra, perdona por no haberte informado de que estaría aquí, pero planeaba bajar muy temprano a despertarte y pasar juntas la mañana. ¿Es eso suficiente?

-¡Po... por supuesto que no! Bueno... bueno, ok, ok, si... estoy dispuesta a olvidarlo... paulatinamente... con el tiempo... -Su labio inferior temblaba ligeramente, ya que no estaba enojada, sino avergonzada por su falta de habilidad para tratar con otras chicas sin que pareciera que estaba discutiendo con Mako cuando eran pareja. ¿Pero que podía esperarse si nunca convivió con chicas de su edad?

-¿Segura? -Los ojos de Korra se mueven y topan con esas orbes verdes de Asami, que tomaban esa expresión de cachorro difícil de ignorar. La Avatar asiente con la cabeza y retira la bolsa de dormir de su espalda, extendiéndola desordenadamente en el suelto, pero permanece sentada en la silla al lado de su amiga. -Gracias, eres muy dulce.

La ingeniero regresó a su trabajo y Korra simplemente observaba su trabajo. Por más de media hora solo escuchando el tintinar de los metales del guante siendo armado y una intensidad en el rostro su amiga, como si en lugar de descansar su mente, estuviera teniendo un conflicto interno. Se dio cuenta que tal vez la estaba importunando solo por llegar de sorpresa e invadir su privacidad. Pero Asami era demasiado cortés para negarlo. Tal vez simplemente debería ponerse de pie y irse a dormir al fondo de la cabina, dejar a la ingeniero trabajar en paz. Apoya una mano en la mesa para ponerse de pie.

-¿Quieres ayudarme? -Korra da un saltito en su lugar ante la pregunta, manoteando frente a si por haberle interrumpido su retirada estratégica- ¡No... no creo que sea buena idea! ¡La electricidad y yo no nos llevamos bien! Ya sabes... Tribu de Agua... guante de Igualitarios... ¡Pzzzt! -saca la lengua en una exagerada expresión de dolor que le hace soltar una risa tímida a Asami.

-No digas esas cosas... mira, no está electrificado aun. ¡Solo quiero ajustar algo! -Se levanta y aprovecha que Korra se encoge para colocarle de golpe el guante en la mano derecha. Korra se horroriza por unos segundos como si llevara en la mano una colmena llena de abejas de fuego furiosas. Su amiga le mantiene la mano sujeta hasta que se tranquiliza, demostrándole que no hay peligro. -Lo vez, no pasa nada... y aunque estuviera cargado, hay suficientes capas de aislante para protegerte.

-¡Ahhhh! Tengo malos recuerdos con estas cosas... ¡solo se rápida! -Deja que Asami guie la mano hasta la mesa, en donde comienza a colocar las partes que protegen el disco verde empotrado en el dorso del guante. Korra termina relajándose, suspira profundamente dejando que la use como conejillo mientras las manos enguantadas de Asami se mueven con inigualable gracia. -Eres buena en esto... yo no puedo ni cambiar una bombilla sin romperla, y mira que lo eh intentado.

-¿En serio? Me gustaría ver eso.- La observa con el rabillo del ojo, cosa que Korra no nota de lo concentrada que se encuentra mirándola trabajar. Después de varios minutos de ajustes en las placas que cubren los dedos, el arma queda nuevamente completa, solo le faltan un par de cilindros metálicos recién pulidos que descansan encima de una toalla blanca- Y dime... ¿Qué tal se siente?

-Se siente raro... no me gusta... -Asami levanta una ceja pensando que se refiere a alguna pieza mal ensamblada, pero Korra mueve los dedos como si nada. Nota la mirada acusadora de la ingeniera y se rasca la mejilla con el mismo guante al que hasta hace unos minutos le tenía horror- Hehehe... no me refiero a que lo hayas hecho mal... o sea feo... ¡Creo que quedo perfecto! Es solo que... se siente tan raro llevar esto puesto... aun sin carga. Pensar que esto es capaz de detener a un maestro elemental...

