The Chaos Era
by Shougo Amakusa & Misanagi
Capítulo 1
"Prologo: Segunda Carta de Shougo Amakusa a Holanda"
Nota de Shougo Amakusa: para leer esta historia es necesario leer antes The Black Dragon Society dado que ésta es una secuela de la otra; para facilitar las cosas les dejo el enlace al fic inicial.
www . fanfiction s/ 2294396 /1/ The-Black-Dragon-Society
Dr Eltsen. Holanda:
No ha transcurrido mucho tiempo desde que redacté mi primera carta dirigida a Usted desde mi regreso al Japón, hace ya dos semanas atrás pero, los acontecimientos han transcurrido a una velocidad tan vertiginosa que, siento la necesidad de informarle de la difícil situación por la cual está atravesando mi país.
En primer lugar, la ciudad de Tokio fue tomada por las tropas leales a Takashi. Los miembros del Gobierno Meiji lograron escapar y ahora se encuentran en Kyoto bajo la protección del General Yamagata. Lo peor de todo es que se han instaurado dos regímenes de poder: uno al Noreste bajo el mando de Takashi, que tal y como le había comentado pretende restaurar de nuevo el shogunado; y el segundo al Suroeste en manos de los miembros del Gobierno Meiji, a favor del sistema Imperialista. Como podrá intuir el Japón se ve afectado de nuevo por una guerra civil, en la cual, como siempre el más afectado será el pueblo.
Aún cuando estoy a las órdenes del Gobierno, no estoy de acuerdo con sus métodos para mantener a raya a los "Restauradores". Hace unos días, las fuerzas leales a Takashi lograron el control de la población de Nagoya, al noreste de Kyoto. Se le ordenó a la infantería Meiji el retomar esa posición, pues ello implicaría el comienzo del sitio de Kyoto, una estrategia muy similar a la toma de Patay en Francia en 1429 por parte de esa mujer guerrera, Juana, la Doncella de Orleáns, con el fin de detener el avance de los Ingleses en su intento por apoderarse del reino Francés. El ejército al mando de Coronel Inoshiru Yumi cumplió su cometido, pero el costo de desplazar a los restauradores fue muy alto, miles murieron, no solo miembros de ambos ejércitos, sino principalmente campesinos, personas inocentes. Hajime Saito y Yo fuimos encomendados a revisar el poblado, junto con un grupo de hombres, y eliminar cualquier posible foco de insurrección, pero todo esfuerzo era en vano, Nagoya fue arrasada, lo que quedaba eran restos humeantes y cadáveres por doquier. Fue espantoso ver los cuerpos mutilados de familias enteras, hijos aún aferrados al abrazo de su madre. Toda esta miseria y horror me lleva a preguntarme hasta que punto es capaz de sacrificar un dirigente a su pueblo con tal de no perder el control del poder.
Como Usted mismo puede suponer, tengo serias dudas sobre quien está en lo correcto, pero el pensar que algún día mi gente podrá volver a su país natal, me lleva a soportar con resignación toda esta sanguinaria matanza y tener que seguir a las órdenes de este Gobierno Meiji, quien ante las autoridades internacionales, sigue siendo el regente del Japón, considerando su alianza con los países de Occidente.
He pensado en enviar a mi hermana Sayo de vuelta a Holanda, junto con mi esposa Misanagi. Temo mucho por ellas, la situación en Kyoto se vuelve cada vez más incontrolable. A pesar de que los Restauradores no han logrado tomar la ciudad físicamente, su ideología empieza a minar las calles, al condenar abiertamente la corrupta estructura de este Gobierno. Si logró convencerlas, le avisaré inmediatamente.
Le pido un último favor. Rece, rece mucho, sólo Dios podrá ayudarnos a salir de esta terrible encrucijada.
Agradecido siempre, se despide su amigo.
Kyoto, 3 de Agosto de 1880.
