Hellooooo! ¡He vuelto! Después de meses sin subir nada (porque he estado escribiendo una que otra cosilla pero nada que lo subo xD ) he decidido que era tiempo de volver con un short fic Jori :3 Constará de 4 capítulos que postearé cada sábado iniciando hoy y el motivo de esto es que ahora trabajo y sábado es mi día de descanso así que solo ese día puedo publicar. Sin más que decir los dejo de comiencen a leer.

Editado y resubido el 27 de noviembre de 2015


– Cat, no vamos a ir a ese lugar. Es estúpido.

– Pero Jadeeeey... – se quejó la pequeña pelirroja alargando la "e".

– Dije que no y punto, Cat. – contestó irritada la chica gótica, pero sin gritarle a su amiga. – No vamos a ir con una bruja. Repito, es estúpido.

Las chicas estaban sentadas en la usual mesa aun discutiendo cuando Tori llegó.

– Es una gitana, Jade. No una bruja. – corrigió Cat a la pelinegra.

– Bruja, gitana, chamán o la mujer lagarto. – se inclinó sobre la mesa. – Es basura.

– ¿De qué hablan, chicas? – preguntó la latina.

– De una estúpida bruj... –

– ¡Gitana! - interrumpió la pelirroja. – Y no es estúpida, Jade... – hizo un puchero con sus labios.

– ¿Y qué con esta gitana? – preguntó de nuevo Tori, alternando su mirada entre ambas chicas.

– Quiero ir a su local para comprar una poción que Robbie me ame de nuevo. – contestó Cat cruzando los brazos sobre su pecho. – Pero Jade está siendo mala y no me quiere llevar.

– ¿Y qué hay de tu hermano? ¿No te puede llevar él? – preguntó la morena.

– No... Es que la policía tomó su auto ya que encontraron cosas "inusuales" – hizo comillas en el aire – en el maletero.

– No preguntes qué cosas, Vega. – advirtió la gótica.

La morena ignoró el asunto del hermano de Cat y se dirigió a Jade.

– Jade ¿por qué no llevas a Cat? Suena interesante... me gustaría echar un vistazo. – dijo con una sonrisa la latina.

– No Vega, si no planeaba ir con Cat mucho menos iré contigo... – Jade bebió un poco de su café y se puso a ver su teléfono en un intento fallido de ignorar a las chicas.

– Jade, vamos. Por fiiiiiiis. – rogó Tori alargando la "i".

– Jadeeeeey. – Cat hizo lo mismo con la vocal.

– Dale Jaaaaade.

– ¡Por fis, pooor fiiiis!

– Vaaaaamooos.

Las chicas, ambas sentadas a los lados de Jade, empezaron a sacudir a la pelinegra, balanceándola de lado a lado como si fuera una pelota, mientras esta aun trataba de ignorarlas.

– Llévanos, Jadey. Dale, ¿siiii? – Cat hizo un puchero.

– Jade por favor. – Tori la imitó.

Solo tomó un par de minutos más de eso para que Jade explotara.

– ¡Ya basta! – azotó sus puños contra la mesa metálica. – ¡De acuerdo, las llevaré con la gitana pero dejen de molestar, maldición! – la pelinegra tapó su rostro con las manos en señal de frustración.

– ¡Yeih! – la pelirroja abrazó a su amiga. – ¡Gracias Jade! Nos vemos después de clases. ¡Adiosito! – y con eso deshizo el abrazo y se dirigió al edificio escolar saltando.

– Gracias Jade, es muy lindo de tu parte. – dijo la latina con una sonrisa de lado.

– Esta me la pagas, Vega. – Jade le dirigió a Tori una de esas miradas que hacen que Sinjin moje sus pantalones, tomó sus cosas y abandonó la mesa, dejando sola a la latina.

– Te la pago cuando quieras, hermosa. – dijo por lo bajo Tori, mordiéndose el labio inferior levemente, para luego dejar la mesa como lo habían hecho sus amigas.

…::::…

– ¿Es este basurero, Cat? – dijo despectivamente Jade mientras aparcaba su auto a un lado de un pequeño y oscuro establecimiento.

