¿Cómo están? Si, sé que esto no es NALU y también que estoy con dos historias en proceso. Pero esta pareja me ha gustado desde hace mucho; no me aguante y termine escribiendo sobre ella en mis tiempos libres. Espero que les guste ^^

Si les agrado háganmelo saber :3

LA VIDA ES UNA PERRA

Desde pequeña he comprobado, que la vida solo es agradable con algunas personas. Conmigo, se ensaño de la peor manera. Mi padre era alcohólico, por lo que cada noche al llegar a casa con el hedor de la bebida, se encargaba de recordarnos a mí y a mi madre que era el quien tenía el poder. Nos golpeaba, hasta el cansancio y luego se tiraba a morir en el sofá. De adolescente la vida fue aún peor, ya que debía de esconder los problemas de mi casa del mundo exterior y aun así, tratar de lidiar con todo lo que conlleva ser joven.

Solo tuve una amiga en mi etapa de preparatoria, ella era dulce y muy agradable. Pero cometí el error de enamorarme del mismo muchacho que ella y evidentemente la eligió a ella por sobre mí y eso acabo con nuestra amistad. Bueno, en realidad solo me aleje de ella. No necesitaba más dramas en mi vida como para estresarme por una cara bonita y la falta de interés de esta, en mí.

Ahora, a mis 23 años sigo sosteniendo que la vida es una perra, ya que se encargó de hacerme vivir un infierno. Mi padre asesino a mi madre a golpes hace 2 años yo por suerte estaba trabajando cuando eso paso, sino seguro hubiera corrido con el mismo destino. Él está preso desde entonces, pero eso no quita el hecho de que he perdido a la única persona que me mantenía unida al mundo. Ahora solo tengo una deuda enorme a causa de mis antecesores y 2 trabajos que a duras penas me dejan lo suficiente para comer.

Son las 6 de la tarde y estoy camino al cabaret nocturno en el cual trabajo. No, no soy bailarina ni mujer de compañía, simplemente me dedico a servir tragos. El tren está casi vacío., pero aun así una persona me habla.

-Disculpa, ¿Puedo sentarme? – Enfoque mi vista hacia la voz - ¡¿Mi?! ¡¿Minerva?!

-… - mierda, con el día de mierda que tuve es la última cara que quiero ver ahora. Fue el encargado de alejarme de mi mejor y única amiga – Hola Sting.

-¡Esto es increíble! – Se acomoda y gira su cuerpo hacia mí - ¡Yukino no podrá creerme cuando le diga que te vi!

-Si verdad… - a pesar de mi actitud distante el no paro de contarme sobre su vida. Me comento que se casó con mi amiga y que ahora estaban esperando a su primer hijo - ¡Qué bueno encontrarte Sting! Pero yo me bajo aquí.

-¡Yo también! ¡Qué casualidad! – necesito alejarme lo más rápido posible de este positivismo asqueroso. Camine a paso acelerado, tratando de perderlo en el camino, pero como siempre la vida…

-¿Tienes idea de la hora siquiera? – una voz profunda saludo a Sting y aproveche esto para alejarme de él.

-¡Lo siento Rogue! Me encontré con una vieja amiga de mi esposa y – ya estoy lo bastantemente lejos así que – ¡ESPERA MINERVA! - ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda! Sostuvo mi brazo y eso ya me exaspero, odiaba que me tocaran, me recordaba al hermoso trato que tenía mi padre hacia mí.

-¡¿Qué?! ¡Estoy apurada! Tengo más cosas para hacer que – me enseña su celular - ¿Qué?

-Yuki no me perdonara si no le llevo algo para contactarse contigo ¿Me darías tu numero?

-No tengo celular – agranda los ojos. No necesita saber que lo tuve que empeñar para poder comer. No saque mucho por ese vejestorio, pero al menos pude comer por 3 semanas.

-De acuerdo, te doy su número y te comunicas con ella de algún lado para que lo guarde y – no necesito esto.

-No – me di media vuelta y el volvió a sostenerme del brazo - ¡No me toques! – hoy fue un día horrible, el hijo de mi jefe se pasó la mañana molestándome y ahora esto.

-Lo siento yo – fruncí el ceño – Yukino te extraña mucho y.

-Disculpen – el hombre detrás del rubio nos interrumpió - La gente los está mirando y ¿No quieren discutir en otro lado? – recién ahora me percate de él, tenía el cabello largo y negro atado en una coleta corta, una cicatriz en la nariz y los ojos de un extraño color rojo. Nunca me habían llamado tanto la atención los ojos, salvo que estos eran… - ¿Usted? ¿No entraba en el instituto SaberTooth?

-Si – sonrió - ¿Quién eres?

