El Hobbit no me pertenece.


"En el cielo lleno de estrellas, te pude ver ahí"

Capítulo I


Cuando Gandalf El Gris llego aquella mañana a su pequeño hoyo hobbit y le ofreció ir a una aventura, Bella Bolsón lo tacho de loco.

A las pocas horas cuando Dwalin y Balín se saludaron con un golpe en la cabeza pensó que ambos habían perdido la razón , más tarde Filli y Killi fueron tan educados al colocar sus propias armas en el lugar que le indicó, aún que se sintió ligeramente insultada cuando Filli hizo mención de su estatura, aún que le aseguró que era tan sólo unos cuantos centímetros más baja que el mismo ; y cuando todos los demás enanos llegaron junto con Gandalf, Billa pensó que moriría ahí mismo; vaciaron su alacena , cantaron y la dejaron sin tener nada que decir.

-Una mujer- fue lo primero que dijo Thorin Escudo de Roble cuando entro en su pequeño hoyo, mirándola con desagrado. La sangre Tuk le salió a flote y en cuanto Balín le entregó el contrato, lo firmo frente al mismo Thorin mirándolo de mala manera, aún que varios minutos después en su habitación juntó con Gandalf, lejos, de todos los demás enanos, ella entraba en pánico.

-¿Qué he hecho?- camino de un lado al otro mirando a Gandalf.

-Lo correcto- respondió el mago, que fumando muy tranquilo- Te sugiero consigas unos pantalones.

A media noche, ese mismo día se encontró a si misma frente la puerta de la casa de su primo Drogo y su esposa Primula, pidiéndole prestados un par de pantalones, un saco y un abrigo.

Primula puso el grito en el cielo cuando le dijo que es lo haría con esa ropa, iría a una aventura, con trece enanos y un mago, hasta el otro lado del mundo, para ayudar a recuperar un reino.

- ¿Te has vuelto loca?- le grito Primula, caminando de un lado al otro, mientras Drogo ignorando a su esposa, le entregaba la ropa a Billa.

-A madre le hubiera gustado que conociera el mundo- se defendió Billa Bolsón, de entré sus ropas sacó una llave y se la entregó a Drogo. - Dejare todo listo y echare llave a Bolsón Cerrado. Ustedes tendrán la única copia, cuando se noté mi ausencia, no dejen que Lobelia se lleve los cubiertos, por favor.

-Cuidaremos de Bolsón Cerrado en tu ausencia- dijo Drogo inflando el pecho con orgullo- Y tus cubiertos también.

-Deja de alentarla a que haga esta locura- Billa la ignoro y puso rumbo hacia su casa, pero antes de salir Primula trato de hacerla entre en razón- Por favor Billa reconsiderado.

-No- Billa negó con la cabeza, aún que entendía la preocupación de Primula, pues se iría a lo desconocido con desconocidos- Esto es algo que debo de hacer.

-Por favor regresa a salvo- ambas primas se dieron un abrazo y después de otro más con Drogo, Billa se despidió.

Billa Bolsón comenzó su viaje a Erebor.

Con forme pasaban los días, Billa descubrió muchas cosas nuevas del mundo, y en especial de aquellos enanos con los que viajaba. Al principio tuvo muchos problemas para adaptarse a sus costumbres, primero que nada, ella una dama no estaba acostumbrada a utilizar pantalones, y mucho menos montar un ponie, a los pocos días tenía varias llagas en los muslos que Oin le aseguró que con el tiempo y la costumbre de cabalgar se reventarían y no las volvería a ver; aún que sentir incomodidad entre sus muslos al estar todo el día montando por caminos irregulares sobre aquel pobre animal, del cual, se había encariñado y había llamado Myrtle, era más que una tortura y rogaba porque sanaran pronto.

Los enanos comían como unos puercos, a diferencia de ella que usaba una cuchara sin olvidar su educación, su higiene era asquerosa, ella cada que podía, se lavaba el cabello, los brazos y el torso. Dwalin la llamaba niñita y no le importaba, simplemente preferiría no oler a algo asqueroso como ellos.

Ella era educada y respetuosa a diferencia de los enanos, los cuales buscan cualquier ocasión para decirle groserías, hablarle con doble sentido y usar vulgaridades en sus oraciones; se había acostumbrado a escuchar palabras en Khuzdul y hasta había aprendido algunas, que significaban, por supuesto, groserías.

Cada que escuchaba un eructo o una flatulencia, estaba segura de que lo hacían a propósito para hacerla sentir incómoda. Por supuesto que se sentía incómoda, pero evitaba hacer comentarios sobre ellos y se quejaba en lo más mínimo. Afortunadamente Gandalf y Balin le contaban historias y eso la mantenía entretenida la mayor parte del tiempo, también se había hecho buena amiga de Ori, ambos hablaban de libros, ayudando se entre si con lo que tejían; Bofur también se volvió alguien cercano a ella dándole consejos de los que debería de hacer; Después de soportar varias bromas de Filli y Killi, un instinto maternal nació en ella hacia los hermanos, que después de realizarle alguna broma, corrían a esconderse detrás de su Tío, donde ella no los regañaba.

Ella se mantenía lo mayor lejos posible de Thorin, no que le temiera, por supuesto que no, pero si la intimidaba, hablaba sólo lo necesario y se dirigía a él muy poco, diferente de todos los demás, los cuales se sentían cómodos con ella alrededor. Claro que le hacían bromas y la molestaban, pero también la ayudaban en lo que necesitará, aún que ella repitiera que no necesitaba ayuda alguna de ninguno, se valía de si misma, en cuanto aprendió a poner la montura, lo hacia ella misma, mantenía sus cosas con ella , nunca desobedecía una orden, ayudaba con la comida principalmente, Bombur, le agradecía cada comida por su ayuda y todos festejaban que la comida tuviera sabor alguno, cuidaba de los ponies cada vez que podía y aprendió primeros auxilios de Oin, ayudando a curar a los heridos.

Una noche escucho la historia de Thorin Escudo de Roble enfrentando a un orco únicamente con su espada y un roble para proteger su vida, por las palabras de Balín que el mismo vio todo lo que había pasado, creyó todo lo que él dijo y después de escuchar toda aquella valentía que Thorin había demostrado, sintió que su (no temor) intimidación que le transmitía disminuía y lo veía con respeto.

En el encuentro con los Trolls descubrió los encantos de su voz y lo que podía lograr con las palabras correctas, al parecer sin saberlo sus palabras tenían una magia que hacer que cualquiera que la escuchara hiciera lo que le pedia, sin embargo eso no pasaba siempre y según Gandalf, lo usaba inconscientemente sin controlarlo, se maravilló a sí misma pues en el momento hizo detener a los Trolls de comerlos y les aseguró que les ayudaría a cocinarlos, usando palabras suaves les convenció de sacarla del saco donde la habían metido y poco a poco los entretuvo lo necesario para que llegara Gandalf y los salvara.

Tras encontrar la cueva donde los Trolls escondían lo que robaban, se escandalizo cuando Gandalf le entregó una pequeña espada élfica, la cual fue llamada Abrecartas por los demás enanos. Ella no planeaba enfrentar a nadie ni dañar a nadie, mucho menos matar a alguien, aún que rápidamente Filli se ofreció para enseñarle a utilizar su abrecartas.

Los momentos siguientes cuando Radagast llego y de su boca saco insecto, Billa pensó que ya lo había visto todo.

-Pensé que había dicho que Radagast era diferente- menciono Bella al lado de Killi.

