¡Hola a todos/as! Aquí os traigo una nueva historia sobre la serie a la que estoy actualmente enganchada. RIVERDALE (me recuerda un poco a Scooby Doo, creo que por eso me gusta tanto). Bueno, esta historia no es sobre los protagonistas, sino sobre sus padres y los problemas que ellos tenían cuando eran adolescentes. La historia se va a centrar sobre todo en FP (el padre de Jughead) y Alice (la madre de Betty), porque desde el capítulo 10 no me los puedo sacar de la cabeza. Comienzo esta historia justo después del final de temporada para que la espera no se nos haga tan larga. Muchos besos, y ¡disfrutadla!

Descargo la responsabilidad: no soy dueña de nada, tan solo de mi imaginación, que es la que ha creado esta historia.

El sol salía por el horizonte bañando todo el parking de caravanas de un naranja brillante. En el último tráiler del camino que llevaba al bosque, Alice Smith terminaba el último ejercicio de química que ayer había mandado la señorita Young. En general solía hacer todos los deberes durante la hora del almuerzo ya que durante la tarde trabajaba en Pop's y cuando llegaba a casa estaba demasiado cansada.

Su padre la había dicho que dejase aquel trabajo que tanto la disgustaba, pero necesitaba el dinero si quería salir de allí e ir a la universidad a estudiar periodismo. Quería con todas sus ganas ir a Nueva York o a Chicago. La daba igual el destino siempre y cuando fuese lo más lejos de este lugar.

El South Side de Riverdale era el lugar donde ocurrían todas las desgracias del pueblo. Droga, asesinatos, robos… Por desgracia a ella la había tocado nacer en aquel lado de las vías del tren. Sus padres también se habían criado allí y eran gente honrada. Su padre, Walter Smith, era el mejor mecánico del pueblo. Hasta los Blossom, la familia fundadora y más rica del pueblo, acudían a él cuando sus lujosos coches tenían problemas. Su madre, Barbara, era ama de casa, como todas las mujeres en el South Side. La habían criado bien y la habían dado todo lo podían. En cambio, a pesar de que su familia era de las pocas familias decentes aquí, había otras a las que era mejor no acercarse. Un ejemplo claro de ello era la familia Jones, liderada por el patriarca Forsythe Pendleton "FP" Jones, su mujer Debra y su único hijo FP Jones II. FP Jones padre era el líder de la banda más peligrosa de Riverdale, las Serpientes del Sur. Esta banda se dedicaba básicamente a la droga y a mancharse las manos de sangre cada vez que podían. Alice sabía que su padre había pertenecido a la banda en su juventud, pero cortó lazos con ellos en cuanto su preciosa hija nació. No quería acabar bajo tierra antes de que su niña diese los primeros pasos. También sabía que él y FP habían sido muy buenos amigos y que a este no le había importado que Walter dejase la banda.

FP Jones padre trabajaba en la construcción codo con codo con Arthur Andrews, el padre de Fred Andrews, mejor amigo de FP hijo. Todos iban al instituto Riverdale con Mary Simmons, Hermione Diaz, Hal Cooper y Joe Keller, el hijo del sheriff. Alice se llevaba muy bien con Hermione. Trabajaban juntas en Pop's toda la semana y los fin de semana quedaban para ir a The Bijou, el pequeño cine de Riverdale donde proyectaban clásicos de los 70 como El Exorcista, que siempre la hacía temblar en la butaca. A veces Hermione se traía a Fred y ella se sentía incómoda, y a veces les envidiaba. Aunque con lo que tenía para elegir en su instituto, estaba mejor sin novio.

Cuando terminó el ejercicio, metió la carpeta y el libro en su mochila y salió de su habitación hacia el salón, donde sus padres estaban desayunando. Comió algo rápido y salió del tráiler con prisas hacia el instituto. Llegando al final del camino de grava, se encontró con la última persona a la que quería ver. FP Jones, con su pelo negro y mal peinado, esos ojos oscuro que penetran en el pensamiento más profundo, su chupa de cuero de las Serpientes que ella nunca admitiría que hacía que cada fibra de su cuerpo temblase y, como no, fumando un cigarrillo.

Al pasar por su lado, silbó y dijo "esa faldita me pone Allie". En respuesta, ella rodó los ojos y alzó su mano izquierda sacando el dedo corazón. Nunca lo admitiría, pero sentía algo por FP. Cada vez que lo veía, aparecían "mariposas" en su estómago.

