LOS JOVENES AÑOS DE UNA REINA
Adaptación de un fic de Blanca E. Velásquez Fernández de Candy Candy basada en la película del mismo
PROLOGO
Corrían los años de 1800s, tiempos en que Inglaterra se encontraba gobernada por Mamoru III.
Éste, reconocido por su enorme capacidad militar y política había logrado convertirse en el rey más importante de la época que se respaldaba en su gran misticismo y apego a las antiguas costumbres, pero las épocas cambian e Inglaterra no era la excepción por lo que ni este país ni sus colonias se escaparon de las constantes muestras de descontento con levantamientos de diversos calibres que fueron en su momento doblegados a costa de la fuerza.
En el plano internacional, Inglaterra se había convertido en el país más poderoso gracias a su flota naval bautizada por el pueblo como a "La Armada Fantasma" que había aprendido a ocultarse en la densa neblina que también le había valido el respeto de todos los reinos europeos. Pero como podrá imaginarse, la manutención de una escuadra tan poderosa requería de ingentes cantidades de dinero que eran solventados por los impuestos aportados por las colonias americanas, así como africanas a través de inmensas remesas de oro, plata, piedras preciosas además otros productos producidos en aquellas regiones que permitieron financiar por mucho tiempo aquellos deseos de poder y ambición de los reyes de turno.
Mamoru no fue la excepción tampoco, había logrado aplacar muchos intentos de rebeliones, y se podía decir que su vida era perfecta: La Economía Inglesa era no solo una de las más solventes, sino estables de Europa; además, sus colonias mostraban un control total tanto social como político.
Sí, indudablemente Mamoru III se había fortificado con sus logros, y era considerado uno de los mejores monarcas. Había logrado cuanto se había propuesto a excepción de algo que martirizaba su existir y que había provocado muchos cambios en su vida: El retener a sus pequeñas a su lado, vidas que le fueron arrebatadas a muy temprana edad por el sarampión.
Había vencido a gobiernos, rebeldes, políticos corruptos, etc., pero no pudo vencer la enfermedad viendo partir a sus dos hijas, razón de su existir… para luego también ver irse a su compañera quién había quedado terriblemente afectada. La trágica muerte de las pequeñas la había encerrado en un terrible cuadro de depresión que terminó de consumirla algunos años después, llevándosela al lado de aquellas.
Sus éxitos y logros ¿qué eran sin tener con quién compartirlos si no lograban por si solos llenar aquella soledad que sentía talaba su ser? No, aquello no era vida… él ya no quería continuar por lo que decidió alejarse del mundo entrando también en una angustiosa depresión.
Sir Lord Artemis Johnson, Duque de Montreal, su primer ministro y amigo había intentado por todos los medios ayudarlo pero no lo había conseguido.
Lo único que podía hacer era tomar el control del gobierno, cosa que hizo con total lealtad por casi 10 años aun en contra del descontento de cierto grupo, y al cabo de los cuales comenzó a generalizarse viendo así muchos de los miembros de la nobleza una oportunidad de llegar al trono.
Las murmuraciones no se hicieron esperar, formándose así innumerables grupos liderados por los nobles ubicados en la línea de sucesión que buscaban comprobar si el rey realmente estaba vivo o simplemente para solicitar su dimisión.
Artemis conocía muy bien sus planes y desde mucho antes se había preparado.
CAPITULO I
Inglaterra era un país rico, cultivado y civilizado gracias al sabio gobierno de…
(Tosiendo y repitiendo)… Inglaterra era un país rico, cultivado y civilizado gracias al sabio gobierno de…
(Repitiendo)…Inglaterra era un país rico, cultivado y civilizado gracias al sabio gobierno de…
(continuando) …de nuestra augusta Casa Real…
¡Princesa, Princesa!… -llamó el maestro de historia.
Princesa, despierte -dijo dulcemente la Baronesa de Lenz, al tomarle la mano.
Serena, hija por favor.
…gracias al sabio gobierno de… -repitió el maestro.
…De Nuestra Augusta Casa Real, el pueblo no conoce la necesidad, el hambre y la pobreza -terminó Seren.
Muy bien Princesa.
La merienda -se adelantó Doug al ver a aquella rubia ansiosa por terminar sus lecciones.
Princesa, continúe por favor.
… por esta razón el pueblo ama a su dinastía y le profesa lealtad.
Excelente.
Alteza, el té
Gracias Doug… uyy que rico ya tenía hambre…
Princesa, ¿me permite que le formule algunas preguntas más?
Así me gusta, la clase no termina hasta dentro de todavía 2 minutos. Doug por favor, tenga más cuidado, ha anunciado muy temprano el té.
Eduardo VI…
…declaró a la iglesia anglicana como religión del estado.