-Es un mago después de todo- respondió Bofur fumando. Después de que Gandalf y Radagast terminarán su conversación y se acercaran hacia el demás enanos, el viejo mago se acercó a Billa y la inspeccionó.

-No pareces un enano- dijo lo obvio.

-No lo soy, soy un hobbit- nuevamente Radagast la miro.

-Pero tienes pechos- nuevamente dijo lo obvio haciéndola sonrojar.

-Por supuesto que los tiene, es mujer- contesto esta vez Filli, mientras varios asentían, Billa avergonzada se cruzó de brazos pensando que varios enanos se habían fijado en ella.

En el hermoso lugar de Rivendell, Billa menciono que jamás había visto nada más impresionante que aquel lugar, aún que Dwalin le aseguró que Erebor era el mil veces más impactante y hermoso. Nuevamente, a la hora de comer, los enanos la hicieron sentir incómoda, tanto a ella como a Gandalf por su comportamiento delante Elrond y de su falta de etiqueta a la hora de la comida.

-Son unos cerdos- les había dicho Billa, cuando ya se encontraban a en las habitaciones que les habían designado, se encontraba enojada por la manera en la que actuaban- Nos están dando asilo y ustedes no son capases de comportarse en la mesa.

-¿Ahora eres amiga de los elfos?- le pregunto Gloin sintiéndose insultado y enojado con Billa por el reclamo.

-Ellos amablemente nos han ayudado- declaro sin aceptar ni negar aquella pregunta- Y devuelvan los cubiertos y lo demás que tomaron.

Enojada se fue de ahí y no regreso en toda la noche, aún que nerviosa porque sabía que debía pasar su estancia juntó con la compañía. Acostumbrada a dormir en tierra, dormir en el mármol de un banco frente a miles de plantas fue bueno para ella.

Aquella mañana su enojo había disminuido, al despertar encontró que alguien había sido considerablemente amable y le habían puesto una cobija para que no pasara frío, al momento de despertar a su lado se había encontrado con un niño.

-Hola- el, la saludo con tanta facilidad. - ¿Cómo te llamas?

Billa se sorprendió de que era un niño, hijo de hombre y no un hijo de elfo.

-Billa, ¿Tu cómo te llamas?- le hablo amablemente, el niño se sentó a su lado y miro hacia el agua de la pequeña fuente rodeada de flores.

-Estel- declaro el pequeño niño de cabello castaño. - ¿Por qué tus orejas son puntiagutlas?

-Puntiagudas- le corrió Billa con la paciencia que había adquirido desde qué trataba con varios enanos- Siempre las eh tenido así.

-No eres una elfa- nuevamente el niño declaro acercando su mano hasta la oreja derecha de Bella- Eres muy pequeña, pero eres muy bonita, ¿Qué eres?

-Gracias- Bella no puedo evitar sonrojase por el cumplido del pequeño Estel. - Soy una Hobbit, vengo de La Comarca.

-No había escuchado sobre los Hibbit'es- dijo el niño- ¿Acaso tu vienes con los señores enanos?

-Si, ¿Los has visto? - el niño asintió- Me puedes decir donde están.

El niño la tomo de la mano y la llevo hacia donde había visto a los enanos aquella mañana, todos se sorprendieron al verla llegar acompañada de un niño, el cual, claramente no era elfo; Bella les pidió disculpas y ellos hicieron lo mismo, prometieron no lanzar más comida por los aires, ni brincar sobre la mesa pero no dijeron nada sobre masticar con la boca abierta, ni de comer las cosas verdes; Estel se quedó a desayunar con ellos , les pregunto de todo a todos y a cada uno, de donde venían y que hacían, porque tenían tatuajes y mucho cabello, se ganó la desconfianza de muchos ante tales preguntas pensando que tal vez, aquel niño fue enviado por los elfos para descubrir su plan secreto, que ya no era tan secreto para Elrond, más tarde y para sorpresa de todos Estel le pidió permiso a Billa de dormir con ella por aquella noche, Bofur hablo por todos al decir un rápido ¡No! asustando al niño, Billa por otro lado, les miro de mala manera y se llevó al niño para que se bañara junto con ella.

-¿Se van a bañar junto?- pregunto asustado Bofur.

-Eso parece- declaro Balín sin saber sí reír o preocuparse por las diversas reacciones.

-¡Hay que destriparlo!- dijo Dwalin siendo apoyado por otros.

- Mejor le sacamos los ojos y luego lo destripamos- dijo esta vez Dori.

-Y le cortamos la cabeza- dijo al final Gloin. Thorin que acababa de entrar a las habitaciones, no entendió a quién querían degollar y por qué.

-¿ De quién hablan?- le pregunto a Balín que parecía el más calmado de todos ante el acto de muerte que planeaban.

-De un niño, Estel, con el cual Bella ha decidió tomar un baño- le dijo- También dormirá con ella esta noche.

Aún que Bella había recibido una habitación con baño para ella sola, eso no le importó a Thorin, entro en el baño y se encontró con Billa metida en la gran tina cepillando el cabello de Estel.

-Tiene que irse- dijo rápidamente buscando un punto donde mirar, aún que , la curiosidad le comenzaba a ganar - Puede ser un espía.

-Es un niño- dijo Billa sin creer lo que Thorin decía- Ni siquiera es un elfo.

-Tiene que irse- siguió firme.

-No lo hará- y aquellas fueron las últimas palabras que Bella le dirigió a Thorin los días que permanecieron en Rivendell, ella no entendió el enojo del enano, no veía lo malo, el niño solía dormir sólo en sus habitaciones, cosa que le había explicado a los demás enanos dispuestos a escuchar, muchos elfos no veían con buenos ojos al ser hijo de hombres; el segundo día que Estel convivía con los enanos y ya era mejor recibido por algunos, Elladan, hijo de Elrond había llegado buscando al pequeño niño.

- Debiste avisarle a alguien- le regaño el elfo- Nos tenías preocupados.

-Lo siento- Bella le aseguró que cuidaría del niño mientras estuviera con ella, aún que el elfo insistió en lo contrario pues ella debía descansar. El niño la acompaño a todos lados que iba, agarrado de las faldas que varias elfas le habían dado y ella no podía negarse en usar.

-Te ves linda- le había dicho Killi ante la inconformidad que había presentado de vestir una falda- Ahora pareces más elfa, mejor quitártelo.

En esos días, se movió alrededor de Rivendell maravillándose por todo el lugar, en un encuentro con Elrond, le ofreció su estancia ahí, el tiempo que quisiera, pues aún que Billa se llevaba bien con los enanos, notaba en ella la inconformidad de saber que varios aún no la tratarán como alguien más de la compañía , ella no contesto ni lo negó, pues aquello le parecía muy tentador; también por primera vez y por pura casualidad escucho sobre la enfermedad del oro, de voz del mismo Lord Elrond y Gandalf, no lo comento con nadie.

Conoció a Lady Galadriel, la mujer más bella y noble que jamás había conocido, sentada frente a una fuente con Estel a su lado, la dama se acercó a ella para sentarse también a su lado.

- ¿Ellos te han tratado bien?- le pregunto Lady Galadriel después de las presentaciones.

-La mayor parte del tiempo- Billa no quiso entrar en detalles de su viaje con los enanos, pues aún sentía incomodidad sobre las costumbres de ellos.

-Tu camino se ve tormentoso- comenzó la elfa sin dejar de mirar la fuente.

-¿Disculpe?- pregunto Billa con desconcierto.