En el frente solo se veía una vidriera adornada por dentro con cortinas, que no dejaban ver el interior, y con un letrero luminoso, apagado aun por ser de día, que decía "Ocultismo". La puerta de madera se mostraba un poco torcida y vieja. El resto de la fachada de ladrillos era de estilo similar... viejo. Una persona que pasara caminado podría decir que es algo rustico. Para Jade no era más que una pocilga.

Las chicas se bajaron del auto y se encaminaron a la puerta de dicho local. En cuanto Cat abrió la puerta las chicas fueron recibidas por el sonido de una campana, de esas que tienen las tiendas arriba de la puerta para saber que alguien ha entrado. La pelirroja fue la primera en entrar, seguida de Tori y por último Jade, quien venía de brazos cruzados, aun molesta por ser arrastrada a esa tontería, según ella.

El lugar al que entraron era muy parecido al exterior, de un aspecto descuidado pero como si fuera a propósito. Había muchas botellas en estantes, libros, muñecos de aspecto extraño, los cuales Jade encontró fascinantes pero no lo mencionó, y muchas baratijas más. Pero lo que más llamaba la atención era la mesa colocada en el centro de la habitación la cual tenía encima una bola de cristal.

– ¡Oh! Clientes... Bienvenidas sean a la casa del ocultismo de Madam Zasú. – dijo la mujer que salió de detrás de unas cortinas al final de la habitación, con un marcado acento ruso. Iba vestida con obvia ropa gitana, falda larga, blusa ancha y mucha joyería al igual que el paliacate en su cabeza.

– ¿Necesitas esa campana para saber que tienes clientes? ¿No se supone que eres psíquica o algo? – Jade no pudo evitar el comentario sarcástico con su sonrisa de lado habitual y su ceja perforada levantada.

– Ugh... eres una de esas… – dijo de mala gana la gitana.

– ¿Una de cuáles? ¿De las que no caen en tus artimañas? – respondió la pelinegra con el mismo tono burlón.

– De las niñas rebeldes que desobedecen a sus padres para llamar la atención y se creen muy malas pero en realidad son muy inseguras. – dijo la gitana copiando el tono de burla de Jade.

La sonrisa desapareció del pálido rostro de la gótica y la mirada que traía en ese momento podría espantar al chico más grande de todo HA.

– No me creo muy mala... SOY muy mala y si no me cree puede preguntarle a los policías que mi padre llamó en el Día de Acción de Gracias por encerrar a mis primos por horas en un closet. – mientras hablaba avanzó un paso o dos, tratando de intimidar. – O al dueño del auto el cual destrocé por estacionarse en MI lugar… O a cualquier chico o chica de HA... ellos le dirán que tan mala soy.

– Ella es muy mala. – – Si, es muy muy mala. – dijeron nerviosamente Cat y Tori, quienes estaban detrás de Jade.

– Hmph. – La gitana sacudió la cabeza acompañada de una pequeña risa. – Bueno chicas, ¿a qué han venido? ¿A ver qué es lo que el futuro les aguarda? ¿O acaso vinieron por un libro o una poción? – preguntó con su tono de "misterio".

– ¡Estamos aquí por una poción de amor! – dijo emocionada la pelirroja pasando al frente.

– Hablemos del chico en cuestión... Para empezar ¿sabe que te gusta? – avanzó unos pasos hacia la pelirroja y tocó levemente su barbilla.

– Si lo sabe y yo le gustaba a él pero... – bajó la mirada – Como lo he rechazado antes ya no quiere nada conmigo. – susurró apenas lo suficientemente alto para ser escuchada mientras jugaba con el borde de su vestido rosa.

– Cat, esto es inútil. Ningún brebaje o poción funciona para hacer que alguien se enamore de ti. Solo ve con el tarado de Robbie y dile que te gusta. – comentó la pelinegra, dando media vuelta para ver a la pelirroja.

– ¡Jade! ¡Deja a Cat en paz, si ella quiere intentar esto es SU decisión, no la tuya! – intervino Tori.

– ¡Quien te tiró hueso, Vega! ¿¡Acaso quieres que te clave mis tijeras!? – y con eso Jade se inclinó a tomar las tijeras de sus botas.

"Por qué no mejor hacemos tijeras tú y yo..." pensó Tori.

– ¡Perro que ladra no muerde! O debo decir PERRA.

