¡Mi gente linda, mi gente bella!
He aquí mi drable:
Declaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen, son propiedad y obra del mangaka Masashi Kishimoto; la imagen pertenece a su respectivo autor. El texto aquí presentado se escribió y pública con carácter único de entretenimiento y sin ánimo de lucro.
Aviso: El siguiente fic participa en el reto Ino Yamanaka del foro La Aldea Oculta entre las Hojas.
Canción de inspiración: Love in the Morning, Ennio Morrison.
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Sobre pétalos amarillos, vuelan las mariposas.
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La campanilla de la entrada suena y el patriarca Akimichi ingresa al local con una sonrisa de oreja a oreja y un par de bolsas blancas colgándole de las manos. Su cuerpo robusto atraviesa con dificultad la angosta entrada, al tiempo que ríe avergonzado.
El heredero Yamanaka, desde el mostrador, sonríe y lo saluda con cortesía, para luego indicarle el paradero de su madre, en el jardín posterior.
Chouji le entrega una de las bolsas y se redirige en busca de su amiga de infancia.
La encuentra escondida entre los rosales, camuflando su largo cabello con los pétalos amarillos. Se mantiene sumida en la tarea de seleccionar y cortar las flores para un ramo encargado, y tan concentrada está en su labor, que no nota la presencia ajena a la propia. A Chouji no le molesta.
El Akimichi siempre encontró refrescante a aquellos plácidos momentos en que Ino dejaba a un lado su vanidosa superioridad y se dedicaba a la humilde y silenciosa tarea de cuidar de sus flores. Casi parece una más, creciendo en el jardín.
Lo es. Le recuerda un algo enterrado en la profundidad de sus recuerdos.
—Ino. —La llama. Entonces sonríe y muestra la bolsa, cuando la aludida gira hacia él.
Ino abandona su tarea para saludarlo. Una conversación trivial, un agradecimiento por la comida traída y uno que otro chiste sobre el horario de trabajo del ausente Shikamaru; la tarde transcurre con normalidad.
Ino ríe y se mueve, se sienta y levanta una y otra vez de la silla de jardín y le golpea con camaradería cada que algún comentario le da el impulso. Así es ella; inquieta y espontánea... silvestre.
Hablan de temas diversos; Ino habla, él escucha. El fuerte olor de los rosales comienza a marearlo.
Una mariposa sale de entre las flores y revolotea al rededor de los cabellos amarillos. «La habrá confundido con una flor» piensa Chouji en su adentros.
Lo es. Le repite aquella cosa enterrada.
Ino se pierde observado a sus semejantes. El rosal amarillo destaca entre las otras especies y sobre los otros colores.
—El día de mi boda —dice de pronto—, alguien me envió una rosa amarilla de forma anónima.
Chouji recuerda. Ino la puso en su ramo de novia, haciendola resaltar entre las calas violaseas.
—La rosa amarilla representa la amistad y el amor platónico —explica volviendo a mirarle.
Chouji lo sabe.
—Siempre tuve miedo de confirmar quién la mandó —confiesa.
—¿Importa ahora?
Ino niega y la mariposa vuelve a volar. Chouji sonríe; Ino tiene razón, ya no importa.
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Fin.
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¡Eso es todo!
Realmente espero que las simbologías fueran claras.
Que decir, siento que está historia hubiese dado para algo más largo, no sé... pero bueno, quizás en el futuro.
En fin... un beso en rojo y deséenme suerte!
#SeSuplicanCriticas
