Aclaro que los personajes de esta historia son del gran Masashi Kishimoto.
La historia es mía, para un público mayor y responsable(?
Rated: M
Desperté revuelta en sábanas blancas, estire los brazos para tocar el cuerpo del hombre que había dormido esa noche a mi lado, pero mis manos sólo sintieron la suavidad de las sábanas aún tibias, me quedé quieta y agudicé el oído, oí el ruido lejano de la ducha encendida y supe que sasuke ya estaba preparándose para otro día de trabajo, mire a mi alrededor y note su impecable bata blanca colgando de un perchero y al lado mi traje gris.
Debía levantarme, mire el reloj 6:00 a.m. aún era muy temprano para mi.
Cerré los ojos y con el ruido de la ducha no pude evitar imaginarlo allí detrás de la mampara, con su cuerpo desnudo, el agua tibia y el jabón acariciando toda su piel… Si me estaba poniendo muy caliente, y las tibias sábanas rosando mi piel desnuda no ayudaban, aún recordaba el caliente cuerpo de mi hombre presionando el mío, haciéndome el amor hace unas pocas horas atrás. Provocando en mi un deseo inesperado y anhelando de inmediato el tacto de sus manos, tocando en los lugares más oscuros de mi como sólo él sabía hacerlo.
Acostada boca arriba hice un lado las sábanas quedando expuesta al frío del aire que entraba desde la ventana, provocando un escalofrío en mi cuerpo endureciendo mis rosados pezones, lleve mis manos a mi vientre y con suavidad rosando mi piel, las fui subiendo lentamente hasta llegar a mis pechos, los acaricie con lentitud, tocando y apretando.
Pequeños suspiros salían de mis labios, apreté y estire ambos pezones con fuerza, así como solía hacerlo Sasuke, Oh Sasuke! Apreté ambas piernas rozándolas entre ellas para calmar el ardor que sentía en ese lugar tan prohibido, anhelando ser atendido con húmedas y ardientes caricias.
Solté unos de mis pechos ya hinchados de excitación, y lleve mi mano a la parte más ansiosa de mi, mis dedos llegaron a mi sexo jugando así con mi bello púbico buscando ese botón lleno de nervios que me llevaría a la gloria, estaba muy húmeda y caliente, acaricie mi clítoris y mis labios de arriba abajo, moviendo en círculos mis dedos y … ¡Oh Dios! Necesitaba más, sentía que en cualquier momento llegaría, abriendo las piernas penetre con mis dedos mi cavidad, caliente y húmedo, mordí mis labios con fuerzas aguantando las ganas de gemir y respirando con dificultad, aumente el ritmo de las penetraciones y con la palma de mi mano frotaba mi clítoris.
Gemí al momento de llegar al orgasmo, boqueando en busca de aire mientras que los espasmos de mi clímax me iban abandonado, ya con el cuerpo relajado abrí los ojos y los dirigí a la entrada de la habitación, me quedé observado aquel hombre que estaba apoyado en el marco de la puerta mirándome fijamente con una sonrisa de lado.
Me ruboricé al darme cuenta de que había sido testigo del espectáculo que había dado hace unos minutos.
-¿Cuánto tiempo has estado ahí parado?- pregunté llena de vergüenza mientras me volvía a tapar con las sábanas.
-Lo suficiente Sa-Ku-Ra - contestó acercándose a mi, arrebatándome las sábanas y lanzándolas al suelo.
-¿Qué.. que haces?- titubeé nerviosa mientras veía como sus manos desasían el nudo de la toalla envuelta en su cintura.
-Arreglar lo que está niña a provocado con su jueguito- dijo apuntando a su erección, y en ese momento supe que de nuevo, llegaríamos tarde a nuestras actividades laborales.
Fin?
