¡Hola a todos de nuevo!

Aquí les tengo este nuevo reto para presentarles.

Espero que les guste como mis anteriores historias, esta historia es mía de mí para ustedes.

Los personajes pertenecen a S. Meyer, yo solo juego con ellos. Por favor pasen, lean y dejen sus reviews, ya que eso me motiva para seguir escribiendo. Gracias.

ATTE: *Little Saturnito*


The Love Of A God

Capitulo 1

- Muchas gracias por su compra señora García - dije dándole una sonrisa mientras le tendía su ramo de claveles blancos.

- Muchas gracias a ti Bella - respondió devolviéndome la sonrisa.

- Sin duda eres la atracción de la floreria Bella - dijo Irina, la dueña de la floreria en la que llevaba trabajando cerca de cinco meses.

- No es nada, siempre me han gustado las flores por alguna extraña razón y trabajando aquí me hace sentir en casa - comente acercándome a donde estaban los pequeños tallos de bambú.

- Me alegra que te sientas así pero bueno me voy, regreso en un rato - dijo tomando su bolso debajo del mostrador y se lo puso al hombro - Cualquier cosa ya sabes que puedes marcarme al móvil.

- Claro, vaya sin cuidado - la despedí con una sonrisa y no pude evitar soltar un suspiro pesado cuando me quede sola por lo que decidí entretenerme cuidando algunas de las rosas que teníamos en el invernadero en la parte trasera.

Había pasado cerca de seis meses desde que había huido de casa de Renee, mi madre, e iniciado mi vida, aunque bueno huir no era la mejor forma de decirlo, simplemente mi madre estaba lo suficientemente ocupada lidiado con su segunda juventud y sus distintos novios como para importarle que su hija de dieciocho años recién cumplidos no había regresado de la escuela una tarde.

¿Y mi padre?

Ja, ese tipo era "una alma bohemia" que no podía ser atado a nada ni a nadie, o al menos esas fueron las últimas palabras que le escuche decir antes de irse en busca de la libertad que mi madre le quería negar.

Ambos se habían conocido cuando una Renee de diecisiete años, salio al cine con algunas amigas, chocaron y las cosas de ella cayeron al suelo, en ese tiempo él experimentaba su vena de músico, cosa que hizo que Renee cayera rendida de amor y pasión por él. Se encontraron varias veces después y poco a poco sus encuentros subieron de tono hasta que se entregaron al fuego de la pasión, semanas después se enteraron que serian padres.

En cuanto los padres de Renee se enteraron, la corrieron de la casa y se desentendieron de ella y el bebé que esperaba por lo que fue a hablar con mi padre para ver que harían y después de pensarlo decidieron casarse para darle un hogar al bebé.

Los dos encontraron trabajos para mantenerse y tener un techo, mi padre comenzó a trabajar en un restaurante como cocinero y mi madre como cajera en un súper mercado.

Lamentablemente esa vida no le sirvió a ninguno, mi padre fue el primero en darse por vencido así que cuando tenia cinco años tomo sus cosas y tras discutir como mi madre por última vez, salir por la puerta del pequeño departamento en donde vivíamos y nunca regreso. Renee tardo algunos años más, cuando cumplí once pensó que ya era lo suficientemente madura como para cuidarme sola dado que ya había tenido mi primer periodo y comenzó su nueva vida, salia por las noches, escapadas de fin de semana, llegaba oliendo a alcohol y sus primeros novios a aparecer por la casa así como sus constantes depresiones después de terminar con ellos, los siguientes años sus novios se convirtieron en amantes ocasionales... Hasta que apareció él.

James

Renee lo había conocido cuando una amiga de fiesta la invito a las Vegas, se conocieron la misma noche que salio por un poco de diversión y regreso dos días después felizmente casada.

En ese tiempo yo tenia diecisiete años y mi cuerpo se había desarrollado bajo la ignorancia de mi propia madre, la cual estaba más que enamorada como para darse cuenta de las miradas que su esposo le daba a su hija. Mi instinto de supervivencia despertó y comencé a evitar lo más posible la casa por las tardes, por lo que me conseguí un empleo como ayudante en una cafetería pero eso no evitaba que tuviera que regresar por las noches.

Desde el momento en que me di cuenta de las miradas de James hacía mí comencé a poner seguro en mi puerta y la trababa con una silla, también aprendí a despertarme al menor ruido.

Un día, mis clases de la tarde fueron suspendidas y pensando que nadie estaba en casa decidí descansar un poco hasta que llegara la hora para irme a trabajar... Pero después de que me diera un baño descubrí que no estaba sola, James me acorralo contra el pasillo de regreso a mi habitación...

