Como siempre los personajes de la serie Inuyasha no me pertenecen ^^, gracias RT.
Rutina
El matrimonio es una guerra: ardua, exhaustiva y…una idea atractiva cuando el campo de batalla es la cama.
Ha estado casado con su esposa durante cinco años, la época en que la atracción física comienza a asomar las raíces de la caducidad y la costumbre se cierne sobre los hombros como las motas de polvo en la caja de los recuerdos. Siempre es lo mismo, un adiós a los días en que ella aparecía fresca a recibirle, sonriendo de esa forma tan especial cuando él la sorprende con un ramo de tulipanes rojos.
"Los tulipanes son símbolo de amor eterno". Solía decirle su madre.
Un corto intercambio de palabras, se deshace de la chaqueta y toma sus labios con un beso de labios apretados, de esos que parecen un picotazo. Ella murmura que la cena esta lista, pero el hambre que él tiene no es una que pueda ser saciada con comida. La escucha suspirar mientras la conduce al sofá entre sus brazos, ya iba siendo hora de estrenarlo. Es el único lugar de la casa donde aun no le ha hecho el amor.
Adiós a esos días de juegos y mimos. La rutina corroe los cabos de la perspectiva, llegan los niños, el tiempo de compartir como pareja se extingue como la llama de una vela expuesta a un vendaval. La zozobra se apodera de él, el trabajo es agotador, el tráfico es frustrante (¿Por qué hay tanta gente en el mundo?) solo quiere algo de paz al arribar a su hogar, pero tan pronto como escucha los berridos de los niños sus esperanzas se esfuman. Su esposa abre la puerta a duras penas, quejándose por teléfono con la amiga que sí la comprende. Le saluda con un ligero ademan de la mano, el tiempo de los besos apasionados ha pasado. Y él está contento con eso, no pide nada más. Maldita costumbre.
Es consciente de que será otra noche de dormir espalda con espalda, el sexo es un tabú, demasiado ruido, los niños pueden emboscarles. Ahuecando la almohada, huraño, se da cuenta de que su mejor amigo del trabajo tiene razón: necesita hacer algo para recuperar su hombría.
Y la idea de la amante susurra en su oído como una nana consoladora.
-.-.-.-.-.-
Enciende la luz, un haz que le molesta incluso aunque sus parpados están cerrados. ¿Qué carajo…?
- ¿Kagome? – llama somnoliento. Sus retinas enfocando poco a poco.
No hay respuesta, pero escucha pasos en el corredor, seguido por el tintineo de unas llaves. Alguien baja las escaleras hasta dar con el porche de la entrada, la puerta hace un 'clic'. Silencio. El rugido del motor lo alerta de que el auto se ha puesto en marcha.
Confundido Inuyasha corre a espiar por la ventana. En efecto, Kagome acababa de llevarse el Lamborghini. ¿Qué coño? Angustiado, se apresura a atravesar el pasillo como un poseso y prácticamente se lanza por las escaleras.
Una calma absoluta reina en el vestíbulo, seducida por la estela de su perfume que todavía impregna el aire. Light Blue de Dolce & Gabbana, se lo había regalado la víspera de su tercer aniversario. La lámpara de la mesita de noche capta su atención, el reflejo fantasmagórico de una nota inyecta adrenalina en su sistema. La desdobla lentamente, leyendo el contenido.
La caligrafía cursiva describe un número telefónico y una dirección, despidiéndose con un: Tuya, K.
No sabe cómo interpretar aquello, pero no va a averiguarlo si se queda ahí parado ¿o sí?
Sube a vestirse. El porsche está esperándole en la cochera.
Fin historia 1.
Palabras: 594 (Según Word)
Intrigada por las relaciones de pareja, vino a mi mente esta idea. Escribir cortas historias relacionadas con el matrimonio. ¿Por qué colapsan las relaciones? ¿Hacemos todo lo que está a nuestro alcance para impedirlo o permitimos que la situación se nos salga de las manos? Kagome e Inuyasha nos ayudaran a descubrirlo, siempre hay un camino, solo tenemos que buscar con los ojos del corazòn y no de la mente.
Belle.
