Sangre (Tuya, mía, nuestra)
Lo que parecía ser una simple cacería de vampiros en un despoblado se transformo en un tremendo dolor de cabeza para Sam, se encontraba en esos momentos sujeto por dos fornidos chupasangres mientras que su hermano, herido e inconciente, estaba de espaldas en el suelo con otro de los no muertos sobre el.
El menor no podía saber la gravedad de las heridas de su hermano, un pequeño charco de sangre se estaba formando alrededor del mayor y el olor metálico del líquido estaba enloqueciendo a los seres, no quería ni pensar lo que pasaría si perdían por completo la cabeza. Forcejeaba de ven en cuando para liberarse pero los dos que lo sostenían eran mas grandes y fuertes que él.
Pero no atacaban, no se movían y eso ponía aun más nervioso a Sam, parecían esperar a alguien más, a algo más y eso no le gustaba, quería acabar pronto con ellos, tomar a su hermano y alejarse lo mas posible de ese lugar.
Una figura apareció por entre los árboles, un hombre de piel tan clara que relucía a la luz de la luna, pelo castaño claro largo hasta los hombros y ojos rojos, caminaba solemnemente y algo en él irradiaba sensualidad. Un vampiro, pero un vampiro como de los libros, Sam sacudió su cabeza, eso no podía ser.
Los otros vampiros se movieron inquietos ante el recién llegado, parecía como si aquel fuera el líder, a quien esperaban.
- Vaya, vaya, ¿Qué tenemos aquí? – Exclamo el desconocido en voz alta.- un par de cazadores cazados, que ironía.- se acerco a Sam y lo observo con cuidado.- eres atractivo pero no eres lo que buco.- se alejo ignorándolo, Sam sudo frío, si este tipo buscaba a alguien atractivo, para quizás que cosas, su hermano cabía dentro de esa categoría con creces.
El extraño se acerco al caído Dean con demasiada calma, cada paso que daba le encogía el corazón a Sam, estando atrapado sin poder hacer nada.
Con un movimiento de la mano el hombre hizo que el sujeto que sujetaba a Dean se apartara. Se agacho a un lado del mayor.
- Precisamente esto es lo que buscaba.- le levanto el rostro, Sam pudo ver que el mayor aun no despertaba de su inconciencia así que el otro pudo observarlo a su entero gusto, la sonrisilla macabra que le bailo en los labios le hizo sudar frío.- después de tanto buscar lo he encontrado.- aquel hombre levanto el brazo del mayor, en ese momento Sam se fijo que era de ese lugar desde donde su hermano sangraba, y lamió la herida don lentitud, un estremecimiento cruzo el cuerpo de Dean quien entreabrió sus labios en un suspiro apagado. El castaño forcejeó aun mas intenso adivinando las intenciones del vampiro.
- ¡Suéltalo!- grito con todas sus fuerzas, el otro se limito a solo mirarlo con indiferencia.
- Quédate ahí tranquilo, pronto serás la primera comida para mi nuevo compañero.- Sam forcejeo un poco mas pero solo provoco la risita burlona de sus captores.- podrá haber sido tu pareja, pero ya no lo será mas.
El castaño vio con creciente terror como el vampiro acercaba su cara al cuello descubierto de Dean, unos largos colmillos surgieron de entre los labios y entraron en la tierna carne del mayor de los Winchester, un gemido medio dolor medio placer se escapo de los labios del castaño mientras su vida era succionada por el vampiro. Una de las manos del hombre recorría con lentitud el cuerpo tembloroso del mayor, recorriéndolo con desesperante lentitud, mientras que la otra lo sujetaba de la nuca impidiéndole cualquier movimiento. Sam se sentía impotente, una enorme rabia le empezó a inundar el cuerpo y de ella una fuerza que desconocía, diferente al subidon por la sangre demoníaca, una energía tan grande que con un solo movimiento logro liberarse de sus captores enviándoles lejos, pero no le importo, solo miraba hacia el lugar donde el vampiro jefe sujetaba a su hermano, en esos momentos ya había terminado de beber de él y se preparaba para hacerle tomar de su propio liquido rojo, Sam estaba seguro que si Deán lo hacia lo perdería para siempre.
El tercer vampiro intento impedirle el paso pero no lo logro, Sam, con esa fuerza recién adquirida, y que después tendría tiempo de analizar, lo envió lejos junto a los otros solo con un movimiento de sus manos, lo único que podía pensar era en alejar a Deán de ese hombre, salvarlo por que, maldita sea, esa situación ya lo tenia con los nervios de punta.
Mientras el vampiro se había abierto una herida en la piel del pecho y empujaba suavemente la cabeza de Dean hacia ella, cuando los labios del mayor estaban por tocar las gotas de sangre un fuertísimo golpe lo dejo fuera de servicio. El cuerpo del rubio cayo desparramado al piso, pálido e inconciente aun.
- ¡Dean!- Sam cayo sobre sus rodillas intentando sujetar el cuerpo de su hermano antes de que tocara el piso, lo consiguió por poco.- Dean, hermano, responde.- el mayor apenas respiraba y su piel estaba tan blanca que sus coquetas pecas brillaban, el castaño lo sacudió, al principio suave pero luego más fuertemente pero aun así el mayor no se despertaba.- ¡Vamos Dean!