– ¡DE ESTA NO SALES VIVA, VEGA! – la gótica se abalanzó sobre la morena con tijeras en mano pero antes de llegar a ella la gitana y Cat la sujetaron por los hombros y el torso.

– ¡Ya basta! ¡No toleraré estos comportamientos en mi local! ¡Así que se comportan o se van! – sentenció la mujer rusa mientas forcejeaba con Jade.

– ¡Chicas! ¡Cálmense, por mí! – la pelirroja hizo un puchero y ojos de cachorro regañado, tan lindos e inocentes que las chicas no pudieron seguir peleando entre ellas. No querían que su amiga llore.

– Ugh, está bien... Pero Vega, si te me acercas después de salir de aquí... sufrirás las consecuencias... – amenazó la pelinegra mientras se calmaba y guardaba sus tijeras, ahora en su pantalón.

"Pégame, muérdeme, azótame, pero no me alejes de ti, Jade." Era lo único que podía pensar Tori.

– Hum, lo que sea... – la morena rodó los ojos.

– Tengo que preparar la poción ya que no me queda más. Mientras tanto, ¿se les ofrece algo de beber? ¿Jugo, agua... café quizás? – con eso último captó la atención de la pelinegra, quien veía a todas partes menos a las otras mujeres en la habitación.

– Café negro, dos de azúcar. – fue lo único que salió de los hermosos labios de la chica.

– Me sorprende que no lo pidas completamente negro, como tu alma o tu sentido del humor. – comentó sarcásticamente la mujer mayor.

– Ja Ja. ¿Gitana y también payaso? Sí que eres multifacética... – respondió sin emoción en su voz y con la ceja levantada, como siempre, la pelinegra.

La mujer ignoró a la joven y volteó hacia las otras muchachas.

– ¿A ustedes que les puedo ofrecer?

– Agua para mí y... Cat ¿tú que quieres tomar? – la vista de la morena se enfocó en su pequeña y pelirroja amiga.

– Jugo, por favor.

La gitana asintió con la cabeza y dio vuelta hacia la puerta de la cual había surgido. Sirvió el jugo y el agua en vasos de cristal y el café en una taza negra, puso hielo y azúcar respectivamente y para finalizar, en los vasos de agua y café echó exactamente 3 gotas que provenían de un pequeño frasco azul real. Las gotas se disolvieron en los líquidos hasta no dejar rastro, como si nunca hubieran estado ahí. La sonrisa ladeada en la cara de la gitana no tardó en aparecer.

– Pagaría mucho dinero por ver la cara de esas dos cuando despierten en la mañana...

La mujer tomó una bandeja y acomodó las bebidas en ella, dio media vuelta y entró a la habitación donde estaban las jóvenes esperando.

– Aquí tienen, chicas.

Cada quien tomó la bebida correspondiente. Tori y Cat bebieron de sus vasos rápidamente, terminándose en poco más de tres tragos sus bebidas. Estaban sedientas por el camino hacia la tienda ya que Jade no permitía que ningún alimento o bebida subiera a su auto; mientras que esta última esperaba a que se enfriara un poco su café.

Como de costumbre, Jade tomó su taza con ambas manos, para calentarlas un poco, y la llevó a su boca mientras cerraba los ojos para disfrutar el maravilloso sabor de su café. Sintió el caliente líquido tocar sus labios y los abrió para permitirle el paso. Frunció un poco las cejas tan pronto tocó su lengua, al sentir algo extraño en su adorada bebida. No tenía un sabor desagradable pero no era el sabor habitual... no era el sabor que bebía todos los días varias veces al día. "Debe ser una marca diferente." Pensó la gótica.

Mientras las chicas acababan sus bebidas la gitana fue a la parte trasera, de nuevo, para hacer la poción de amor para Cat. 10 minutos después emergió de dicha habitación con un pequeño frasco transparente con un líquido rosa claro dentro.

– Aquí tienes tu poción de amor, pequeña. – extendió la mano con el frasco hacia Cat, quien lo tomó con una gran sonrisa en su rostro.

– ¡Gracias! ¿Cuánto le debo?

– Son $10 dólares. – extendió la mano de nuevo esperando el dinero.

– Además de farsante, carera... – susurró Jade volteando su rostro hacia un lado.

– Ya veremos si me sigues llamando farsante cuando funcione la poción, Gasparín.

– Como sea. Cat, págale para que podamos irnos.

