Era aproximadamente las dos AM y no hacía treinta minutos que habían terminado un caso que Sherlock se quejaba de aburrimiento.
-¡John no aguanto! ¡Necesito uno! -Dijo Holmes, deteniendo el rasgar de las cuerdas de su violín- ¡Dame uno! ¡Lo exijo!-
Watson suspiró antes de voltear para ver a su compañero de piso y su expresión de desesperación, tan latente en sus ojos.
-No, Sherlock.- Dijo por tercera vez a lo largo de la noche. -Menos en el piso. No me agrada el aroma que deja.-
John volvió a su ordenador para seguir escribiendo o eso trato porque Sherlock comenzó a andar por la habitación, caminando por las paredes de desesperación. Lo vio irse al baño y suspiró.
-Tire los que escondías allí.- Exclamó el Blogger, sin despegar sus ojos de su teclado. Sherlock salió del baño, azotando la puerta detrás de él y fue a la reprisa de la chimenea. -También los de ahí.- Sonrió por lo bajo ante la frustración de su amigo.
Todo esto lo divertía mucho a John hasta que...
Sherlock se acercó a John, muy seguro de que, si John tenía sus cigarros, este los tendría encima.
-¿Q-qué haces?- Dijo, tratando de alejarlo de los bolsillos delantero de su pantalón. -¡Sherlock déjame!- Exclamó, sintiendo el rubor dominar su rostro.
Principio del formulario
-Te he dicho que sólo uno. - Sin detener el forcejeo sobre el rubio, su paciencia estaba al límite y por nada del mundo dejaría escapar esa oportunidad. De vez en cuando su mano tocaba zonas blandas del Blogger, sin embargo no prestó atención en ese momento hasta que el rubor delató al rubio.- ¡Dámelos! -exigió sin retirase un centímetro, posesionándose finalmente sobre él, quedando con ambas rodillas a los costados del otro- Sé que los tienes... ¡Dámelos!
¡Sherlock déjame!- Exclamó, sintiendo cómo sus músculos se tensaban al verse atrapado entre sus piernas. -Sal de encima de mí. No te los daré.- Lo tomó de sus muñecas, tratando de retirar sus manos de su pantalón. La situación lo estaba poniendo inquieto y Sherlock, cegado por su necesidad de nicotina, no miraba lo incómodo que John estaba bajo su cuerpo, o por lo menos eso era lo que John quería pensar.
-No. - Siguiendo con aquel juego de manos, dispuesto a encontrar los cigarrillos que el rubio le negaba. - Entonces no me quitaré. -forcejeando por liberarse de las manos de John, que para su desgracia tenía más fuerza que él, por algo era ex-militar. - Sabes que los necesito. -dejando caer su peso completamente sobre el Blogger.
-¡No los necesitas!- Dejó escapar un gemido, incapaz de retenerlo al sentir su cuerpo hacer presión sobre él. John quedó congelado un momento, aferrado a sus muñecas, sintiendo cómo su pecho ascendía y descendía con rapidez. -N-no los tengo encima.- Dijo, tratando de evitar aquel juego que comenzaba a ponerse peligroso para John.
- Me has quitado mis distracciones. - Aún con el juego de manos sobre John, intentando deshacerse infructuosamente de su agarre.- Entonces dime ¿dónde están? Y no, no me quitaré de aquí hasta que me los entregues. -Pegándose completamente al cuerpo del ex-militar.
-No te daré el gusto.- Lo miró, desafiándolo con la mirada. Estaba firme en su decisión y aunque la presión y el calor del cuerpo ajeno lo ponía nervioso no pensaba ceder. -No te diré dónde están y tú estuviste de acuerdo con eso. Ahora, por favor, déjame Sherlock.- Dijo lentamente.
- ¿No? -sabía que aquella situación comenzaba a sobrepasarle, desafiándole más de lo que le gustaría aceptar- No es tan fácil, las reglas del juego han cambiado. - Tornando su voz un poco melosa sin dejar de ser firme.- Sólo será uno, sabes que estoy aburrido. Soy capaz de cualquier cosa.
Abrió ampliamente sus ojos, sintiendo cómo su voz estremecía todo su ser. -N-no... No cederé. Te lo prometí.- Musitó, sintiendo cómo su voz temblaba. -Déjame. Ahora, Sherlock.- Cerró los ojos, tratando de no ceder a tanta tentadora presión.
- Y soy yo mismo quien te los está pidiendo - acercándose a su oído, notando finalmente lo frágil que John se tornaba por la cercanía, posiblemente.- ¿Si no? -Aspirando el aroma de la piel de su cuello- Por favor, John.
John mordió su labio, inclinando su cabeza a un lado, sintiendo su respiración chocar contra la sensibilidad de su piel. -Sherlock... Tú me diste órdenes. Estoy firme en obedecerte.- Susurró, sintiendo cómo sus instintos cedían ante la actitud que había adoptado Sherlock.
-Dado tu alto grado de obediencia… - Sherlock habló chocando su cálido aliento sobre su piel- Ahora te ordeno que me los des. Vamos, mi nueva orden no es tan difícil. -Lamiendo su cuello lascivamente.
John gimió con debilidad al sentir la humedad de su lengua contra su cuello. Puso ambas manos en su pecho y trató de alejarlo. -No, Sherlock. Me ordenaste no dártelos. No te diré.- Exclamó, con la respiración alterada.
-Obedeces lo que te conviene. - Emitiendo un leve quejido- Mmm... Interesante –Dijo Sherlock, oponiéndose a ser alejado de su piel.- Esto te gusta ¿cierto? -Acercándose nuevamente a él, reclamando aquella piel del cuello con algunos mordiscos traviesos.