El vampiro se levanto del sitio en donde había caído e intento acercarse a su presa arrebatada, pero una barrera invisible se lo impidió, la energía recién descubierta de Sam fluía a su alrededor como una pared que los protegía.
Pero el ser no se dio por vencido.
- ¡A no ser que se alimente de mi sangre morirá!- grito.- y tu heroico rescate no habrá servido de nada, déjale venir a mi.- abrió los brazos como si con eso lograra convencer al chico de que le entregara a su hermano.
Pero Sam ni lo escucho, sabia que su adorado Dean estaba muriendo y que él debía hacer algo para ayudarlo. Aunque hubo algo a lo que si puso atención.
- Sangre… - eso era peligroso, demente, pero por el momento no se le ocurría nada más.- Dean, perdóname…- murmuro, tomo un cuchillo, el que siempre guardaba entre sus ropas, y con el abrió su muñeca, tan solo para que un hilillo de sangre surgiera de él. – Dean…- acerco su brazo hasta los labios del mayor, sintiéndose culpable pero no viendo otra salida; unas cuantas gotas entraron por lo labios entreabiertos del rubio, la reacción fue inmediata, los labios de Dean se pegaron a la piel del menor bebiendo con fuerza el elixir que emanaba de su brazo, Sam gruño, el contacto de los labios del mayor le hizo estremecer, una placentera corriente de placer le recorrió la espalda y no pudo evitar comenzar a acariciar la nuca despejada de Dean, el contacto de la piel del mayor lo hizo temblar como jamás pensó que le sucedería.- ah… Dean…
Mientras eso sucedía el vampiro se despertó el golpe de Sam y se levanto, observo la escena con una mueca en su cara, aquel tipo le estaba quitando a su nueva pareja y eso no lo iba a permitir, se acerco nuevamente de manera lenta, debido a la situación la habilidad de Sam para mantener la barrera puesta estaba disminuyendo, estaba demasiado entretenido como para preocuparse de eso, y el tipo sonrió, se agazapo para atacar, liberaría a su nuevo consorte de ese tipo, seria solo de él y después…
No contó con que los instintos de Dean se hubiesen despertados con la sangre con que lo alimento su hermano, intuyo que su señor estaba siendo amenazado por algún ser cuyo olor no le agradaba, se tenso y alejo sus labios del brazo de su señor. Sam se quejo nuevamente y abrió los ojos, se sentía un poco débil pero se animo enormemente al ver que su hermano reaccionaba.
- Dean…me alegro que ya… - no alcanzo a terminar por que los carnosos labios de su hermano capturaron su boca en un beso posesivo y lujurioso, Sam, sorprendido, no logro reaccionar antes de que Dean se apartara de su lado y se levantara delante de él, protegiéndolo. Siguió con sus ojos la dirección de la mirada del mayor y vio al vampiro líder frente a ellos con una expresión de estupefacción marcada en el rostro.
- No te le acerques.- la voz del mayor sonó oscura, poderosa y autoritaria, tanto que a Sam lo recorrió un escalofrió.- no te dejare hacerle daño.
El vampiro líder se estremeció, aquel jovencito le estaba retando, a él, que llevaba más de doscientos años en la tierra; hervía de furia, pero aun así no pudio acercarse a ellos, algo en la mirar del rubio, en la fuerza de su voz, en su firme postura lo hizo desistir.
- Volveré.- exclamo con la voz temblando de rabia.- me perteneces.- diciendo eso escapo retrocediendo hacia la oscuridad y desapareciendo en ella.
- ¿Dean…?- Sam estaba en shock, no sabia bien que había sucedido con su hermano, esperaba estabilizarlo dándole algo de su sangre, pero no esperaba, para nada, que el rubio tuviera la fuerza suficiente siquiera para moverse.- ¿Estas bien?- Dean se volteo a verlo y al castaño se le corto la respiración, Dean no solo se veía bien, si no que se veía estupendo, si antes al menor le parecía guapo ahora no podía creer lo que tenia frente a sus ojos, su piel había tomado un ligero color pálido que lejos de desmejorarlo le asentaba de lo mas bien, sus ojos verdes brillaban a la luz de la luna y sonreía, sonreía como Sam jamás lo había visto sonreír.
- ¿Cómo no voy a estar bien?- le pregunto con su nueva voz increíblemente sexy.- Acabo de despertar de un largo sueño y has sido tu el que me ha traído de vuelta.
- ¿De que hablas hermano?
Por toda respuesta Dean se agacho a su lado y le extendió la mano.
- Vamonos, no es seguro quedarnos aquí.- su voz ejercía una irresistible atracción en él y no podía resistirse a la orden que le daba. Embelezado por la nueva belleza sobrenatural de su hermano se dejo guiar hasta el impala, que aguardaba inocente unos cuantos metros más allá. Aun con una sonrisa bailándole en los labios Dean arranco el auto y enfilo rumbo a la habitación de motel en la que se alojaban.