Llegó al instituto con la hora justa y se sentó en sus pupitre al lado de Hermione. Las clases de por la mañana transcurrieron con normalidad, y a la hora del almuerzo, se sentó en una mesa de picnic con Hermione, Mary y Fred, y mientras estos charlaban de sus cosas, ella intentaba concentrarse en sus deberes.

"Por cierto Alice, esta tarde no puedo ir a trabajar" dijo Hermione a su amiga. "Han vuelto a ingresar a mi madre y Pop me ha dicho que sin problemas, que entre tú y él haríais la tarde". La madre de Hermione sufría de esquizofrenia desde siempre, y aunque las pastillas recetadas por el médico la venían bien, cada cierto tiempo sufría algún ataque.

"No te preocupes Hermione, lo importante es que tu madre se recupere" dijo Alice con una sonrisa a la vez que pensaba en lo dura que iba a ser esa tarde.

"Por cierto Alice, ¿sabes algo de FP?" preguntó Fred a la vez que se metía una patata en la boca.

"Esta mañana lo he visto fumando en el parking, pero no tenía pinta de que iba a venir hoy" dijo ella con indiferencia mientras continuaba con historia.

"Hola chicos" saludó Hal Cooper al grupo, "hola Alice". Esta le respondió moviendo la mano.

"Hola Hal" dijo Mary, "ven siéntate". Se echó hacia un lado para que cupiese en el banco.

"¿Qué tal van los entrenamientos Hal?" preguntó Hermione.

"Podrían ir mejor si aquí el torpe de Andrews no se hubiera lesionado" respondió Hal lanzándole el balón a Fred, que lo pilló al vuelo. La conversación continuó entre los cuatro, sin la intervención de Alice en ningún momento.

El timbre tocó y el grupo volvió a clases. A las cinco de la tarde, Alice ya estaba en Pop's con su uniforme puesto. Era viernes, lo que significaba el doble de trabajo. Los chicos salían del instituto y se dirigían a Pop's a tomarse un batido para después ir al Autocine a ver la película que proyectasen ese viernes. Creía recordar que ese día proyectaban El Golpe con Robert Redford y Paul Newman. A las doce menos cuarto, cuando solo quedaban quince minutos para que su turno acabase, FP Jones entró en el restaurante y se sentó en la barra.

Ella, con cara de cabreo le preguntó, "¿qué quieres FP?" Detestaba verlo por allí a esas horas porque sabía que por su culpa acabaría saliendo más tarde de lo normal.

"He venido a cenar cariño" dijo, cogiendo el menú y echándole un vistazo. Alice resopló y cogió su libreta.

"Un poco tarde para venir a cenar, ¿no?" dijo ella mirándole.

Encogiéndose de hombros él dijo "es a la hora a la que salgo del Autocine" y antes de que a ella le diera tiempo de decir algo, pidió "una hamburguesa con queso, un batido de vainilla y un trozo de tarta de cereza".

Ella lo apuntó todo y preguntó "¿algo más?" a lo que él contesto echando el cuerpo hacia delante en la barra "sí, un beso tuyo". Alice parpadeó dos veces con sorpresa y dijo "¿perdón?"

"Ya lo has oído nena, quiero que me des un beso" repitió con una sonrisa burlona. Esa sonrisa, pensó Alice. La odio y me encanta a la vez.

"Voy a pedirte tu comida" dijo mientras se dirigía a la cocina. Allí, después de entregarle a Pop la hoja con el pedido, bebió de un trago un baso lleno de agua. ¿Qué acaba de pasar?, pensó.

Cuando la comida estuvo preparada, ella ya estaba cambiada. Le sirvió la comida a FP y le dijo "que aproveche" antes de salir de allí. Justo cuando pasaba por la esquina de Pop's, dos manos la cogieron de la cintura y la llevaron hacia la parte trasera del local. FP la puso contra la pared y capturó sus labios con pasión. Alice tardó en reaccionar. Al principio estaba confusa, pero poco a poco comenzó a relajarse y, envolviendo los brazos alrededor de su cuello, profundizó el beso. Ninguno de los dos estaba seguro de cuánto tiempo había pasado cuando se separaron. FP mostró esa sonrisa burlona una vez más y dijo "no ha estado nada mal Allie". Alice se apartó de él y le abofeteó en la cara. "No vuelvas a hacer eso nunca más" dijo y se fue corriendo. FP se quedó allí, mirándola y sonriendo de oreja a oreja.

Cuando Alice llegó a su casa se metió en su habitación y se tumbó en la cama. Tardó un buen rato en dormirse. Pensó en el beso que había compartido con FP, tan apasionado y a la vez tan dulce. Era muy buen besador, y quería volver a probar sus labios otra vez. Pero no podía hacerse la fácil. No con él.