No sé de donde saque las fuerzas suficientes como para tomar uno de los jarrones que estaban de adorno ahí, lo deje fuera de combate lo suficiente como para tomar un poco de ropa en una pequeña maleta, mis documentos importantes, todo el dinero que tenia ahorrado y salir corriendo de esa casa.

Me refugie en un hotel barato y gracias a Dios o a cualquier divinidad celestial había completado los créditos necesarios para graduarme de la preparatoria, así que después de que hablara con mi consejera y el director decidieron hacerme un par de exámenes para después otorgarme mi diploma seis meses antes de terminar la escuela.

La consejera sabía lo delicado de mi caso y me aconsejo el denunciar a James por intento de violación pero sabía y conocía demasiado a mi madre como para saber que haría cualquier cosa por sacarlo de la cárcel o prevenir que pisara una.

Por lo que al final decidí poner tierra de distancia y como pude llegue hasta que llegue a Esmeralda, una pacifica isla lo suficientemente lejos de Renee y James. A pesar de ser una isla pequeña, la ciudad estaba lo suficientemente desarrollada como el continente, por fortuna pude encontrar una pequeña cabaña en renta a las afueras de la ciudad y un trabajo en una floreria como ayudante. Al inicio las personas se preguntaban que hacía una chica de mi edad en una isla como esa, al principio dudaba sobre que decirles pero después simplemente dije que mis padres habían muerto y no me quedaba nada en el continente por lo que había decidido probar suerte en Esmeralda.

Ya era algo tarde cuando salí de la floreria y antes de dirigirme a casa decidí pasar a mi lugar secreto: un escondido lago con una gran cascada, lo había descubierto cuando decidí explorar el bosque y después de algunos días me di cuenta de que al parecer nadie solía ir ahí.

- Esto es maravilloso - dije en un suspiro de placer cuando el agua fría toco mi cuerpo caliente - Después de un largo y caluroso día de trabajo no ahí nada mejor que nadar desnuda en agua fría y cristalina - mi cansado cuerpo comenzó a relajarse y lentamente me acerque hasta la cascada, como varias veces ya había nadado ahí tenia algunas toallas y ropa seca escondida detrás de una pequeña cueva que estaba ahí.

Estaba a punto secando mi cabello cuando escuche un fuerte golpe en el agua por lo que algo asustada me asome, al estar anocheciendo pude ver como una brillante luz provenía del cielo e iluminaba una zona en el centro del lago, mi mirada se dirigió hacía el cielo y grande fue mi sorpresa al ver que este tenía una especie de grieta la cual solo duro unos pocos segundos antes de que se empezara a cerrar lentamente.

- ¿Estás seguro de que le viste caer por aquí? - escuche una voz ronca y seria que me hizo sentir escalofríos, gracias a la cortina de agua que me envolvía sabía que nadie me vería por lo que me asome por uno de los lados de la cueva. Parados frente al lago había dos figuras masculinas altas vestidos completamente de blanco pero debido a la distancia y al agua no podía distinguir muy bien sus rasgos físicos pero pude ver que uno era rubio mientras que el otro era moreno.

- Si, escuche el sonido del agua - respondió moreno - Lo más seguro es que este muerto si no ha salido del agua, vámonos el velo esta a punto de cerrarse - agrego antes de darse media vuelta y caminar por donde había venido.

- Eso le enseñara a ese demonio a no querer repetir la historia - dijo el rubio mientras se daba la vuelta para seguir a su acompañante pero por un instante se detuvo para dirigir su mirada hasta donde estaba la cascada, mi corazón comenzó a latir con prisa ante la idea de que me hubiera visto o notado mi presencia pero después de unos segundos este negó con la cabeza para emprender su camino y desaparecer entre los árboles, no paso más de un par de minutos más antes de que con un brillante destello de luz junto a un fuerte aire, la extraña grieta se cerrara por completo, dejando el lugar en un completo silencio que era roto únicamente por el sonido de la cascada.

Espere por unos momentos para estar completamente segura de que no hubiera nadie más antes de lanzarme de nuevo al agua para tratar de investigar lo que sucedía, por fortuna aún no me había vestido, y nade rápidamente hasta el centro del lugar pero no se veía nada a la vista por lo que decidí sumergirme, una mancha negra llamo mi atención, gracias al cielo el lago no era lo demasiado profundo por lo que no tuve que sumergirme más que un par de segundos para sujetar el objeto, sacarlo a la superficie y como pude logre llevarlo hasta la pequeña cueva detrás de la cascada.

Un hombre.

Estaba vestido con un traje de cuero negro o eso parecía, su piel era blanca, su barbilla era fuerte y tenia un poco de barba, lo que me hizo pensar que tenia alrededor de los veintitantos y los treinta y pocos, su cabello se veía oscuro debido a lo mojado que estaba por lo que no podía distinguir muy bien su color.