¿Que hizo Carlos II?
Caray, pero ¿éste qué fue lo que hizo?
Serena, ¿pero qué expresión tan grosera es esa?
Disculpe mamá, se me escapó, pero no es una grosería, hoy todo el mundo habla así, ¿no es así baronesa?
Cierto, no tiene nada de malo
Ah… mmm muchas gracias por la aclaración Baronesa… pero un momento, Doug ¿por qué te retiras tan deprisa?...
Perdone My Lady.
Gracias no quiero nada.
Carlos II restauró…
…restauró… ayyy que no me acuerdo…
(la baronesa murmurando)… restauró el poder…
…restauró el poder de la iglesia anglicana e incrementó las posesiones de Inglaterra en ultramar.
¿Y María la Católica?
Intentó restaurar el catolicismo.
Su memoria realmente me tiene asombrado princesa…
(murmurando para sí… ¡Uf!, a mí también)…Ah sí… muchas gracias maestro.
Mañana hablaremos de la situación económica en las colonias, me retiro Alteza.
Uyy ahora sí, ¡qué rico!… permiso…
Serena, acabas de coger un panecillo.
Vamos mamá, como Ud. misma acaba de decir, sólo he tomado uno.
Con uno basta y sobra.
Por favor My Lady, son muy pequeños - inquirió la Baronesa.
Baronesa de Lenz, ya son dos oportunidades en el día de hoy que se ha permitido corregirme.
Perdone Ud. no fue mi intención ofenderla - dijo tomando varios panecillos tratando de no ser vista.
Disculpe Princesa, el profesor Tallón se encuentra ya esperándola en la sala de música.
Gracias Doug.
Pero ve hija mía, no hagas esperar más a tu maestro.
Permiso -dijo retirándose con la baronesa.
Al salir:
No soporto a esa Baronesa de Lenz.
Ay sí, se toma muchas atribuciones porque es la confidente de la princesa.
Sí... y encima es una descarada, ¿vieron como tomó como 3 panecillos que metió a su bolsa?
Ay sí, es una glotona…
Mientras que en la otra habitación…
Princesa, espere… -dijo señalándole una silla de la siguiente sala que atravesaron del hermoso castillo que habitaban-, tenga, esto es para Ud.
Ayyy que bien, muchas gracias baronesa -dijo dándole un beso… -sí que tenía hambre.
Jajá, me lo imaginaba… ahora termine sus bocadillos y luego vaya a su clase. Más bien me gustaría que cuando acabe sus clases me busque… pensaba que podríamos ir a montar, ¿qué le parece?
Siiii, muchas gracias baronesa, entonces me apuraré para poder salir lo antes posible.
Princesa, Princesa, por favor no corra así
Vamos baronesa, inténtelo -dijo riendo-, que un poco de adrenalina no le haría mal.
Princesa, ¿más? No por favor… ya tengo bastante viéndola correr -dijo mirándola con cierto temor.
Vamos Baronesa, inténtelo -dijo tomando las riendas del caballo para luego salir como un rayo.
Princesa… por Dios… no…no vaya tan rápido… por favor… espéreme…
Así tuvo que apretar el paso y también correr en su caballo hasta alcanzarla. Era la primera vez que la Baronesa De Lenz montaba a esa velocidad y lo que sintió fue algo tan raro pero agradable al mismo tiempo que, al ver a la Princesa ir a su costado se abandonó a disfrutar todas las sensaciones que su cuerpo sentía. Era la primera vez que algo así recorría cada célula de su organismo
Woah -se dijo- ¡qué sensación!, el aire frío soplando en mi rostro, mi cabello volando al viento, la rienda en mi mano… ¡ah!, es como si controlara mi vida… y es como si mi cuerpo formara parte del viento… mmm -dijo suspirando- Esto… esto es libertad -gritó a todo pulmón.
¡Baronesa! .
Al escuchar aquella voz volvió en sí parando en seco al caballo completamente avergonzada.
Perdone Princesa, yo…
Jajajajaja… vamos Baronesa no es nada… pero ¿ahora me comprende?
¡Qué sensación!, nunca antes había sentido esto… es algo indescriptible, es…es algo que recorre el cuerpo dando una sensación de…
De ser quien realmente eres, sin ataduras, sin caretas, ser uno mismo…
Princesa, pero ¿por qué esa carita? ¿es que acaso no es feliz?
No Baronesa, no es eso, no conozco otra vida… Además, me gusta el estudio y todo lo que hago, solo que me gustaría tener más tiempo para hacer otras cosas que también disfruto y tener más tiempo para mí.
Pero… ¿es que acaso nuestra presencia le molesta?