-Era compañero de Sting, no destacaba mucho pero me acuerdo de la mayoría de los rostros que vi durante mi bella estadía en ese lugar – yo no recuerdo su cara – Soy Rogue Cheney un gusto – por algún motivo, un calor agradable recorrió mi cuerpo y me hizo corresponder a su saludo con una suave sonrisa.

-Minerva Orland – escucho como alguien se aclara la garganta. ¡Ya me había olvidado del rubio molesto! – Dame el número y veré como hago.

La vida seguía siendo una perra, pero por algún motivo extraño, el día pareció mejorar un poco.

Mentiras y más mentiras, a la semana de haberme encontrado con el esposo de mi ex-mejor amiga me despidieron de mi trabajo matutino. El hijo de mi jefe no se tomó bien el rechazo y le dijo a su papi que yo había robado. No sé si por suerte o mala suerte no me metieron a la cárcel, ya que por lo menos ahí tendría comida gratis. Ya estaba corriendo hacia mi trabajo en el cabaret, cuando un sujeto se atravesó en mi camino y caí de bruces, rompiendo mi taco y mi bolso en el proceso.

-¡¿PORQUE NO MIRAS POR DONDE?! – cuando encare al muchacho era el mismo muchacho de ojos rojos que vi con Sting.

-Lo siento mucho yo – me tendió la mano y la acepte, por suerte me sostuvo bien; porque mi taco salió por completo y casi caí de nuevo – lamento eso.

-No te preocupes, la vida es una perra conmigo aun sin tu intervención – arqueo una ceja y yo le hice un gesto con la mano para que lo ignorara. Miro en dirección hacia las puertas del tren, al ver que estas se cerraban suspiro y volvió su vista hacia mí.

-¿Quieres que te acerque? Es lo mínimo que puedo hacer – Si lo miras, dirías que es un ejecutivo con mucho dinero… y lo último que quiero es que alguien como él me lleve al cabaret.

-No gracias, es algo lejos y.

-Insisto, mi auto está afuera y mis planes para hoy se cancelaron – yo tendría que caminar a la parada de buses y luego caminar para llegar a mi trabajo… con un taco roto…

-Está bien – sonrió y me ayudo a llegar hasta su auto (Uno del año). Hablando con él descubrí, que es de la misma ideología política que yo, extrañamente era mi compañero en el club de debate y ambos opinábamos lo mismo del profesor Rufus. Cuando estábamos a unas cuadras de mi trabajo le pedí que me bajara. No quería que se metiera por los callejones con ese lujoso auto.

-¿Estas segura? Si ya estamos cerca no me cuesta nada – me baje rápido y le tendí un poco de efectivo.

-No es mucho, pero al menos así no me sentiré tan mal por quitarte tu tiempo y tu combustible. Muchas gracias – negó con la cabeza – anda, tómalo o la culpa podrá conmigo.

-De acuerdo – agarro el efectivo – ojala nos volvamos a ver.

-Ojala – sonreí y cerré la puerta y me encamine a mi trabajo una vez que él acelero. Por primera vez disfrute de mi venida a trabajar, bueno, es la primera vez que una compañía no me vino mal. Pero con lo perra que es esta vida, no lo volveré a ver.

Lo sabía, no volví a ver al agradable moreno. Ya paso más de un mes desde mi encuentro con Sting y con Rogue. Estaba saliendo de mi trabajo, caminaba por los horrendos callejones del lugar, pero no tenía miedo. He ayudado a todos los adictos de aquí, y ellos me cuidan siempre que salgo de trabajar. Llevaba una falda roja ridículamente corta, una blusa blanca muy escotada y unos zapatos negros altos, por lo cual caminar se me hacía difícil. Estaba cruzando una calle, cuando un auto piso freno y casi me atropello; quedo a escasos centímetros de mí, pero eso no quitaba el susto que me dio.

-¡¿Por qué no miras por dónde vas?! – golpee el capo con mis manos y creo que lo hice con demasiada fuerza ya que mi muñeca comenzó a molestarme. Eran las 3 de la mañana y cuando la puerta del vehículo se abrió supe que había hecho algo mal ¿Realmente estoy en posición de pelear con el conductor?

-¿Minerva?

-¡Rogue! ¿Qué haces aquí? – su mirada se paseó por mi figura, carraspeo y luego enfoco sus ojos rojos en mi rostro.

-Me dirijo al hospital, Yukino está en trabajo de parto y Sting esta como loco – era la primera vez que lo veía con ropa normal y no trajeado. Esos Jeans y esa remera negra le quedaban de maravilla.

-Entonces no te detengo más – me hice a un lado de la calle.

-¿Quieres ir?

-No, solo sería una molestia.

