Por siempre, una promesa.
Capitulo 1:
"Acepta lo que eres"
No sé lo que quiero, así que no me preguntes porque yo todavía estoy tratando de averiguarlo, no saben lo que es ir por este camino, soy simplemente caminar, tratando de ver a través de la lluvia cayendo, aunque no soy el único que se siente como yo.
Taylor Swift.
Segunda Mansión Malfoy, de Draco, Astoria y Scorpius. Londres, 11 años despues de la guerra, 25 de agosto.
Después de la guerra, luego de que "El famoso Harry Potter" fuera tan asquerosamente valiente como para salvar a uno de sus peores enemigos, al cual había detestado desde el primer día, Draco Malfoy no podía olvidar el momento en que casi muere consumido por las llamas del incendio ocurrido en la sala de menesteres, cada vez se aferraba más a ese recuerdo, y en como Harry Potter había aparecido en su escoba y lo había salvado...
-Papá, por Merlín, ¿qué no me escuchas? -lo interrumpió el pequeño Scorpius de sus recuerdos.
-Lo siento, ¿qué decías? -contestó Draco mirando la mueca de fastidio del pequeño, éste puso los ojos en blanco.
-Que mamá me llevo hoy al callejón Diagon a comprar las últimas cosas para mi ingreso a Hogwarts -Scorpius miraba a su papá como si éste fuera a dejar de escucharlo de nuevo- lo único malo fue que nos topamos con los Potter y..
-¿Con los Potter? -preguntó Draco ahora poniendo demasiada atención, su hijo lo miró extrañado.
-Sí, ¿qué tiene?
-Nada, ¿qué fue lo que paso?
-Pues nada, estaban comprando en Flourish & Blotts junto con los Weasley, también es el primer curso de Albus y Rose -contestó el niño con cierta indignación en el rostro.
-¿Y eso que tiene de malo? -insistió Draco.
-Pues… nada -Scorpius se encogió de hombros- solo no me agradan.
-¿Sabes, Scorpius? A tu edad, al igual que tú, yo sentía un muy fuerte desagrado hacía el papá de Albus...
-Sí, Harry Potter, ¿no? -interrumpió Scorpius.
-Exactamente, nos odiamos desde que nos conocimos, los 6 años que estuvimos juntos en Hogwarts fueron para hacernos la vida imposible, y en el séptimo, durante la guerra, estubimos uno contra el otro, en diferentes bandos y a pesar de todo eso... -Draco había bajado la voz hasta que se convirtió en un susurro- le debo la vida.
-Ya, ¿le debes la vida a Harry Potter? -preguntó Scorpius medio en burla, no pudiendo creer lo que escuchaba, o no queriendo creerlo.
-Si, a Harry Potter -Draco suspiró.
-¿Cómo es eso? -preguntó el pequeño llevándose una mano a su cabello rubio.
-Pues…
Y Draco le relató a su hijo toda la historia, desde como él había ido a parar al incendio de la sala de menesteres, hasta como Harry Potter había ido valientemente, (porque si, tenía que admitirlo, había sido todo un acto de valentía) en su escoba, y se había internado en las llamas para rescatarlo de una muerte que hubiese sido bastante dolorosa. El niño al final parecía realmente sorprendido, jamás se imaginó que a su papá lo tuvieran que haber ido a rescatar, mucho menos que ese haya sido Harry Potter, su enemigo desde el primer curso.
-Es increíble -murmuró Scorpius aún con la boca entre abierta.
-Lo es.
-¿Pueden bajar a cenar?, llevo llamándolos 15 minutos -interrumpió Astoria en el estudio de Draco, con una mueca de fastidio, Draco puso los ojos en blanco, y le dio una palmada en la espalda a su hijo para que siguiera a su madre.
-¿Tú no bajaras? -preguntó Astoria de mala gana hacía Draco.
-No tengo hambre -contestó él, dándole la espalda.