- Dios, ¿Que hago? - me pregunte al verle inconsciente - ¡Respiración! Si, primero tenemos que revisar que este respirando - lentamente acerque mi oído a su nariz pero no lograba escuchar o sentir algo - ¿Pulso? - coloque mi oído esta vez en su pecho pero por el ruido de la cascada y la gruesa chaqueta que portaba no lograba distinguir muy bien sus latidos - Espero que me disculpe - dije antes de bajar el cierre de la gruesa chaqueta.

Jamás y puedo jurarlo, jamás me había llamado la atención algún hombre, tal vez por lo sucedido con mi padre y James pero al instante en que el torso del misterioso hombre estuvo frente a mí, inconscientemente mis manos comenzaron a recorrer su pecho desnudo y fue como si algo dentro de mí se comenzara a encender, mis senos se endurecieron al instante al igual que mis pezones y sentí como mi centro comenzaba a experimentar un cosquilleo placentero que me hizo desear tenerlo entre mis piernas mientras me penetraba duro y rápido, fue en ese momento en que desperté del trance en el que estaba y me di cuenta de dos cosas: una era lo que estaba haciéndole a un completo desconocido inconsciente y la otra era que continuaba completamente desnuda.

- Concéntrate Bella, ¿O dejaras morir a este hombre? - me dije mientras sacudía mi cabeza tratando de aclarar mi mente - Bueno si es que aún está vivo - reuniendo toda mi fuerza de voluntad acerque mi oído a su pecho y logre escuchar los latidos de su corazón, eran muy débiles pero por fortuna estaban ahí - Bueno, al menos sé que está vivo pero... ¿Ahora que hago?

Era más que obvio que no podía dejarlo aquí, sus latidos eran muy débiles y si lo dejaba podría morir.

- Tengo que llevarlo a casa - me dije mientras pensaba en como hacer eso, dado a su tamaño no podía llevarlo cargando - ¡Ya sé! Creo que detrás de la cabaña el dueño dejo una pequeña carreta - rápidamente tome el vestido que tenia guardado, tome mi bolsa y corrí hacía la entrada de la cueva, por un momento dude en dejarle solo pero creía que le fuera a pasar nada por dejarlo algunos minutos.

Conocía el camino de memoria que no me tomo más de cinco minutos en llegar a la cabaña, aunque el regreso fue un poco más difícil al tener que llevar la carreta y una lámpara para iluminar el camino.

- Bien, fuiste algo difícil de subir pero lo logre - le comente al hombre inconsciente - Espero que sea más fácil bajarte.

¿Porque tenia que ser buena persona y ayudar a los demás?

Era la pregunta que me hice en cuanto logre colocar a hombre en mi cama - la cual parecía un juguete en comparación al enorme cuerpo que descansaba en ella - nunca creí que fuera más complicado el camino de regreso, tratando de mantener el equilibrio de la carreta, la lámpara y mis propios pasos pero al final lo había logrado.

- De haber sido otra persona hubiera corrido por ayuda con la policía pero sé que no me hubieran creído si les dijera que apareciste de una grieta en el cielo - le dije pensando en que debía hacer ahora - Bueno, primero creo que tengo que revisar que no estés herido de gravedad y supongo que... tengo que quitarte esa ropa mojada - de nuevo un cosquilleo se instaló en mi cuerpo entero iniciando desde mi centro.

Por fortuna, su ropa y caballo se habían secado un poco por lo que fue fácil retirarle la chaqueta, pude ver que en los brazos y espalda tenia algunas cicatrices pero se veían viejas pero encontré una herida en un costado, no sangraba pero se notaba que era reciente.

- Esto seria más sencillo si mi pervertida mente no trabajara a mil por hora con solo mirarte - susurre mientras lentamente colocaba mis manos en el botón de su pantalón.

Vamos Bella, solo hazlo rápido, es más coloca una sabana encima de él y así no veremos más de lo necesario... Aunque seria una lastima.

Solté un suspiro pesado pero hice lo que mi mente me dijo, coloque una delgada sabana encima de su torso tapando sus muslos y parte de sus piernas para concentrarme en quitar sus botas negras.

- Muy bien, hazlo rápido. Solo necesito tirar de su pantalón y listo - dije tomando aire mientras metía mis manos por debajo de la sabana para tomar los costados del pantalón - Uno... Dos... Tres... Oh por Dios - exclame soltando el pantalón que estaba a la altura de las rodillas y cubrí mi boca con mis manos mientras mis ojos se abrían a más no poder.

Tal como me había ordenado mi cerebro, había cubierto al hombre en mi cama con una sabana pero nunca pensé que esta también se vendría en cuanto tire de los pantalones dejando al descubierto el muy bien equipado miembro del desconocido.