Baronesa, le pido que cierre los ojos por unos instantes…
¿Qué cierre los ojos? -dijo asustada.
El caballo no va a avanzar si Ud. no le da la orden -refutó la princesa
(Suspirando)- Muy bien…
Ciérrelos ahora e imagínese que Ud. es Serena Victoria McGregor. Imagínese que es un día normal… de esos en que los rayos de luz alumbran mi habitación.
Es realmente un día hermoso, con cálidos rayos solares que la inundan, así como también el olor de las flores cultivadas en el jardín que la rodea.
Así es. Ahora imagínese en la cama abriendo los ojos
Veo a su madre pasándole la voz para que se levante.
Correcto, y ¿luego?
Bueno entran sus damas para ayudarla a vestir…
Aja -dijo asintiendo-, y ¿luego?
Bueno, sale Ud. al acorredor acompañada de su madre o en mi compañía para luego entrar al salón a tomar desayuno.
Va muy bien Baronesa… ¿y qué más ve?
Mmm, a la mesa están sentadas ahora su madre, y todas aquellas chismosas de la Corte…
Jajajaja
Perdón Princesa -dijo completamente azorada
Jajá, no se preocupe que Ud. y yo por lo visto pensamos lo mismo; debemos tener una conexión y gran afinidad…- dijo riendo.
No se ría por favor Princesa, que es una falta de respeto de mi parte expresarme de esta manera de cualquier persona, y mucho más de miembros tan respetados de la Corte.
No se preocupe -le dijo guiñando un ojo-, que por mí nadie lo sabrá. Pero continúe…
Bueno, de ahí Ud. se va a clases de Historia de Inglaterra, Grandes Hombres, Etiqueta y Buenos Modales, entre otros…
… y luego...
Bueno, la hora de almuerzo, en donde también se reúne con su madre y los miembros de la Corte que viven en palacio.
Y dígame, ¿qué temas se trata en la mesa?
Mmm, moda, y todo lo referido a los últimos acontecimientos en la nobleza.
Jaja, chismes serán; pero dejemos eso y continuemos…
Bueno, pasado el almuerzo descansa un rato para luego retomar sus estudios hasta la hora de dormir…
¿Ahora comprende lo que le digo?
Ud. nunca está sola, y que nunca tiene tiempo para sí misma.
Así es Baronesa. De niña nunca tuve amigos de mi edad. A pesar de vivir rodeada de lujos nunca pude compartir mis juguetes con nadie, ni mis juegos, ni nada… y ahora…sólo rodeada de gente superflua que no le interesa nada más que ellos… a excepción de los caballeros a cargo de mi educación.
Se siente sola, ¿no es verdad?
No tanto, porque la tengo a Ud. que es la única que me comprende.
Favor que me hace Princesa -dijo tomándole el rostro para darle un ligero beso en la frente-; pero es hora que volvamos, pues su madre debe estar preocupada.
Jajá no creo, ella debe estar entretenida con sus amigos de la Corte.
CAPITULO 3
Los días pasaban y Artemis se mantenía permanentemente atento a los cambios y avances en todo lo que ocurriera en Mamoru III.
A pesar de haber sido revisado por docenas de doctores y haber sido puesto en las más diversas terapias, no había logrado mejorar un ápice.
Artemis.
Su Majestad (SM), por favor no se esfuerce.
Artemis, sé que no me queda mucho tiempo así que te ordeno que me dejes hablar y sin volver a interrumpirme.
Disculpe Ud. SM.
Artemis, lamentablemente por obra del destino no he podido dejar un heredero a mi trono. Seiya es rey de los Belgas, por lo tanto él como sus hijos quedan excluidos de la línea de sucesión.
Así es SM.
Por lo que solo queda una persona destinada a cubrir mi puesto a mi partida, y esa es mi pequeña Serena.
No se equivoca SM, la Princesa Serena es la llamada a gobernar Inglaterra aun contrayendo nupcias, a menos que ella abdique a favor de aquél.
Artemis, prométeme que la cuidarás tal como has hecho conmigo todos estos años en que has permanecido a mi lado como un fiel amigo y noble.
SM no es necesario que me lo pida puesto que es mi obligación y…
Artemis, ¡por favor, quiero que me escuches y entiendas! No deseo que sea tu obligación, sino que lo hagas de corazón y que me prometas que la protegerás de la maldad de todos aquellos interesados y angurrientos nobles que seguramente aparecerán cuando se enteren que será la nueva reina y que además, podría abdicar a favor de su esposo; o simplemente intentarán su caída.
Comprendo SM su preocupación, pero a pesar de sus 12 años la Princesa Serena ha demostrado tener el temperamento y el suficiente temple para gobernar, tanto que más parece su hija que de Lady Ikuko.
Jajaja… ¿de verdad?