-Esto y la técnica del bloqueo de chacras... no lo olvides. Y eso sin mencionar el elemento sorpresa. -Se queda sentada a un lado de Korra, tomándole la mano, como dudando hasta que se decide por colocar uno de los cilindros metálicos. De hecho la joven Avatar ni nota que lo hace, ya que apenas se dio cuenta de su intima cercanía, lado a lado. Podia verle con todo detenimiento la textura de las mejillas de la pelinegra. Se muerde el labio inferior y cierra los ojos, porque ya estaba comenzando a pensar en el sabor de sus labios, mucho más delicados y jugosos a comparación con la varonil boca de Mako. Todo eso la pone nerviosa, no es momento para ponerse a pensar en lo que su ex novio sentía cada vez que besaba a su amiga. Y mucho menos de sentir deseo de probarlos ella misma. Tenía que encontrar algo para romper el nuevamente molesto silencio que caía encima de la situación.

-Ahh... Asami... siento que te debo explicaciones y... y sobre todo una disculpa. -La otra joven solo seguía trabajando, sin levantar la mirada.- Tal vez crees que por celos no me detuve cuando inculpé a tu padre... solo era mi deber de Avatar... no quise que pareciera nada personal.- La ingeniero se detiene y deja escapar una bocanada de aire.

-No hace falta que te disculpes. Debo agradecerte que me abrieras los ojos... muchas cosas cobraron sentido para mi... sobre todo ese afán de que aprendiera a protegerme por mi misma. Pensar que mi padre estaba a punto de presentarme un nuevo maestro de artes marciales. -Toma otro cilindro y se pone a adosarlo, pensando que decir mientras lo ajustaba. Sacude ligeramente la cabeza con una sonrisa a medias, como espantando palabras conflictivas.

-¿Asami..?- Korra frunce el ceño, poniéndose muy seria. -Podría apostar que ese maestro se trataba de un bloqueador. ¿Algo me ocultas?

-No es nada... solo pensé... ¡En una locura, hahaha..! Solo eso...

-¿Sabes quién es ese maestro bloqueador? -Asami en silencio niega con la cabeza, pero se niega también a ver a Korra a los ojos- Asami...

-No sé quién es, no estoy mintiendo ni ocultando nada... pero no quiero hablar de eso... no... no ahora... no de ese tema, tal vez mañana... -Presiona el otro tubo metálico en el guante de Korra hasta que está perfectamente ajustado, pero esta vez lo hizo la con lentitud de quien arma una bomba de tiempo. Finalmente la chica se despoja de sus guantes de trabajo para pasar ahora sus finos dedos perfectamente manicurados por el guante, examinando pieza por pieza exterior. Korra piensa en que ese aspecto delicado de sus manos esconde una fuerza a la par de su determinación. Si el equipo necesitaba un medio para alcanzar su objetivo, Asami seguramente sabría qué medidas tomar y nunca los había decepcionado. Aunque los primeros días estuvo sobre ella, vigilante ante cualquier señal de traicionarles, siempre pensando en que podría ser un espía de su padre o del mismo Amon, al final resulto ser integra con sus amigos. Pero ahora, había algo extraño en ella, en el comportamiento que estaba teniendo actualmente.

-Si algo sabes debes de compartirlo con nosotros, somos tus amigos... mucha gente está en peligro si tan solo uno de los Igualitarios intenta seguir los pasos de Amon. -Coloca la mano desnuda sobre el hombro de la pelinegra, más que confortándola, exigiéndole respuestas.

-Korra... quisiera decirte algo... pero por ahora... tengo que conocer en carne propia el poder que mi padre... que Amonpuso en manos de la gente que nos hacemos llamar... normales... -Un pequeño clic alerta al Avatar, quien baja la vista al guante entre las manos de Asami. Ella le había dicho que no tenia carga eléctrica cuando colocó el objeto en su diestra... y ahora se daba cuenta que las baterías eran precisamente esos dos cilindros de metal en el dorso de su mano que su amiga había instalado al final. Se levantó de un salto de su silla al ver que la luz en la palma del aparato se encendía. Pequeños destellos eléctricos bailaban entre sus dedos.

-¡Asami! ¡Dijiste que estaría apagado! -Molesta le exige una explicación, poniendo esa expresión de niño furioso. Si esto era una broma no era divertida en lo absoluto, aunque Asami no era de las que bromearan de esta manera.

