Hola! Yo soy Raven y este es mi primer fanfic n.n Se trata sobre One Piece, más específicamente sobre LawBin
Espero que les guste, voy a tratar de subir un capítulo por semana
Cualquier duda me dejan un review.
Ahora si, los dejo con el capítulo.
Una habitación llena de flores
Capítulo 1 - Reencuentro
El mar se mantenía calmo y una leve brisa acariciaba las pequeñísimas ondas que se formaban en su superficie. Era un perfecto día de verano, caluroso pero agradable. El Thousand Sunny se deslizaba sin prisa por el agua calma que brillaba con el suave sol de la mañana.
Una voz interrumpió la tranquilidad de la escena –OOOIIII Namiii! ¿Cuándo vamos a llegar? –preguntó el capitán que aún no acababa de emerger del camarote de los chicos.
-Por lo menos tres días más, te lo dije ayer –Respondió la hermosa navegante que revisaba sus implementos meteorológicos con cuidado.
Habían pasado ya dos años desde que su capitán, Monkey D. Luffy se convirtiera en el rey de los piratas conquistando el nuevo mundo. Ya no se veía como el chiquillo que apenas había sobrevivido en un barril a los reyes marinos del East Blue, había crecido tanto en estatura como en musculatura y su rostro era el de un apuesto hombre joven. Su cabello había crecido lo suficiente como para llevar una parte en una coleta baja y hasta un poco de barba había asomado sobre su mentón.
La navegante, por su parte, seguía siendo una mujer hermosa. Tenía el cabello larguísimo y sus onduladas hebras naranjas se mecían con la brisa. Si bien ambos habían crecido mucho, Luffy continuaba teniendo esa sonrisa inocente que iluminaba su rostro y Nami conservaba la picardía de sus días de ladrona.
Luego de la última gran batalla, la tripulación del sombrero de paja había hablado llegando a un acuerdo. Se separarían para visitar a sus familias o cumplir algunas promesas que habían quedado pendientes en los años de aventura. Si bien no estaban a salvo, ya que seguían siendo buscados, suponían que mantener un bajo perfil durante un tiempo les ayudaría a continuar navegando luego.
Por supuesto que no se separarían por siempre, solo durante dos largos años durante los cuales, Luffy los extrañó a todos y cada uno. Bueno excepto a Nami, que decidió que no se separaría del Sunny ya que según ella "Luffy iba a navegar en círculos por el medio del océano" si se quedaba solo.
Luego de pasar por Villa Fuscia y quedarse allí algunos meses, decidieron ir a Cocogashi a visitar a la adorada familia de Nami. No navegaron mucho más estando solos ya que el barco era demasiado grande para ser controlado por ellos dos.
Ahora, ya transcurridos dos años luego de la última despedida, habían zarpado nuevamente para buscar a sus nakamas. La primera parada fue Villa Syrup, dónde encontrarían al experto tirador.
Luego de recoger a Usopp, siguió Sanji en el Baratie y el último del East Blue fue el espadachín. El Sunny ya se sentía como un hogar de nuevo con el delicioso aroma de la comida del mejor chef del mundo y sus discusiones con el mayor bebedor de sake del mar que ahora era admirado y temido como el mejor espadachín.
Por suerte estaban juntos para enfrentar los peligros del Grand Line, donde debían buscar al resto de su tripulación. Gracias al motor de cola que Franky había instalado en el Sunny, podrían haber cruzado el calm belt sin ningún inconveniente, pero decidieron tomar la ruta original, esa que una vez siguieron los cinco para comenzar el camino que los guiaría a sus sueños, la Reverse Mountain. Con Luffy sosteniéndose del mascarón del barco y los demás contemplando la escena mientras Zoro controlaba el timón, subieron esa corriente mientras algunas lágrimas se derramaban de sus ojos. Los sueños que tuvieron se habían cumplido, todos habían crecido, pero en su corazón aún mantenían las emociones de su juventud. Al descender, encontraron a Brook que había acordado esperarlos allí. Luego de llevar a Laboon a reencontrarse con su familia, estuvo viajando por el mundo con su música pero era momento de volver a ser el alma del barco.
Fue un largo viaje hasta que pudieron reencontrarse con Chopper en el reino de Sakura. Doctorine no había cambiado en lo más mínimo y se despidió de él a patadas nuevamente, aunque esta vez, el pequeño doctor reía mientras huía de los diversos proyectiles de Kureha. Todos se emocionaron cuando lo tuvieron de regreso en el barco y Chopper comenzó a llorar de felicidad. Pero nada se compararía con el río de lágrimas que despediría a Franky en Water 7.
Pero el viaje aún no acababa, la mujer sombría que había sido conocida como la niña demonio aún no estaba con ellos. La habían dejado en una pequeña isla mercante, dónde sin muchas explicaciones se marchó diciendo que tenía asuntos pendientes. No tenía familia, ni una isla a dónde volver así que ninguno podía imaginarse qué iba a estar haciendo durante dos años.