-Como quieras -Astoria azotó la puerta al salir de la habitación.
-¿En qué momento me casé con esta bruja? -murmuró Draco para sí.
Valle de Godric, Roosemor, Londres, 25 de agosto.
En otro lado de Londres, Inglaterra, Harry Potter caminaba por las grandes calles del Valle de Godric, buscando el número 14 de la avenida "Roosemor".
Toc, toc Tocó la puerta al tiempo que abría, y antes de que pudiera avanzar unos pequeños brazos se abalanzaron sobre él.
-Papi, te extrañé mucho -lo saludo la pequeña Lily Luna.
-Yo igual, Lily, ¿dónde está tu mamá? -preguntó Harry mientras le daba un beso en la mejilla a su hija.
-Mi mami está preparando la cena -la pequeña tomó de la mano a su papá y lo guió por el recibidor, hasta llegar al pasillo que daba a la cocina.
-¡Papá! -exclamó Albus cuando Harry cruzó la puerta de la cocina- mira mi túnica, ¿no es genial?
-Claro que si, hijo -Harry suspiró- aún recuerdo el día en que yo compré mi primera túnica...
Flash Back
después de la veloz trayectoria, salieron parpadeando a la luz del sol, fuera de Gringotts. Harry no sabía adónde ir primero con su bolsa llena de dinero. No necesitaba saber cuántos galeones había en una libra, para darse cuenta de que tenía más dinero que nunca, más dinero incluso que el que Dudley tendría jamás.
-Tendrías que comprarte el uniforme - dijo Hagrid, señalando hacia Madame Malkin, túnicas para todas las ocasiones-. Oye, Harry, ¿te importaría que me dé una vuelta por el Caldero Chorreante? Detesto los carros de Gringotts.- Todavía parecía mareado, así que Harry entró solo en la tienda de Madame Malkin, sintiéndose algo nervioso.
Madame Malkin era una bruja sonriente y regordeta, vestida de color malva.
-¿Hogwarts guapo? -dijo, cuando Harry empezó a hablar-. Tengo muchos aquí... En realidad, otro muchacho se está probando ahora.
En el fondo de la tienda, un niño de rostro pálido y puntiagudo estaba de pie sobre un banquito, mientras otra bruja le ponía alfileres en la larga túnica negra. Madame Malkin puso a Harry en otro banquito, le deslizó por la cabeza una larga túnica y comenzó a marcarle el largo apropiado.
-Hola- dijo el muchacho-. ¿También Hogwarts?
Fin del Flash Back
Harry suspiró, ese día había conocido a Draco Malfoy, sin saber que tiempo después, (muy poco tiempo después) se convertiría en su enemigo, el peor que tenía en Hogwarts, para todavía un poco más tarde, él mismo fuera a rescatarlo, por un extraño sentimiento que había sentido al imaginárselo ardiendo en esa sala.
-¡Harry! Te esperaba un poco más tarde -lo distrajo Ginny.
-Ah, es que pude salir más temprano del trabajo.
-Pero pues, tendrás que esperar un poco, aún no término la cena -dijo, mientras caminaba hacía la alacena a sacar algunas especias.
-No te apures, yo puedo esperar, ¿y James?
-Creo que está en su cuarto, haciendo tarea, ya sabes, los nuevos maestros de Hogwarts encargan demasiados deberes en las vacaciones.
-Supongo -dijo Harry recordando que él, en el primer verano que había tenido sabiendo que era un mago, no había podido hacer los deberes por culpa de sus tíos-. Y dime, ¿cómo ha estado Albus?
-Pues, como ya viste, muy entusiasmado -contestó Ginny con una leve sonrisa- lo tiene muy emocionado eso de entrar al colegio...
-Bueno, ¿a quién no? Aún recuerdo cuando yo entre -suspiró.
-Si, yo igual. Ese día te conocí -dijo con una sonrisa, algo triste al parecer de Harry.