-Aún hay mucho que recorrer, Billa Bolsón, pero me temo, tu no llevarás buena fortuna, por ello, cuando te veas en pena- Lady Galadriel se giró hacia ella y le acaricio en largo cabello cobrizo- No dudes en venir aquí, yo misma cuidare de ti.

Aquella conversación quedo ahí y la elfa se fue de ahí dejando a la Hobbit con la palabra en la boca y un niño preguntado que quería decir con aquellas palabras.

Durante su estancia, consiguió tela e hilo y remendó las prendas de los enanos y con ayuda de Ori, le hizo una camisa nueva a todos, incluyendo a Thorin aún que aparentaba seguir enojado con ella, cosió otro pantalón más para ella y Bofur le aseguró que pronto empezaría el frío hacia donde su camino se dirigía y ella sólo llevaba el delgado abrigo que le había pedido a Drogo, por lo que consiguió tela más gruesas y piel para hacerse uno sencillo.

El día anterior en el cual partirían secretamente, Billa acompaño a Estel hacia sus habitaciones.

- ¿Volverás pronto? - le pregunto con ilusión.

-No lo sé-

- ¿Pero ... volverás? - le pregunto el niño.

-Eso tampoco lo se- le dijo, le tomo de la mano y le acomodó los largos cabellos castaños- Pero si vuelvo prometo quedarme un tiempo contigo y le pediré a Elrond que me deje llevarte a La Comarca.

- ¿Enserio?- Billa asintió y el niño la abrazo- Ya quiero que termines tu viaje.

Con un escalofrío ante el deseo de un niño, Billa volvió a las habitaciones y preparo sus cosas para salir al siguiente día.

En los días que pasaron después de su escapada de Rivendell, Billa analizaba en su mente las palabras de Lady Galadriel y Esteel, no tuvo tiempo de comentarle nada a Gandalf y tampoco podía preguntarle nada a los enanos, tal vez Balín podría saber si la dama tenía alguna habilidad para saber las desgracias por venir.

La proposición de Lord Elrond también estuvo en su mente, tal vez aún podría pedir perdón a los enanos y volver a Rivendell, donde podría estar protegida, ya había pasado la aventura con los Trolls, no estaba segura si podría soportar alguna otra, que aparentemente pasaría, o si estaba preparada para un día utilizar su espada para protegerse. Las indecisiones no dejaron su cabeza todos esos días, y varios enanos notaron que realizaba las cosas distraída, de sus manos caían las cosas, sus pies se solían atorar con ramas o piedras y ella terminaba en el suelo, hasta en ocasiones no comía y sólo miraba el fuego, estaba siendo inusualmente inútil, se decía así misma dejando su autoestima por el suelo.

-Billa- una noche cerca de las montañas nubladas, el clima era cálido y Billa se escondía debajo del abrigo que había realizado en Rivendell, ya que no era muy grueso, solía sentarse frente al fuego y por la noche, dormía cerca del mayor número de enanos que podía para evitar tener mucho frío - Te noto distraída, ¿Te encuentras bien?

-...-Billa no contesto al momento pues por mucha pena que le daba no le había puesto atención a la pregunta que Killi le había hecho, se sonrojó avergonzada del punto hasta que sus pensamientos la habían llevado- ¿Disculpa?

-Llevas varios días muy rara, desde que dejamos Rivendell- entonces Billa entendió de que le hablaba.

-Oh, Killi, no es nada- le dijo ella abrazándose un poco y tiritando de frío.

-Puedes decirme- Killi se sentó a su lado y al verla cubrirse por el frío, pasó su brazo por los hombros de ella y la acercó a él, recargó su cabeza en el hombro del enano y coloco una mano sobre la rodilla de él.

-Me da un poco de miedo lo que pueda suceder- acepto Billa, pues estando tan cerca de Killi compartiendo un momento íntimo, no pudo evitar ser sincera.

- ¿Sólo eso?- Killi río un tanto entusiasta llamando la atención de los demás enanos, ignoro las miradas y se acercó un poco más a ella si era posible, recargo su cabeza en la de ella y soplo ligeramente los rizos de Billa- No te preocupes por eso, yo siempre te voy a proteger y estoy seguro que Filli también lo hará.

Billa se sintió tranquila y protegida en los brazos del príncipe que no quiso responder ni moverse para no romper el momento, aún que varios minutos después, la fuerte voz de Thorin se hicieron presentes.

-Todos a dormir, mañana a primera luz, nos vamos- la voz de Thorin sonaba enojada, muy enojada.

Esa noche Billa durmió entre Filli y Killi, tal vez un poco más cerca de Killi, hasta que, durante la noche, Filli había pasado una de sus piernas sobre las de Billa hasta que terminarán en su hermano y le abrazaba por los hombros mientras Killi tenía su brazo rodeando la cintura de ella.

Días después cuando Billa se encontró colgando del acantilado durante la tormenta y la batalla de truenos, se preguntó si de esta manera terminaría su viaje, cayendo hacia el vacío hasta golpear con rocas y morir desangrada

-Ella ha estado perdida desde que salió de su casa, nunca debió haber venido- declaro Thorin después de haberla salvado de caer arriesgando su propia vida, con maldad en la voz y repudio, Billa no le gustó aquello, ella hacia todo lo posible de no estorbar y de ser de la mayor ayuda posible para todos, Thorin no tenía derecho de hablarle de aquella manera; pero aquellas palabras la tenía con el corazón doliéndole de una manera muy extraña que no podía describir, sabiendo en el fondo que él tenía razón, estando en la cueva con todos dormidos, decidió que sí a esas alturas no era bien recibida, no se quedaría, no obligaría a nadie a su compañía, la cual ella pensó les gustaba, a poco tal vez, antes de marchar se encontró con Bofur que hacía guardia.

- ¿A dónde crees que vas?- le dijo sorprendiéndola justo en la salida, dio un pequeño salto y se dio la vuelta.

-De vuelta a Rivendell- le contesto Billa.

-No puedes irte ahora- Bofur se le acercó y con la luz que entraba por la entrada, pudo ver el rostro de Billa lleno de dolor e indecisión.

-No tengo la voluntad de un Tuk, soy Bolsón- sintió la tristeza en su propia voz y como el rostro de Bofur cambiaba al escucharla- No sé qué era lo que estaba pensando. Creo ... que nunca debí salir de casa.

- ¿Fue por lo que dijo Thorin?- supo entonces que dio en el clavo de aquella repentina partida cuando observo la mueca que Billa hizo.

-No lo sé- dijo con aquel extraño dolor en el corazón nuevamente, pero estaba transmitiéndolo con la voz, tan insegura y tímida, manera en la que ella nunca hablaba. - Puede ser.

Para mal fortuna de todos, su pequeño abrecartas comenzó a brillar y antes de que pudiera alertar a alguien, todos cayeron por un túnel, donde entre los gritos de los enanos, el de Bella era el más se podía escuchar. Cayeron a una plataforma donde se encontraron con Trasgos. Una vez más Bella se encontró colgando de un precipicio.

-¿Dónde está Bella?- pregunto alguien entre la multitud de Trasgos y enanos.

-Aquí- alcanzo a decir ella misma antes de que perdiera la fuerza en los brazos, pero una vez más, Thorin la sostuvo para que no cayera- Por favor, por favor, no me sueltes.

-...- en ese momento Thorin la soltó para que comenzara a caer hacia el abismo.

Cuando Bella despertó, sintió las lágrimas caer de sus ojos ante la idea de que la habían abandonado, volvía a estar sola, se abrazó a su misma mientras lloraba, Thorin la odiaba lo suficiente para dejarla caer por un precipicio.