Así es SM, ella ha heredado todas sus características, si bien no se parecen físicamente, tiene su carácter.
Ah, mi pequeña…no la veo desde que tenía apenas 2 años.
Así es SM, y permítame decirle que ha perdido muchas bellas cosas al separarla de su lado. ¿Por qué no intenta acercarse? Estoy seguro que la princesa lo recibirá con los brazos abiertos y...
Artemis.
Disculpe Ud. SM que me entrometa, pero estoy convencido que su corazón se alegraría de verla crecer, además se sentiría muy orgulloso de sus logros. Es una niña muy inteligente y además de hermosos sentimientos que podría…
Basta Artemis…es que ¿acaso no entiendes? ¡Me estoy muriendo! No, jamás la sometería a ese sufrimiento de…¡NO! Te ordeno que me mantengas al tanto de todo lo que ella haga, de todos sus avances y retrocesos. Sólo espero poder estar aquí cuando ella esté completamente lista.
Así sea SM.
Desde aquella conversación habían pasado ya varios meses y gracias a los reportes de Lord Johnson, SM había mejorado enormemente, aun sin notarlo.
Su estado de ánimo se había convertido en uno más alegre y vivaz, el cual le permitía inclusive abandonar sus habitaciones para dar vueltas por el jardín leyendo los reportes que el buen Artemis le hacía llegar puntualmente todas las semanas.
Gracias a su cambio de ánimo, Mamoru III había logrado una nueva victoria: Acallar cualquier murmuración al ir poco a poco retomando parte de sus deberes dejando sin piso a aquellos que querían verlo muerto o fuera del trono.
Ahhh… que hermoso día, ¿no lo crees Artemis?
Así es SM.
¿Qué pasa Artemis? ¿acaso hay algo que me quieras decir?... Espero que no sea nada grave.
SM no es nada de eso… mmm pero es que no sabía cómo empezar, pero ya que lo menciona …
Vamos Artemis, no des tantas vueltas.
Está bien SM. Sé que a Ud. no le gusta que se le celebre o recibir obsequio alguno por su onomástico1, pero pido que en esta ocasión haga Ud. una excepción.
Artemis…
No es mío el presente SM, es de la Princesa Serena.
¿De mi pequeña? Pero ¿cómo?
A decir verdad, lo descubrió sin querer.
Un obsequio… mmm de mi pequeña… Esta niña sí que me sorprende cada día -decía para sus adentros.
¿Pero qué pudo haber enviado mi niña? -Pensó en voz alta para continuar- Pero Artemis que esperas, que haces aún aquí… te ordeno que vayas y traigas mi obsequio de inmediato.
Artemis al ver su impaciencia sólo sonrió…
SM, debo confesar algo antes. El obsequio de la Princesa es algo… como decirlo…mmm… completamente fuera de lo común, tanto, que quise hacerla desistir… pero es tan terca que me fue imposible.
Jajaja, me alegra saber que no se deja convencer; pero no te quedes ahí parado, apresúrate.
Bien SM, ya que Ud. desea recibirlo, le pido que cierre los ojos.
¿Qué los cierre?
Vamos SM que le va a quitar el encanto a la sorpresa…
Está bien -aceptó el Rey
Mamoru entonces cerró sus ojos hasta que…
Pero, ¿qué demonios es esto? -dijo abriéndolos inmediatamente
Lo que no sabía el rey era que al levantar la voz gritando de esa manera, asustó al San Bernardo que tenía a su costado y cuya lengua tibia había sentido en sus manos…La impresión y susto del can fue tanta que dio un salto golpeando y tumbando al rey al piso.
Aaartemisss… -gritó desaforadamente-. Pero…, ¿qué significa esto?
SM, -dijo tratando de contener la risa- esto… bueno esto es su presente de cumpleaños - intentando de no mirar aquella escena.
Es que realmente eso era, imagínensela: una silla tumbada, un rey tirado en el césped y un perro asustado buscando consuelo en sus faldas (vale decir que el can tenía casi el tamaño del rey en esa posición…).
Pero ¿cómo se te ocurre Artemis traer a esta bestia? -Dijo vociferando.
Lo que no sabía el rey era que cada vez que gritara, Niebla (sí, así se llamaba nuestra pequeña mascota), se asustaría buscando consuelo en sus faldas…además de aullar.
Pero, ¿qué te has creído bestia?
El can sólo lo miraba con aquellos inmensos ojos color caramelo, moviéndole la cola a su nuevo amo y amigo, intentado comprender cada palabra que él dijera.
Llámela Niebla -sugirió Artemis ahogado por la risa.
¿Qué acaso este monstruo tiene nombre?