-Lo sé -contestó Harry, sonriendo- Ginny, gracias a ti tengo estos maravillosos hijos -se acercó a ella para darle un abrazo.
-Ya, bueno, ¿cómo has estado? -preguntó Ginny volviendo a sus deberes en la cocina, tratando de que Harry no notara la humedad en sus ojos.
-Bien, un poco atareado, esto de ser auror es agotante -dijo en un bostezo- pero es lo que me gusta.
-Y... ¿qué tal todo? -Ginny titubeó- ya sabes, con Jos… Josa…
-Josafath -completó Harry y de repente su buen humor se desvaneció- ya no hay nada con él.
Ginny observó cómo los ojos de Harry se ensombrecían, así que decidió no entrometerse, pero se preguntaba si en realidad su ex esposo se había llegado a enamorar de ese chico como para salir lastimado, o si simplemente habían terminado mal.
-Bueno, Harry. -empezó a decir Ginny- Sabes que antes de que nos casáramos, eras mi amigo..
-Somos -corrigió Harry, y Ginny asintió con una sonrisa.
-Sabes que siempre contaras conmigo, para toda la vida.
-Ginny, lo sé, y agradezco mucho todo lo que haces por mí, pero bueno, ¿y Dean?
-Pues vamos bien, se lleva bien con los niños, eso me agrada.
-Que bien…
Harry le iba a preguntar si la cena estaba lista, pero unos pasos veloces lo interrumpieron.
-Mamá, papá, el tío Ron y tía Hermione están aquí -anunció Albus.
-¿Pero cómo están mis divorciados favoritos? -dijo Ron, entrando en la cocina.
-¡Ron! -lo regañó su castaña esposa, enojada- No seas irrespetuoso.
-¿Y qué tiene que diga eso? Al fin que Ginny y Harry están divorciados, ¿no? Pero aun así se siguen llevando estupendamente, ¿no es así?
-Así es Ron, Ginny y yo nos llevamos muy bien, somos amigos -dijo Harry, un poco exasperado por las bromitas de su amigo.
-Oh, tranquilo Harry, solo era una broma.
-Bueno, basta de bromas, la cena está lista -interrumpió Ginny, haciendo que los vasos y platos se colocaran en la mesa con un movimiento de varita.
Pronto los nueve se sentaron a cenar: Harry, Ginny, Albus Severus, James Sirius, Lily Luna, Hermione, Ron, Hugo y Rose. Ginny y Hermione hacían levitar los platos y las sartenes con la comida, junto con unas cuantas jarras de jugo de calabaza y cerveza de mantequilla.
-Bueno, ¿ya tienen todo? -preguntó Hermione, cuando ya casi todos habían terminado de cenar, (por supuesto Ron era uno de los que no lo hacían todavía).
-No, hoy fuimos por mi lechuza, pero "Chupsy Coft" estaba cerrado -contestó Albus, algo decepcionado, esperaba tener para ese día esa preciosa lechuza que había visto hace poco.
-Cierto, ¿y no les falta nada más, ni a ti James?
-No, ya todo está listo para la próxima semana -contestó Ginny, levantando los platos, Ron gruñó, aún no se terminaba la pieza de pollo que tenía sobre el plato.
En la noche, después de que Harry se despidiera de sus hijos, se transportó al número 12 de Grimmauld Place, y se fue directo al tercer piso, a su habitación. Se acomodó en su cama, sin siquiera sacarse las zapatillas y cerró los ojos, pronto empezó a recordar todo lo que había pasado con Josafath Ferré...