– Okis. - la pelirroja sacó los $10 dólares de su bolso y se los entregó a la inglesa. – ¡Gracias por todo, Madam Zasú!

– De nada, niña. Ya verás cómo ese chico Robbie volverá a babear por ti.

– Aja. Sí, como sea. – Jade rodó los ojos por enésima vez. – La que no esté en el auto para cuando yo salga de este basurero se queda aquí y se va como pueda a casa.

Y con eso las dos chicas salieron del local, subiendo rápidamente al auto de la pelinegra. Segundos después ella emergió del local y se encaminó a la puerta del conductor. Subió al auto, cerró la puerta y encendió el motor para salir rápidamente de aquel sitio.

– ¿No sintieron nada raro en sus bebidas? – preguntó Jade después de unos minutos de silencio en el auto.

– Mi jugo de manzana estaba delicioso. – dijo Cat sonriente, haciendo notar sus hoyuelos.

– No, Jade. ¿Por qué preguntas?

– Nada, nada... no es nada. Olvídenlo.

Jade siguió conduciendo, acercándose cada vez más a la casa de la pelirroja quien era quien vivía más cerca de donde estaban y a quien, por las mismas razones, dejaría primero. Estaban a punto de llegar cuando Cat habló.

– Jadey, no quiero esperar mucho para darle la poción a Robbie y ya que el lunes no hay clases, ¿podríamos reunirnos en tu casa el domingo? Bañarnos en la piscina y comer pizza para que así le pueda dar la poción a Robbie en su soda. Pooooor fiiiiis. – rogó la pelirroja haciendo uso de su famoso puchero, de nuevo.

– No, Cat. No los quiero a todos metidos en mi casa haciendo desastre. Sabes que a casa de mi papá no los llevo. – terminó de decir mientras aparcaba frente a la casa de la pelirroja.

– ¡Pero Jadeeeeeey! – Cat estaba dispuesta a hacer un berrinche.

– Ni lo pienses Cat. Ahora bájate de mi auto.

– ¡No me voy a bajar hasta que digas que sí! – dijo testarudamente, cruzando los brazos sobre su pecho.

– ¡Cat! Ya te llevé con la estúpida gitana, ¡no me hagas enojar!

– ¡Dejen de pelear! – intervino la latina

– ¡No te metas, Vega!

Parecía que la Tercera Guerra Mundial había sido desatada en el interior del auto de Jade. Cat pidiéndole a Jade hacer la reunión en su casa. Jade reusándose. Tori diciéndole a Jade que no sea tan amargada. Jade diciéndole a Tori que vaya a ver si ya puso la marrana. Cat diciendo, de nuevo, que necesita esa reunión.

– ¡Ya basta! – explotó la pelinegra. Su respiración era agitada tanto por los gritos como por su enojo. – Cat... esta es la última vez que dejo que me manipules así... dile a esos imbéciles que los espero en la casa de mi padre a las 2:00 PM... ni un minuto más, ni un minuto menos. Y ellos y ustedes llevarán la comida y bebidas. Ahora ¡bájate de mi auto!

– ¡Yeih! Les enviaré mensajes de texto a los chicos. ¡Amo textear! ¡Gracias Jadey, adiosito! – se despidió la pelirroja y bajó del auto, caminando rumbo a su casa.

El motor del auto rugió cuando Jade giró la llave en la ignición e inició su marcha hacia la casa de la latina. Un momento después Tori se quitó el cinturón de seguridad y pasó hacia el asiento del pasajero ante la mirada incrédula de la dueña del auto.

– ¿Qué crees que haces, Vega? ¿Quién te dio permiso para pasarte a mi lado? ¡Además estás pisando los asientos! – se quejó la gótica sin quitar la vista del camino.

– No sabía que debía pedirte permiso, jefa. – dijo la morena sarcásticamente mientras se abrochaba el cinturón de seguridad.

– Es mi auto, me tienes que pedir permiso hasta para respirar.

– ¿Ahora el aire es tuyo? – preguntó incrédula.

– Como las ventanas están cerradas respiras del aire acondicionado de MI auto. Así que sí. Soy dueña del aire que respiras en este momento.

"Eres dueña de todos mis respiros y suspiros Jade." Pensó Tori.