Sí SM, además es muy obediente, inténtelo -lo animaba- Niebla es apenas una cachorrita.
¿Esa bestia es apenas un cachorro?… -dijo el Rey
Vamos SM es tan solo una CACHORRITA…inténtelo y se dará con una muy grata sorpresa
Mmm -dijo un poco desconfiado y hasta temeroso- Niebla…
Y la San Bernardo inmediatamente se acercó a él.
Jaja no puedo creer, pero si es un animal.
Siga intentándolo SM.
Saluda Niebla.
Y el Can inmediatamente se puso de pie y le dio la patita derecha.
Siéntate.
Y ésta se sentó.
Ven aquí.
Y Niebla se acercó a metiendo su enorme cabeza por sus piernas.
Naa ¿y ahora qué quiere?
Simple, cariño…
¿Cariño? Vamos Artemis es un perro.
Hum, Niebla entonces empezó a gemir y esta vez con sus enormes patas comenzó a rascar sus piernas…
¡Pero qué diablos! ¡Artemis!, quítamela de encima.
(Riendo) Vamos SM, inténtelo, Niebla ven pequeña…
Y ésta fue con Artemis moviendo su enorme cola, pero al hacerlo…
¡Ay! –gritó- Niebla, ten cuidado ¿quieres?, que tu cola duele. Grrr ¿qué tienes? ¿Qué te he hecho? -Dijo fingiendo enojo.
Jajaja...-esta vez Artemis no pudo contener la risa soltando una fuerte carcajada- Vamos SM no se enoje… es tan tierna mírela… le encanta que le hagan cariño en su cabeza -mientras la San Bernardo movía su enorme cola al ritmo de las caricias que Artemis le prodigaba-. ¿Por qué no lo intenta? -le animaba.
No... no quiero.
Mmm. No le ha tenido nunca miedo a nada ni a nadie y ¿ahora se lo tiene a un cachorro?
Pero, ¿quién rayos te ha dicho que tengo miedo?
Disculpe SM -dijo Artemis-, es que no encuentro ninguna otra explicación.
No, no es eso, y lo sabes bien…
Tiene miedo a encariñarse con ella, y que también lo deje, ¿no es verdad?
Veo que a ti no puedo ocultarte nada, Artemis.
Jajá… recuerde SM que nos conocemos desde pequeños y hemos sido compañeros de juego.
Así es mi leal y único amigo… ¡Qué momentos hemos pasado juntos!
Jajá… así es SM. Aún recuerdo las travesuras que solíamos hacer juntos con las cuales poníamos de cabeza a todo el palacio.
Jajá… Sí, como aquella vez que escondimos la corona…
Jajá… pero debo recordarle que UD. fue quien la había guardado en su cajón…
Y mi padre estaba como un loco buscándola para una ceremonia oficial…
Sí… jajá, y su madre como ya nos conocía la encontró…
¡Ay!… ¡qué tiempos!…
Por eso mismo SM, le pido nuevamente un voto de confianza. Niebla será una maravillosa compañera y la verdad es que no entiendo como a la Princesa Serena, a pesar de su corta edad, se le pudo ocurrir tan providencial idea.
Está bien…
Entonces, ¿acepta el regalo?
Sí... claro... ¿acaso no me lo estás pidiendo casi de rodillas? -Agregó.
Jaja… bueno. Sí es así entonces… tenga. -dijo sacando un sobre del bolsillo interno de su saco.
¿Cómo que si es así?
Bueno, la Princesa me dio la orden de entregarle el sobre sólo y sólo sí Ud. aceptaba el presente.
Jajá, tal como dijiste, esa chiquilla más parece ser mi hija que mi sobrina.
Bueno SM, lo dejo entonces para que pueda leer su carta.
Gracias Artemis.
SM estoy para servirlo
Ven Niebla, acompáñame a leer la carta de mi pequeña.
Con la ayuda de su mascota, pudo el rey levantarse del suelo donde había permanecido todo el rato para acomodarse luego en su silla y sentarse a leer su carta:
Querido Tío
Disculpe Ud. tenga el atrevimiento de escribirle hoy esta misiva, pero es que durante mis clases de Historia de Inglaterra aparece una breve reseña de los reyes más importantes de nuestra nación, entre los cuales por su puesto figura su nombre con algunos datos de su vida entre ellos su fecha de nacimiento.
Pregunté el por qué nunca habíamos celebrado tamaño acontecimiento respondiéndome que era debido a que Ud. no gustaba de ello. Me puse a pensar y buscar una razón y creo que la halle… ¿será quizás que ya está aburrido de todo lo convencional que recibe un monarca…? Claro… eso tiene que ser: quien no se aburriría de fiestas llenas de personas poco sinceras, que solo se acercan a uno por el interés… y que solo saben traer joyas y cosas valiosísimas sin considerar que el sentimiento y su corazón es lo más importante. … mmm creo que lo comprendo si es así.