Flash Back
Harry estaba en Francia, hace 4 años, después de una misión con los aurores. Las semanas que había pasado allí fueron bastante difíciles, él estaba muy confundido, las cosas con Ginny ya no eran igual, ya no le atraía de la misma forma, ni tenía deseos de estar con ella. Pero en realidad no era el que Ginny no le atrajera más lo que lo tenía tan confundido, y hasta preocupado, si no el hecho de que ninguna chica, ni sus compañeras aurores, ni ninguna otra le llamaba la atención. Sumergido en sus pensamientos, mientras paseaba en una de las espectaculares calles francesas, fue allí... Fue allí cuando por primera vez en mucho tiempo, había una llama dentro de él, algo que quemaba, que lo encendía. Harry puedo sentir un extraño hormigueo en sus mejillas cuando esa clara mirada se posó en sus ojos. Pero él, rápido agachó la cabeza, acto que no permitió que Harry viera la sonrisa que ese rostro le dirigía.
-Pero, ¿qué demonios me está pasando?, se preguntó ladeando la cabeza levemente. -Es un chico, Harry, recuerda que es un chico, y tú también, así que no te puede atraer de esta forma, no puede. Pero sí, ese chico le atrajo, y mucho, su cabello castaño, revuelto cuidadosamente, su piel clara, y sus ojos azules agua.
Harry levantó la mirada una vez más, y el chico, que estaba recargado en el escaparate de una tienda departamental, lo seguía mirando. Harry trató de pasar frente a él sin prestarle atención.
-¿A dónde, guapo? -preguntó el chico hacía Harry, con una gran sonrisa, se le hacían unos (extrañamente adorables) hoyuelos en las mejillas.
-¿A dónde qué? -preguntó Harry, obviando el comentario de "guapo".
-Me estabas mirando, y ahora pasas de largo... Que grosero de tu parte -dijo el chico haciéndose el ofendido, con su acento francés bastante marcado.
-Yo no te estaba mirando, y no soy grosero -decidió Harry, aunque si se estaba portando un poco des adecuado, pero ese chico le extrañaba mucho, estaba vestido de traje, bastante sofisticado y elegante, pero además, ¡lo había llamado guapo!
-Umm... Si tú lo dices -el chico se encogió de hombros- Me llamo Josafath, Josafath Ferré...
-Harry, Harry Potter -contestó Harry y estrechó la mano que el chico le extendía, y para su sorpresa el tacto de su piel le pareció bastante tibio y lo hizo sentir, de alguna manera, ansioso.
-Un gusto, Harry -Josafath sonrió, de una manera que a Harry le pareció coqueta- imaginé que eras inglés, o americano, pero por tu acento definitivamente eres inglés.
Sin darse cuenta, el chico comenzó a caminar a lado de Harry. De vez en cuando, cuando se topaban con alguna persona en el camino, Josafath se acercaba a Harry rozándolo con el brazo, y Harry sintió que lo hacía demasiado.
-¿A dónde se supone que vamos?
-¿Vamos? -preguntó Harry, alzando una ceja- en realidad "yo" no voy a ningún lado en especial.
-Si quieres podemos ir, ya sabes, a tomar algo -sugirió Josafath.
-¿A tomar algo? -Harry estuvo tentado a negarse, a salir de ahí y dejar de pensar en porque demonios un chico le gustaba, pero a pesar de todo, la curiosidad que sentía por enterarse del motivo era más fuerte- de acuerdo -aceptó.
-Bien, conozco un lugar.
Fin del Flash Back
Harry dio una vuelta en su cama, para darse cuenta que la ventana estaba abierta y ya era totalmente de noche, si no es que de madrugada. Se levantó y fue a cerrarla, antes le hubiera costado trabajo hacerlo, pero el trabajo como auror lo tenía realmente en forma, tenía bastante fuerza y se notaba. Volvió a su cama, dispuesto a seguir recordando como fue que se enteró que era gay, y lo que había sucedido con ese muchacho.
Flash Back
-¡¿Estás loco? Yo no soy gay, por supuesto que no me gustas -exclamó Harry, cuando Josafath se le había insinuado de una forma bastante directa, pero Harry hasta ese momento no se había resistido a los coqueteos de Josafath, algunas veces incluso los había correspondido.