– Pues mira como respiro tu aire. – dicho esto inhaló una gran cantidad de aire y lo sacó por la boca, soplándolo hacia el rostro de Jade.

– Eso es todo. - la gótica frenó su auto. – Bájate.

– Pero falta para llegar a mi casa.

– No está tan lejos. Camina.

– ¡No! Estamos a 8 cuadras Jade, no te va a matar llevarme.

– Si así lo quieres... – con eso dicho, Jade dio vuelta en U y empezó a alejarse.

– ¡Jade espera! ¿Qué haces? ¿A dónde me llevas? – preguntó algo desesperada Tori.

– Yo me voy a casa, Vega. Así que te puedes bajar aquí y caminar 8 cuadras o te bajas en mi casa y tomas un taxi. Tú decides. – frenó de nuevo el auto.

La latina murmuró unas cuantas maldiciones mientras se bajaba del auto de la gótica, quien tenía una sonrisa de satisfacción en el rostro.

– Hasta luego, Tori. – se despidió con burla.

– Jódete Jade.

"Ya quisieras, Vega." Fue el pensamiento de Jade antes de partir a casa.

Eran casi las 6 PM cuando llegó a la casa de su madre. Aparcó su auto, buscó sus llaves y entró a la casa. Se estaba sacando la chaqueta de cuero cuando fue recibida por un hermoso minino.

– Hola bebé. – tomó en brazos al lindo gato con pelaje de patrón siamés y ojos azules como los de su dueña, sin importarle la playera oscura que traía. – Eres el único que no me molesta. – el felino comenzó a ronronear ante los cariños y caricias proporcionadas por Jade. La chica le dio un beso en la cabeza al gato y lo bajó con cuidado al suelo. – Ven, vamos a la cocina a buscar algo de comer. – dijo mientras se sacudía los pelitos del animal de su blusa.

La chica entró a la amplia cocina y sacó de la alacena un sobrecito de comida húmeda para el animal, lo sirvió en su pequeño plato y le dio agua. El felino enseguida empezó a comer y Jade le dio una última caricia en la cabeza. La chica prendió la cafetera y procedió a sacar su propia comida; abrió el frigorífico y sacó lo necesario para hacerse un emparedado. Cuando ya estuvo listo lo puso en un plato y sacó su taza favorita para su preciado café. Se sentó en la isla de la cocina con el plato en una mano, el emparedado en la otra y su taza al lado suyo. De pronto sintió una vibración en su bolsillo delantero. Sacó su teléfono para ver que tenía un mensaje de texto de su mejor amiga que decía "Todo listo para el domingo, los chicos llevarán bebidas y la pizza, Tori y yo las botanas :)". "Como sea" fue la simple respuesta que tecleó la pelinegra. Cuando terminó su emparedado y su café eran ya las 7 PM, por lo que decidió tomar una ducha y luego tomar las cosas que necesitaría en la casa de su padre.

Eran pasadas las 8 PM cuando llegó pero el cansancio sumado al hecho de no querer ver a su padre hicieron que Jade se vaya directo a su habitación. Dejó su celular y sus llaves en su mesita de noche y comenzó su ritual nocturno. Cerró las cortinas y comenzó a desvestirse, quitándose la blusa de manga larga que traía, seguida por las botas y los jeans, quedando así en la ropa interior negra que llevaba debajo. Alcanzó un pequeño tuvo de crema de la mesa de noche, puso un poco de su contenido en la palma de su mano, la frotó con la otra y comenzó a pasarlas por sus brazos, humectando toda la piel a su paso. Repitió el mismo proceso con su cuello, torso y piernas, frotando hasta que la crema se hubiera disuelto sobre su blanca piel. Después, tomó un cepillo y lo pasó varias veces por su cabello para deshacerse de cualquier nudo que pudiera tener; si había algo que Jade cuidase más que su piel era su cabello. No traía maquillaje así que solo se puso una camisa, que más bien le quedaba como bata ya que le llegaba a los muslos, y se metió a la cama, cayendo rápidamente en los brazos de Morfeo.

...::::...

Después de caminar por varios minutos Tori al fin llegó a casa. Cansada y sedienta entró a la cocina a servirse un gran vaso de limonada rosa con mucho hielo, que bebió de un trago. Estaba a punto de subir las escaleras cuando su fastidiosa hermana entró por la puerta del patio.