Al poco tiempo se encontró con aquellos dos Trasgos, uno de los cuales había dejado caer un anillo dorado; se limpió las lágrimas, tomó su espada y el anillo y comenzó a caminar siguiendo el sonido del canto del supuesto trasgo.

-Me llamo Bella- le dijo a aquella cosa que apestaba peor que todos los enanos juntos- y quiero encontrar la salida.

-Conocemos caminos seguros- y así comenzó el juego en acertijos para poder salir de ahí. - ... ¿qué tiene en su asqueroso bolsillo? ¡lo ha robado!

La persecución comenzó, Bella tratando de huir de Gollum, hasta que accidentalmente, al entrar en una caverna, además de romper los botones de su camisa, y perder su saco, se colocó el anillo dorado haciéndola desaparecer, asustada de ver que Gollum no podía verla, lo siguió para tratar de matarlo, sin embargo, el deseo de salir de ahí era mayor y cuando vio a todos los enanos correr apara salir de la montaña, decidió seguirlos. Una vez a fuera de la montaña comenzó a seguirlos sin recordar en quitarse el anillo.

- ¿Dónde está Bella?- pregunto Gandalf muy cerca de donde ella se encontraba- ¿En dónde está nuestra Hobbit?

- ¡Thorin la dejo caer! - dijo rápidamente Nori ante en enojo de Gandalf - En la entrada de la caverna.

- ¡Dime exactamente que paso! - grito en mago más enojado de lo que jamás lo habían visto hacia Thorin.

-...- comenzó Thorin - Ella tenía la oportunidad de salvarse.

- ¡¿Y por ello la dejaste caer a una caverna?!- grito Gandalf.

Bella temblando se quitó el anillo y lo guardo, se cerró la camisa lo más que pudo para evitar mostrar su corpiño y comenzó a caminar para acercarse a la compañía.

-¡Bella!- grito el mago siendo el primero en verla, sin su saco, con la ropa rota, el cabello mojado y raspones en toda la cara- ¡Nunca había estado tan aliviado de ver a alguien en toda mi vida!

-Bella, ¿Qué te paso? - dijo Killi al ver el estado de la joven. Filli rápidamente se quitó el abrigo y se lo puso, ya que varios se habían dado cuenta que, efectivamente, podían ver su corpiño.

-Gracias- le dijo a Filli una vez, el muchacho le cerró el abrigo hasta el cuello- Caí hasta la caverna, era como un laberinto, esperé hasta verlos y los seguí.

- ¿Por qué esperaste por nosotros? ¿por qué regresaste? - pregunto Throin- ¿Por qué no te fuiste, sí eso era lo que querías?

-Yo sé que dudas de mí, Throin- Bella se abrazó a sí misma y se giró hacia el jefe de la compañía, junto todo el valor que no había tenido en todo el viaje para hacerle frente- Extraño todo lo que tenía en Bolsón Cerrado, aquel es mi hogar ... pero por eso mismo regrese, ustedes no tienen un hogar ... se los arrebataron, pero yo los voy a ayudar a recuperarlo.

Todos los enanos la miraron con cariño, sorprendidos de lo que acaba de decir. Hasta qué escucharon los rugidos de los huargos, a pesar de todas sus heridas y su cansancio comenzaron a correr. Ante su tamaño y velocidad los huargos les dieron alcance, Bella asustada saco su abrecartas de la funda y se defendió clavándoselo en la frente a uno de los animales.

-¡Suban a los árboles!- grito Gandalf, en menos de un minuto, toda la compañía estaba subida a en los pinos que los rodeaban, menos Bella, que aún trataba de sacar su espada de la frente del huargo.

Azog apareció ante ellos y después de amenazar a Thorin, los demás huargos que lo acompañaban atacaron hasta que hicieron que los árboles comenzarán a caer y todos terminaron en un sólo pino, comenzaron a lanzar pilas encendidas hasta que retrocedieron.

Thorin decidió que era momento de bajar del pino y enfrentarse al orco y atacarlo, pero las cosas no resultaron como le hubiera gustado y Bella corrió para poder salvarlo antes de que le cortarán la cabeza, mato al orco que amenazaba a Thorin y se colocó delante del cuerpo del enano.

-Mátenla- gruño Azog. Los demás enanos se unieron a la batalla, mientras Thorin permanecía tirado inconsciente.

Las Águilas llegaron a ayudarlos en aquel presizo momento, pero antes de que Bella corriera hacia una, el huargo que pertenecía a Azog la ataco, de un zarpazo en el torso, el abrigo que Filli le había prestado se llenó de sangre, dejándola seminconsciente, un águila la tomo y la dejo caer sobre el lomo de otra, mientras escuchaba como gritaban su nombre y el de Throin.

Aún estaba consiente cuando el águila la dejo sobre una roca junto con los demás enanos.

-¡Thorin! ¡Bella!- grito Gandalf en cuanto aterrizo, corrió hacia Thorin y lo observo despertar aliviado de que estuviera bien, se giró hacia Bella para observarla llena de sangre- ¡Oin! ¡rápido!

Varios se reunieron alrededor de la hobbit para saber su estado, pero al ver toda la sangre que había en su cuerpo se alejaron para dejar que el médico y el mago hicieran su trabajo.

-Bella, mírame, necesito que estés despierta- ambos sabían que debían actuar con rapidez antes de que ella terminará de desangrarse, Gandalf comenzó a recitar palabras que nadie entendía, ni nadie escuchaba bien, comenzó a pasar su mano por el abdomen y el pecho de Bella mientras las heridas dejaban de sangrar.

-Duele Gandalf- susurraba Bella, manteniéndose despierta gracias al agonizante dolor por el que estaba pasando, la piel le ardía cual quemadura, los brazos y las piernas no las sentía, tenía un dolor constante en la cabeza y su visión estaba fallando.

-Mantén abiertos los ojos, mantén los abiertos- le decía Oin mientras le revisaba las otras partes del cuerpo- Hay que llevarla a otro lado.

Gandalf no contesto en ese momento, seguía buscando heridas en el cuerpo de la joven.

- ¿Cómo esta?- pregunto Thorin acercándose mientras se sostenía de Filli.

-Mal- contesto Oin, aún que Gandalf le había hecho que las heridas dejaran de sangrar, había perdido mucha sangre.

-Conozco a alguien aquí cerca, que podría ayudarnos- después de un buen rato, Gandalf hablo- Podríamos descansar y curar a Bella correctamente.

-Guíanos entonces- Thorin acepto rápidamente, todos comenzaron a bajar de roca sosteniendo se unos contra otros, Dwalin llevaba a Bella que había perdido la conciencia.

No tardaron más de dos o tres horas en llegar a la casa de Beorn, para cuando había llegado, Bella había pasado a los brazos de Killi y todos estaban demasiado cansados, aún que Gandalf sabía que existía la posibilidad de que a Beorn no le gustase la visita, mayor mente por la cantidad de gente, les indico que irían de dos en dos, el primero junto con Killi que llevaba a Bella.

Beorn les permitió quedarse ahí, en mayor parte por las malas condiciones en las que iban todos. Comieron y durmieron, desde que llegaron, Gandalf y Oin se quedaron en una habitación atendiendo a Bella, afuera, nadie hablaba, nadie bromeaba, todos esperaban noticias impacientes del estado de salud de la saqueadora.