-Por Dios, Harry -bufó Josafath -por supuesto que eres gay.
-¡¿Qué? ¿Tú que mierda sabes?
-Bueno, tranquilízate, ¿sí? -pidió Josafath acariciándole la mejilla a Harry, éste se hizo para atrás, aunque realmente quería sentir ese toque de nuevo, pero si lo aceptaba Josafath volvería a empezar a preguntarle si le gustaba, y tal vez Harry no pudiera mentir esta vez. Tal vez, ya ni siquiera quería mentirle.
-De acuerdo -suspiró Harry, de igual forma él había ido hasta ese parque con Josafath para averiguar qué era lo que le sucedía, y ¿si lo que le sucedía no era nada más y nada menos que se había vuelto homosexual?, la idea no le pareció desagradable por unos instantes, hasta que recordó a Ginny, Lily, James, Albus...
-¿Qué te sucede? -preguntó Josafath, volviendo a rozar la mejilla de Harry.
-No puedo ser gay, simplemente no puedo.
-Por Dios, acepta lo que eres, no es tan difícil y no es nada de lo que tengas que avergonzarte.
-No es eso, es que no es fácil...
Y Harry le contó a Josafath Ferré sobre Ginny, y sobre sus hijos, obviando el hecho de que en el mundo mágico lo consideraban un Gran Héroe, un Héroe heterosexual, con hijos y esposa. Y lo difícil que sería todo si cambiaba de la noche a la mañana.
-¿De la noche a la mañana? -interrumpió Josa- no puedo creerlo, tiene que estarte sucediendo de un tiempo, incluso algunas veces de forma ocasional.
-Bueno, si viene sucediendo desde hace un tiempo, incluso cuando iba en Hog... en la escuela -se corrigió Harry- había un chico que…
Y de repente Harry guardo un abrupto silencio, ahora lo recordaba, cuando en sexto año seguía a Malfoy para averiguar si hacía algo sospechoso y a veces olvidaba que para eso lo seguía, porque había veces en que simplemente observaba sus movimientos, su cabello rubio, sus ojos grises... Y ese mismo motivo, el no volver a verlo, ni aunque fuera para pelear, fue el que hizo que se arriesgara para salvar su vida, porque le atraía.
-Te gustaba -completó Josa.
-Este... si, algo así -admitió Harry.
-Eso no es nada malo -lo animó el chico- es muy normal, ya que, aunque no quieres aceptarlo, eres gay.
-Si probablemente es cierto, -se rindió Harry, encogiéndose de hombros- soy gay.
Harry se quedó con la boca entre abierta, por el descubrimiento que acababa de hacer, y no solo por el ser gay, sino porque el primer chico que le había gustado era Malfoy.
Fin del Flash Back
Harry decidió que estaba demasiado despierto como para intentar dormir, así que se levantó, se quitó la túnica y tomó una chaqueta muggle, y bajó hasta la sala.
-¿El amo va a salir? -preguntó Kreacher, apareciendo de la cocina.
-Sí, Kreacher. Llegaré tarde, no vayas a esperarme -le advirtió Harry al salir, su elfo solamente asintió.
Mientras caminaba por la calle, decidiendo si era buena idea ir a donde tenía planeado, continuo recordando...
Flash Back
-¡Si... Harry! Así… -gimió Josafath con la voz ronca debido al placer que sentía en el interior de Harry, los 2 chicos estaban ya bastante calientes.
Harry sentía la cálida mano de Josafath recorrerle todo su cuerpo, cada centímetro de piel. Eso a Harry lo estremecía, y lo hacía arder de excitación. Cuando, después de un considerable número de mordidas y caricias, ya no pudieron más y ambos se corrieron. Josafath en el interior de Harry, y éste en su propia mano, mientras se acariciaba.
Ambos se apartaron ligeramente cuando Josafath salió de Harry, pero se quedaron quietos, juntos en la cama del departamento del francés.