-Lo siento Korra... pero debo de encontrar mis propias respuestas y esta es solo una. -Ante el impacto de la Avatar, Asami avanza hasta ella con inesperada velocidad para que sea incapaz de leer su movimiento. Korra pensó que sería un ataque frontal, pero la ingeniera termina cambiando el movimiento a último momento por una finta lateral demasiado baja y solo para sujetarle a Korra el antebrazo equipado con el guante eléctrico.

-¡Por los espíritus... no vayas a...! - Trato de alejar el guante que soltó descargas justo sobre el hombro izquierdo de la ingeniero lamiendo su piel. Asami grita jalándolo con todas sus fuerzas, recibiendo la descarga de lleno en su brazo y de no ser por Korra, quien empuja a su amiga con una ráfaga de aire con la mano libre, le habría ocasionado una fea quemadura. Los ojos azules de Korra ven como un arco de electricidad baila por unas fracciones de segundo entre la blanca piel de Asami y el guante. La lamparita de mesa parpadea un par de veces hasta fundirse gracias a la energía liberada. La ingeniero cae de espaldas al suelo dando un profundo gemido de dolor al sentir aun la electricidad recorrer su brazo. -¡Ahhh, maldición! ¡Pero... como duele...!

-¡En que rayos estabas pensando! ¡Claro que duele! -Incapaz de animarse a tocar el guante con la mano desnuda, se decide por sacudir el brazo varias veces hasta que el arma cae con un sonido metálico al suelo, aun soltando destellos azules por unos segundos antes de apagarse por sí solo. Se arrodilla rápidamente al lado de Asami, tocándole el hombro con ambas manos para identificar el daño. Le arranca una maldición seguida de una queja de dolor.

-Ko... Korra... ya de... deja... solo está dormido... mgh... -Asami logra sentarse, sujetándose el brazo contra el cuerpo, con un rictus de dolor en el rostro. Trata de suavizar sus expresiones y le sonríe a la morena- Perdona... mi curiosidad pudo más que mi sentido común hahaha...

-¡Oye! ¡La impulsiva soy yo! Y eso fue muy peligroso... ¡de hecho fue estúpido! -La señala con un dedo acusador antes de levantarse, dejandola herida en el suelo. La morena camina con paso molesto hacia el fondo de la cabina para tomar las escaleras que conducían a las plantas más bajas del dirigible. Asami suspira con la mirada clavada en el suelo. Ahora si la había armado buena, había planeado hacer el experimento a solas, pero temía recibir una descarga más fuerte de lo esperado y no tener a nadie que pudiera auxiliarla. Se recarga en la pared metálica de la cabina con unas inmensas ganas de llorar, no por el dolor, sino porque su supuesta amiga había huido, dejándola abandonada y adolorida.

Hasta que minutos después los ruidos de Korra le hacen sobresaltarse en su lugar, lo que le provoca un dolor intenso y una sensación de haber perdido la movilidad en la totalidad de su brazo. La avatar sube con un cubo metálico con agua y lo deja golpear contra el suelo al depositarlo sin cuidado.

-Pensé que te habías... ido... -Asami espera que las pequeñas lagrimas de sentimiento en sus ojos sean confundidas con unas de dolor. Levanta la mirada y dócilmente se arrodilla encima de la bolsa de dormir que su amiga había colocado en el suelo casi una hora antes, levantando la mirada. Ella es mucho más alta que Korra, pero desde esa posición, la morena parecía un gigante furioso. El cubo metálico estaba lleno de agua y trozos de hielo seguramente creados por la misma Avatar. Era de todos conocidos como ella había sido entrenada en artes curativas por la mismísima Katara, así que era casi como su deber atenderla. Su deber... El brazo de Asami aun pulsaba del dolor, pero intento levantarse, pensando que esto lo estaba haciendo más por obligación que por ganas. Korra la detuvo de los hombros, aun con esa expresión de enojo, cuando dejaba a su labio inferior mostrar que no estaba jugando y ni Asami se atrevería a llevarle la contraria. -Solo fue un segundo y aun siendo mi brazo temblar. Se que va a quitarse por sí solo, no tienes que ponerte en este plan.