¡Ay, qué horrible debe ser!… todo sería siempre igual…. hasta el sabor de una deliciosa torta de chocolate me sería insípida… y mire que es mi torta preferida. Pero, si pues… no habría nada cuando no hay sinceridad, amor o entrega en ellos, ¿no es verdad?
Por eso me animé a enviarle algo completamente diferente
Con lágrimas en los ojos, Mamoru esbozaba una sonrisa para agregar en voz alta
A pesar no habernos tratado, cómo puedes conocerme pequeña. Debo de reconocer que… si fue algo real y completamente fuera de lo común… mmm solo espero que Artemis no se equivoque…
Si está leyendo esta carta significa que le gustó mi presente, y si le gustó mi presente significa que es cierto lo que mi madre siempre me dice cuando me riñe: "Serena, por favor… compórtate… recuerda que eres una Princesa… ¡ay! eres igual que tu tío Mamoru…"…Ups…. Perdón, creo que cometí una infidencia… por favor, no le diga nada… ella ni siquiera se imagina de la existencia de mi presente y menos de esta carta, ya que siempre me dice que no debo distraerlo con mis niñerías las veces que he querido ponerme en contacto con Ud,
Bueno, no quisiera interrumpirlo más.
Que pase un lindo día.
Su sobrina que lo quiere mucho.
Serena McGregor.
Postdata: A Niebla le gusta que le hagan cariño detrás de las orejas y obedecerá cualquiera de sus órdenes. Me tomó tiempo conseguir que la amaestraran… jeje pero puedo considerar que es MISIÓN CUMPLIDA.
Una princesa caminaba de un lado a otro en su habitación esperando una respuesta a su carta. Ella había perdido desde muy pequeña a su padre, de quien no guardaba ya ni el recuerdo de su rostro por lo que se sentía muy cercana a su tío a pesar de casi no haber compartido con él nada de su niñez y prácticamente no conocerle.
Uhhh ¿habré hecho bien en mandarle ese presente? Dios que ansiedad, y Lord Johnson que demora.
No, no debo preocuparme más, lo hecho, hecho está y no hay marcha atrás, si me equivoqué, entonces deberé hacer frente a mis decisiones… mmm ya sueno como a la baronesa… jajá.
Toc, toc
Princesa, Lord Johnson la busca, se encuentra en la biblioteca esperando.
Uyy… Voy, gracias - acercándose y dándole un beso a Doug
Nuestro amigo conocía a nuestra princesa desde muy pequeña, y era una de las pocas personas con las que se mostraba tal cual era… (sí, él al igual que la baronesa era de sus preferidos)
Lord Johnson, buenas tardes.
Princesa, muy buenas tardes.
¿Y qué dijo mi tío cuando vio su presente? ¿le gustó?
Jajaja. Cálmese por favor, una pregunta por vez, ¿le parece?
Perdone Lord Jonson, a veces soy muy atolondrada.
Jaja... no se preocupe -le dijo guiñándole un ojo-. Empecemos, ¿qué dijo? Bueno, para ser sincero se sorprendió un montón, tanto que casi se desmaya.
¿Qué?
Jajaja, era una broma princesa. Nada de importancia… jajá.. no se preocupe. ¿Le gustó?... sí, sí le gustó…
¿De verdad?
Así es Princesa. Es más, me pidió que le haga llegar sus saludos así como su agradecimiento por la grata sorpresa.
¿Sus saludos y su agradecimiento solamente?
Bueno, y esto… -dijo mostrándole una tarjeta de agradecimiento que él había comprado para alegrar a Serena
Aun con ese detalle Serena sintió una enorme decepción que dejó traslucir en un puchero. Ella esperaba iniciar una amistad con el hombre más poderoso de Europa; aunque para ella sólo representara a un hombre común y corriente – su tío, al igual que la que mantenía con su tío Seiya. Nuestra princesa había aprendido a mirar con respecto y cariño a ambos (Seiya y Mamoru) al no tener una imagen paterna.
Artemis, al notar el desencanto en aquellos ojos verde esmeralda, agregó:
Princesa, le digo un secreto… Ud. sabe que el rey tiene muchas responsabilidades, ¿verdad? Así que no crea que no le ha escrito por falta de ganas. Además, permítame decirle algo entre nosotros. El Rey es un hombre muy serio y creo que le va a costar intentar escribir algunas líneas; pero no por eso la quiere menos -dijo guiñándole un ojo.
Serena al escuchar aquellas palabras sonrió recuperando aquel brillo en sus ojos para agregar… entonces seré yo quien le escriba.