-Eso ha sido...
-Grandioso -completó Harry maravillado con la sensación que tenía en ese momento, era algo que jamás había sentido, un placer que no había tenido jamás con Ginny, ni con esa otra chica en aquella ocasión. Josa le dio otro beso en los labios como respuesta y se levantó.
-Iré al baño, ya sabes -dijo con la voz aún un poco ronca, Harry asintió- luego puedes entrar tú, al menos que quieras ir conmigo...
-Aquí esperaré -el chico asintió sonriente y entró al baño.
Harry permaneció en la cama, pensando en que era lo que tenía que hacer, como le iba decir eso a sus amigos, a Ginny... A sus hijos. Por un momento pensó en dejar todo como estaba, seguir fingiendo que las cosas con Ginny eran igual, y resistiéndose cada vez que viera a un mago demasiado guapo, aunque Josafath solo era un muggle, pero eso sí, demasiado lindo y sexy. Pero luego decidió que no, que no podía, que si él era gay tenía que admitirlo, no era justo engañar a Ginny de esa forma.
Fin del Flash Back
Se detuvo, ya no quería recordar con detalles lo que había pasado después, cuando le contó a Ginny lo sucedido. Obviamente no le dijo que había descubierto su homosexualidad acostándose con otro chico, no quería provocarle más lágrimas a la pelirroja. Ginny al principio no quería creerle, argumentaba que tenían 3 hijos, que era imposible que él fuera gay. Pero después lo aceptó, y prometió no decirle nada a los niños hasta que fueran solo un poco más grandes, que en su separación simplemente les dirían que ellos ya no se querían de la misma forma, y que querían ser amigos. Hasta que hace 3 años, Harry se decidió a contarle a Ginny sobre Josafath, y habían decidido que era el momento de decirles a sus hijos que era gay, -su padre ahora tiene unos gustos algo diferentes, él está saliendo con un chico. Tiene un... novio- Había dicho Ginny un poco nerviosa, aunque los niños aún no entendían, a pesar de que, de manera discreta, les daban información sobre ese tipo de relaciones. Pero terminaron por no darle tanta importancia, y siguieron queriendo a su papá de la misma manera. Eso había sido un alivio para Harry.
Entonces llegó a una de esas discotecas que había en Londres, era una discoteca gay, una muggle, pero no tenía muchos ánimos de encontrarse a conocidos en las discotecas de ese tipo en el mundo mágico. En ese momento solo quería beber, emborracharse y tal vez conseguir un poco de sexo. Luego, en otra ocasión, tal vez se permitiría recordar lo que había sucedido con su primer novio, con Josafath Ferré.
Londres, 1 de septiembre.
(Ingreso a Hogwarts).
-Date prisa, Scorpius -gritó Draco bajando las escaleras de la mansión, levitando el enorme baúl de su hijo.
-Dile que no se olvide de bajar a Caroline -replicó Astoria, abriendo la puerta para salir de la mansión.
-¡Ya escuché, madre! -contestó Scorpius con la jaula de su lechuza en la mano.
-Bueno, ¿ya todo está listo?
-Sí, padre. Todo está listo -contestó muy sonriente.
-¡Apúrense! Llegaremos tarde -dijo una muy irritada Astoria.
-Creo que si no le hacemos caso a tu madre, explotará. Aunque no es una mala idea pensándolo bien -Scorpius soltó una risotada.
Los 3 subieron a un carro negro bastante elegante, mientras el chofer les cerraba la puerta y se disponía a conducir. El pequeño Scorpius no dejaba de dar miradas ansiosas por la ventana, Draco lo observaba con una gran sonrisa, recordando cómo, hace muchos años, era él el que se encontraba de esa forma, acompañado por Lucius y Narcisa.
-Mamá -llamó Albus con su preciosa lechuza de color pardo en una jaula- ya llegó mi papá, vámonos.
