La cara de Abril cuando me vio fue... bueno fue especial.

Nada comparado a lo que fue la mía cuando me vi por primera vez.

-Ah si este... Abril, ella es Ritta - explicó Donnie a su amiga - Está con nosotros ahora.

- No te parce genial Abril?- Mikey, tan entusiasta, saltó del sillón y fue hacia donde estaba ella- Trajiste pizza -se limitó a decir mientras tomaba las cajas y se las llevaba a la mesita

Ok no podía seguir evitandolo, solo me levanté y caminé hacia ella ¿Qué podía salir mal?

- Hola Abril- Dije algo cortada. Le extendí mi mano - Soy Ritta

La verdad es que se pronuncia igual que Rita, pero al momento de pensarlo, se me hizo algo simple para la nueva vida que empezaba, así que solo agregue una "t" y Voilá! un nombre cool y original. Claro que yo no soy cool. Soy todo lo opuesto de cool. Tengo un hocico en mitad de mi cara y una larga cola peluda. Para mi suerte, el mutágeno no cayó encima de una paloma o algún animalejo de esos que moran por Nueva York. Tuve la suerte de ser fusionada con un zorro.

Abril extendió su mano hacia la mía y la agitó con entusiasmo

- Hola Ritta, un gusto conocerte... Puedo preguntar que te pasó?

Entonces Leo, el bendito Leo, intervino por mi.

-Abril, Splinter quería hablar contigo. Creo que es urgente

-Claro, hablamos después- dijo y partió hacia la habitación de Splinter

-Gracias Leo- murmuré

-No hay de que- sonrió.

Maldita sea, me sonrió. Primera vez que veo a alguien, que no sea Mikey, sonreírme en una semana.

Le debo una a Leo. Y de las grandes. Todavía no estoy lista para contarle a Abril lo qué pasó hace una semana. Solo una semana? me parece una eternidad. Supongo que fui yo la estúpida que andaba escarbando en los basureros buscando comida. Creo que soy la única idiota a la que se ocurriría ir a buscar donde yo estaba, pero los otros me habían correteado de los demás buenos barrios, intenté aguantarme el hambre pero me fui a meter al maldito basurero del maldito tío malo. Ni se de quién era el basurero, solo sé que salieron muchos hombres muy muy borrachos y se pusieron a tontear conmigo. Intenté alejarme, pero no sirvió de mucho. Uno de ellos, de pinta intelectual, andaba con un frasquito con una sustancia muy extraña. Recuerdo que uno de ellos dijo "eh mirad, un pariente de nuestra zorrita" dijo mientras intentaba arrancare la falda de un tirón, por suerte estaba demasiado borracho para lograrlo a la primera. Entonces habló el intelectual. "Veamos que hace si le damos un poco de esto". Estallaron en carcajadas y arrastraron al pobre zorro al lado mio. El tipo se acercó con el frasco en alto y lo vertió encima nuestro. Después solo recuerdo dolor intenso en todo el cuerpo. Perdí la lucidez. Desperté esa misma noche, aquí abajo en la guarida.

-No quieres pizza?- Me preguntó Mikey

-No tarado, no quiere

-Cálmate Rafa- Intervino Leo.

Leo, Leo, Leo, Leo. El me salvó. Me salvó de los "tipos malos" de los que aún no se nada. Le debo mi vida a Leo.

- No gracias Mikey- Le sonreí. Que fácil es quererlo

- Deberías comer algo Ritta, no has comido casi nada en una semana- También es fácil querer a Donnie

- Donnie tiene razón, no te haría mal una rebanada de esta deliciosa pizza...

-¡Te dicen que no quiere!- Rafa golpeó la mesa con el puño

- Cálmate Rafael- Dijo Leo mientras hacía notar aún más su presencia

- Tienen razón. Tomaré solo una- Respondí con ánimos de calmar las cosas

Y tomé mi porción de pizza y me senté en el sillón.