inspiración-chan trabaja de formas misteriosas...

Para Brenda, porque si (?

Se estaba frustrando. Por más que había intentado, tanto usando un peine cómo con sus propios dedos, controlar un poco sus cabellos rizadosera imposible. No se podían aplacar. Suspiró derrotado mientras se observaba en el espejo.

Mientras seguía con su tarea, la puerta de la habitación se abrió. Una mujer rubia,mayor que Simon entró.

-¡Simon,se nos hace tarde! ¿Qué tanto haces?

Ante esa mujer en la que tanto confiaba, decidió ser sincero.

Estaba nervioso. Muy nervioso.

-Ebb... ¡Me veo como un desastre! Mi pelo se ve mal y no pude ponerme la corbata.

Ebb se hecho a reír y fue entonces cuando Simon se tomó un segundo para observarla. Era extraño verla tan pulcra y elegante,usaba un lindo vestido azul, llevaba el cabello medio trenzado y sus mejillas no estaban llenas de polvo; pero era una ocasión especial.

-Ven cariño, déjame arreglarlo.

El joven se acercó hasta quedar a su alcance. Ebb murmuró algún hechizo y pronto la corbata quedó en su lugar. Con el cabello del muchacho no pudo hacer demasiado.

-Listo, Simon. -Tomó al chico por los hombros y lo llevó ante el espejo. -Te ves guapísimo. Los trajes te hacen van bien.

Simon no era vanidoso,pero tuvo que admitir que era verdad. Aunque el hecho de que Baz hubiera escogido el conjunto ayudaba bastante.

-Gracias Ebb... Por todo. Sin ti, seguramente estaría muerto.

Los ojos de la mujer se cristalizaron con ternura maternal. Con lo sensible que era seguro le estaba costando bastante contener su llanto. ¡Como agradecía Simon haber llegado a tiempo para salvarla de la muerte!

Pudo superar, con el tiempo, la pérdida de su magia. Perder a alguien tan especial para él como lo era Ebb... no estaba seguro.

Dejo de lado ése pensamiento y le ofreció su brazo a la mujer.

-Ya nos esperan. Debemos ser educados. - dijo Simon.

-Tienes razón. -Repuso Ebb y tomo el brazo que le era ofrecido.

Juntos salieron de la habitación y caminaron por los largos y oscuros pasillos de la Mansión Pitch hasta que llegaron a la puerta que daba al jardín.

En efecto, ya todo estaba listo para comenzar y sólo esperaban a que ellos llegaran.

Simon respiró hondo y, junto con EBB acompañándolo, caminó hacia el altar. Baz ya lo estaba esperando allí. El cabello peinado hacia atrás y el traje oscuro que usaba lo hacían verse guapísimo como sólo el podía serlo. Eso y la brillante sonrisa que le dirigía sólo a Simon.

Cuando estaban por llegar al altar, Ebb le susurró:

-¿Sabes? Siempre supe que ustedes dos iban a terminar así.- Y antes de irse, abrazó a Simon cómo si fuera su hijo.

Baz y Simon se miraron a los ojos y se tomaron discretamente las manos.

Su ceremonia de bodas estaba por comenzar.

¡Muchas gracias por todo el apoyo que le dan a mis one-shots! Aquí algo rápido, tenia esta idea desde el Countdown,sólo que no la había desarrollado bien.

¡Los amo, gracias por leer!

Ciao!