-Ya vamos, ya vamos.-Ginny apareció en el umbral de la puerta de la mano de Lily- Hable con Hermione, -le comunicó a Harry mientras éste guardaba el baúl de James e iba por el de Albus- nos veremos en la estación, antes de cruzar a la plataforma 9 3/4.
-De acuerdo, ya sube, yo me encargó de esto -le dijo a Ginny cuando ésta se dirigía hacía Harry, la chica asintió y le dio la vuelta a la camioneta para subir.
Cuando todo estuvo listo Harry se apresuró a llevarlos hasta King's Kross. Al llegar, él fue por unos carritos para poder arrastrar los baúles cómodamente.
-Hasta que llegan -Ron se apresuró a ayudar a Ginny con los carritos- Rose ya cruzó, se encontró con Victoire y Fleur se la llevó con ellos, ya han de estar en el expreso.
-Bien, -masculló Harry empujando un carrito y tomando de la mano a Lily- Ginny, Hermione, entren con los niños, nosotros llevaremos los carritos.
Las chicas asintieron y jalaron a los pequeños por la barrera que separa la estación del mundo muggle de la del mundo mágico. Pronto Ron y Harry fueron por los carritos y cruzaron también. Al atravesar había una gran cantidad de niños acompañados por sus familias. Harry como pudo se abrió paso con los carros a lado de Ron, al tratar de voltearse para empezar a caminar hacía Ginny y Hermione sintió como empujaba, de manera un poco brusca, a alguien detrás de él.
-Cielos, lo siento -Harry se volvió para ayudar a levantarse al chico que había caído al piso por culpa suya. Al acercarse hacía éste, se dio cuenta de su rostro, su cabello rubio y sus ojos grises que aún no lo miraban a él. Draco Malfoy estaba levantándose del suelo alisando su túnica de mala gana.
Acababan de llegar al andén para acompañar a Scorpius hasta el expreso, cuando un tonto había chocado por atrás y lo había tirado al piso. Escuchó como se disculpaba ese chico, y la voz le pareció familiar, pero él estaba bastante ocupado levantándose para que nadie lo viera ahí tirado. Cuando se iba a dar la vuelta para preguntarle porque demonios no veía por donde caminaba, vio que enfrente de él había un chico alto, de ojos verde esmeralda y mirada apenada que le ofrecía la mano para levantarse.
-Potter -murmuró Draco de mala gana, apartando la vista de esos ojos que tenía demasiado tiempo ya sin mirar, y preguntándose porque sentía una extraña sensación de familiaridad al verlos.
Harry retiró la mano automáticamente, por supuesto que Malfoy no la iba a tomar.
-Malfoy -saludó Harry de manera ya no tan cortes- lamento haber chocado contigo, no me fijé.
-Ajá -Draco levantó la vista observando que Harry había cambiado bastante, ya no era tan delgado, en realidad tenía un aspecto muy fuerte, el rostro tampoco era del todo igual, habían cambiado los pómulos de la niñez obviamente, pero de ahí en fuera era el mismo, sus ojos verde esmeralda eran los mismos, y más hermosos sin los lentes. ¿Hermosos? ¿Había pensado que los ojos de Harry Potter eran hermosos? Draco dejó pasar ese pensamiento- Nunca te fijas por donde vas.
-Claro, claro, y lo recuerdas.
Draco no hizo caso a la sonrisita que tenía Potter en el rostro y alzó una ceja. -Difícil olvidar tanta torpeza, Potter.
-Ya, también fue un gusto verte -replicó Harry con cierto sarcasmo, aunque en realidad no mentía- nos vemos luego.
-¿Luego? -murmuró Draco mientras observaba a Harry ir hacía donde estaban sus hijos y la pelirroja esa, según él ya estaban separados, lo había leído en El profeta, aunque no se había mencionado la razón. Draco suspiró, y fue hacía donde estaba su familia.