Nunca había visto un pene en persona pero dudaba que "ese" fuera de tamaño normal y se veía algo semi erecto por lo que no podía pensar en el tamaño que tendría cuando lo estuviera, cuando iba a la escuela había escuchado a las demás chicas hablar sobre sexo, el tamaño del miembro de sus novios y cosas así pero recordaba una vez que una chica había comentado que se podía saber el tamaño del pene de un hombre con solo mirar sus pies, no sabía si era verdad o no pero por un instante mis ojos se dirigieron hasta sus pies desnudos.

MUY grandes.

Mis ojos volvieron a dirigirse hacía su miembro sin que pudiera evitarlo.

- Basta Bella - dije mientras que junte toda mi fuerza de voluntad para alejar mi mirada de ese lugar especifico, tomar la sabana para cubrirlo y terminar de quitarle los pantalones - También tengo que curar esa herida, no se ve que este abierta por completo pero es mejor prevenir que vuelva a sangrar.

Tome mi botiquín de primeros auxilios del baño y volví a donde estaba el desconocido.

Como mi cama estaba pegada a la pared no me quedo de otra más que subirme a la cama para poder llegar hasta el lado donde tenia la herida pero en el momento en que pase una de mis piernas por su torso el misterioso hombre reacciono de tal manera en que cuando me di cuenta de que mi espalda estaba contra el colchón mientras que una fuerte mano tenia sujeto mi cuello y algo grande, MUY GRANDE y caliente estaba junto sobre mi centro desnudo - si, había olvidado que en la cueva no tenia un repuesto de ropa interior y con la preocupación por el desconocido lo había olvidado por completo -.

- ¿Quien eres y que tratabas de hacer? - sentir el aliento caliente junto a su voz ronca hizo que un placentero escalofrío recorriera mi cuerpo por completo y termino por alojarse en mi centro.

- Lo siento... Soy Bella... Y solo trataba... de curar... tú herida... - logre decirle mientas abría los ojos y me encontré con unos profundos posos de miel ardiendo, también pude notar algunos pigmentos de color rojo en sus ojos.

- ¿Donde estoy? - pregunto mientras se veía confundido pero aun así no soltó su fiero agarre de mi garganta y con cada palabra que salia de su boca me sentía cada vez más mojada.

- En mi casa... Te encontré en... el lago cerca de... aquí... estabas inconsciente... - cada vez me costaba más respirar y sentía mi corazón palpitar aceleradamente al igual que mi húmedo centro - Me estas... haciendo daño... - dije mientras señalaba mis manos se cerraban alrededor de su muñeca.

Sus ojos adquirieron el tono rojo por completo mientras que acercaba lentamente su rostro a mi cuello.

- ¡AH! - exclame cuando sentí como su aliento rozar el punto entre mi cuello y mi hombro, pero a la misma vez sentí como algo grande y caliente rozar contra mi centro.

Su agarre contra mi cuello se volvió débil pero aun así no podía alejarme ni dejar de gemir mientras sentía su aliento contra mi piel caliente y sensible. Mi corazón latía cada vez con más fuerza cuando sentí como miles de descargas eléctricas atravesaban mi cuerpo cuando su otra mano empezó a recorrer mi hombro hasta llegar a la tira de mi vestido y bajarlo de manera rápida dejando al descubierto mi seno derecho.

Le sentí bajar lentamente su rostro hasta llegar a mi sensible y erecto pezón.

- ¡AH! - volví a gemir cuando su boca lo capturo chupando con fuerza y tirando de él con sus dientes mientras sus caderas comenzaban a moverse haciendo que su miembro rozara y se mojara con mis jugos.

- Yo, Edward de Cullen, príncipe heredero de los dioses del inframundo hago y acepto el contrato de vinculación con esta humana - le escuche murmurar contra mi seno antes de sentir dos fuertes dolores en diferentes partes de mi cuerpo; uno fue encima de mi pezón, en donde él había enterrado sus dientes y el otro era en mi interior cuando se introdujo de un golpe, haciendo que mis paredes internas palpitaran de manera placentera al sentirle llenarme con su enorme pene.

Pronto...

Todo se volvió negro y caí en la inconsciencia.


* Y la pregunta necesaria que siempre hago: ¿Que les pareció?... Siento mucho si tardo en subir mis historias pero es que por el momento estoy trabajando en varias a la vez, las locas y pervertidas ideas no dejan de llegar a mi mente y mientras que estoy escribiendo una me llega la idea para otra o algo para otra que ya tengo lista... Muchos se preguntaran: ¿Como puede ser eso posible? ¡Y HASTA YO ME LO PREGUNTO! pero mi mente siempre ha trabajado de manera distinta, incluso en mi trabajo podía hacer varias cosas a la vez, en fin, espero les guste esta historia como lo han hecho las anteriores, besos, Little Saturnito.