– ¿Por qué la cara de perrito al que acaban de patear? – preguntó, con falsa preocupación, Trina.

– Cállate, ¿quieres? Iré a tomar un baño. – dijo y retomó su camino escaleras arriba.

– Un baño y no una ducha, hmm... ¿Problemas amorosos relacionados con cierta loca de pelo negro? – preguntó en tono de burla y haciendo énfasis en la palabra "loca".

– ¡Trina!

– No es mi culpa que no le digas lo que sientes. – alzó los brazos en señal de derrota.

– Solo olvídalo, ¿sí? – y con eso desapareció por las escaleras.

Ya en el baño se desvistió rápidamente y se metió a la ducha para quitarse de encima el sudor, ya que ¿quién se quiere remojar en su mugre? Cuando salió de la ducha llenó la tina con agua caliente echándole sales con aroma a mango con y burbujas. Recogió su cabello en un chongo, encendió unas velas, apagó la luz de la habitación y puso la música relajante que siempre ponía para estas ocasiones. Las melodías de piano invadieron el cuarto de baño, cumpliendo el propósito de relajar a la latina quien metió cuidadosamente un pie a la bañera, seguido del otro para luego sentarse con parsimonia en la gran tina. Con todo su moreno cuerpo sumergido Tori echó la cabeza para atrás y trataba de olvidar sus problemas.

Tras poco más de una hora de relajación el estómago de la morena protestaba por la falta de alimento, por lo que Tori decidió que ya era hora de salir del agua y bajar a cenar algo. Se secó con una toalla gris y se puso una bata para poder bajar a la cocina. Al bajar a la sala se encontró a su mamá viendo televisión mientras comía lo que parecía ser un delicioso omelet de huevo.

– Hola mamá.

– Hola cariño. ¿Disfrutaste de tu baño?

– Sí. Fue muy relajante... ¿hiciste omelet? – preguntó mientras se sentaba junto a su madre en el sofá.

– Sí... – asintió y siguió comiendo.

–...

–...

– Y... ¿está bueno?

– Sí, está delicioso...

–... – Tori alternaba su mirada entre su mamá y el plato de comida.

– ¿Quieres?

– Sí, por favor. – dijo con una sonrisa la morena más joven.

– Debe haber huevos en la cocina. Prepáralo, mi amor. – Holly Vega siguió comiendo.

Tori se levantó del sofá y se dirigió a la cocina para ver el cartón de huevos vacío.

– Te acabaste los huevos, mamá. – dijo Tori con frustración, tirando el cartón a la basura.

– Entonces prepara algo más, cariño. – respondió Holly desinteresadamente mientras jugaba con su celular.

"¿Es en serio?" Fue lo único que la latina menor podía pensar.

Rodó los ojos y abrió el refrigerador para sacar la leche, para luego sacar de una estantería una caja de hojuelas de maíz azucaradas. Sirvió su cereal con leche en un tazón y subió a su habitación. Tomó su celular, el cual no había checado a pesar de que escuchó sonar el ringtone de mensajes mientras tomaba su baño, y vio el mensaje de texto de su amiga pelirroja que decía "Tú y yo llevaremos botanas a la fiesta de piscina en casa de Jadey, los muchachos llevarán la soda y algunas pizzas n.n" La latina le respondió con un simple "Oki dokie" y dejó de lado su teléfono, poniéndolo a cargar.

Terminó su tazón de cereal cuando ya era cerca de las 8 PM y a pesar de ser tan temprano decidió irse ya a dormir. Desató el cinturón de la bata pero sin quitársela, se puso unas panties y un short para dormir de Bob Esponja. Ahora sí, quitándose la bata, se puso una sencilla blusa de tirantes blanca y con eso se tumbó en su cómoda cama, sumergiéndose rápidamente en el mundo de los sueños.

...::::...

Con las dos chicas dormidas y pasada la media noche algo pasó. Algo que cambiaría su manera de verse y de tratarse la una a la otra… algo que las cambiaría por completo.


¡Y eso es todo por ahora! Espero les haya gustado xD díganme que les pareció lo lencha de Tori :v jajajajaja y si ven un tipo o algo háganmelo saber. Dejen lindos reviews y nos leemos el próximo sabaduki :3

¡Chao!

Sorry por la tardanza xD