-Ella estará bien- dijo Gandalf cuando salió de la habitación, con rostro de frustración y cansancio, tomo su pipa, la encendió y salió al patio donde pudiera tomar aire. Oin salió poco después, enojado, enojado como sólo su hermano lo había visto, les negó el entrar a verla, pues las heridas aun estaban curando, mas rápido gracias a la magia de Gandalf, pero debido a ello, ella se encontraba con muy poca ropa.

Nadie mas insistió. Esa noche durmieron como pudieron, pero seguros de que nadie iba a molestarlos ni atacarlos.

Billa tardo dos días en despertar y cuando lo hizo, la primera acción que realizo fue gritar, gritar tan fuerte, que todos tomaron sus armas y en menos de un parpadeo estaban en la habitación, mientras la joven se tapaba el pecho con los brazos y seguía gritando. Afortunadamente Gandalf no tardo en aparecer y echarlos de ahí, cerró la puerta y le puso las vendas necesarias, y le dio una camisa y un pantalón, Bella le aseguró que era capaz de caminar aún que sostuviera de la pared, se encontró los demás enanos.

-Gracias por preocuparse- todos negaron felices de verla nuevamente en pie. También agradeció a Beorn el que le permitiera quedarse, aún que tuvo que subirse a una silla para poder verlo mejor- No sé cómo agradecerle el que nos permita quedarnos aquí.

-Tu gratitud es mi pago- dijo el cambiante y le aseguró que podían quedarse cuanto quisieran. Gandalf le dio permiso de salir al patio y respirar airé fresco, se sentó en una silla y permaneció ahí hasta que oscureció y a su lado, Thorin hizo acto de presencia.

-Necesito agradecerte, salvaste mi vida- a Bella no le importó que Thorin le agradeciera, se sitió enojada como nunca y nuevamente aquel dolor en el corazón se hizo presente.

-Tu salvaste la mía- le contesto ella sin dignarse a mirarlo- Aún que después me hallas dejado caer por un acantilado.

-Sólo quería salvarte, no sabía que te podían hacer los trasgos- Bella no miro, sintió odió crecer en ella.

-Me dejaste caer- le dijo cada palabra lentamente, con odio en su voz, tratando de dañarlo con sus palabras, aún que sabía, Thorin no se sentiría mal por lo que ella pudiera decir- Un trasgo o lo que fuera aquello estuvo a punto de … de matarme solo porque me tardaba en responder un acertijo.

-¿Qué ...?-

-Yo también soy parte de la compañía, te guste o no, estamos muy lejos para regresar - Bella se puso de pie, aún con enojo y desesperación, sentía las lágrimas en la orilla de los ojos, no lloraría, claro que no, sabía la humillación que aquello representaría si lloraba frente a el- Cuando lleguemos a Erebor, no tendrás que verme más.

Nuevamente todo el tiempo que estuvieron ahí, no le dirigió la palabra.

Con la frente en alto y tan digna como pudo, se dio la vuelta y entro a la casa, donde alegando que le dolía la cabeza, no ceno y se dirigió a la habitación designada para dormir. Estando ahí, en esas cuadró paredes donde nadie la vería, lloro y mordió la cobija para no soltar ningún sonido que alertare a alguien, lloro de coraje y desesperación, como le gustaría que los enanos no fueran tan tercos y orgullosos, lloro por lo que pudo haber paso si no se hubiera caído en la cueva de los Trasgos, si se hubiera ido antes de que cayeran, si no hubiera defendido a Thorin.

A la mañana siguiente, aún con lágrimas en los ojos, dejo que Oin le limpiará las heridas y le cambiara los vendajes sin hacer una sola mención de sus ojos, que aún estaban rojos, le insistió en que saliera a desayunar, pero se negó, pidiendo únicamente agua caliente para un Té.

Se levantó y se dio un baño rápido para estar presentable a la hora de la comida, ayudo a Bombur cortando lo posible y donde no tuviera que moverse mucho.

Permanecieron un par de días más con Beorn, hasta que Gandalf acepto que ella podía caminar nuevamente.

-Si se cansa yo la llevo- dijo Filli inflando el pecho.

-No, yo la llevare- dijo Killi, dando pie a una nueva pelea entre hermanos.

A pesar de que le habían pedido ponies a Beorn, Gandalf se negó a que Bella fuera sola en uno, por lo que Bofur fue el voluntario de llevarla con ella. Beorn la cargo para ayudarla a subir al ponie y la obliga a sujetarse bien de Bofur.

-Cuídate pequeña Hobbit- se despidió Beorn.

-Muchas gracias por todo, ansió regresar y contarte todo- contesto Billa emocionada.

-Estaré esperando tu regreso- partieron hacia el bosque negro, comino corto, pero aun así cansado, Billa se sostenía de Bofur lo más que podía y en ocasiones cuando sentía dolor en el torso descansaba su cabeza en su espalda.

En ocasiones cuando se recargaba más en él, parecía que se ponía nervioso o no le gustaba mucho el tacto, aún que no quisiera en el camino se sostuvo con firmeza para no caer cuando sentía dolor.

Fue cambiando entre Bofur y Killi, ambos la llevaban, Killi a diferencia de Bofur, no aparentaba molestia a que ella le abrazará de más o se recargará en él.

-No mi caballo, lo necesito- al llegar a la entrada del camino en el bosque negro, Gandalf decidió que era momento de seguir su camino por separado.

-¿No irás a dejarnos, o si?- le pregunto Billa después de discutir con Dori que ella era completamente capaz de llevar su pequeño equipaje.

-No lo haría si no fuera necesario- a muchos no les gustó aquello, Gandalf dio las indicaciones, no salirse del camino y no comer ni tomar nada de dentro del bosque- Billa, ¿Aún tienes raíces?

-Si, tendré que racionar el agua - Gandalf asintió y se acercó un poco más a ella mientras los demás de distraían

-Sigue utilizando el ungüento-

Gandalf se marchó; mientras toda la compañía comenzaba a entrar en aquel bosque en su opinión parecía enfermo. Caminaban por horas seguidas, hasta que la veían que estaba cansada y no podía más, montaban un campamento, donde pocos podían dormir, pues los ojos en la oscuridad y en ocasiones el gran silencio en otras, el ruido los intimidaban, así pasaron varios días, caminando siguiendo el camino, el que terminaron por perder, habían comenzado a tener alucinaciones, olvidaban sus nombres, sus profesiones y que era lo que estaban haciendo ahí, entre ellos mismo se ayudaban a recordar, pero en ocasiones nadie recordaba un mismo detalle.

-¡Debe de haber enanos por aquí!- decían constantemente, Dwalin o Thorin les golpeaban la cabeza y les hacían recordar que ellos eran los enanos. Cada vez olvidaban más cosas y junto con el cansancio de no poder dormir, aquel camino era muy pesado, en una ocasión escucho un "Es tan bonita" y ella misma se preguntó si había una mujer viajando con ellos.

Habían pasado ya semanas dentro de aquel bosque tan enfermo, habían perdido el camino y varios pensaban que morirían ahí dentro.

Billa olvido ponerse el ungüento que Gandalf le había dado y también de tomar un Té, una bebida que Gandalf también le había indicado tomar desde el comienzo del viaje para que no tuviera problemas con su ciclo lunar, varios días, cuando olvidaron cuando estaba el sol y cuando estaba la luna, Billa olvidó ambos y aquello predica un repentino dolor, tanto en el torso como en el vientre y las piernas.

-¡Llevamos días caminando en círculos!- grito alguien un día.

