-Fue una boda hermosa- Decía acomodándose en la cama.
-Si que lo fue, pero lo que finalizó con broche de oro fue el regalo de Stephen Hawking.
-Si, me emociono mucho a mi también- Ella se acurrucó en el hombro de su ahora esposo.
Amy miro la mano izquierda de él, ese anillo; que ahora les daba a entender a las personas que tenía "dueña", le quedaba muy bien. Pero todavía no le dió a Sheldon la sopresa, tomo sus dedos entre su mano y le quito el anillo.
Sheldon la miro desconcertado.
-Quizas no te diste cuenta pero, hice que graben una frase en el interior de tu anillo- Confesó Amy.
Sheldon examinó la sortija de oro lisa por dentro y vio que tenía razón.
-Leelo- Ánimo ella emocionada.
-Ash Nazg durbatulûk, ash Nazg gimbatul, ash Nazg thrakatulûk agh burzum-ishi krimpatul- Leía concentrado
-Un anillo para gobernarlos a todos. Un anillo para encontrarlos, un anillo para atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas.
-¿Esto es...?- Se dió cuenta, sorprendido.
-La descripción del anillo único. Al principio iba a hacer que pongan tu nombre y el mío, pero esto simboliza más lo que siento por ti- Le explica.
Él, prácticamente se quedó sin palabras.
-¿Sheldon?
-No hay duda- Dijo sin más.
-¿No hay duda de que?- Pregunto confundida.
-No hay duda, de que eres el amor de mi vida- La beso dulcemente. -Te amo, Amy Cooper.
La neurocientifica sonrió, le parecía raro pero tan gratificante el nombre Amy Cooper.
-Y yo te amo también, esposito.
Se volvió a poner el anillo donde correspondia.
Se besaron y acurrucaron junto al otro, están ansiosos de saber que les deparaba el futuro ahora que están casados.
Felizmente casados.
Fin!