Mientras que en Windsor:
Ring …
Sí, SM.
¿Llegó Lord Johnson?
No SM, aún no ha llegado.
Gracias.
Así pasaron los días, y Serena todas las semanas le escribía. Era increíble como aquellas cartas eran como un elixir de vida para aquel rey ¡Una pequeña de apenas 12 años le había devuelto la vida!
Habían forjado una hermosa amistad y tal como Artemis predijo, costó mucho al rey pero al final lo hizo. Sí, él también empezó a escribir. Ambos se habían convertido en amigos y confidentes entre los cuales no existían secretos.
Así pasaron casi 2 años en los cuales Serena se había convertido en una hermosa jovencita que, gracias a los invisibles cuidados de Lord Artemis Johnson y de la Baronesa Luna de Lenz, poco a poco había ido continuado y profundizado su formación en todas las áreas necesarias para convertirse en la siguiente reina.
A pesar de su corta edad, había demostrado un "enorme potencial "y a diferencia de su tío, tenía un ingrediente especial, algo que en Inglaterra empezaba a faltar,"preocupación por los más pobres".
Sí, realmente Artemis había cumplido a cabalidad su función y su promesa: había rodeado a la princesa de un grupo muy pequeño de nobles para su formación, todos ellos muy leales a SM, de buen juicio y gran corazón; todos... a excepción de uno.
La amistad forjada entre el rey y la princesa era enorme, y gracias a los buenos oficios de Artemis y de la baronesa nadie había descubierto la misma.
El rey sabía que su cuerpo no respondería por más tiempo. Poco a poco, a pesar de sus grandes avances, éste se había ido deteriorando por el descuido de tantos años; hecho del cual ahora se arrepentía.
Estaba tranquilo, sabía que Serena a sus 15 años estaba más que preparada, ya que para gobernar no solo debía tener el conocimiento, sino el manejo de todo un grupo humano. Por ello, había pedido a Artemis mantenerla al margen de cualquier problema que pudiese afectar su natural desarrollo, hasta que ella cumpliese los 18 años.
Un día de septiembre, cuando las hojas empezaban a caer, el Rey Mamoru III, Duque de McGregor dejó de existir.
Artemis no sabía cómo comunicar la notica a la princesa, sabía de sobra lo que su amistad significaba para ella y en cierto grado la dependencia que se había forjado entre ellos. Por lo que decidió enviarla a Escocia para que tuviera un lugar de descanso completamente alejado del mundo que le permita recuperarse de su dolor.
(Ding… dong, se escuchaban insistentes las campanas de las iglesias)
Toc toc.
Anunciándose inmediatamente Lord Conning y el Arzobispo de Cantburry.
Pero todo el palacio está todavía durmiendo mi Lord -dijo Doug.
Tenemos que hablar inmediatamente con Lady Ikuko.
Permiso, iré a buscarla.
El dormido palacio despertará pronto a la vida -agregó el arzobispo.
Así es Mi Lord, el día de hoy comienza una Nueva Era en Inglaterra.
Así sea.
Mi Lady, muy buenos días. Lamentamos importunarla a estas horas, pero tenemos la triste misión de …
¿Muerto? Es que acaso Mamoru ha muerto.
Así es Mi Lady y…
Entonces despertaré a Serena inmediatamente.
Espere alteza, Lord Johnson está en camino, así que mientras déjela que siga descansando aún.
No, esta noticia no puede esperar más -dijo saliendo corriendo.
¿Conoce a la Reina Serena?
NO, pero lo que sé de ella es que es obstinada y enérgica.
Mmm, no lo crea Lord Conning, es dócil y ama la verdad. Vea Mi lord -dijo acercándose a la ventana-. El sol acaba de salir, tal vez sea un buen presagio.
Toc, toc… Lord Johnson…-anunció Doug.
Lord Johnson, buenos días.
Buenos días.
¿Y la Duquesa?
Salió a buscar a la Reina Serena.
Pero, ¿acaso no le dijeron que venía personalmente a comunicarle lo ocurrido?-preguntó contrariado.
Así es Lord Jonson, pero no nos escuchó y salió casi corriendo.
Saliendo de la habitación:
Mi Lady, mi lady… -dijo Doug corriendo para alcanzarla.
¿Qué pasa Doug?
Mi Lady, he visto llegar a palacio otra carroza.
¿Pero quién más será a estas horas?
No lo sé aún, mi lady; pero creí importante informárselo.
Está bien Doug, volveré al Estudio.
Lord Jonson -dijo Ikuko al ingresar a la sala
Mi Lady, muy buenos días. He venido personalmente a informarle sobre…
Me imagino que sobre Mamuro, ya lo sé Lord Johnson, ya me lo comunicaron Lord Conning y el Arzobispo de Cantburry.