Billa se ofreció a trepar los árboles para poder ver donde se encontraban, tardo más tiempo del que hubiera pensado y esperado, pero cuando llego a la copa del árbol pudo respirar aire completamente puro, les grito donde se encontraban y lo que podía ver, el río y el lago, por supuesto también La Montaña Solitaria.

-¿Dónde están?- pregunto una vez bajo un poco para ver a los enanos, tropezó se encontró con las araña, se colocó el anillo dorado y le enterró su abrecartas a una, la cual le dio el nombre a su espada, Dardo.

Se acercó a sus compañeros y cortó las telarañas que lo sujetaban, tanto en el suelo como en el árbol, más arañas hicieron acto de presencia y comenzaron a combatir hasta que sonó un cuerno y llegaron los elfos, quienes se encargaron de matar toda la familia de arañas, Billa permaneció en un árbol peleando con una araña.

-¿Dónde está Billa?- escucho que gritaron abajo donde los elfos tenían a todos los enanos juntos.

-¡Arriba!- grito alguien más, mientras ella escuchaba a los elfos gritarse en Sindarin y peleaba contra una araña, un pie le fallo y le hizo caer, nuevamente, de una altura particular, choco con varias ramas, una de la cual, logro hacerle daño, dando paso a que una de las heridas que llevaba en el torso, se abriera nuevamente.

Todos los enanos en el suelo se fijaban moviéndose de un lado al otro para poder atraparla cuando cayera.

Pero una persona más alta, con brazos más largos y cabello más rubio fue quien la atrapo en el aire antes de Thorin pudiera atraparla, Oin rápidamente se acercó a el.

-Soy sanador, por favor- Legolas se arrodilló y dejo a Billa en el suelo donde el enano rápidamente la reviso, apenas de que todos los demás de la compañía estaban rodeados de enanos, realizaron un círculo alrededor de ellos para protegerlos.

-Regístrenlos- ordeno el príncipe del bosque negro. A pesar de que todas sus armas estaban siendo retiradas, ninguno dejo que los elfos se acercaran a Oin y a Billa.

- ¿Cómo esta?- le pregunto Thorin en un susurro a Oin.

-Mal, esto está muy mal- las manos de Oin temblaban llenas de sangre, trataba de detener la sangre que salía. Una elfa que acercó a Killi junto con los demás de la compañía, escucho lo que Oin decía y se acercó, sin embargo, ni Dwalin ni Bombur permitieron que se acercara más de lo necesario.

-Si esta herida, puedo ayudar- aseguró, ambos enanos la miraron con desconfianza, miraron a Thorin quien asintió y la dejaron acercarse, se arrodilló y le pidió al médico que le digiera lo que le había pasado, después de revisarla y llenarse también las manos de sangre, hablo con Legolas en Sindarin, quien también se acercó a Billa.

-Vamos- Legolas volvió a tomar a Billa entre sus brazos seguido de Tauriel y Oin.

-¿A dónde la llevan?- grito Bofur mientras los demás elfos los movían para que empezaran a caminar.

Le ignoraron y observaron cómo los tres caminaban más rápido y entraron antes a las puertas del reino del bosque, los perdieron de vista mientras la compañía era llevada a los calabozos.

Billa fue atendida por más elfos y Oin, hasta que volvieron a coser las heridas, la dejaron en una habitación junto con Oin, varias elfas entraron y la bañaron, le cepillaron el cabello hasta volvió a tener los rizos, le pusieron ropa limpia y le hicieron tomar un líquido.

-Esto le quitará el dolor- le dijo un elfo a Oin- pero parecerá que consumió varios hongos.

Oin no supo sí aquello era bueno o malo; la mediana se despertó varias veces diciendo cosas sin sentido, otras con mucho, demasiado sentido.

Para cuándo despertó, cuatro días después de su repentina llegada y ella estaba consciente de ello, media compañía de encontraba sentada alrededor de la cama donde se encontraba. Le llenaron de preguntas y le explicaron todo lo que había pasado desde que ella perdió la conciencia al caer del árbol. Le dijeron que Thranduil les habían permitido estar ahí con ella, pero bajo vigilancia por lo que en la misma recámara, estaba un elfo.

A pesar de que Oin le había asegurado que las heridas en el torso sanaban perfectamente y muy pronto estarían cerradas en su totalidad, le comento que los elfos habían notado varias irregularidades en su cuerpo, le aseguró que lo discutiría cuando no estuvieran todos y el elfo sanador estuviera con ellos.

Aquella noche tuvieron la visita de Thranduil para molestia de los enanos, Billa se sorprendió de la belleza que irradiaba el rey, a su opinión alguien que podía ser comparado con la perfección, notó el gran parecido que tenía Thranduil y Legolas, y para nadie fue un secreto que a Billa le llamaban la atención ambos; Billa le agradeció las intenciones y el haberles permitido quedarse, a pesar de que sabía, Thorin y él no se llevaban bien.

-Eres muy particular jovencita- le había dicho el rey- Lástima que estés rodeada de tanto enano.

Billa ignoro aquello por su propio bien y el de los demás enanos y le sonrió al rey lo mejor que pudo hacerlo.

-Agradezco el que curarán mis heridas- el rey encogió los hombros e hizo un gesto con la mano.

-Para nada, mi hijo insistió en que te atendieran, ya que era una ... Hobbit, ¿cierto? - la joven asintió mientras los rizos de su cabello suelto botaban a su alrededor- Nunca había visto a alguien de tu especie.

-Estoy honrada de ser la primera- el rey asintió y el rostro de tranquilidad desapareció, frunció el ceño.

-Me temo, debemos dejar esta conversación, pues el sanador de tu compañía y el nuestro, seguro desean hablar contigo- Thranduil se puso de pie e invito de todos los enanos a salir de la habitación con una mirada, quedaron únicamente Oin y el sanador Elfo.

-¿Qué es lo que hacía exactamente lo que Gandalf te indico tomar?- le pregunto Oin, a lo que ella respondió, que Gandalf únicamente le había dicho que engañarían a su cuerpo.

-Esas plantas, son comúnmente utilizadas para prevenir embarazos, sin embargo, tu cuerpo no lo tomo de esa manera- explico el elfo que esperaba Billa entendiera, sin embargo, ella permaneció sentada en la cama con las piernas tapadas con la cobija.

-No entiendo- dijo por fin. Ella era muy inteligente, pero aquello simplemente no tenía lógica.

-Tu cuerpo tomó las hormonas de las plantas como hormonas de un embarazo- explico Oin, de una manera más simple.

-Pero...- Billa no sabía que responder ante aquello, porque sí Gandalf sabía que eso podía pasar, porque claro, Gandalf y debía de saber, era un mago, porque le dio a tomar aquello.

-Ya que, en estos días, las casi cuatro semanas que no lo tomaste, el tiempo que permanecieron en el bosque, tu cuerpo no recibió las hormonas y prácticamente tuviste una perdida - hubo silencio después de aquello, tanto silenció que se pudo escuchar un "¡Cállate Killi!" Que venía desde afuera- Sabemos que esto es difícil de digerir, pero necesitamos que sepas esto, creemos que es muy posible, tu cuerpo no sea capaz de albergar vida.

-¡Pe-pero podemos esperar a ver a Gandalf y sólo el podrá asegurarnos!- dijo Oin rápidamente al ver el rostro de Billa , que lentamente iba perdiendo color, sus ojos se abrían más de lo normal y sus cejas se alzaban, el sanador elfo se inclinó y salió de la habitación, Oin por su lado no sabía que hacer ni decir.

-¿Billa?, ¿Qué paso?- unos cuantos de la compañía entraron al ver al elfo salir y sólo Bofur se atrevió a hablar.

