Esta historia se desarrolla en un universo alterno; InuYasha es un mercenario a sueldo que viene a rescatar a alguien... ¿Quieren saber de quien se trata? Pues entonces continuen leyendo y ya veremos si lo adivinan... jejejejejeee...
InuYasha abrió la puerta de una patada y dos de los esbirros de Naraku que permanecían hasta ese momento adormilados se levantaron de inmediato.
— ¿En donde está ella¡Respondan malditos!
Uno de ellos, al parecer el menos inteligente de los dos hizo un ademán de sacar su arma. Lo único que consiguió fue una fosa nasal extra. Su compañero, a leguas más inteligente, permaneció inmóvil un momento y poco a poco fue levantando sus brazos.
—Eerr… está en el laboratorio C –Tragó saliva y fue lo último que hizo en vida–.
Afortunadamente para él, la seguridad del lugar daba mucho que desear. No se topó con nadie más hasta que llegó al laboratorio C. En él se topó con otro de los esbirros de Naraku que ataba a una desnuda e inconsciente mujer a un poste. El tipo, al percatarse de la presencia de Inu Yasha, dejó a su prisionera y trató de sacar su arma. Para su mala fortuna, el arma no estaba donde debía de estar, sino en una mesa al otro lado del laboratorio.
Dándose cuenta de lo idiota que era le sonrie a InuYasha… justo antes de que su rodilla estallara provocándole un dolor indescriptible.
— ¡AAARRRGGHHH!... ¡MALDITO HIJO DE PUTA!
—¿Dónde está Naraku? –dijo InuYasha tomando al esbirro de Naraku por el cuello de la camisa–.
—En misa… con mi madre… jejejeee…
Al parecer a InuYasha no le agradó ese comentario dado que volvió a disparar, esta vez haciendo blanco en el hombro izquierdo de aquel tipo.
— ¡AAARRGGGGGHHH!... NUNCA TE LO… (bang) ¡AAAAAAAHHHHHH!... (bang)… ¡AAHHHHHHHHH! (bang) –el hombre se retorcía de dolor mientras InuYasha lo vuelve a tomar del cuello, esta vez más irritado que antes– ¡POR DIOS!... ¡MATAME YAAA!
—Tú decides… Ray –decia InuYasha al ver el nombre bordado en el uniforme de aquel hombre– si hablas, te mato… si te lo callas, te dejaré vivo…
Ray, sabiendo que Naraku le haria cosas peores que la muerte si lo encontraba asi; Y asi, invadido por el terror, habló.
—F-fuee… a t-tomarse su suero… cuando eso ocurre se tarda una media hora… en a-a-p-parac-c-er… nadie sabe a donde es que va a hacer eso…
—OK
InuYasha guarda su arma y comienza a desatar con cuidado a la inconsciente chica mientras que la recostaba en una camilla y la cubria con una sábana verde. Ella era tan alta como él y por lo tanto algo pesada. InuYasha no queria cargar con ella por toda la instalación.
—Oye… –era Ray–.
—Besitos a Naraku –dijo InuYasha sin mirarlo–.
—P-pe-pero…
—"Pero" nada; No hay trato… No después de que le pusiste las manos encima.
—L-lo p-prometiste…
—Yo nunca prometo nada.
InuYasha sale del laboratorio C con la camilla dejando atrás a un histérico hombre que clamaba por una bala. Camina por el pasillo e ignora a los esbirros que mató al entrar y sale por la entrada que él "abrió". Después de caminar por el corredor en busca de una salida se topa con un elevador… que se abre.
Listo para lo que se les viniera encima, InuYasha trata de sacar su arma, pero se le atora en su funda. Entonces una mujer de pelo negro y largo ataviada con una minifalda oscura, tacones altos y una bata de laboratorio sale del elevador al tiempo que va leyendo absorta unos informes. Al parecer no se da cuenta de la presencia de los fugitivos puesto que los pasa de largo y camina hacia el lugar del que salieron.
InuYasha aprovecha esto para tomar dicho elevador y salir de ahí. A duras penas acomodó la camilla en el reducido elevador y, justo cuando la puerta se está cerrando, él escucha un grito femenino…
—jejejeeee… ya los vio –dijo sonriendo para si mismo–.
Naraku entró en el laboratorio C y se topó con Ray que maldecia a su arma por trabarse. Éste lo mira presa del pánico y trata de correr pero Naraku lo detiene plantandole un pie en la cara. Y, en un tono irónico comienza a hablar.
—Soldado… –le aprieta más el rostro– ¿Qué pasó?
—S-Se la lle-llevaron… t-traté d-de impedirlo p-pero…
Un grito femenino lo interrumpe en ese momento. Naraku levanta la cabeza al escucharlo y, después de destrozarle la cabeza a Ray con una patada, se dirige hacia la entrada de los laboratorios. Al llegar, encontró a Sara, del 5º Departamento Interno de Investigación arrodillarse junto al cadáver del que al parecer era su esposo. Tras pegarle un tiro en la nuca por simple desquite, Naraku llega a la sala de control, inexplicablemente desierta, y observa por uno de los monitores a InuYasha saliendo del elevador con una camilla hacia el área de vehículos.
Con una enorme velocidad se dirige hacia aquel lugar y, al llegar, observa como el cuerpo de uno de sus experimentos cae abatido por las balas del arma de InuYasha. Entonces Naraku sale mientras comienza a mirar fijamente a los ojos de InuYasha.
—"Dispara primero, luego preguntas"… –InuYasha reconoce la voz de Naraku y su rostro se llena de terror– Siempre fuiste demasiado impulsivo¿no es así… alumno?.
—¿Qué?... No pue… ¡TU!
—A mi también me da gusto verte –dijo Naraku mientras le sonreia a su "discipulo".
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