Volviendo al presente, el Sunny seguía avanzando con calma por el peligroso mar del nuevo mundo y la navegante seguía el curso que la llevaría a las coordenadas que le había dejado su querida amiga. –Nami… -dijo la lastimera voz del capitán
-Ya te dije que…
-No, tengo hambre –susurró mirándola con sus ojos inmensos.
-Pues ve y dile a Sanji que te de algo, si llego a perder el rumbo serán más días de viaje
-Ya me dijo que no… -el gran rey de los piratas se sentó en el suelo de piernas y brazos cruzados haciendo una rabieta. Su camisa roja tocaba el suelo y sus pantalones negros no tardaron nada en cubrirse de polvo.
Afortunadamente, la voz de Ussop lo animó bastante – ¡Isla! Gritó animado el tirador y todos salieron a ver de qué se trataba.
-¿Cómo que "isla"? –preguntó Nami. –Acabo de decir que aún faltan tres días para llegar a destino.
Pero sus palabras solo retumbaron contra el vacío, Luffy había salido corriendo a toda velocidad a ver con sus propios ojos de que se trataba y la navegante no tuvo más remedio que seguir sus pasos.
En cubierta, encontró a toda la tripulación a bordo mirando hacia estribor. Efectivamente había una pequeña isla en el horizonte y nadie podía negarlo.
-Pasaremos de largo –sentenció Nami. –Iremos directo hacia las coordenadas de Robin.
-Pero Namiiii –se quejó el capitán. –Quizás haya algo divertido para hacer ahí.
-¡No! Estamos buscando a nuestra compañera, no podemos distraernos, este mar es muy peligroso.
-Pero Namiiiii ¿Y si hay tesoros?
Los oídos de la navegante estallaron ante las palabras que acababa de pronunciar su capitán. Por más que eran más ricos que cualquier otra tripulación y podían costearse absolutamente todo, Nami aún seguía sintiéndose atraída por el brillo del oro. – ¡Vamos a la isla! –gritó, estirando su brazo en dirección a la misma. Todos sonrieron, recordando las primeras aventuras que habían vivido juntos.
-¡Yahooo! –exclamó el capitán dando un salto con el puño en el aire. – ¡Una nueva aventura!
El gran rey de los piratas, tan temido como amado a lo largo de los diversos mares, no podía contener su emoción por explorar una diminuta isla del Nuevo Mundo. Todos comenzaban a prepararse para enfrentar cualquier peligro que pudiera estar escondiéndose en esa roca que sobresalía del inmenso mar.
-¡Oi Luffy! –dijo el ciborg que miraba atentamente el curso que seguía el barco. –Creo que será mejor no acercar el Sunny a la isla.
-¿A qué te refieres Franky? –Preguntó el capitán.
-Parece que hay muchos peñascos poco profundos y eso es Superrrrr peligroso.
Habiendo comprobado que Franky tenía razón, decidieron utilizar el mini Merry para acercarse a la isla, ya que podía navegar mejor en aguas menos profundas. Luego de decidir extrayendo papelitos coloreados de la mano de la navegante, se decidió que fueran Luffy, Chopper, Brook y Usopp los que utilizarían la pequeña embarcación.
Zoro arrojó el ancla con la fuerza de sus brazos y el barco partió hacia la orilla. En la costa, una bandera familiar les daba la bienvenida. –Es el símbolo de los piratas del corazón –señaló el tirador. Efectivamente, se encontraban dentro del territorio del pirata Trafalgar Law, el que fue su inquebrantable aliado y amigo, ahora convertido en Yonkou.
-¡Miren, Ahí! –el pequeño doctor apuntaba emocionado hacia una figura que se divisaba en la playa.
-No puedo creer lo que ven mis ojos –respondió Brook. –Aunque, en realidad no tengo ojos Yohohoho.
Desde la cálida arena, una silueta los saludaba amigablemente, agitando su brazo mientras sonreía. –Es… es… -las palabras escapaban al tirador.
-¡ROOOOBIIIIIIIN! –Luffy estaba más que feliz de encontrar a la última de sus nakamas en perfecto estado.
Su sonrisa se extendía de sus delicados labios hasta sus hermosos ojos azules. Tenía su larguísimo cabello negro trenzado hacia un costado y vestía un delicado vestido verde esmeralda que le sentaba perfectamente.
Todos saltaron a la orilla apenas el barco hubo tocado la arena, estaban demasiado felices, por fin su tripulación volvía a estar completa. Se abalanzaron sobre ella, llenándola de abrazos y palabras de cariño. No había perdido ni un ápice de su belleza y su amabilidad continuaba intacta.
-Robin ¿Qué estás haciendo aquí? –preguntó el capitán de la curiosidad infinita.
-Han pasado muchas cosas Luffy –respondió la arqueóloga con una sonrisa.
Bueno, ese fue el primero, bastante introductorio la verdad, pero ya voy a ir desarrollando la historia.
¿Qué cosas habrán pasado? ¿Qué andaba haciendo la arqueóloga de los mugiwara en el territorio de Law?
¡Todo esto y más en los próximos capítulos!
Muchas gracias por leerme
Raven.-