-Y...yo ...yo- sus ojos se pusieron rojos y la garganta se le cerró, no podía respirar y las lágrimas comenzaron a caer por sus ojos, Filli y Killi rápidamente se subieron a la cama hasta estar cerca de ella, fue Killi quien la abrazo y la consoló.

Por primera vez, conscientemente, Billa Bolsón lloro frente a la compañía.

Billa lloro en los brazos de Killi y de Filli, toda la noche, hasta simplemente se recostó y se quedo dormida, la mañana siguiente, Oin le cambio las vendas y la dejo dormir más, Billa deseaba más que nunca estar en Bolsón Cerrado, su hogar, con sus libros, su jardín y su prima Primula para que la consolara cocinándole todo lo que le pidiera, quería dejar ese viaje, no quería avanzar más.

Billa no hablo ni una sola vez en toda la semana siguiente, todos buscaban una manera de hacerla sentir mejor, Bombur le preparaba platillos especiales, de los cuales ella apenas probaba, Balín le contaba historias, Dwalin le contaba sus aventuras, Ori le leía libros y Bifur le hablaba en Khuzdul, aun que ella no le entendiera ni le pusiera mínima atención.

Throin no se acercó a ella hasta que una noche donde todos había decido ir a tomar un baño juntos, él se quedó en la habitación, se sentó en la cama y sólo la miro.

Ella usualmente miraba el techo, miraba las paredes, las ventanas, objetos sin importancia, había dejado de ver a la cara a todos, hasta que esa noche, miro a Thorin.

Su boca se frunció y nuevamente le ardieron los ojos, se sentó en la cama y extendió los brazos hasta pasarlos por el cuello de Throin, recargarse en él y llorar.

-Thorin, Oh, Throin- sollozaba. Billa no sabía que es lo que la llevaba a abrazarlo, por primera vez ella había realizado un contacto físico con él.

Billa nunca supo que fue lo que la llevo a hacer aquello, ella siempre mantenía la distancia de Thorin, nunca hablaba de más con él, era como sí sólo fuera una persona más en la compañía, a la cual, Billa simplemente no le interesaba relacionarse con.

Con aquella muestra de simpatía, las cosas se aligeraron un poco, todos se sorprendieron el día siguiente al entrar en la habitación para desayunar con la joven, encontraron a la Hobbit, sentada en la cama , mirando hacia la ventana, mientras Throin le peinaba el cabello, se veía como tenía una batalla con los rizos cobrizos, sin embargo, nadie menciono nada, Billa desayuno ese día junto con todos los demás, se reía de las tonterías que decían y los escuchaba cantar, en ocasiones varios miembros de la compañía la miraban, que tenía la mirada perdida, los labios muy juntos y seguramente la mente en otro lado.

Los elfos solían darle por la noche aquel líquido que le aligerará el dolor, en ocasiones Filli y Killi se quedaban con ella en la noche, otras era Bofur, unas cuantas Bombur y muy pocas, Thorin; nade mencionaba nada de lo que ella decía en su estado de inconsciencia.

También por la noche, elfas entraban y la bañaban, la llevaban al baño, le quitaban la ropa y ella aun estando semi inconsciente, seguía diciendo tonterías.

Tres semanas después de que los elfos sanaron sus heridas, Billa decidió era momento de ponerse en pie, claro que cuando intento levantarse, cayó al suelo con un fuerte golpe, sus piernas al no ser utilizadas un noventa por cierto del tiempo y siempre era llevada por alguien, quedaron inútiles, hasta que Gloin y Bifur la levantaron rápidamente, la hicieron sentarse en la cama y la ayudaron a ponerse en pie; conoció el comedor, la otra habitación donde se quedaban los demás enanos, los jardines y el lugar de los sanadores.

-¿Crees que estas lista para viajar?- Billa asintió con entusiasmo al saberse recuperada, ese mismo día por la noche, los enanos y la hobbit comenzaron a planear la continuación de su viaje.

Billa no sabía que es lo que había pasado, porque Thranduil les había permitido permanecer entrar a su territorio, tal vez Thorin y el habían hecho un trato, eso no lo sabía, pues cuando le comunicaron al rey que era momento de partir, él le dirigió una mirada significativa a Thorin.

Al día siguiente, con su poco equipaje, Billa con medicina regalada por los sanadores, fueron guiados por Legolas y Tauriel hacia el río que los llevaría hacia la Ciudad del lago, en el pequeño puerto conocieron a Bard.

Un hombre, muy guapo a pensamiento de Billa, que venía de la ciudad del lago y que, tras hablar con Balín, había aceptado por una buena cantidad de dinero, el meterlos a la ciudad, buscando la manera de ser discretos y nadie se diera cuenta de ellos.

Entraron en barriles y llegaron a la ciudad, casa, edificios y unas cuantas casas demasiado grandes estaban más arriba de la línea del lago, muchas escaleras por todos lados, pequeños barcas y canoas entre los espacios y demasiada humedad.

Después de varios acontecimientos, de estar en la humilde casa de Bard, terminaron en la nada humilde casa del gobernador. Aquello no le gustó a Billa, el gobernador no era más que una persona que quería tener un beneficio, no podía quejarse, cada enano tenía su propia habitación ahí y también tenían suficiente comida.

Esa misma noche, varios se emborracharon como hacía mucho no lo hacían, comían como cerdos y cantaban. Por ningún lado se veía al gobernador ni a su lacayo, tal vez, pensó Billa, se habían cansado de fingir que les agradaban y habían huido. A Billa no le entusiasmó mucho terminar tirada en el suelo sobre su propio vómito como varios enanos, por lo que comió y se retiró a la habitación que le habían designado, muy tarde por la madrugada, se hizo el silencio en la casa y por la mañana, cuando Billa bajó para ayudar a hacer el desayuno, se encontró con varios enanos como lo predijo, dormidos debajo de la mesa y vomitados.

-Buenos días- saludo a Bofur que se encontraba ya despierto en la cocina fumando y mirando un libro que encontró por ahí, después de que Billa había hecho desayuno y sólo Killi se levantará para comer, los tres decidieron salir a recorrer la ciudad del lago. La gente cuchicheaba cuando los veía pasar, cuando algo les interesaba, los mercaderes no les querían cobrar, les regalaban fruta y ropa, para cuando volvieron a la casa del gobernador, llevaban con sigo mucha ropa y comida.

Duraron varios días en la Ciudad del Lago. En ocasiones salían a caminar por la ciudad, otras se quedaban dentro de la casa, un día, Billa decidió salir sola, aún que después de avisar que iría sola al mercado, Killi se ofreció a acompañarla. Billa decidió entonces que prepararía la cena ella misma, por lo que los brazos de Killi pronto cargaban mucha comida.

-Señorita Bolsón- la hija mayor de Bard la saludaba, aquella que les había alimentado cuando llegaron a la Esgaroth- Señor Killi.

-¿Por qué tu eres señorita y yo soy señor?- pregunto Killi indignado, Billa lo ignoro y puso su atención en Sigrid.

-Sigrid, ¿Cómo has estado? - le pregunto educadamente.

-Muy bien, he estado preocupada por ustedes, Da dijo que ustedes estarían bien con el gobernador, pero aun así ...-

-Muchas gracias por preocuparte- le corto Billa el discurso que comenzaba la joven- Nosotros estamos agradecidos de que nos hayan dado refugio y alimento.