-Sherlock...- Jadeó, mordiendo su labio. -No ganarás nada con esto. Déjame seguir escribiendo.- Sus manos se cerraron, atrapando su ropa, sintiendo cómo sus mordidas le producían una sensación cálida en la parte baja de su vientre.
- Comienzo a encontrarle el lado positivo. – Susurró el detective consultor sin detener su labor, su nombre era tremendamente tentador en sus labios, quería escuchar más.- Vaya... -Despegándose un poco de su piel- Veo que comienzas a disfrutarlo. -
Sus labios dejaron escapar un suspiro, producto de su placer. Los labios de Holmes se sentían deliciosos en su cuello pero John sabía que no podía ceder, que solo eran trucos para que le dijera dónde estaban los cigarros. - Deja tus juegos, Sherlock. Por favor.- Jadeó, bajando suavemente sus manos por su pecho, sintiendo sus latidos tan potentes contra las palmas de sus manos.
- No estoy jugando John. - Introduciendo hábilmente una de sus manos dentro de la camisa del rubio, tanteando su calidez con lentitud al principio.- Cigarrillos o... -mirándole a los ojos. - No me detendré. - Uniendo sus labios a los del rubio, mordiendo su labio inferior con lascivia.
John se sorprendió al sentir su mordida. Una sensación eléctrica corrió por su espalda, obligándolo a bajar sus manos hasta los muslos de Holmes, para atraerlo más hacia él. -Te he dicho que no fumarás, Sherlock.- Dijo, mirando la intensidad de sus ojos a tan corta distancia, rojos por cansancio, con las pupilas dilatadas por su deseo, el mismo deseo que comenzaba a carcomer al ex-militar.
Sabía que sus besos habían logrado el efecto deseado sobre el cuerpo del rubio. Le devolvió la mirada con lascivia, sabía que no era correcto dejarse llevar por sus emociones pero estaba con John, qué más daba.- Entonces dame otra cosa. - Atrapando sus labios finalmente en un fogoso beso, desabrochando su camisa con ambas manos.
John asintió, bastante atontado por sus acciones. -Oh dios, si.- Dijo, sacando la camisa de Sherlock de su pantalón para tocar y sentir el calor de su cuerpo, respondiendo a su boca con ansia antes de despegar su boca de la suya para besar su cuello, besos que se convirtieron en lamidas en toda su extensión, hundiendo su rostro, sintiendo cómo su lengua humedecía su piel con su mejilla.
Instintivamente las palabras del rubio elevaron exponencialmente su temperatura corporal; adoraba que con sólo unas palabras, el rubio pudiese conseguir descontrolarle.- Bien... -Escondiendo una sonrisa satisfecha, levantando el cuello para darle más espacio. Moviendo sus manos para sacar finalmente la camisa del rubio.
John colaboró gustoso a que lo despojara de su camisa antes de desprender los primeros botones de su camisa, dejando descubierto su hombro. John marcó un camino con su boca de su cuello a su hombro, para besarlo suavemente antes de morderlo, clavando luego sus dientes en su clavícula, terminando de quitarle la camisa, sintiendo que ya la tela le molestaba.
-John... -Y su voz comenzaba a escucharse ronca debido a la excitación que le recorría. Sus manos temblaban al momento que se deshizo de la estorbosa camisa, descendiendo lentamente a través de sus costados, marcando su cuerpo travieso para sentir la dureza del ex-militar- Vaya... Que tenemos aquí... -Mordiendo su propio labio inferior, ardiendo en deseo.
John deslizó su mano a su espalda, para acariciar su espina dorsal con las yemas de sus dedos mientras que sus labios exploraban su pecho, hasta encontrarse con su pezón al mismo tiempo que Holmes se encontraba con su erección. -Tócame, Sherlock.- Susurró antes de lamer su pezón. -Necesito sentirte.-
Un escalofrío delicioso recorrió su cuerpo con el tacto del ex-militar, soltando pequeños gemiditos, respirando con la boca cuando el rubio lamió su pezón, dejándole completamente duro.- S-Si... -Deseaba que aquello no se hubiera escuchado tan desesperado, sin embargo el momento lo ameritaba. Su mano le acarició por encima del pantalón, tocando el bulto caliente mientras con la otra le desabrochaba, finalmente introduciendo su mano, masajeando en círculos su miembro sobre la húmeda ropa interior, hasta asegurarse que estuviera completamente duro.
Su cadera se impulsaba hacia delante, deseoso de sentir la totalidad de su mano. John clavaba las yemas de sus dedos en su espalda, atrayendo más su pecho hacía él, mientras que gemía de vez en cuando, dejando de succionar su pezón derecho por momentos, aún frotando el izquierdo con su pulgar.
Sherlock introdujo completamente su mano en la ropa interior del rubio, emitiendo una risa nerviosa, cargada de deseo y excitación por el mutuo placer que estaban proporcionándose. John quedó algo sorprendido por su risa ¿qué había sido lo gracioso?
Tuvo que sacudir su cabeza, tratando de no distraerse con las caricias del detective. Levantando su cadera para que le pudiera bajar la ropa hasta los muslos.
- ¿Q-que quieres... Que haga?... Ngh… -sin ocultar su excitación, recorriendo con sus delgados dedos el miembro del rubio, retirándole la ropa interior hasta donde le era posible.-
Watson sonrió con picardía ante el tono de su voz y su sonrisa se ensanchó con sus palabras. -Levántate y desnúdate.- Dijo después de acercarse a su oreja y atrapar su lóbulo con los dientes.
