Ome Piece no es mío.
Pechos
- Ace tiene pechos.
Con sus apenas dieciséis años Luffy le había sorprendido a su vecino de toda la vida más veces de las que esperaba en toda su vida, pero nadie puede culparlo, pues el menor era un remolino y sumado a su enorme curiosidad debía ser considerado un peligro nacional, sin embargo, había escuchado cuentos de todo tipo, desde las repeticiones de las mentiras del conocido narizón hasta los mitos antiguos de Robin, y justo cuando estaba seguro que ya nada podría sorprenderle, se equivoca.
- ¿Qué?
- Si, ¿no los ves?
Es obvio que no, es decir, si el tuviera esas 'cosas' lo notaría al instante, sin embargo, observa su cuerpo una y otra vez, incluso toca un poco, nope, nada diferente.
- No sé a qué te refieras, Lu.
- Ace, mira. –La voz es molesta-
Los pasos del menor son ruidosos y muy seguros, dando a entender que no está diciendo sandeces.
Las manos del menor son bien conocidas por su cuerpo, pues lleva tiempo conociéndolas en diferentes situaciones, sin embargo, la manera en que el menor toca su pecho es diferente.
Las pequeñas manos le recorren sobre la camiseta blanca, le gusta ser tocado por esas pequeñas manos, sin embargo, estas no han continuado el usual recorrido, se han detenido y han comenzado a palparle.
La mirada concentrada del menor se le hace extraña, pues este casi nunca se muestra así.
Observa como la sonrisa del menor se ensancha cuando ambas manos rodean sus pectorales, realiza un ligero movimiento hacia arriba mientras los aprieta un poco.
- ¿Ves, tienes pechos?
Ace no negará que la manera en que Luffy sostiene sus pectorales le recuerda a un buen par de pechos.
- ¡Es músculo! –Le espeta mientras aparta enojado las pequeñas manos-
- Nami dijo lo mismo.
El de pecas detiene todas sus acciones.
- ¿Osea, tocaste las 'cosas' de Nami?
La sonrisa del menor es enorme.
- Ella dijo que eran más grandes que los de Hancock.
El mayor está estático.
- No solo tocaste las de Nami, sino también las de Hancock.
- Fue por el bien de la ciencia, eso fue lo que dijo Robin.
- Lu, no puedes tocar de esa forma a las señoritas.
- No las toqué, ellas hicieron que yo las tocara –Le dice como si fuese lo más obvio del mundo, el mayor no puede evitar palmear su frente ante la inocencia del más joven- Aunque –Dice captando la atención del mayor- Les dije que no podía ganar ninguna de ellas, pues los pechos de Ace son los mejores.
Ace sabe que no debe sentir ese calorcito en su pecho en este tipo de situación, aunque está contento de que el menor le considere mejor que sus amigas.
Aunque ya puede presentir las amenazas de muerte por parte de Hancock, y las deudas por parte de Nami, Dios.
- Lu, no tengo pechos.
- Si –Vuelve a rodearlos y levantarlos de la misma manera, esta vez añadiendo un poco más de presión, causando que el mayor suspire un poco- ¿Lo ves?
- No son pechos, es músculo.
- Pero Robin dijo que eran sensibles –Acaricia un poco sobre la camiseta, causando que el de pecas vuelva a suspirar- Y tú eres muy sensible aquí.
Siente el ligero pellizco y decide que Luffy está entrando en terreno peligroso.
Toma las manos del menor mientras las aparta de su cuerpo.
- No son pechos, es músculo, reitera.
- Bueno, si tu lo dices Ace -Sabe que le está retando, y sabe también que va a aceptar dicho reto-
- Puedo comprobarse que no soy tan sensible -le dice mientras desliza una de sus manos por las caderas del más chico, haciendo que este se estremezca- Además, tu si tienes cintura -contrarresta-
Antes de la negativa del menor, Ace le toma entre brazos mientras le dirige a su cuarto, dispuesto a demostrarle que no tiene pechos.
Quedó raro, ¿no? :v
Gracias por leer!