-Para nada- la joven movió la mano, dejo aquello y se fijó a su alrededor, se acercó un poco a Billa y a Killi y les pregunto- ¿Es cierto lo que dicen? Qué ustedes irán a la montaña y matarán al dragón.

-Por supuesto- dijo Killi inflando el pecho- Reclamáremos nuestro hogar.

-Pero será peligroso- la joven cambió su rostro por uno de preocupación- Me preocupan.

-No sabemos que pueda llegar a pasar, pero te aseguró que nosotros estaremos bien- le aseguró Billa aun dudando ella misma de sus palabras; el resto de la tarde los tres caminaron por el mercado. Los días continuaban pasando, en varias ocasiones Thorin le decía al gobernador que ya era momento de irse, pero el sacaba escusas ridículas para que no se fueran.

Billa se había acostumbrado a salir a pasear por la ciudad, en una ocasión, mientras observaba en una tienda de Telas, una señora ya mayor se le acercó, su cabello era completamente blanco, su espalda estaba curveada y su rostro arrugado. La señora elogió el cabello de Billa y se quedó con ella mientras compraba las telas, suficientes para coser un abrigo y más pantalones.

-¿Por qué te uniste al viaje?- le pregunto la señora a Billa mientras caminaban codo a codo por la ciudad.

-No lo sé-

-Hay algo más detrás de todo- la señora paro de caminar y miro a Billa, quien sintió mucho temor en la voz de la señora, sus casi ciegos ojos la miraban y sus temblorosas manos le sostenían el rostro- veo fuego y sufrimiento, tu mayor enemigo, se convertirá en tu aliado, pero no precisamente porque sea bueno, detrás de todo siempre hay una oscura intención.

Billa no entendió que quiso decir con aquello, tampoco el por qué lo dijo, pero no le parecía conciencia que dos personas, muy extrañas ambas, le digieran algo parecido, primero Lady Galadriel en Rivendell y ahora esa anciana en la Ciudad del Lago.

Billa se despidió sin dejar que le digiera nada más y al llegar a la casa del gobernador, Killi le pregunto que le había pasado pues se veía muy pálida.

-Nada- dijo repitiéndolo en la mente- Absolutamente nada.

Aquello la había dejado consternada y se había negado a comer y cenar ese día, permaneciendo en su habitación encerrada. Le dolía la cabeza de pensar en lo que le había dicho, nunca pensó mucho en lo que Lady Galadriel le había dicho, pensó que tal era el daño que recibió al salir de la cueva de los Trasgos o tal vez cuando estuvieron en el bosque negro. Billa pensó, que tal vez, las plantas que Gandalf le había indicado tomar tenían algo que ver con aquello, no le parecía lógico que sí Gandalf sabía lo que hacían esas plantas por que le hizo tomar aquello. Nada tenía sentido.

Cuando tocaron su puerta por la noche, Billa encontró a Filli y a Killi detrás con varios platos de comida y una mirada de preocupación.

-Como no bajaste a comer- comenzó Filli.

-Te trajimos la comida- término Killi y ambos entraron y se acomodaron a su gusto, todos los platos en la cama y ellos esperando para ella se les uniera, pero Billa no se movió de la puerta, los miro a ambos y por mucho que lo intento, se mordió los labios y sintió sus ojos mojarse en extremo.

-Billa, ¿Qué sucede? - pregunto Filli, la hobbit soltó un sollozo y se llevó las manos a la boca, rápidamente Fili y Killi la estaban abrazando y preguntando que le sucedía.

Estaba asustada. No podía negarlo y menos esconderlo por mucho tiempo, no le gustaba llorar frente a la gente, pero los hermanos se habían ganado un buen lugar en su corazón como para tenerles la confianza de llorar en sus hombros.

-¿Qué está pasando?- todos habían olvidado que la puerta estaba abierta y cuando la fuerte voz de Thorin se hizo presente, los tres dieron un salto sin soltar su abrazo grupal.

-Hemmm...-Killi busco algo que decir, pero no encontró nada, Filli movía sus ojos de un lado al otro pensando y Billa sólo pasaba sus manos por sus ojos para quitarse rápidamente las lágrimas. Aún que no sabía bien porque lo hacía, si no había nada de malo en que se desahogara.

-No pasa nada, Thorin- dijo por fin Billa, con la voz aún quebrada y los brazos de los dos hermanos alrededor de ella- Sólo son tonterías.

-No deben de serlo si has llorado por ello- dijo Thorin esta vez cruzando se de brazos y recargando se en la puerta- ¿Qué te ha pasado?

-pues verán...- Billa no sabía cómo contarles aquello y se sorprendió demasiado cuando encontró en la voz de Thorin cierta preocupación, desde que ella había salido lastimada del encuentro con los orcos, Thorin la procuraba más; hacia preguntas casuales, comenzaba conversaciones y hasta la cuidaba con la mirada, aquello le pareció muy extraño, pero lo dejo pasar pues seguramente, Thorin se preocupaba igual por cualquiera de la compañía.

Billa les contó el que había pasado en Rivendell y lo que había pasado pocas horas antes, el miedo que le daba aquello pues no faltaba mucho para que llegarán a la montaña y se enfrentarán al dragón, les contó del miedo que le daba lo que podía llegar a pasar y si lo que le habían dicho involucraba su entrada a la Montaña Solitaria.

-Tonterías- dijo Killi cuando Billa término de hablar- No creo en la gente que "predice" el futuro.

-No se trata de creer o no- le contesto Filli- Se trata del miedo que sembraron el Billa, porque es muy cierto lo que ella dice, no sabemos que pueda pasar estando en la montaña.

Esa noche los tres descendientes de Durin durmieron en la habitación designada a Billa, Thorin, durmió sentado en una silla a pesar de la insistencia de Billa en que no era necesario, se sentó y en toda la noche no se movió de ahí, los hermanos por lo contrario, para gusto propio y disgusto de su tío, durmieron en la cama con Billa, la hobbit entre los dos, Filli del lado derecho y Killi del izquierdo, durante la noche, habían terminado abrazándola, para cuando Thorin despertó con el cuello torcido le gustó la escena con la que se encontró.

Por la mañana todos desayunaron en la cama de Billa, los enanos habían decidido que, si ella no bajaba a comer, ellos subirían. Mientras comían, también decidieron que el día siguiente partirían hacia la Montaña Solitaria, sin importar lo que digiera el gobernador ni nadie más.

Y así, partieron la mañana siguiente al Reino Bajo la Montaña, el gobernador había insistido en hacer una ridícula, a opinión de todos los enanos y hobbit, despedida, pero también les había dado suministros y ropas nuevas. Billa se negó a tomar los vestidos que le ofrecían pues argumentaba que usando una falda no podría huir de la furia de un dragón, sin embargo, tomó un par y los metió cuidadosamente doblados en su mochila.

Caminaron todo un día hasta que llegaron a Dale, la cuidad que en su momento de maravilla era el centro del comercio del norte, sin embargo, ahora, tan sólo era, una ciudad en ruinas, con el hedor a muerte y llena de ceniza en todos lados, aquella cuidad podría volver a su antiguo expender una vez la montaña fuera recuperada, le aseguró Bofur a Billa.

Sin dejar de observar las grandes puertas que adornaban la entrada sellada a Erebor, Billa siguió a los demás mientras subían por el lugar indicado para encontrar la puerta.

Una vez esa puerta fue abierta, Billa Bolsón suspiro profundo y entro a la Montaña Solitaria para robarle a Smaug.


Hace mas de dos años comencé a escribir esto, no sabía a donde quería llegar y sigo sin saber, espero les guste. Gracias por leer.