Imagino que sí, pero también tenía que venir a traer la documentación dejada por SM Mamoru.
Eso significa que…
Así es Madame… él ha dejado su testamento en el que todas sus posesiones como títulos pasan a nombre de Su Majestad Serena Victoria McGregor.
Mi hija… mi hija es la Nueva Reina de Inglaterra… no, no lo puedo creer a pesar de ser algo que veníamos esperando por largos 12 años. Déjeme que la llamo para darle la noticia…
No, no lo haga por favor. Deje que la Reina siga durmiendo.
Lord Johnson, intentábamos explicarle a Lady Ikuko que tenía que esperarlo y…
Lord Johnson, señores, les recuerdo que soy su madre y …
Toc, toc…Su Majestad Rey de los Belgas.
¿Seiya? No tenía idea que Seiya se encontrara en Inglaterra.
Así es Mi Lady, SM lo mandó llamar antes de partir.
Querida hermana.
Seiya, entonces ya lo sabes…
Así es, vengo de Windsor. Mamoru me escribió una hermosa carta pidiendo mi apoyo en este trance, así que aquí me tienen para lo que necesiten.
Entonces no esperemos más -dijo bastante emocionada- Hay que comunicarle a Victoria que es la nueva reina y…
Su Majestad. Mi Lady, Lord Johnson nuestra misión está cumplida. Es mejor que nos retiremos.
Permiso -dijeron retirándose.
Propio -dijo continuando- Perdón querida… pero llamaste a Serena ¿Victoria?
Ese es un mejor nombre para una reina, o ¿esperas que se la llamen Reina Serena?
Vamos hermana, tú eres su madre, además ella prefiere el de Serena. Pero no cambiemos el tema, ella no sabe nada ¿no es verdad?
No, ella no sabe que es la llamada a reemplazar a Mamoru
, y tampoco supo nada acerca de su salud.
Hermana, Mamoru me pidió que seamos cautelosos al darle la noticia por lo que no le diremos nada aún.
Pero…
Por lo que sé, él conocía mucho más de tu hija que tú misma, y simple, me pidió que tuviéramos mucho cuidado al informarle la noticia, por lo que creo que es mejor que sea su institutriz la que le dé a conocer los hechos.
¿Su institutriz? Pero esto es inaudito, se supone que esa es la labor de la madre ¿no? Además, he esperado por 12 largos años y…
Ahí tienes la respuesta Ikuko. Will era nuestro hermano, sin embargo pareciera que a ti eso no te interesa, que sólo te preocupara la corona.
Seiya…
Lo lamento, pero eso es lo que veo, y por lo tanto por mi rango y expreso deseo de Will me veo en la necesidad de ordenarlo. Has llamar a la Baronesa de Lenz inmediatamente.
Querido hermano perdona mi emoción, y como siempre se hará como dispongas…
Por favor, que avisen a la Baronesa de Lenz inmediatamente, ¡ah! y que llamen también al Conde de Kou.
Como diga Mi Lady.
Al cabo de unos minutos…
SM, Lady Ikuko, Lord Johnson muy buenos días.
Baronesa, la hemos mandado llamar a pedido expreso de Mamoru.
¿De SM?
Así es Baronesa, lamentablemente ha sucedió lo esperado…
Ha fallecido -repitió con voz de sorpresa y preocupación.
Así es baronesa, por lo que quería conversar con Ud.
Estoy a vuestra completa disposición señores -solo atinó a responder
Bien Baronesa...quería que me dijera algo… ¿cómo calificaría a Serena?
Mmm, -respondió con la voz ensombrecida por el nerviosismo del momento- la Princesa, perdón que digo, SM es como una niña, aunque una niña mucho más despierta que cualquiera de su edad.
¿Y cree Ud. que ella se encuentra preparada?
Así es SM Seiya, la Princesa Serena conoce a la perfección todas las obligaciones de un soberano; aunque sin sospechar que algún día sería ella la encargada de asumir la enorme responsabilidad de ser la REINA DE INGLATERRA.
Así es Baronesa, y eso es gracias a su dedicada labor. Es por ello que Mamoru y yo en nuestra última conversación acordamos que no había persona más adecuada que Ud. para darle las dos noticias: Su muerte, así como el de despertar su conciencia a su nueva situación. Para ello se le deberá entregar una carta… Lord Johnson…
Así es Baronesa, SM le dejó una última carta y autorizó que Ud. la leyera antes para que pueda estar preparada para apoyarla.
Honor que me hace -dijo sollozando al escuchar sus palabras.
Bien Baronesa, teniendo todo claro puede retirase. ¡Ah!, hoy parten a Escocia.
1 Cumpleaños
