-¿Entonces… no estarás, conmigo?… dijiste que como ninguno tenía pareja lo pasaríamos en plan de amigos Ichigo…-
-''Lo siento… no podré, te quiero…''- Se escuchaba del otro lado del teléfono, mientras una pálida chica sorbía de una taza un tanto grande con forma de un famoso conejo, olvidando el amargo diálogo de hace un rato; miraba el arreglo de bombones con chocolate, y una carta escondida donde le confesaría todo lo que sentía por él desde hace tiempo atrás, que terrible, era la única fecha del año donde tenía excusa para darle algo con detalle, y todo se arruinaba en unos minutos, ese regalo que le había costado semanas de noches sin dormir, o tareas de la universidad sin entregar o castigos de parte de profesores por quedarse dormida o el ser retirada del salón, aunque en ese tiempo no le importaba nada de eso, ahora le hacía presencia, el coraje, la tristeza y el enojo discutían para ver quien predominaba en las emociones de Rukia, miró el cristal de las ventanas, las gotas de lluvia hacían competencia por llegar al borde, y fue cuando se le cristalizaron los ojos, se apoyó en la misma mesa donde se posaba el presente y se llevó el móvil a la frente; se puso a llorar, tremendo error, …
-''¿Estas llorando…?'' – Ella abrió los ojos como platos, los secó lo más pronto posible y respondió.
-Espera, yo te había cortado la llamada… como…-
-''No lo hiciste…''- Se guardó un silencio en donde cada uno tuvo tiempo para pensar.
-Ya nada importa, tú estás lejos…lo siento-
Era definitivo, ella había apretado aquel botón; tomó la carta con desesperación y quiso deshacerse de ella, después de pensarlo dos veces en sufrir de alguna enfermedad por salir con ese clima se acercó a la puerta del departamento, pues ella vivía sola; se seca las lágrimas de nuevo, respira hondo para luego no arrepentirse de lo que haría, tomó con miedo la manija y la abrió, un viento un poco brusco la hizo abrir los ojos… estaba en shock.
-Era una sorpresa…- Era realidad lo que ella veía? Enserio estaba ocurriendo? Ichigo estaba ahí, contemplando sus ojos llorosos, llevaba consigo un ramo de flores un poco echados a perder por el camino; la lluvia para ese entonces había bajado de intensidad para pasar a ser una llovizna. - … pero, me destrozó el haberte oído llorar… y si venía a buena velocidad en el carro, aumenté por mucho y créeme que tan lejos de ti no estaba.- Ella no entendía nada, miró las flores , observó su carta, para al final que los dos entendieran y sonrieran.
- Ichigo… - Saltó a él para quedar abrazada un buen tiempo más de aquel chico que le robaba suspiros, mientras el besaba su frente…