-¿Qué te dijo el hurón? -preguntó Ron cuando Harry llegó hasta ellos, éste se encogió de hombros y ayudo a subir los baúles.
-Tropecé con él, y solo me dijo que me fijara por donde iba -contestó restándole importancia, tratando de olvidar que apenas hace una semana se había puesto a recordar lo que había descubierto cuando conoció a Josafath, y que, de cierta forma, esperaba encontrarse a Draco en la estación.
Cuando el expreso de Hogwarts desapareció de la vista, caminó a lado de su esposa para salir de la plataforma 9 y 3/4. Al llegar vio a Potter avanzar también hacía la salida, junto con una pequeña niña pelirroja que llevaba en brazos. Draco se distrajo y una bruja alta de pelo oscuro se le adelanto a pasar, lo que permitió que Harry llegara a la salida con él aún ahí. Draco observó que el chico se ponía a su lado, pero la niña que llevaba en brazos no le permitió mirarlo a la cara, entonces la pequeña abrió un poco sus brazos y le dio un pequeño golpe en la frente.
-Ahí, lo siento, señor -se disculpó la niña volteando hacía Draco, tenía las mejillas bastante sonrosadas, y él se fijó que se parecía bastante a Ginebra.
-No te preocupes, linda -le contestó Draco con una sonrisa, la niña también sonrió y se volvió hacía su papá, que miraba al rubio con sorpresa, Draco le dedicó también una sonrisa amable a Harry y camino hacía la barrera.
Draco decidió que no quería llegar a su casa en ese momento, tenía bastante tiempo en el que no le gustaba estar en casa, y menos ahora que no se encontraba su hijo, ya que en realidad Scorpius era lo único que hacía que Draco siguiera soportando a su esposa. Porque en realidad entre ellos ya no había nada, nada de nada. Ni amor, ni deseo, ni siquiera paciencia.
Además Draco ya tenía bastante claro sus gustos, hacía más de 4 años que lo sabía. Al principio había creído que era solo un pequeño trastorno, que pronto se le pasaría, que solo quería alejarse de la rutina y experimentar, experimentar con chicos. Pero luego descubrió que no, que definitivamente a él le iban los hombres y no las chicas, que él era gay.
Por supuesto Astoria lo sabía, incluso también su hijo, al igual que su madre. Pero solo ellos. Y hasta habían decidido no divorciarse por el momento, por no llamar la atención, o al menos eso había dicho Astoria.Draco no podía darse aún la libertad de ir diciendo por ahí que era homosexual. Había tenido bastantes problemas después de la guerra con el asunto de ser el hijo de un mortífago, de un mortífago que se pasaría el resto de sus días en una celda en Azkaban, -Draco suspiró. Pero eso era algo que ya había superado, ya la gente no lo miraba de la misma manera, ahora el apellido Malfoy volvía a inspirar respeto. Respeto que se acabaría si alguien descubría su secreto, aunque cada vez le parecía menos terrible el que se supiera, en realidad no necesitaba que la gente le temiera, ni mucho menos. Y últimamente estaba bastante incitado en ir a una de esas discotecas gay's que había en el mundo mágico. Ya que las pocas aventuras que había tenido, habían sido con magos, sí. Pero con magos que estaban igual de dispuestos que él a decir algo sobre sus diferentes gustos.
Draco jamás había tenido un novio o algo por el estilo, jamás había dejado que durará una relación como para tener algo más serio con un chico. Tal vez algún día se daría esa oportunidad, cuando conociera a alguien por el que valiera la pena admitir su homosexualidad, alguien que diera el todo por el todo, que aceptara lo que era.
Notas de Autor (N/A); La mayoría de los lugares son inventados, al igual que los nombres, algunos nombres de lugares ni tienen sentido pero son lo primero que se nos vino a la mente. Espero y les guste, y ojala y lo lean completo. Besos y que tengan lindo día.