-Estoy seguro que Yukino se alegrara de verte. No deja de reclamarle a Sting el que no haya conseguido alguna manera de contactarte – abrió la puerta del acompañante – anda, yo te acerco a donde quieras después - ¿Por qué me cuesta tanto decirle que no? No quiero volver a ver a Yukino, justo ahora que esta tan feliz y ocupada y.

-No estoy vestida como para ir a un hospital – sus ojos volvieron a pasearse por mi figura y se detuvo más tiempo de lo necesario en mis piernas descubiertas. Lo pensó un momento e ingreso nuevamente al auto para salir de el con una chaqueta deportiva negra.

-Está limpia – mire la prenda – solo será un momento – odio cuando las personas se ponen insistentes, pero por algún motivo…

-Está bien – agarre la prenda y me la puse. Me quedaba bastante larga por suerte, cubría mucho más que lo que yo llevaba puesto. Subí al asiento del pasajero y nos encaminamos a toda prisa al hospital. Al llegar, consulto con una de las enfermeras donde se encontraban y una vez nos acercamos a la habitación un alborotado rubio, se encaminaba hacia nosotros.

Sigue en trabajo de parto! – parecía un león encerrado.

-¿Y qué haces tú afuera? – lo reprendió Rogue.

-¡ME SACARON! ¡Que supuestamente soy muy escandaloso! Entra con ella, no quiero que este sola.

-¡¿Yo?! ¡Tú eres el padre entra ahí y guarda la compostura! – Empujo al rubio a la sala nuevamente y suspiro – es como un niño.

Desde afuera podíamos ver todo. Mi ex – mejor amiga se encontraba sobre la cama, con las sabanas cubriendo sus piernas. Ella se veía cansada, pero aun así estaba bonita, siempre lo fue. Ella era alegría y tranquilidad, por eso Sting la eligió a ella. No es muy complicado saber cuál sería su favorita, incluso yo la preferiría a ella antes que a mi… no debo estar aquí. Soy una parte de su vida, que debería mantenerse atrás… Tengo que salir de aquí, no sé cómo deje que este hombre me convenciera.

-¿Minerva? – sentí la mano de Rogue en mi hombro y eso me altero.

-No sé qué hago aquí – me libre de su agarre y me encamine a la salida. Podía escuchar sus pasos siguiéndome, pero eso no me detendría - ¡No puedo hacerlo! – una mano grande detuvo mi escape.

-¿A dónde vas? Al menos salúdala antes de irte.

-Soy algo del pasado para ella, le estoy haciendo un favor.

-No creo, ella lo perdió todo y lo único que guarda de su pasado es a Sting y si te das una oportunidad creo que ella estará feliz.

-Soy la peor compañía para ella en este momento.

-Deja que ella decida – jala con suavidad mi mano – Anda ¿Qué tienes que perder? - ¿Y si arruino todo? Bueno, de todas maneras no es como si las cosas estuvieran bien así que...

-Yo... - mire tras de él y por el pasillo a paso acelerado venia Sting, con una sonrisa de oreja a oreja.

-¡Oii! ¡Es una niña!

-No grites en los pasillos idiota - lo reprende el moreno.

-¡LO SIENTO! - vuelve a levantar la voz mirando hacia atrás – Yukino pregunta por ti y – enfoco sus ojos en mi - ¿Minerva? ¿Qué?

-La encontré por el camino y la convencí de venir – el rubio ensancho su sonrisa.

-¡GENIAL! Vamos conmigo – corre de nuevo por el pasillo.

-No corras – disminuye la velocidad pero aun así es rápido. Soltó mi mano y me tendió el brazo – solo un segundo - … algo anda mal conmigo.

-De acuerdo… - Tal vez la vida no sea una perra completa, o en este momento está cansada de morderme.

Definitivamente Yukino es luz, me sonrió como si nunca nos hubiéramos separado, como si todos estos años no hubieran pasado. Agradecí internamente a Rogue por haberme casi atropellado o nunca tendría el coraje para enfrentarme a mi amiga. Estuve solo 30 minutos con ellos, no conversamos demasiado, pero al menos pude sentir por un momento lo que era estar cerca de alguien a quien le importas. Me despedí y salí afuera para entregarle a Rogue su saco.

-No hace falta, yo te llevare a donde me digas - una oferta tentadora ya que tengo que caminar bastante desde aquí a una parada que me sirva pero.

-Gracias, pero no - me mira sorprendido - mi vecindario no es un lugar para alguien como tú - me quite el abrigo y se lo entregue.

-¿Perdón? - sonreí.

-Si tu auto llega a adentrarse no prometo que salga entero - me reí de mi propia broma y me despedí inclinando la cabeza - Gracias de todos modos, cuídate mucho.

-... Hasta la próxima - no había prometido nada, porque si la vida es como siempre, no nos volveremos a encontrar.

AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA

¿Continuara? No se nomas cuando :c

Adiosito :3