Korra se deja caer de un sentón frente a ella dirigiéndole una mirada de hielo y levanta las manos, deslizándolas en el aire con largos y suaves movimientos, jalando el agua del recipiente como si de una serpiente liquida se tratase. Asami se quedo mirando en silencio, pero boquiabierta. Todas las habilidades de los maestros eran sorprendentes, pero las más bellas eran sin duda de las que disponían los maestros agua. Los ojos del avatar relucieron unos segundos cuando la luna dejo caer unos cuantos rayos le luz al asomarse entre los densos nubarrones en el exterior. Asami quedo de inmediato prendada a los ojos de Korra, aun cuando el agua cruzo varias veces frente a ambas mientras se cargaba de energía espiritual. Finalmente formo un cumulo luminoso e irregular que lentamente fluyo hasta el brazo lastimado.

-No te muevas, a diferencia tuya, se lo que estoy haciendo... -Asami parpadeo al sentir que los movimientos eran ahora más pequeños, como si las manos de Korra fueran las que estuvieran tocando la suave piel de su amiga. El procedimiento que realizaba no solo ayudaba a sanar a la pelinegra, sino también a la propia practicante. Su coraje parecía disolverse poco a poco y movió la mirada hacia Asami, para preguntarle si dolía. La avatar trago saliva al darse cuenta las enormes orbes verdes de la ingeniero estaban clavadas en su propia mirada. La luna se oculto tan pronto como salió, dejándolas solo iluminadas por el resplandor turquesa de la curación. Mantenía la boca abierta, así que soltó la primer tontería que se ocurrió porque ya había olvidado la pregunta original. -Y... que conste que la lámpara se fundió por tu culpa...

-Deja de regañarme... -protesta Asami en voz baja sintiendo como la molestia en su brazo desaparece lentamente, pero el latido de su corazón inexplicablemente se acelera. Korra detiene sus manos por unos segundos sin retirar la mirada, al parecer preocupada por la repentina aceleración del corazón de su amiga. Se da cuenta que su propio corazón corre un poco mas rápido de la cuenta hasta acompasarse con los latidos de su paciente. Le cuesta mucho esfuerzo terminar la curación, pensando el significado de su coordinación cardiaca. Al final solo mueve las manos hacia arriba y a un lado, depositando el agua nuevamente en el cubo donde el resplandor que les iluminaba muere con lentitud. Asami baja al fin la mirada acariciandose el hombro -...gracias.

-Solo promete no experimentar así cada vez que se te ocurra una locura nueva. -Korra suspira cruzando las piernas. Suelta una bocanada de aire para tratar de enfriar su cabeza y agradece a los espíritus la ausencia de luz le ha ayudado a esconder el sonrojo de su rostro. -Y no me pidas tocar de nuevo ese guante ni con una vara de diez metros... la sensación de electrocutar a mi... a mi mejor amiga fue muuuuuuy extraña. Y mira que te lo dice alguien que trabaja golpeando gente con los cuatro elementos.

-Prometido... - Ríe un poco moviendo el brazo circularmente. El dolor y la sensación de peso muerto había desaparecido casi por completo. Para sorpresa de Korra, Asami se inclina hacia ella. La Avatar nerviosa pensó que le agradecería con un beso el trabajo realizado y cierra los ojos temblando. Los abre cuando solo siente a Asami levantarse y tomar el guante del suelo. Le sacude el polvo, regresándolo en silencio a su mesa. Se estira lo más que el dolorcillo de su brazo le permite y bosteza. -Bueno, creo que dejare todo esto para otro día. Ya no tengo cabeza para continuar y tu curación me ha relajado demasiado...

-Ah... ¿Vas a bajar a tu cuarto tan temprano?- Se muere de la vergüenza al pensar que la ahora somnolienta Asami se pondría a darle besos nada más porque si.- Digo... si tienes aquí un cuarto personal, ¿verdad?

-¿Temprano? Korra... son las tres de la mañana. -Sonriendo señala un pequeño reloj en la pared, al lado de la puerta por donde Korra descendió por el agua.

-¿¡Que!? ¡WAH! ¡¿En serio?! ¡Tenzin me quiere de pie a las cinco! -se deja caer de espaldas sobre la manta que yacía en el suelo, llevándose las manos al rostro mientras hace un pequeño berrinche mientras Asami solo se toca la frente entre risas. -¡ODIO EL CALOR! ¡LO ODIOOO!


Continuara...